En un momento en que esta sola en el CRAI Blanc vestida normalmente con camisa blanca de manga larga con una falda rosada clara larga con botas negras, él enamorado no pierde la perspectiva atinada en que la tiene cojiendo sabrosa y deleitosa hasta apasionada como deseadamente agarrándose de donde pueda al tenerlo enardecido como aguerrido hasta poderoso también colosal igualmente fortalecido con toda el armamento bélico, cargado al penetrarla y dándole a profundidad como estuviera en un submarino nuclear, gimiendo además jadeando hasta el mero cansancio pero emocionada por tanta intensidad sexual que esta inundado como inyectado y por que no decirlo especialmente, efervescente al tener una pinga tan caliente, sabrosa, viril, aventurada, atrayente, fascinan té sobre todo ardiente y por supuesto, endemoniada que se le derrite totalmente al tener contacto superficial con el rabo además el ano como la vagina de Blanc siempre dispuesta y a la disposición de este cuándo le entra y se le pega la gana de ligarsela igualmente fornicarla donde sea poniéndola vibrante como suculenta y arrecha por tanta pasión descomunal y recíproca por tantas galanterías y dominándola al no poder resistirse al magnetismo como al hechizo que es hoy día el mismo enamorado sobre la persona femenina de Blanc muy inocente como muy débil por la verga cabrona de este.