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Categoría: Maduras

Cómo mi vida cambió al formatear un ordenador

¡Increíble! ¿Cómo es posible que en momento pueda cambiar todo en ti? Como decía Forrest Gump: "la vida es una caja de bombones, nunca sabes lo que te va a pasar", y la verdad es que nunca Pensé que fuera a tocarme el bombón más dulce de todo el mundo.



¿Quién era ella? Se llamaba María, tenía 42 años, morena, pelo oscuro, piel canela, dientes blancos, perfectos, bien alineados, sus ojos tenían un tono marrón. Tenía unos labios que invitaban al pecado. Medía cerca de 1.60, y una 100 de pecho. Estaba algo gordita, pero era una mujer muy atractiva, muy simpática, dulce y cariñosa.



¿Cómo la conocí? Yo estaba en la universidad, cursando la carrera de magisterio. Mi familia y yo nos mudamos a un piso por cuestiones de trabajo y a mí me convenía vivir ahí porque, en primer lugar, no tenía dinero para independizarme y segundo, la universidad estaba a 15 minutos. María era vecina del bloque, ella vivía justo debajo de nosotros. Al poco tiempo mi madre y ella se hicieron amigos rápidamente.



Un día, llegué a casa y estaban tomando mi madre y María café. Nada más entrar por la puerta mi madre me pregunta:



-Hijo, María tiene el ordenador roto, ¿tú podrías arreglárselo?



-Claro, sin ningún problema



La verdad no ejerzo como técnico informático pero sé como formatear ordenadores y era lo que le ocurría al ordenador. Cuando terminaron de hablar me bajé con María a su casa. Tenía una casa muy bonita, toda blanca, llena de plantas, como si fuera la portada de una revista de decoración. Ella vivía sola, no tenía hijos y estaba divorciada debido a que su marido le había puesto los cuernos.



-Entra- me dijo ella- el ordenador está al fondo a la derecha. Ponte cómodo, como si estuvieras en casa.



Fui a ver el ordenador, era un ordenador viejo que tenía falta de un buen formateo. Así que me puse manos a la obra.



-En tres cuartos de hora lo tienes listo-le dije yo a María- luego te instalaré los programas restantes como la impresora, la webcam…



-Muchísimas gracias, no sé que haría yo si no hubieras venido - dijo ella con una amplia sonrisa.- ¿quieres algo de beber?



-Sí, gracias.



Ella fue a la cocina y trajo dos Coca-colas. Mientras aquello se formateaba hablábamos, de cómo me iba la universidad, qué planes tenía en el futuro…



-¿Tienes novia?- me preguntó



-No-le dije yo un poco consternado por la pregunta- ¿por qué lo quieres saber?



-¿yo?, esto… por nada, por nada- se había puesto rojísima, como un tomate – era por entablar conversación.



-No pasa nada, no me molesta. No tengo novia. Tenía, pero ella me dejó por otro.



- A mí me pasó igual con mi marido- me comentó ella- me dejó por otra algo más joven.



Pasó el tiempo y terminé de arreglar el ordenador.



-Bueno, esto está ya terminado.- le dije yo.



-¿qué te debo?- Preguntó María



-Nada no sabría que cobrarte.



-Pues yo no sé que pagarte- dijo ella- ¡Cómo no quieras cobrarte en Carne!



-¡Venga vale! –la verdad es que me quedé un poco sorprendido por la pregunta, pero le dije que sí, no estaba mal. Tenía un buen físico y yo hacía bastante que no lo tenía sexo.



Al final aquello se quedó como una simple broma. Nos reímos los dos mucho, aunque la verdad yo iba bastante en serio.



-Déjame que te invite a cenar como compensación.



Acepté la invitación. Empezó a preparar en un momento Gambas a la plancha, y carne, acompañado con un buen vino. Empezamos a comer y beber. El vino, se iba subiendo poco a poco a la cabeza.



-Oye, una cosa quisiera preguntarte- dijo María- ¿Tú de verdad quieres acostarte conmigo?



-¿Qué?



-Verás como antes te he preguntado que si querías cobrarte en carne y me has dicho que sí…



-Bueno, me pareces una mujer fantástica. Eres muy atractiva, sexy, simpática, dulce,



-No pensé que pudiera levantar pasiones entre un jovencito-dijo María



- Déjame poder besar tus labios, rozar tu piel, morder tu cuello, susurrarte apasionadamente al oído, beber de tu boca el néctar que produce el frenesí, sentir tu respiración agitada, bailar pegado a tu cadera al ritmo que marquen nuestros corazones.



Al decir esto, María se levantó de la mesa y se lanzó a mis labios. Nuestras lenguas comenzaron a enredarse cada vez más y más rápido. Ella estaba acelerada, al igual que yo. Empecé como le dije, besándola, después mordiéndole el cuello hasta llegar a su pecho.



"¡Sí!", exclamó ella al llegar a su cintura y quitarle el delicado tanga que tenía.



-Seguro a que nunca te lo han chupado- le comenté yo.



-¿vas a chupármelo?-preguntó María- Nunca lo han… ¡Oh!



Empecé a deslizar mi lengua en su clítoris. Ella estaba loca y cada vez más excitada. "Para y hazme el amor" me dijo ella gritando. La llevé a la cama, le quité el vestido. Ella me quitó la ropa y se puso encima de mí. Se frotaba contra mi pene cada vez más fuerte, y más y más y más fuerte…



-¡Me corro!- Gritó ella



-yo también



Simultáneamente llegamos al orgasmo. Un orgasmo de cine. Ella me dijo que fue el mayor orgasmo que había tenido nunca y que si yo quería, podría ser su folla-amigo.



De vez en cuando, me paso por su casa para arreglarle el ordenador y hacerle el amor.



 



¡Hola! Me llamo mariano.Acepto sugerencias, comentarios.


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