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Clueless (II: El suplicio de Cher)

La vida no era la misma desde que Mary Joe y Sidney se marcharon de Los Angeles.

Cher se había convertido en la única reina del instituto, nadie osaba oscurecer su aura.

Además, poco a poco, incrementaba su conocimiento sobre sus poderes.

Cerca del 90% de la gente era fácilmente influenciable. En su instituto no había nadie al que no se pudiese manipular.

Y esa cuestión se había convertido en la más importante en la vida de Cher.

Una noche, mientras dormía, ella tuvo una pesadilla. Un chico sin rostro se la estaba follando y cuando su himen se rompía ella perdía sus poderes y se volvía tan depravada como Sidney. Se despertó bañada en sudor frío.

Ella sufrió aquella misma pesadilla un par de noches más y empezó a preocuparse ciertamente sobre su virgo.

Y su preocupación se incrementó cuando habló con el médium parapsicólogo, la primera persona que descubrió sus poderes.

Él era absolutamente inmune a su poder y le confirmó sus peores pesadillas. Él había visto una brecha en su aura la primera vez, pero no había querido preocuparla con sus elucubraciones.

Ella se pasó dos días sumergida en sus preocupaciones. Sus soluciones: huir de las personas a las que no pudiese controlar y construirse una trinchera psíquica alrededor. También decidió no meterse nada más en su vagina virgen (previamente había usado muchas veces consoladores intentando no romperse el himen). Su mayor preocupación: ser violada por un extraño al que no pudiera controlar.

Los días en su instituto pasaban torridamente.

Cada día que pasaba ella preparaba un espectáculo para sus compañeros. Cada día variaba el afortunado que participaba en el show. El primer día ordenó a Charlotte (la amiga de Dion y la novia de Emmanuel) que tuviese un estruendoso orgasmo mientras el profesor explicaba calculo diferencial. Todo el mundo se dio cuenta de lo que estaba pasando pero lo interpretaron como algo de lo más habitual. Cuando salieron de clase todos olvidaron el incidente.

Otro día ella hizo que uno de los chicos más odiosos del instituto (un par de años antes había intentado salir con ella) se la chupase a sus compañeros mientras proseguían las clases.

De tanto en tanto organizaba orgías. Disfrutaba de las actuaciones pero nunca como participante activo (tenía miedo de perder el control y con él su virginidad).

Había descubierto que podía sentir en su cuerpo los mismos sentimientos de otras personas a voluntad. Esa era la extraña manera que tenía de disfrutar su sexualidad.

Mantuvo sus relaciones con Ann (la novia de su hermanastro). Prácticamente todos los días hacían el amor.

Aquel día no era diferente de los otros.

La desafortunada víctima de su maldad fue Michelle, su profesora de historia. Cher hizo que Michelle se metiese un vibrador realmente largo y que diese clase completamente desnuda. Después de un cuarto de hora las piernas, largas, bien torneadas, de la profesora estaban empapadas en sus propios fluidos y Cher ordenó a Nick, el pelota de la clase, que le lamiese y limpiase las piernas.

La explicación de Michelle sobre el renacimiento era continuamente interrumpida por sus gemidos de placer y por el ruido del vibrador.

Cher no prestaba la más mínima atención a la explicación, no importaba; ella podía sacar las notas que le viniese en gana dando ordenes a los profesores.

Cher ardía en deseos de acoger una polla de verdad en su coño virgen (lo deseaba demasiado). Cuando ella recuperó el control se sintió avergonzada de ese deseo. Su propio bienestar estaba en juego; no podía apartar de su mente la visión del hombre sin rostro follándosela, el profundo placer y las horrorosas consecuencias.

Cuando quedaban diez minutos para terminar la clase de historia Cher ordenó a Nick que le lamiese el culo a Michelle mientras Brad, el peor estudiante con mucho, se follaba el coño chorreante de la profesora (que continuaba explicando como buenamente podía).

Lo que de especial tuvo aquel día fue que Alice (una de las chicas que había participado en un gang bang) estaba preñada. Cher no había pensado en aquella posibilidad antes; Alice era virgen cuando la fiestecita tuvo lugar. Cher se convenció de que aquel era el problema de Alice y dejó de pensar en ello, al menos hasta que encontró una posible solución; cargarle el muerto a un amigo de Alice. Cher únicamente tendría que manejar un poco sus mentes, hacerles creer que estaban emparejados y que habían hecho el amor alguna que otra vez. A Cher le gustó la solución, únicamente tenía que encontrar al tipo idóneo; la elección recayó en Jimmy. Y como lección para si misma nada más de sexo sin preservativo.

A Cher le gustó eso de montar parejas imposibles y bien que lo hizo. El tímido y no precisamente agraciado físicamente empollón se enrolló con la más popular de las cheer leaders (el ser amiga de Cher la había librado previamente de sufrir sus iras como lo habían hecho Mary Joe y Sidney); Pietro, el Casanova de la clase, con una profesora lesbiana reconocida...

Le encantaba tener el control total, jugar con las vidas de los otros como si ella fuese una diosa. Pero continuaba atemorizada de su mente.

Una vez a la semana visitaba al parapsicólogo; él y Ann eran los únicos que conocían sus poderes. Él intentó confortar a Cher; era un estudioso de todo lo paranormal y estaba aprendiendo una barbaridad de las experiencias de Cher. La relación de Cher con la pelirroja de Ann era bastante diferente. La novia de su hermanastro estaba profundamente enamorada de ella. Cher había dejado de jugar con la mente de Ann hacía bastante tiempo pero se había convertido en una obsesión para Ann.

Ann estaba continuamente ansiosa de comer el coño dorado de Cher, lamerle el culo, morderle los pezones o ser follada con el consolador de correas. Ann se había puesto un piercing en el ombligo tal y como Patrick (el hermanastro de Cher) le había sugerido; le encantaba ser la esclava de Cher.

Ann era una muchacha tremendamente inteligente. Estaba terminando sus estudios de psicología con notas de relumbrón. La forma en que había cambiado su comportamiento desde que conocía a Cher era inexplicable pero su vida no había cambiado en ningún otro aspecto.

También estaba prestándole todo su apoyo a Cher. Ann tenía la secreta convicción de que su adorada diosa se estaba volviendo paranoica. Cher estaba necesitada de montañas de comprensión y aquello era algo que no podría obtener viviendo o manejando las vidas de otros.

Cada noche Cher tenía la misma pesadilla; la estaba volviendo loca y no sabía como pararla. Solo se sentí completamente segura cuando estaba con Ann o con el médium; tal vez si que fuese una paranoica.

Descargaba su rabia contra sus compañeros y las actuaciones se volvían más duras cada día; ya no eran los agradables interludios eróticos de los primeros días sino que se habían convertido en sesiones del más duro sado masoquismo. Y Cher podía ser muy cruel, se lo podéis preguntar a Sidney.

Y Dion y Tai, las que habían sido sus mejores amigas, se habían convertido en sus blancos preferidos; le habían dicho que su comportamiento había variado sensiblemente; a Cher no le gustó oír aquello de sus mejores amigas, las chicas que iban de compras con ella.

Dion era virgen, estaba orgullosa de poder satisfacer a su novio de otras formas (sexo oral).

Tai no era virgen precisamente, antes de caer en los redentores brazos de Cher era casi una vagabunda con extrañas amistades y una cierta adicción a las anfetaminas.

Cher la había convertido en una dama bien, con sus mismas aficiones. Pero todo esto fue antes de descubrir que tenía poderes.

Y Cher había acabado de tomarla contra Tai haciendo de su vida un infierno.

En primer lugar hizo de Tai la estrella del gang bang del día. Cada chico de la clase tenía que follarle el coño, el culo y la boca. Cher mantuvo a Tai al límite del orgasmo pero sin dejar que se corriera.

Tai era completamente consciente de lo que estaba ocurriendo (hasta ese momento en las fiestecitas de clase Cher se encargaba de limpiar las mentes de los participantes).

Con un sabor mezcla de semen y de mierda en su boca Tai lloraba continuamente. Cher hizo que Tai se vistiese con un modelito de puta barata que le había preparado y la metió en un autobús rumbo a los suburbios.

Una vez allí, vestida de aquella forma y totalmente debilitada por el gang bang anterior ella se convirtió en una captura sencilla para cada maleante. Sola en la calle fue violada un montón de veces para satisfacción de Cher.

Cuando Cher liberó la mente de Tai ella no podía sentir sus propias piernas y quedó dormida en mitad de la calle como si fuese una vagabunda. Una mujer policía la golpeó con su porra y le hizo que le comiera el coño (con un revolver en la sien). Tai estaba en el auténtico infierno y todavía no había llegado a casa.

Cher preparó una fiesta especial para la desvirgación de su amiga de color Dion. Cher decidió que el hombre indicado para desvirgar a Dion era su propio padre. Era el único directivo de color en una compañía importante. Cher descubrió que solía ir a cierto burdel donde la madam le elegía a la chica. Fue coser y cantar para Cher meter a Dion en el burdel como puta. Y más sencillo todavía hacer que la madam eligiese a Dion, que llevaba una capucha que le ocultaba la cara. Su padre quedó sorprendido de aquella belleza negra y no le quitó la capucha.

Dion reconoció a su padre pero no pudo evitar actuar como una puta. Cher se lo estaba pasando de fábula manejando la destrozada mente de Dion. Dion le bajó la cremallera a los pantalones de su padre y le hizo una mamada memorable. Ella era una experta, se la había mamado a su novio un montón de veces (casi una al día) y su padre no pudo evitar corrérsele en la boca.

Dion quería llorar y chillar pero no pudo; no era la dueña de sus actos.

El hombre negro la hizo echarse en la cama y la desnudo. Vio en aquellos pequeños pezones adolescentes la cosa más erótica que jamás había visto. La folló entre los pechos con su polla aun no del todo erecta. Ella sentía una tremenda desazón en su interior y mucha vergüenza.

Él empezó a morderle los pechos mientras le metía la polla en su estrecho coño.

-Eres realmente estrecha, puta-dijo.

La atacaba con todas sus fuerzas y podía sentir las paredes de su vagina adaptándose a su polla como si fuesen un guante. Cuando sintió la presión de su himen se quedó extrañado, y su sorpresa se incrementó cuando se dio cuenta de que le había roto el himen. Lo excitó aun más y acometió con más fuerza y más velocidad; tanta como le fue posible.

Dion quería morir. No sabía como parar a su padre o como detener aquella estrambótica tortura. Su padre se le corrió en el interior.

-Menuda sorpresa, una virgen-pensó. Había disfrutado desvirgándola, nunca había tenido anteriormente ese placer ni tan siquiera con su propia esposa.

Con este pensamiento en su mente su erección se recuperó inmediatamente. Algo extraño ocurrió en su cabeza: "¿Por qué no se la meto por el culo?". Sabía muy bien que aquello sería carísimo pero la experiencia bien valía la pena. Dion accedió (era Cher y no Dion quien lo hizo) y cuando ella sintió aquella polla (no muy larga pero si lo suficientemente) en su esfínter padeció un dolor aun mayor.

Su padre se lo estaba pasando como en su vida, el estrecho culito le estaba proporcionado su más placentera experiencia.

Cher hizo que él no se corriese así que continuó penetrando el culo durante una eternidad. Cuando Cher liberó la mente del buen hombre éste se corrió como si fuese la última vez de su vida en las entrañas de su hija (él no sabía que fuese su hija).

Su padre no fue el único cliente que complació aquella noche; hizo todo lo inimaginable.

Al final de la jornada de trabajo la Madam del burdel le dio a Dion todos sus ingresos; era la paga de la vergüenza. Cuando llegó a casa y vio a su padre con su hipócrita "No sabes cuanto te quiero, mi mujercita. No sabes cuanto te quiero, hijita mía" sonrisa ella no pudo mirarle a los ojos.

Cuando Cher le confesó sus últimas hazañas a su médium este supo que aquello había llegado demasiado lejos. Sabía que tenía que pararla y sabía como hacerlo.

Le ofreció un refresco (como todas las veces); sólo que en esta ocasión colocó un somnífero en el mismo. Cuando Cher estaba roncando la ató desnuda sobre la mesa.

Ella tenía un cuerpo magnífico, pensó. Le colocó una mordaza y empezó a acariciarle los muslos. Cuando Cher se despertó se dio cuenta de que había caído en una emboscada.

Se sintió desconsoladamente indefensa. Pedía clemencia con sus ojos.

-No mi pequeña oveja descarriada, no puedes convencerme. Tenía que haberte parado hace mucho tiempo. Has hecho a mucha gente desgraciada y pagarás por ello.

Se bajó los pantalones mostrando su erección.

Le puso la punta de la polla en la puerta del coño.

Se la folló muy despacio, quería que ella sintiese todo su miedo, su propia humillación como recompensa.

Cuando su virgo cedió Cher se convenció de que su mundo se había desmoronado.

Pero en la parte oscura de su cerebro estaba disfrutando. Tal vez se convirtiese en una esclava del médium, pero no en una esclava virgen. ¡Y le encantaba la forma en que se la estaban follando!

Y el médium disfrutaba de su nuevo poder sobre Cher, menuda esclava más adorable y hermosa que se había echado.

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