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Categoría: Masturbación

COMO UNA VISION

Había pasado una noche de aquellas donde uno se pregunta ¿Por qué hice esta boludes? Si bien era cierto que mi ocasional acompañante tenia un cuerpo descomunal y su blanco y bello rostro resaltaba sobre el negro de sus cabellos y colmaba mi ego. Por otro lado atraía todas las miradas. Su compañía en cambio me aburrió toda la noche y cuando por fin la lleve al hotel sabia que tendría que hacer el máximo esfuerzo para no ser grosero y llevarla derecho a su casa. Me desperté cerca de las 7,30 de la mañana y recordé que tenia que llevarla hasta el centro de la ciudad, dejarla en su casa y regresar a mi apartamento. A las 9 tenia reunión con mis abogados por el divorcio que mi mujer se negaba a otorgarme. Por suerte la reunión se postergo y pude quedarme en casa frente a la PC.
A media mañana, el hambre me levantó de mi asiento, dirigiéndome a la cocina. Agarre una manzana y empecé a comérmela pensando en lo que había planeado que iría hacer con Laura y que al final resulto todo un fracaso. Tenía en la mente mi imagen, tumbado sobre la espalda de ella, cojiendola lentamente por su estrecho culito. Veía con precisión increíble, como hacia fuerza hacia abajo, proporcionándole una penetración larga y poderosa. Y aquella imagen me ocasionaba una pequeña excitación. Fue cuando decidí empezar a escribir esta historia. Normalmente no suelo excitarme con lo que escribo, o por lo menos con lo que escribía normalmente. Quizás por eso ahora estaba más excitado de lo normal.
Me senté delante del teclado, dejé la manzana y me quedé pensativo dejando que mi mente volara libremente. Noté que mi sexo empezaba a pararse, sabía que si seguía, pronto no me quedaría otro remedio que masturbarme. Pero comencé a escribir: “...Laura jugaba con mi pene. Lo chupaba desde la base, luego lo apretaba, y continuaba ascendiendo hasta llegar a la punta, en la cual se recreaba en el enorme y colorado glande que coronaba mi pija. Mientras, yo estaba gozando de su caliente boquita. ... Ella estaba excitaba. Se reclino hacia atrás y desabrocho el botón de los vaqueros. Introdujo su mano derecha lentamente. Primero la paso por su vulva, perfectamente depilada, y continuo hundiéndola hasta llegar a la apertura del sexo. Se paso los dedos y noto la humedad. Introdujo ligeramente las yemas y los mojo con sus jugos. Saco la mano y los olió El olor a sexo impregnaba el ambiente. Se froto los dedos hasta hacer que la humedad desapareciese e introdujo nuevamente la mano bajo los pantalones.
Ahora metió los dedos más hacia dentro, intento meter la otra mano pero no podía. Entonces se desnudo.
Ahora podía admirar a la perfección su cuerpo desnudo y como una realidad, observar su accionar, y me concentré en su vulva. Vi llevar ambas manos a su concha, y flaqueando el clítoris, lo masajeo lenta e intensamente. Su respiración se convirtió en entrecortada, y la mantenía mucho tiempo. “ Veía como gozaba, sentía su enorme placer “. Con la mano derecha se froto todo el sexo, de arriba a abajo, y con la otra mano comenzó a masajearse uno de sus pechos. Al principio los apretaba rudamente, intentando buscar un placer más salvaje, pero pronto prefirió encontrar un placer más sutil, y probablemente más gozoso. Se frotaba los pezones delicadamente, y cada roce, sentía su dureza crecer.
La humedad de su concha se extendió por toda la palma de la mano. Se penetro con dos dedos e intento llegar a lo más hondo. Se froto la parte interior del sexo intensamente, para gozar más de aquella masturbación. Trataba evitar tocarse el clítoris, pues su excitación la llevaría rápidamente al orgasmo. Momentos que intentaba evitar y que buscaba intensa y paradójicamente.
Sus jugos resbalaban por su concha y empezaban a empapar las sabanas de la cama, y supo que era el momento de llegar al orgasmo. Estaba en cuatro patas cuando mirándome fijamente me dijo QUIERO QUE ME COJAS...
Me acerque por detrás y le pase la mano por su admirable y duro trasero. Se tumbó de espaldas y abrió las piernas. Me puse de rodillas y le levante las piernas para admirar de cerca su dulce y ansiosa concha. Aquella visión hizo que mi pija resistiera una presión indescriptible, al tenerla todavía entre mis ropas. Por lo cual la libere. Deseaba degustar aquel pedazo de cielo, que era aquella concha, pero ella prefería seguir chupando mi pija. Esto hizo que tuviera que ponerme de rodillas para que pudiera chuparla a gusto. No se hizo esperar y con una voracidad insaciable, se introdujo el miembro enterito en la boca. Tardó un poco en acomodar tan honorable huésped, pero cuando lo hubo conseguido, la mamada tornó carices de soberbia.
Pobre de mí, estaba en éxtasis. La chupada que me estaba aplicando de forma tan minuciosa, me estaba llevando a cotas de gozo inalcanzables para mi antes, ¡qué digo inalcanzables! ¡Inimaginables!. Sentía mi miembro hinchado y gigantesco, húmedo por la saliva de mi amante, y cuando bajaba la mirada y veía lo que estaba haciendo, creía que no podría aguantar más el codiciado y dulce placer del orgasmo.
Ya no podía más. Tuve que sacarla de su boca, pues si pasaba su lengua sobre ella una vez más, estallaría de gozo, y antes deseaba sentir la cálida humedad de aquella concha. La separe y me puse de pie.
Admire su cuerpo el cuerpo una vez más. Al aire estaba su delicado vello, un pecho estaba endurecido, en la pasión de la mamada, mientras miraba, respirando profundamente, el miembro. Se lo coloque entre las piernas, y lentamente, lo deslicé sobre ella, sin penetrarla, hasta encontrar la posición más cómoda. Entonces me miro, bajó sus brazo cogió la pija con ambas manos, y muy lentamente la introdujo en su concha.
Disfrutaba de la sensación de tenerla toda en aquella humedad. Poco a poco empezó su movimiento rítmico de caderas, lo que le proporcionaba el placer increíble de sentir mi pija entrar y salir. Notaba en cada centímetro de mi miembro el escurrir de su humedad, como aquella sensación se apoderaba de mí mientras los duros senos de ella se clavaban en mi pecho.
Laura tenia un gesto de placer en la cara, pero sin embargo no emitía sonidos detonantes de su gozo. Esto era debido a que muy frecuentemente, mantenía este tipo de relaciones, relativamente cerca de las esposas de sus amantes. Aun así, estaba gozando como nunca de aquella lenta cogida. Como la pija, húmeda de su saliva, resbalaba maravillosamente en su interior.
Pequeñas gotas de sudor empezaban a formarse en mis sienes. La enorme cantidad de placer que llenaba mi cuerpo hacia que el reprimir su irreprimible orgasmo, me costara muchísimo más esfuerzo que nunca antes. Aquel orgasmo me estaba haciendo sufrir como no recordaba. Al fin pude sacarla quedándome expectante de ella, esforzándome en saber por cuanto tiempo podía guardar su orgasmo. Sin embargo mi gozo estaba siendo tal, que temía acabar en aquel momento. Cerré los ojos y apreté los dientes, e intente llenar la cabeza de alguna idea de las practicas tantricas. Sin resultado. Quería esperar un poco a que se le bajase la excitación, para empezar de nuevo, pero no hacia más que pensar en el orgasmo, en el placer de la eyaculación, en la enorme acabada que me esperaba.
Sin poder evitarlo, su mano se lanzó fugaz contra mi pija, la agarró y estiró el prepucio hacia atrás. Esto hizo que el orgasmo por fin estallase. Un chorro de blanca esperma salió disparado, cayendo sobre su pubis, empapándola del delicioso néctar del éxtasis. Ella llevó su mano a su clítoris y lo agitó, buscando el orgasmo. El cual le llegó pronto mientras su mano y su sexo seguían siendo bañadas por tan divino jugo. Agite mi pija lentamente, haciendo que todo el semen saliese de su interior, alargando el placer. Unas punzadas se me clavaron en los huevos, haciendo más evidente que había tenido un orgasmo extrasensorial.
Sin aire, me tumbe al lado de ella. Mientras seguía frotándose su pubis, mezclando el esperma con su vello, y gozando de esa sensación. Levantó la cabeza y miro la las gotas de transpiración que caían sobre mi rostro. Miró el miembro doblado hacia un lado, chorreante, y casi sin vida. Luego se inclinó y me besó en los labios”.....'
Ahora yo también gozaba de los restos de mi orgasmo. Mis dedos estaban mojados, me froté de todas las maneras y formas posibles, y ello me lleva a tener una acabada impresionante. Nunca me había masturbado leyendo mis propios relatos porno. Cuando lo hacia siempre los recordaba, pero nunca delante de uno.
Me levanté y me duche. Mi abogado me esperaba.
Mateo Colon 27/12/02
Datos del Relato
  • Categoría: Masturbación
  • Media: 5.68
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
maria
invitado-maria 26-08-2003 00:00:00

me encanto la historia, no me masturbe,pero estuve a punto, me gusto muchisimo

jorge
invitado-jorge 30-05-2003 00:00:00

por que nadie mas se puede masturbar con esto, te leí los otros y estan muy buenos.

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