ME DIERON POR EL CULO POR PRIMERA VEZ EN UN BUSITO, FUE MI PRIMERA EXPERIENCIA ANAL Y NO ERA LO QUE YO ESPERABA. Yo siempre he sido una chica introvertida, no soy de hacer amigas y andar en grupo, en la escuela me decían Morticia, por ser muy flaca, mi larga cabellera negra y muy pálida, siempre fui muy delgada y no fue hasta que cumplí los 17 que mis caderas y mi culo se desarrollaron, lo que hizo que muchos muchachos empezaran a fijarse en mí, era algo confuso para mí, no sabía como comportarme ni socializar en estos aspectos íntimos, yo estaba por cumplir 18 y estaba decidida a no llegar virgen a la mayoría de edad así que tuve relaciones con Rodrigo, un compañero del salón que me parecía muy atractivo, todo fue muy torpe y bastante rápido, yo no llegué al orgasmo, ¿o si?, pero me gustó lo que pasó entre los dos, luego se corrió la voz y tuve sexo con casi todos mis compañeros de salón. Con algunos tuve orgasmos y con otros simplemente practiqué algo de oral, con otros pasé un rato manual y ya. Me volví en la zorra del salón, y lo disfruté, para el último año mis papás me cambiaron a una escuela católica de señoritas. El busito amarillo era conducido por un señor de unos 45 años, pero a veces su hijo de 21 años manejaba el colegial. Sentarse adelante con él era un privilegio, una se convertía en una especie de “reina del bus.” Una vez me tocó sentarme adelante y el busito fue repartiendo a las compañeras y me dejó a mí de último, se desvió y se estacionó a la sombra de un árbol cerca de una construcción abandonada, el chof me miró con lujuria, yo estaba un poco asustada, pero entusiasmada de tener sexo por primera vez con un “adulto”. Bajó los asientos de atrás y se convirtieron en una enorme cama nupcial, nos acostamos, empezó a tocarme y a besarme y rápidamente estaba yo muy húmeda, cuando él me pone en posición de perrito, me besa la mota, la chupa, juega con su lengua, nunca había estado tan excitada que me vine aún sin que me penetrara, introduce sus en mi húmeda y jugosa vagina, yo me estremecía con su juego y empieza a embarrarme el culo con el líquido vaginal, yo estaba tan mojada que por mis muslos goteaban mis líquidos, con sus dedos y su lengua empezaron a meterse en mi ano, aunque me incomodaba un poco, yo estaba tan excitada que solamente quería que él siguiera y me metiera la verga. De nuevo me mamó la mota, sus dedos juegan con mis labios vaginales y mi clítoris, siento destellos por mi cuerpo, su órgano rosa la entrada de mi vagina que pide ser penetrada, levanto las caderas invitando su entrada, el chof me agarra por las caderas y de pronto siento un dolor indescriptible, me estaban penetrando por el culo, grito y le digo que pare y el sigue entrando, pierdo la fuerza en los brazos y mi cara se estrella con el respaldar recostado del asiento, yo le grito que pare, pero mis gritos parecen excitarlo más, porque más fuerte lo hunde, yo sigo gritando y el sigue perforándome el culo, mi rostro estaban llenos de lágrimas, mis gritos poco a poco fueron disminuyendo, él estuvo embistiéndome por el culo unos 7 a 10 minutos, finalmente mis gritos se fueron convirtiendo en gemidos hasta que finalmente tuve un orgasmo delicioso, el chof siguió unos minutos más y me llenó el culo de leche y yo me vine una vez más. Él sacó una toallita con rayas, del tamaño de un pañuelo secó el asiento, me agarró la cabeza y me metió su pinga en mi boca, “déjame la verga limpecita”, se la chupé toda, me dio unas pastillas de menta, acomodó los asientos y se puso a manejar a mi casa. Así me desvirgaron el culo.