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Cogiendo a una puta del chat

~~Muy buenas a todos los lectores de Marqueze. Después de leer todos los tipos de relatos que hay por aquí me animé a escribir un relato que es verdad y aquí estoy contándolo. Bueno empecemos por describirme un poquillo, soy un chico de 22 años, buen cuerpo en general, ya que me encanta hacer deporte y me cuido, simpático, y creo que físicamente no estoy mal aunque no soy un Brad Pitt, jaja. Bueno, después de esto, vamos a lo que vamos.
 Hace tiempo, ahora menos, me gustaba chatear mucho y solía hacerlo prácticamente todos los días. Lo que más me encantaba era conocer chicas, más o menos, de mi edad y quedar con ellas para conocerlas y si tuviese la ocasión, pues intimar más con ella, Hará cosa de unos 3 meses conocí a una chica en el chat, se llamaba Bea y tenía 20 años, de mi misma ciudad donde resido actualmente, la verdad que físicamente no me gustaba pero levantaba en mí un morbo descomunal. Era algo rellenita, tenía un buen culo y unos pechos que no estaban mal. La primera vez que quedé con ella me lo pasé genial, estuvimos de bares, tomando algunas copas, bailando. . vamos que salimos un sábado a las 10 de la noche y hasta la 1 de la tarde del domingo no nos acostamos (yo por lo menos). Durante la noche todo fue bien, no hubo nada de roces extraños entre nosotros ni nada parecido pero cuando llegamos sobre las 9 de la mañana a uno de los parques, de la ciudad donde resido para descansar después de estar toda la noche bailando, nos sentamos en un banco y me entró un calentón increíble, no dudé ni un momento y me lanzé sobre ella propinándole un beso super caliente y que a mí me excitó mucho. En ese momento mi verga empezó a tener una erección considerable, que después de unos segundos se me notaba a través del pantalón vaquero, aunque ella no se había dado cuenta. Seguido de esto empecé a meterle mano por debajo de su jersey y tocando, manoseando. sus pechos y ella me dejaba hacer sin oponer resistencia alguna. Después de un momento besándonos y metiéndole mano en sus manejables pechos, dirigí mi mano hacia su entrepierna, empecé a frotar con mi palma de la mano su entrepierna, pero ella retiró mi mano rápidamente y me dijo que nos podrían ver.
 A estas alturas tenía una excitación enorme, entonces le dije que nos fuéramos a otro sitio dónde no nos pudieran ver y a lo que ella accedió con la cabeza. Nos fuimos a una especie de plaza dentro del parque donde, en ese momento y a esas horas, no se veía a casi nadie por allí. Llegamos a un banco bien situado y donde, en principio, la gente no nos podría ver, y empezamos, de nuevo, a besarnos y manosearnos el uno al otro. Ella se sentó encima de mi piernas con las suyas totalmente abiertas y frotándome con su entrepierna mi verga que en esos momentos estaba empezando a excitarse de nuevo y comenzar una gran ascensión hasta ponerse tan dura y alta como el mástil de un barco. Ella seguía frotándome con su entrepierna mi verga y mi excitación era cada vez mayor, pero ella no quería que hiciésemos nada allí, aunque me dejaba manosearla los pechos y ponerla más cachonda a ella de lo que estaba con mis juegos con mi boca y mis manos. Sus gemidos eran cada vez más altos e intensos cuando introducía mi mano en su entrepierna y empezaba a introducir mis dedos en su rajita. A todo esto, a la vez, ella me manoseaba la verga con sus manos con mucha experiencia y controlando que no eyaculase en ese momento. En estos momentos, mi verga ya estaba en toda su plenitud (es normal, unos 17 centímetros, aproximadamente, pero muy juguetona).
 Después de más de una hora de calentón mutuo, le dije que me iba a dormir ya que estaba cansado de tanto juego ya que ella veía que no accedía a subir de nivel en sus juegos y llegar al final de los juegos echando un gran polvo, a lo que ella me propuso ir a dormir a su casa, cosa que no tenía muy clara pero que al final accedí aunque ella después de unos momentos de indecisión por su parte echó atrás su proposición. Así que, como podréis imaginar, me quedé con un calentón increíble que no pude quitar de mi cuerpo hasta que llegué a mi casa y me hice una grandísima y placentera paja pensando en lo que hubiera pasado si ella no se hubiera echado atrás en su proposición y hubiera ido a dormir a su casa.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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