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Mi última novia, una sucia estudiante de cch a quien inicialmente confundí con un angelito caído del cielo, resultó ser un muy pervertido ángel salido de quien sabe dónde pero no del cielo. Una excelente chica, eso sí, excelente amiga y confidente de muchos, buena estudiante y consentida hermana mayor de toda la familia. Me enamoré de ella desde el momento en que la vi. Sus ojos verdes eran de una profundidad y dulzura extremas, su pequeño y delgado cuerpo de 1.58 era adornado por sus grandes senos y sus cadenciosas nalgas invitan placeres. Sus largas pestañas hacían lucir todavía más su hermoso y tierno rostro, la combinación de toda ella era una perfecta muestra de niña inocente y frágil con la de una hembra que no le decía no a los placeres del sexo. Eran varios los que se decía ya la habían visto entregarse a compañeros de la escuela en episodios mezclados de música, alcohol y baile. Excelente bailarina en fiestas y alma de las chaquetas más extremas de quienes en determinado momento la contemplaban bailar, momentos en los cuales ella abría las puertas de su intimidad para dejarse manosear y manosear al afortunado en turno.
Un día nos hicimos novios y aproximadamente al mes comenzamos a copular diariamente en sesiones maratónicas de 3, 4 y hasta 5 palos al día. Sus dotes amatorios eran extremos, una profesional del placer con ya varios años de experiencia en su corta vida, me mostraba posiciones, me culeaba como nunca me habían culeado, se apeaba de mi como serpiente dejándome adolorido y con los músculos tensos por el esfuerzo de las poses que me obligaba a realizar para obtener los mejores orgasmos posibles a cuesta mía. Nuestro sexo iba evolucionando rápidamente a medida que intimábamos y empezábamos a conocernos y enamorarnos en sesiones de excelente sexo. Un día, sin embargo, al calor de unas copas y de una habitación casi en la penumbra pero que aún nos permitía ver nuestras miradas, se puso de cuchara al borde de la cama ofreciéndome penetrarla desde atrás. Lentamente le fui empalando mis 23 centímetros de picha caliente, muy lentamente, primero introduciéndole mi cabezón glande jugando con su encharcada concha que se iba abriendo paso poco a poco, ya teniéndola sometida hasta el fondo de su cuerpo, empecé a culearla muy lentamente, de arriba hasta abajo, desde el mero fondo hasta sacar mi glande por completo de su palpitante concha. Arquee mi cuerpo para poder besarla apasionada pero lentamente siguiendo yo todavía de pie. Nos lamimos nuestras lenguas y nuestras caras, pasé mi lengua empapada por sus párpados y pestañas dejándola empapada de nuestras babas revueltas mientras ella, atentamente, intentaba ver como mi largo falo entraba y salía de ella con ritmo lento y volvía a incrustarse en ella hasta el fondo dándole una enérgica pero lenta estocada cuando tocaba fondo arrancándole quejidos profundos de placer.
Con mirada lasciva y palabras entrecortadas de excitada perversión, Alicia me dijo - Cógeme duro guey, no seas puto, Cógeme como si fueras hombre - me empezó a decir mientras yo cada vez más loco de pasión al escuchar tal vulgaridad salida de la boca de mi "ángel" caído del cielo convertida en puta empecé a acelerar la velocidad y profundidad de mi penetración sobre el sexi cuerpo que tenía dominado. - Más duro hijo de puta, más, más, dámelo todo - me empezaba a decir cada vez más fuera de sí en un arrebato de pasión que todavía no le había conocido, - ensártame la verga hasta el fondo - dijo cuándo sus culeos se empezaron a volver vulgares y su mirada fija en mis ojos acentuaban el sentido de su soez hablar - Cógeme como me coge mi vecino - me dijo dejándome estupefacto mientras a mi mente venían imágenes de leves sospechas que yo mantenía para con su vecino. - Álvaro te coge? le pregunté con la voz entrecortada mientras empezaba a cogérmela ya con violencia - Mirándome muy fijamente y con nuestras miradas separadas sólo por unos cuantos centímetros y con una mueca descompuesta de pasión desbordada en la cara Alicia me contestó - Si, Álvaro me coge, me coge desde hace años y no ha parado de cogerme. - Pero y, le pregunté ya muerto de celos y lujuria, te sigue cogiendo todavía? -. En ese momento era como si fuéramos cuatro personas y no dos en la habitación. Había dos cuerpos copulándose de manera lasciva y violenta y habían otras dos personas mirándose fijamente a los ojos en un vértigo de pasiones inflamadas fuera de control en donde la una confesaba sus infidelidades con todo el cinismo del mundo y las ganas de herir y el otro escuchando boquiabierto todo lo que la confesante confesaba en una vorágine de amor-odio, pasión, celos, incredulidad y deseos de venganza. - Si, me sigue cogiendo todavía? -. Cuando fue la última vez?, le pregunté de manera obsesiva queriendo saberlo absolutamente todo sin importar las consecuencias. O lo averiguaba ahorita todo o viviría para siempre lleno de dudas. - En la fiesta de Norma que no quisiste ir. - Cómo fue? Los culeos habían bajado considerablemente de velocidad para evitar venirme pero seguían siendo igualmente profundos. La sensación de estarla empalando mientras me confesaba sus infidelidades cotidianas me estaba volviendo loco. Escucharla confesar mientras mi falo se resbalaba a lo largo y ancho de sus entrañas me parecía grotesco pero este era el momento de averiguarlo todo. - Estuve bailando con el hasta las tres de la mañana y de repente me invitó a subir a uno de los cuartos de arriba. Le dije que sí. - Y qué pasó entonces? Subimos pero todos los cuartos estaban ocupados y nos quedamos cachondeando en la escalera. Había chicos y chicas que subían y bajaban en ratos rumbo al baño mientras nosotros en lo nuestro, pero como estaba medio oscuro no nos importaba. Un incómodo y largo silencio siguió a continuación. - Sígueme contando, no te detengas, cuéntamelo todo le dije en tono de angustia mientras mis empalamientos aunque lentos eran profundos y violentos buscando lastimarla. - Con su mano derecha me bajó las pantis hasta arriba de las rodillas mientras chupaba mi teta izquierda y me dedeaba. Así estuvimos un rato, gente subía y bajaba por las escaleras de vez en cuando y se quedaban un rato a observarnos. - No les importaba que los vieran? pregunté tontamente. - No, estábamos en lo nuestro. Después le saqué la verga y estuvimos masturbándonos un rato en la escalera, yo en el escalón de arriba y el en el de abajo. - Y después? - Después me penetro. No duramos mucho, ya estábamos muy calientes y se vino dentro de mí. - Y después? Después me llevó a mi casa porque ya era muy noche y en el camino se la fui mamando, y ya fue todo. - Lo hiciste venirse otra vez? - Si, se vino en mi boca y me los comí. Cuando terminó el relato acelere violentamente la velocidad y violencia de mis embestidas estocándola hasta el fondo de su ligero y pequeño cuerpo y en unos segundos expulse una violenta descarga de espesos mecos calientes que acabaron en su cara, cabello, cuello y senos. Caí rendido sobre ella embarrando mi pecho con mis propios mecos pero no me importó. Me sentía totalmente ido, shockeado, incapaz de hilar pensamientos, era una vorágine de sentimientos encontrados. A la ira se superponía el deseo, a los celos la envidia por Álvaro, a mi amor el odio de saberme traicionado.
Mientras yacía sobre ella pensando Alicia me acariciaba tiernamente la cabeza, como consolándome. - Qué quieres que hagamos Ángel, me preguntó con dulzura. Al menos la palabra hagamos me dio esperanzas. Comenzamos a hablar y supe que Álvaro fue quien la hizo mujer a temprana edad pero que nunca fueron novios ni nada, era puro sexo lo suyo, pero que por el simple hecho de ser su vecino los encuentros sexuales se hacían casi imposibles de evitar sabiéndose ambos al alcance del otro y días aparentemente normales acababan con episodios sexuales en el parque de frente a una pared alzando el culo para ser penetrada desde atrás o en el cuarto de los papás de Alicia cuando estos salían y Álvaro llegaba "casualmente" a saludarla, o en las fiestas de la colonia donde acudían ambos y al calor de las copas y el baile acababan liados el uno dentro del otro.
Oyendo esas historias mi verga volvió a tomar vida y volví a penetrarla ahora a cuatro patas. - Así te gusta que te den cabrona?, le pregunté mientras hundía nuevamente mis 23 centímetros de picha en su humeante concha sudada con olor a pescado. - Así te gusta? le volví a inquirir. - Si puto, me contestó, así me gusta que me den - decía casi gritando mientras paraba su hermoso y blanco culo ofreciéndomelo lascivamente. - Dámelo así cabron, jópeme como la puta que soy. Se salió de mí y me aventó a la cama quedando boca arriba y se montó en mis ingles pero sin empalarse. Sentada sobre mis ingles empezó a culearse sobre mi haciendo que mis huevos rozaran su clítoris mientras con la mano derecha me la chaqueteaba rozando con su puño todo lo largo de mi picha encendida. La visión de verla empotrada sobre de mi acariciándome la verga deliciosamente con su puño derecho, haciala parecer que ella tenía verga y tenía tetas y estas se mecían gelatinosas frente a mí. Se veía hermosísima simulando masturbar su propia mega verga de hombre dotado mientras arriba sus tetas bamboleaban de arriba a abajo entre gemidos de que estaba descargando sus frescos jugos de hembra joven sobre mis huevos inflamados. Una descarga eléctrica apareció en mi espina dorsal seguida de una dureza de mi pija nunca antes sentida. Cuatro potentes disparos de esperma acabaron alojándose nuevamente en sus tetas, ombligo y brazos, el resto resbaló dejando su mano con olor a lejía. Exhausta de su intenso orgasmo cayó rendida sobre mi pecho mezclándose sudores, saliva y esperma fresco en él.
- Me gustaría que me dejaras continuar lo mío con Álvaro, me dijo, es sólo sexo. Tenía que decírtelo y sabía que el único momento adecuado para hacerlo sería intimando.
- Te refieres a que quieres seguir con el mientras también andas conmigo?
- Si, dijo escuetamente.
- Te prometo que eso no cambiará las cosas, entre nosotros todo seguirá igual de bien. Tu eres mi pareja, Álvaro sólo lo uso para sentir placer y él lo mismo conmigo.
- Y si un día llegas a quedar embarazada, quien sabrá de quién es?
- No creo, nunca me he cuidado y nunca me he embarazado ni cuando se vienen dentro de mí. Yo creo que no puedo tener hijos.
- Y qué tal si es tu vecino el que no puede tener hijos, le insistí.
- No creo, he estado con varios, no sólo con él.
- Cuántos son varios.
- De verdad quieres saber?, me preguntó en tono de que no me iba a gustar la respuesta.
- Si, de verdad quiero saberlo todo de ti.
- Tú eres el catorceavo chico, me espetó.
- Pues cuando empezaste?
- En el dos mil catorce.
- O sea que en tres años y media te has cogido a catorce? pregunté ingenuo.
- Si. Te dije que no te iba a gustar saberlo pero si quieres saberlo te puedo decir todo lo que quieras, no quiero que haya barreras entre nosotros.
- Y chicas? Has estado con chicas?
- Si.
Esto se estaba totalmente saliendo de control. Alicia tenía ya una extensa vida sexual mucho más experimentada no obstante que le llevaba seis años de edad.
- Y con cuántas chicas has estado?
- Mmhh, 1, 2, 3..., 4..., 5, y 6. Con seis.
- Las conozco?
- A algunas.
- Quienes.
- Amanda, una amiga de Amanda que se llama Mónica, la chica de ojos grises de la fiesta del año pasado, te acuerdas? Y las otras no las conoces, pero sólo fueron aventuras de una sola noche, o dos.
- Comenta.
- Tina, la secretaria de Fernando, mi ex. Una vez llegué a su oficina antes de ser novios y la secretaria me sentó en la recepción enfrente de ella que porque estaba en una "junta". A los 10 minutos empezamos a escuchar gemidos de la oficina de Fer y pues nos empezamos a poner cachondas. Después de un rato ella, llevaba una minifalda, Karen empezó a abrir y cerrar sus piernas de manera estrujándose la concha, masturbándose, y yo no tenía a donde voltear porque la tenía justo frente a mis ojos. O sea que me empecé a excitar viendo sus hermosas piernas hasta que ya caliente me bajé los pantalones hasta las rodillas y me empecé a restregar la panocha con ahínco. Nos dieron las 6pm, hora de salida de Karen y me dijo, me acompañas a la bodega, tengo que buscar unas cosas antes de irme a casa. Su invitación era más que obvia y acepté. Salimos de la oficina en momentos en que la "clienta" de Fer se estaba viniendo y gritaba "Más rápido, Más rápido". Salimos y me condujo a la bodega que estaba en la planta baja. Recién entramos cerró la puerta con seguro u se dirigió al extremo opuesto de la bodega. Ya allí, volteó a verme jadeante, cachonda, con cara de vicio, se bajó las pantis hasta los tobillos y se levantó la minifalda hasta la cintura mostrándome una panocha perfectamente depilada. Su raja lucia hermosa. Yo hice lo mismo, sólo que yo me desnude totalmente frente a ella y levanté mi pierna por sobre un escritorio viejo abriéndome los labios vaginales con las dos manos para que me los viera bien. Un minuto después me abalance sobre su concha y se la empecé a comer a lambidas. Con una pierna arriba del escritorio nos estuvimos tallando nuestras panochas como dios manda como por diez minutos hasta que ambas nos vinimos al mismo tiempo. Ya de salida me invitó a su casa a pasar la noche con ella.
Para ese momento de la plática yo ya tenía a Alicia debajo de mí lamiéndole el sexo con lengüetadas empapadas de saliva mientras ella, estando boca arriba, recibía mis profundas estocadas de verga sobre su garganta. Nunca entendí cómo esa noche pudo absorber la totalidad de mis 23 centímetros sobre su boca porque lo que estaba haciendo era prácticamente violarla por la boca con pasión desbordada. Cinco minutos después me vacíe por tercera vez en el día en ella, ahora en su boca, de donde no salió ni rastro de mi semen, se lo comió todito.
- Y entonces en qué quedamos?, me preguntó infantilmente. Me das permiso de seguir viendo a Álvaro?
- Y qué piensas con lo de las chicas, vas a seguir teniendo sexo con mujeres?
- Me gustaría mucho, sí, sí tú me dejas.
Y fue así como inicié un largo romance de dos años con Alicia. En ocasiones ella acababa teniendo más sexo con su vecino que conmigo, y lo de las chicas pues era más una cuestión de levantones ocasionales en fiestas o reuniones. Un día que salimos de vacaciones a la playa me pidió que la dejara entregarse a una pareja de recién casados (modelo y fotografo) que una noche nos calentaron a ambos poniéndose a coger frente a nuestros ojos sobre una hamaca. Un rato después acabé yéndome al baño a masturbarme y para cuando regresé Alicia me dijo que la pareja le habían propuesto que pasara la noche con ellos. Con tal de mantenerla feliz le dije que sí pero que regresara a nuestra cabaña a dormir antes del amanecer para que me contara su aventura.
Regresó más a menos a las 3am con el cuerpo sudado, el semblante pálido y varios chupetes en nalgas y cuello. La sesión había dejado marcas de amor por su exquisito cuerpo y cara angelical de niña buena. Me dijo que había sido la mejor experiencia sexual de su vida, que entre ella y él le habían propinado muchos y muy intensos orgasmos. Desde que me empezó a relatar su historia el tronco se me puso como piedra y la penetre culeandola a velocidad media pero con estocadas profundas.
- Dime cómo te fue mi putita, dímelo, le dije con el aliento falto de aire por la excitación.
- El cabron me hizo gozar como animal con su trancota. La tiene mucho más grande y gruesa que la tuya y él si coge bien, no como tú putito, que no tienes ni idea de cómo cogerse a una hembra como yo.
- Y qué te hizo? Cómo te cogió?
- Me cargo con sus brazos, me volteó y dejó mi cara enfrente de su pija pata que me la devorara mientras él me comía que le quedaba frente a su boca. No sabes qué placer me dio, me corrí mínimo 3 veces en su boca.
- Y tú mi amor, lo hiciste venirse?
- Si, en mi boca, y me los comí todos, deliciosos, Mmhh, no como los tuyos, que apestan a lejía. Quieres probarlos? Todavía los traigo en la boca.
- No gracias, dime más, y ella, la chica, qué tal?
- Intensa, quizás la chica más caliente y pervertida que haya visto en mi vida. Nos estuvimos raspando coño a coño durante casi toda la noche mientras que el marido se la jalaba frente a nosotras y nos los echaba en cara y cabello cada que se venía. Se la chupábamos en ratos entre las dos intercambiando huevos por falo o entre las dos le lamiamos el palo. Una delicia. No aguanté más y me fundí en un beso cargado de lujuria metiéndole la lengua hasta la campanilla donde minutos antes había tenido la tranca del fotógrafo. La empecé a culear con todas mis fuerzas moviéndome como gusano poseso encina de ella mientras sus gemidos de placer y sus gritos de dolor rompían el silencio de la noche.
- Si amor, así, así, más duro, más duro, dame más, parchame como la puta que soy, si, cógeme como hombre, como me gusta, aviéntame tus mecos en la concha, dame más mi amor, eres un cabronazo cuando quieres. Mi cogedor, eres el guey que me coge de la manera más sucia...
- Sudaba copiosamente sintiendo que el chisguete era inminente y venía violento. Me incorporé de un salto coloqué mi verga justo en la cara de Alicia mientras con la mano sometía mi miembro a chaqueteos enfermizos hasta que una descarga salvaje de mecos me arrancó un alarido y batió la jovencísima cara y cabellos de mi amada. La cama quedó batida en esperma, sudor y flujos vaginales. Caí inerte sobre mi novia y me quedé dormido.
De regreso al DF Alicia volvió a atender sus estudios y responsabilidades de hija modelo a la perfección. La época de exámenes finales se aproximaba y esa era la época en que menos la veía. Además, había montado a ayudar a su papá en cuestiones administrativas del negocio familiar. Nuestro sexo se redujo durante esa época pero en fines de semana buscábamos resarcirnos. A veces, cuando sus padres y hermanas salían, Alicia me hablaba para que fuera a su casa a cogérmela un rato mientras estudiaba. Acostada en su cama boca abajo con libro en mano vistiendo su mini más corta y sin tanga, me escabullía yo por sobre su casa que dejaba abierta esperándome, entraba a su cuarto ya con el miembro desenfundado y a punto de combate, y la perforaba de una estocada por la retaguardia. Al principio fingía seguir leyendo hasta que llegado el momento aventaba el libro al suelo y me decía - Así mi amor, jópeme como golfa en mi cama de hija buena, háblame sucio, háblame como a una puta, hazme gritar de placer para que Álvaro escuche cómo me haces gozar.
- Álvaro?, le pregunté incrédulo sin saber a qué venía su mención.
- Si, su cuarto está al lado de mi pared o sea que yo creo que nos está oyendo ahorita. Hace rato lo vi entrar a su casa.
Mientras me iba diciendo esas cosas acelere el mete saca dejándole ir toda mi picha y luego sacándosela toda para inmediatamente después volver a perforarla.
Entre gemidos me decía - Si mi amor, que sepa que mi novio me está jodiendo en la misma cama donde el me jode.
- Aquí es donde te coge? En tu cama? Al lado del cuarto de tus papás?, le pregunté incrédulo y con voz tambaleante de celos y excitación.
- Si, aquí, o en la cama de mis papás también, me coge donde quiere el cabron, en la cama de Norma (su hermana menor) y en la de Tania (la menor) también. Me coge donde quiere, es un confianzudo, igual que tú. Como ahorita mira cómo me tienes, empalada por detrás mientras me estudiaba, eres un aprovechado, un violador, eres un padrote, un chulo, el que ofrece a su chica para que se la cojan los demás. Ya vuelta boca arriba enredo sus piernas sobre mi espalda aprisionándome a ella evitando que sacara mi pene de su agujero para mantenerme lo más dentro posible. Eso realmente siempre me prendió y un segundo antes de eyacular salté hacia fuera de ella como tigre tome mi carne con la mano derecha sobre mi inflamado y empapado falo y apunte el arma cargada hacia sus peluches de niña buena dejándolos embarrados de mecos.
Terminado el acto quise saber más de su vecino y de sus experiencias sexuales con él. Efectivamente, su vecino ya le había dado en toda su casa, incluso una vez en la escalera donde una vez ella se quedó sola por un momento mientras la familia salía a un encargo que no duraría más de media hora, máximo. Álvaro, caliente como andaba, espiaba desde su ventana a la familia de Alicia que estaba por salir. Cuando el coche arrancó salió disparado hacia la puerta de Alicia y tocó. Alicia bajó a abrir, vestía un short negro muy sexi que hacía lucir sus hermosas y fuertes piernas blancas y una playera roja. Al momento de abrir y para su sorpresa Álvaro entró apresurado metiéndole la lengua a su boca mientras que la iba empujando hacia la pared bajándole el short negro y su tanga hasta los tobillos hasta recostarla sobre las escaleras, donde la penetro de una estocada para sorpresa y felicidad de mi chica. Semidesnuda y siendo penetrada se dio cuenta que ninguno de los dos tuvo el tiempo de cerrar la puerta, por lo que cualquier persona que pasara por la banqueta o si a alguien se le ocurría ir a buscar a cualquiera de su familia lo que vería sería a Alicia, la hija predilecta de la familia, con la ropa en los tobillos siendo penetrada frenéticamente por su vecino Álvaro, el que la hizo mujer y profano todos sus agujeros desde temprana edad. Estando en esa pose, semidesnuda y con su vecino adentro de su cuerpo, Alicia sólo volteaba hacia el exterior esperando que nadie pasara por allí en ese momento y la pillara siendo cogida de esa manera. Afortunada Álvaro no duró mucho y después de estocarla durante 4 o 5 minutos sacó su miembro y se lo ordeño vaciándose sobre sus piernas blancas. Al parecer nadie los vio.
Esa tarde, después de haberle hecho el amor en su cama de hija de familia me acompañó hacia mi coche cuando ya me iba. Nos dirigimos hacia mi coche y vimos que Ángel estaba afuera de su casa despidiéndose de alguien.
- Ven, me dijo Alicia, te lo voy a presentar.
- Álvaro?, te presento a mi novio Adrián, Adrián, este es Álvaro.
La situación fue súper incómoda, el amante y yo, frente a frente, siendo presentados de la manera más casual por la chica que los dos gozábamos.
- Qué tal, se la pasaron bien?, preguntó no sé si a Alicia o a mí.
- Si, contestó Alicia, me estaba ayudando con una tarea.
- Aja, contestó el vecino, ha de ver estado muy difícil, la tarea (dijo acentuando), porque escuché muchos quejidos.
- Mmhh, dijo Alicia. Bueno, te dejamos porque ya se va, le dijo Alicia al vecino refiriéndose a mí. A ver qué día salimos los tres, dijo despidiéndose Alicia de Álvaro mientras me encaminaba al coche.
- Mucho gusto, colega. Pásesela bien, me dijo el vecino a manera de despedida.
- A qué te refieres con que "A ver qué día salimos los tres"?, le pregunté inquieto.
- Nada más, que a ver si un día hacemos algo entre los tres, quizás se puedan hacer amigos.
- Qué?, le pregunté atónito! Para qué quisiera yo querer conocer al que se coge a mi novia? O quieres que te cojamos entre los dos?
- Ay no, cómo crees?
- Entonces?
- Entonces nada pues, si no quieres no pues.
- Si no quiero qué. De qué estás hablando?
- De nada, si no quieres que pase eso pues no y ya, punto, era sólo una idea.
- Tenías la idea de que un día te cojamos entre los dos?
- Si, pero era solo una idea, si no quieres no y ya, no hay problema.
- Cuál era tu plan?, le inquirí ya un poco molesto. Dime bien antes de que me hagas enojar.
- Si, pues, tenía la fantasía de poder gozar juntos con los dos chicos que más me han hecho gozar en mi vida. Pensé que sería divertido. Pero ya pues, olvídalo.
Con el falo ya nuevamente en posición de combate, le dije con voz temblorosa y falto de oxígeno - Va pues, llámalo y te cogemos entre los dos.
- Qué?, preguntó con una hermosa sonrisa en la cara. De veras? Pero ahorita? Mis papas están por regresar.
- Vámonos al hotel de siempre, le sugerí.
Después de pensarlo unos segundos y nuevamente con la felicidad en la cara me dijo, va, deja le pregunto a Álvaro a ver si quiere.
Se bajó del coche y se dirigió rumbo a casa de Álvaro y tocó el timbre. Cuando esté abrió la puerta vi que Alicia, en lugar de hablarlo allí frente a la puerta, entró a su casa y la puerta se cerró tras de sí. Inmediatamente se me prendieron las luces de alarma y vi la hora en mi reloj. 6:15pm. No deben tardar más de 2-3 minutos en salir, si es que acepta.
Veinte minutos después salieron de la casa y se subieron al coche cuando ya la familia de Graciela había regresado a casa. Al entrar al coche hice como querer besarla en la boca pero Alicia volteó sospechosamente la cara para evitarlo. Ya se la mamo, me dije para mis adentros.
Cuando media hora después los tres entramos a la habitación del hotel la situación estaba cargada de tensión y deseo. Alicia era la que intentaba aminorar la tensión intentando entablar una plática en la que participáramos los tres. Del serví bar sirvió tragos para los tres y prendió la tele en el canal musical. Empezamos hablando de tontería y media mientras yo no dejaba de pensar por qué se habían tardado 30 minutos en salir y porqué Alicia no había correspondido mi beso en la boca. Después de tres rondas de tequila Alicia se sentó en la parte de en medio de la cabecera de la cama mostrando sus hermosas piernas. A ambos nos dio una invitación palmeando la cama para que nos sentáramos a sus dos costados, uno a la derecha y el otro a la izquierda. Después de dos rondas más de tequila Alicia tomó el control de la tv y lo puso en el canal porno donde tres lesbianas se daban placer en una playa paradisíaca. Empezamos a sobarle las piernas a mi chiquita, el la izquierda, yo la derecha, ella dejo su vaso de tequila y acomodó sus dos manos en los paquetes ya inflamados de sus dos amantes. Porque ahora me quedaba claro, las cosas no eran como lo había imaginado, yo no era el novio y Álvaro el amante. Los dos éramos sus novios o sus amantes, pero estábamos a la misma altura. Voltee a ver a Alicia a los ojos y me incline para intentar besarla por segunda vez, y por segunda vez me rechazó. Era un hecho, no me besaba porque seguramente traía aliento de la verga del vecino. El vecino se incorporó y se desnudó de una sola vez y sin escalas y habiendo terminado se colocó frente a Alicia para desnudarla de igual manera. Yo hice lo mismo y los tres regresamos a nuestras posiciones originales, Alicia al centro, el vecino a su izquierda y yo a la derecha, solo que ahora los tres totalmente desnudos, viendo porno y con las dos vergas in crescendo. El silencio era total. Alicia tomó la iniciativa y con sus dos manos tomó los dos faros y empezó a sobarlos suave y lentamente. Su mirada fija al televisor, nadie decía nada. Con las dos pilas ya totalmente tiendas, Álvaro se inclinó sobre ella y su boca se apoderó de la teta izquierda de Alicia. Yo hice lo mío con mi teta mientras ella seguía masturbándonos con la mirada puesta en las lesbianas que se daban placer en la pantalla.
Era claro que Álvaro y yo tendríamos que limitar territorios y casa quien enfocarse en su lado. Mientras pensaba yo esto Alicia flexiono las rodillas y abrió sus piernas mostrando o recordándonos que tiene un coño por satisfacer. Cuando le iba a meter mano me detuve, recordé que Alicia siempre me decía que nunca nadie la masturbaba como lo hacía Álvaro, por lo que me ganó la curiosidad y quise ver como se lo hacia el vecino. Como yo no lo hacía, Álvaro se adelantó y le empezó a meter mano pasándole la yema de los dados a lo largo y ancho del precioso coño rasurado de mi amada. Sus quejidos empezaron a ser audibles y su vista según clavada en la televisión. Como Álvaro estaba frente a ella metiéndole el dedo ella pudo enfocarse mejor en jalármela el pene un poco más rápido y con mayor presión, lo cual agradecí. Dos o tres minutos después los chasquidos ocasionados por la mano de Álvaro ya prácticamente dentro del sexo de mi novia comenzaron a sonar en toda la habitación demostrando que a estas alturas los dedos mágicos de mi contrincante tenían una fama bien ganada. La concha de Alicia estaba ya encharcada de placer. Sus gemidos ya eran audibles y nada recatados. En ese momento Alicia se incorporó, le dijo a Álvaro que se recostara boca arriba y se clavó en el de un sentón que le arrancó un buen gemido.
- Párate frente a mí, me dijo, más cerca, pon tu pene frente a mi cara.
Y así ella tomó la iniciativa, se ensarto la verga de su vecino de un sentón y a mí me la empezó a chupar de manera magistral metiéndose la mayor parte de mis 23 centímetros de placer a la boca. Después de este calentamiento Alicia invirtió roles y se clavó en mi para mamársela al vecino. Era realmente hermoso ver a Alicia en esos menesteres. Verla culeandome a mi, con otra verga clavada en la boca mientras sus hermosos senos brincaban gelatinosas, y con sus grandes y puntiagudos pezones tiesos de felicidad es algo que nunca olvidaré. Después Alicia me siguió culeando pero ahora de espaldas a mí mientras se la seguía mamando a su vecino regalándome una hermosa vista de sus hermosas y duras nalgas que contrastaban deliciosamente con su angosta cintura, guau, qué delicia me decía.
- Ponte a cuatro patas puta, le dijo Álvaro a Alicia.
- Qué me vas a hacer hijo de puta, le contestó Alicia.
- Darte lo que te mereces cabrona, hacerte ver estrellitas hasta que te desmayes, como en Año Nuevo, te acuerdas?
Alarma nuevamente, a mí me había dicho que había pasado año nuevo con sus tíos en San Luis.
Y puesta en cuatro se colocó el por detrás sumergiéndosela frenéticamente mientras con la mano derecha la raspaba la concha a velocidad increíble mientras yo del otro lado le martillaba la boca a vergazos profundo. El placer que estaba recibiendo Alicia fue tal que no pudo seguir mamándomela porque simplemente le faltaba el aire. Álvaro empezaba a sudar copiosamente por el esfuerzo realizado de su cintura y su mano y por tener arqueado su cuerpo para poder hacer ambas cosas a la vez. Me asomé por debajo y vi como de la vagina de mi amada escurrían abundantemente sus líquidos del placer. Alicia empezó a gemir como una puerca pariendo y de su boca escurría saliva copiosamente, estaba fuera de sí como nunca había visto gozar a nadie.
- Tú puta madre cabron, le dijo Alicia a Álvaro.
Al no tener acción yo en ese momento lo único que se me ocurrió hacer fue sentarme frente a Alicia y pegar mi cara a la suya, quería ver su rostro de goce. Volteándome a ver a los ojos, dijo:
- Este guey es un cabron, me coge demasiado bien, siempre me ha cogido demasiado bien, por eso lo odio al hijo de puta, porque nadie me hace gozar como él.
Fue en ese momento que Álvaro se inclinó sobre la espalda de ella, chocando su abdomen sobre la espalda y empezó a culearla mucho más lento pero con penetraciones potentes y rasposas mientras que su mano ahora mejor acomodada, empezó a rasparle el coño ahora con los cuatro dedos de la mano derecha en un movimiento mecánico súper rápido.
- Así puto, así, que aunque Alicia se lo decía a Álvaro, era yo quien estaba enfrente de ella ahora comiéndome su boca.
- Eres un animal cabron, dame más, balaba ya mi novia exhausta de cansancio y placer mientras saliva escurría por fuera de su boca haciéndola ver como una gran puta.
De repente sus balidos pararon y su cara se sumió en el colchón, se había desmayado.
Minutos después Alicia despertó mientras Álvaro le limpiaba la espalda llena de esperma con papel de baño.
- Llévenme a mi casa, dijo, quiero dormir. Prácticamente la tuvimos que vestir entre nosotros dos, ella estaba rendida y las piernas le seguían temblando.
- Ya frente a su casa se despidió de ambos con un muy tierno beso de lengüita.
- Mis Amores, los amo a los dos. Quiero que ambos sean mis novios formales, nos dijo antes de decir adiós.
Y así continuamos durante un año, en sesiones memorables de sexo en donde Álvaro y yo, cada uno a su manera, le dábamos placer infinito a nuestra chica, hasta que un día la vida nos las robó. Alicia fue asesinada durante un asalto en un restaurante del sur de la ciudad de México.
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