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Categoría: Confesiones

Compartiendo apartamento 2

Serian las dos de la mañana, me despertaron sus caricias, luego sentí lo tibio de sus finas manos tocando mi pene, y luego la hunmedad y tibieza de sus labios y boca devorando mi pene, ya a estaa alturas tiezo, enorme y grueso, pasó sus piernas sobre mi cabeza para ofrecerme su vagina hinchadita, de bellos suaves, de clítoris pequeño pero erecto, sus jugos los sentí mas deliciosos que nunca, generalmente al sentir mi lengua y labios en su clítoris se excita mucho y rápido se viene en una serie de orgasmos multiples, para luego sentarse sobre mi y clavarse la verga despacito, y a subir y bajar lentamente, como disfrutando cada centimetro de verga se come, de nuevo sentí su respiracion agitada y entrecortada, empezó a pujar y a gemir, buscó mi boca, sentí su lengua dura y sus labios carnosos y suaves, ahogó su suspiro de placer en mi boca y me pidió la leche, de espaldas a mi y de lado la penetré al fondo. mis manos jugaban con sus hermosos y duros pechos, acariciando sus pezones, levantó una pierna, me fu{i al fondo y la inundé de leche caliente así con la pija metida, y abrazados, cubriendo su espalda con mi pecho mos quedamos dormidos, al despertar el otro polvo delicioso y a la ducha. Mientra desayunabamos me habló de que la acompañara a Lima, Perú. Su amiga Abigaíl ya no vivía en Ecuador se habían trasladado con el marido-amante a esa ciudad, me habló de que nos había invitado para visitarla. Con Guillermina ya teníamos un año de convivir juntos, pero siempre me hablaba de que Abigail, siempre le preguntaba como disfrutaba de mi enorme verga, y que cuando le dejaba probarla, y en broma me dijo que sería una buena oportunidad para que le desfundara la cuca a su amiga, ya que le había comentado que la de su pareja era chica, y nada que ver con la que había visto por el orificio del baño.

Llegamos a Lima, Guillermina telefoneó a su amiga, hablaron unos segundos y luego tomamos un taxi, Abigail nos esperaba fuera de un restaurante, comimos y durante ese lapso nos explicba apenada que su marido había salido de viaje, y que el apartamento el cual les habían asignado, aún no lo tenían listo y que una semana más la pasarían en uno muy chico, Al llegar me pude dar cuenta que esa noche dormiriamos en un hotel, sólo había un dormitorio con una enorme cama King, ella dijo que nos quedaramps allí, yo a sabiendas que dormiría una noche incómoda en el sofá, mas lo del viaje necesitaba relajarme con una ducha caliente, de repente entró Guillermina desnuda y atrás de ella Abigaíl, también desnuda, las vi detenidamente a las dos como comparando. guillermina alta de pechos hermosos, duros, piel blanca, su vagina de bellos rubios al igual que su cabellera, cintura fina, de piernas gruesecitas largas y esbeltas, culo parado, bombón, y sus hermosos ojos azules. Abigaíl de la misma estatura, pechos más pequeños pero erectos y duros, cintura finisima culito pequeño redondito,paradito y duro, piernas delgadas y torneadas, pies pequeños, y vagina depilada, pequeñita, de labios abultados, morena clara y ojos verde claro. Guillermina le dió la pastilla de jabón a su amiga y colocó sus manos sobre mi verga, empezó a pasarle jabón y a regar la espuma a lo largo de mi pija ya dura, enjabonaba mis huevos, y luego Guille, con la manguerita auxiliar quitaba la espuma hasta dejar la verga limpia, y tomamdo de la cabeza a Abigaíl la dirijió hasta mi verga, poco a poco empezó a mamar suavemente metiendose lo que le cabía en la boca, yo besaba la boca de Guille y sus pechos, luego se turnaron y a la cama. Yo boca arriba guillé sobre mi boca, dádome su panocha para ser chupada, y Abigaíl mamadome la pija y huevos,pasaron los minutos, hasta que Guille, le pidío permiso para correrse y sentarse sobre mi verga, la misma Abigaíl la tomó en sus manos, y la dirijió al orificio de Guille, viendola desaparecer completita, y luego fué a sentarse a mi boca para ser acariciada. Su vagina era de raja chica, pequeñita, gordita, de labios grandes y volteados, el clítoris inmenso, depilada del todo. al penetrar la verga en esa cavidad era imposible no frotar el tronco de la pija en su clítoris, yo me hacía a la idea de los soberbios orgasmos que tendría es mujer, Guillermina empezó a acelerar sus movimientos y sus ayes de placer, Abigaíl estba frente a ella, porlo que empezaron ambaa a chuparse los pezones, mis lenguetazos eran firmes y vigorosos en la cuca de Abigaíl, ambas estaban por venirse, guille empezó a gemir fuerte y se quedó inmovil, abigaíl aferrada alas chiches de guille, sentí la humedad de su vaginma en mi boca más intensa, se vino en el preciso momento que yo suelto mis chorros dentro de la vagina de Guille. Nos quedamos los tres tendidos en la cama. Guilermina por el cansansio de dos viajes largos en los últimos días,
más la cogida soberbia de la noche anterior, más la que acababa de tener,se quedó profundamente dormida. Abigail estaba de lado opuesto al mío, y con sus suaves y pequeños pies, empezó a masajear mi verga, como masturbandome, luego al sentirla dura y erecta, se corrió a mamarne, pero ésta vez quedando en un 69, luego se levantó y empezó a metersela despacito en su chocha, cerro los ojos, sus labios dibujaron una sonrisa de placer, muy despacito se la clavó toda, su vagina pequeñita y estrechita,pero super mojada, abrió paso a mi mole, y con movimientos circulares, sin sacar nada empezó a disfrutar de la cogida, sentía la protuberancia de su clítoris restregarse en el tronco de mi verga, se movía cada vez más rápido, a pesar de tener 8 pulgadas de gruesa verga en su interior su vagina dilatada, por la verga aún se empujaba más hacia abajo como tratandose de meter más pija, luego empezó a subir y a bajar más rápido, se la sacaba toda y la volvía a meter, gimió como loca y luego se vino en un orgasmo tremendo con tanto frenesí que despertó a Guille, yo le dije que estaba a punto de correrme, se zafó y me dijo que se lo echara en su culito, ensalibó la verga se sentó sobre ella y no entraba, su culito era virgen, pero quería romperselo esa noche, entró el glande, su rostro desencajado pero no cesaba en su empeño, se fué la mitad de la verga, y empezé a subir y bajar despacio, lo apretadito de su ano y la delicia de saber que la estaba rompiendo me tenían a mil, mi verga empezó a hincharse, ella lo notó empezó a moverse a mi ritmo, se empujó fuerte, mi verga de fué toda y mi lechita fluyó con disparos fuertes en su tripa. Los siguientes días fueron de orgía interminable, regresamos a Santiago, las visitas de Abigaíl fueron cada vez más frecuentes, ella no se dejó echar leche en Lima, ya que estaban planificando un hijo con el marido y no deseaba semen extraño. Pero luego me enteré de que las visitas tenían un doble motivo, cosa que no fué del agrado de Guillermina, y empezó la guerra de la maternidad a mis espaldas, pero eso ya es otra historia.
Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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