Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Incestos

Cogiendo con mi hermana

Soy parte de lo que ha dado en llamarse familia ensamblada, padres separados, vivo con mi madre que ha formado otra familia, otro esposo, otros hijos.



De ninguna manera he perdido el contacto con mi padre, quien también ha formado otra familia, no tienen hijos en común, la esposa sí, tiene una hija que tampoco vive con ellos.



Por estos tiempos, en razón de tener que realizar un período de capacitación encomendado por la empresa donde trabajo, me estoy quedando en la casa paterna. Precisamente también está viviendo en la misma casa Lila, la hija de la esposa de mi padre.



Ella está viviendo desde hace más tiempo. Tenemos un parentesco que no sé bien como se debe llamar, yo digo hermana, por que decirle media hermana suena algo peyorativo, de todos modos, lo que importa a los efectos de contar la historia es la referencia del cómo nos relacionamos.



Tenemos un trato cordialmente afectuoso y respetuoso, pues de otro modo hubiera mostrado mis garras de cazador serial de hembras dignas de ser disfrutadas, pero el vínculo familiar obnubila la intencionalidad de desearla.



Pero esa noche, nuestros padres se debieron ausentar, Lila era la encargada de cocinar para nosotros dos y para su novio que se había quedado a cenar. La presencia del novio se había tornado en habitual, creado una buen relación, cordial, amable. Era noche de sábado, como no pensaban salir a bailar, se prolongó la sobremesa, vimos una peli que había traído el novio de Lila.



Ellos se sentaron bien pegados, hasta sentada sobre las rodillas del novio, trataba de concentrarme en la visión de la pantalla para no ver los arrumacos y alguna tocada furtiva cuando lo propiciaban algunas escenas subidas de tono. El licor había matizado el atrevimiento del novio y la tolerancia compulsiva.



Hice el intento de subir a mi cuarto, pero me pidieron que me quede, que termine de ver el film, que podíamos seguir bebiendo, que de ningún modo los ponía incómodos, que estaba todo más que bien.



Nos quedamos hasta el final de la película, recién ahí el novio optó por retirarse. Lila lo acompañó hasta la puerta yo me ocupé de levantar los platos y dejarlos colocados en la pileta de la cocina.



Estaba en esos menesteres de colaborar en limpiarlos cuando regresó Lila de haber despedido a su novio, lucía una bonita chalina colgando del cuello, regalo del novio.



Me propuso que me sirviera un trago y otro para ella, que en cuanto terminara de limpiar los platos que habían quedado vendría para tomarlo conmigo.



En un momento escucho el grito de Lila, que fuera, un llamado de auxilio, en un instante llegué con la prisa que su angustia amerita.



Está inclinada sobre la pileta de la cocina, un movimiento inadecuado provocó que parte de la chalina se metiera en el desagüe y quedar atascada en el triturador, que impidió accionando el interruptor.



La urgencia estaba superada, ahora solo restaba sacarla del atasco y recuperar la chalina.



Me ubiqué detrás de ella colocando mis brazos uno a cada lado, tironeando de la tela, cuidando de no romperla, quedando como última instancia cortarla, pero… esta alternativa, de quedarme pegado a su trasero tratando de librarla de su atadura me había gustado demasiado.



En verdad me gustaba frotarme contra el espléndido culo de Lila, tan solo hacía como que trataba de liberarla, demorándome todo lo posible en esa pose de frotarme contra su traste. Si bien sentía esa responsabilidad de que el contacto carnal con ella era prohibido, la carne tiene sus propias valoraciones, el efecto del licor hace desvanecer la culpa del incesto en ciernes.



Sentía que el miembro había decidido por sí mismo, la frotación contra las nalgas me calentó a full, la verga estaba enhiesta, con ganas de entrar en acción, los tres meses de abstinencia y el buen cuerpo eran la excusa propicia para justificar el pecado del incesto.



Aprovechando que estaba atrapada, levanté la falda, baje la bombacha, manotazos en las nalgas para meter mi cara y comenzar a besar y lamerle la vagina.



Se debatía con manotazos tratando de sacarme, de impedir lo presentía inevitable. Abrazado a sus nalgas seguía dándole “pala” (lametazos) en la vagina, provocando los jugosos efectos. Para que no siguieran los manotazos me levanté, solté el cinto quedando el miembro listo para el ataque. Me prendí de su cintura para apoderarme de su retaguardia, la chalina la mantenía sujeta del cuello, mis brazos rodeando la cintura, acomodé la pija en la raja se la mandé dentro, apretándome fuertemente contra sus nalgas.



- No, no, retírate, no puedes hacerme esto. No, por favor, respétame. No está bien



- Quieta, quieta no te muevas, ya está, ya estoy dentro.



- No, por favor, no, no. Debes respetarme. Me haces daño…



La calentura, el tiempo sin sexo, la situación prohibida, todo sumaba para acentuar la excitación, el efecto de las bebida previa anestesiaba la culpa, potenciaba la lujuria del sexo.



La tenía bien sujeta, dejó de sacudirse para sacarme, tan solo protestaba pero cada vez con menor vehemencia, significaba que se sometía a lo inevitable o al placer que recibía? La cuestión es que la oposición fue mutando a una incipiente aceptación.



El abrazo en su cintura no se limita a sofocar los intentos por zafarse, también sirven para accionar con una mano frotando su vagina y con ella activar frotar el clítoris exquisita zona erógena.



Los gemidos surgen con tímida vergüenza al inicio, creciendo en la medida de la persistente penetración.



Abandoné la idea de desatascar la chalina, un corte de la prenda la liberó de la sujeción, no se retiró, se dejó estar, que la siga penetrando, giró la cara para recibir el beso mientras mis manos aprisionaba sus tetas. El metisaca se vuelve frenético, veloz entrada mientras me mantengo bien pegado a ella.



Giró, nos besamos, tomé de la cintura y senté sobre la mesada de la cocina, me bajé para poder colocar mi cara en su sexo.



Comencé a lamer y morder esa jugosa almeja entre los gemidos y jadeos de Lila, las manos apoyadas sobre la mesada sirven de apoyo para arquear la cintura, eleva la pelvis, echa la cabeza hacia atrás, apoyada contra la pared, acentuando la intensidad de sus gemidos.



Me levanto, las piernas sobre mis hombros, tomado de sus muslos me impulso dentro de su sexo, entrando con toda la presión que puedo ejercer. Los antebrazos le sirven de apoyo, las manos aferradas al borde la sostienen, el miembro se adentra en su vagina arrancándole los gemidos más placenteros.



Los movimientos del acoplamiento se tornan violentos y urgentes, el cuerpo de Lila se desplaza, colgando, hasta quedar sujeta por la verga introducida hasta el fondo, sus manos siguen aferradas al borde de la mesada para no caerse. Todo es energía en movimiento, sus gemidos se mezclan con mis jadeos, todo el movimiento de hace intenso y descontrolado.



- No pares, no pares, sigue, sigue… estoy… Ahhhhh



Seguí bombeando, incentivado por ese orgasmo tan intenso, sus vibraciones se transmiten, contagia la intensidad en el lenguaje cifrado del latido de su vagina.



Me descontrolé, retomado la penetración enérgica, profunda y veloz, creciente en cada arremetida.



La fuerza de tracción se incrementa, aferrado a sus muslos me lanzo en veloz carrera, entrándole con más fuerza, con más vigor. Comienzo a sentir el rigor de la tensión renal cuando el semen comienza a gestarse para hacerse eyaculación urgente.



- No lo hagas, no lo hagas, No me acabes dentro!!!



- Demasiado tarde. Ufff, no pude controlarme, acabé…



Me retiré de ella viendo como el espeso semen eyaculado dentro de ella asoma con timidez de la vagina.



Este acto incestuoso es una prueba fehaciente de lo que beber en demasía puede hacerle a la culpa…



Nazareno Cruz.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 1979
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.188.63.71

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.468
»Autores Activos: 2.275
»Total Comentarios: 11.905
»Total Votos: 512.064
»Total Envios 21.926
»Total Lecturas 105.323.149