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Categoría: Masturbación

Claudita: La culona

Claudita mi culona amante disfruta de su cuerpo a solas y me lo cuenta todo en una cachondísima carta.



 



Hola a todos; mi nombre es Carlos, soy peruano y este es mi primer relato (o algo así). En serio espero que les guste. Como se hace siempre al empezar a escribir les doy una pequeña descripción mía. Tengo 22 años, de 1.70 mts, complexión atlética, tez clara, cabello y ojos negros. El resto tendrán oportunidad de saberlo conforme vaya escribiendo.



 



En lo sexual me gusta de todo, aunque debo aclarar que soy heterosexual. Bueno, basta de tanta presentación.



 



Publico el siguiente relato por encargo de Claudia, una amiga de la universidad.



 



Todo empezó hace ya algún tiempo cuando leí un relato que escribía una chica en el que describía como se daba placer a sí misma. Me sorprendió darme cuenta que era una chica bastante creativa.



 



Utilizaba jeringas cortadas para utilizarlas a modo de bombas de vacío y dar placer a su delicioso y humedecido clítoris. Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue lo siguiente (apunten si les interesa)



 



Tomaba una media y le introducía bastantes retazos de tela. Luego rodeaba la media con una agujeta para darle forma de falo y, finalmente, colocaba un condón en ese improvisado pero exquisito consolador.



 



No pude resistir la curiosidad y de inmediato puse en práctica la idea. Resta decir que lo hice bastante grande y pensando en Claudita. Luego la llamé y le pedí que viniera a mi casa para estrenar el consolador casero con ella y saciar todas las ganas que tenía guardadas luego de dos semanas de exámenes finales.



 



Ella me dijo que iría un ratito sólo para recoger el dichoso aparato y que luego se iría porque tenía que estudiar para un último examen que le quedaba. En fin, me hice a la idea de no poder gozar de sus grandes senos ni de ese delicioso y apretado culo que tanto me gusta penetrar. Sin embargo, me prometió que me contaría como le fue con lujo de detalles.



 



Esto último y pensar en ese culo maravilloso me éxito tanto que no pude evitar hacerme una paja pensando en ella y viendo uno de los videos que tenemos juntos.



 



Luego de una semana encontré bajo mi puerta una carta que sólo decía "De tu culoncita". fui de inmediato a mi cuarto a leerla y esto es lo que decía:



 



"Mi querido y gran follador, gracias por ese regalo tan maravilloso y grande; lo medí y tenía 20 cm. de largo y 15 cm. de diámetro.



 



Sé que te dije que tenía examen pero el curso era tan pesado que casi a media noche a mitad de estudio no resistí más y empecé a darme gustito pensando en tu rica polla y en tu cálido y abundante semen.



 



Me eché en mi cama y empecé a frotar mis senos por encima de la blusa del pijama imaginando que mis manos eran las tuyas. Sin darme cuenta mi mano derecha bajo a mi entrepierna que ya estaba chasqueando ante la expectativa de lo que se venía.



 



Coloqué mi pulgar en mi clítoris y lo moví en círculos mientras introducía un par de dedos en mi vagina y mi otra mano recogía saliva de jadeante boca para humedecer y acariciar mejor mis pezones que ya estaban paraditos y mis senos casi reventaban de la excitación. Hice todo esto justo como tú me lo enseñaste.



 



Rápidamente mi vagina recibía sin contemplaciones los cuatro dedos de mi mano derecha que entraban y salían con facilidad de lo mojada y excitada que estaba.



 



De mi boca salían gemidos "Aahhh, mmmmm, que rico..." mi cabeza se movía de un lado para otro y en una de esas vi sobre mi velador el preservativo y el "consolador" que me diste.



 



Quise moverme para tomarlo e introducirlo en mi vagina y en mi culo pero un poderoso orgasmo hizo que arqueara mi cuerpo y empiece a gritar como loca "Ssssssíiiiiii, Aahhhhh, me muuuueeero.... Mmmmmm.. Máaaaas aaaaadeeeeentroooooo... más, más..."



 



Gritaba como si estuvieras aquí conmigo y gozaba imaginando tu mirada sobre mi cuerpo. Tomé un tiempo para reponerme y chupar todo el líquido que había derramado en la cama.



 



Decidí desnudarme completamente. Luego me incliné, tomé el consolador, el condón y algo de vaselina de mi cajón.



 



Mis senos estaban que no podían más y mi excitación estaba al máximo. Necesitaba tenerte dentro mío pero era tarde y seguro estarías durmiendo.



 



Cogí el condón y se lo puse al regalito que me diste. Se veía realmente imponente. Y mi culo ya deseaba tenerlo dentro. Puse un poco de vaselina en mis dedos, penetré mi vagina con el pulgar de mi mano derecha y con dos de los dedos restantes empecé a follar mi culo.



 



Entraba y salía de mí ano, primero lento y profundo... después rápido y fuerte; introduje un dedo más y después otro. Cuatro dedos en mi culo, uno en mi vagina y mi otra mano pellizcando y acariciando mis senos ensalivados... me encontraba en la gloria.



 



Tú sabes lo rápido que me vienen los orgasmos de esta manera así que dejé de masturbarme con la mano y en seguida tomé el falo artificial ya preparado.



 



Me tomé un tiempo para contemplarlo y no resistí el besarlo como agradecimiento por el placer que estaba a punto de darme. Entonces me di cuenta que el condón tenía sabor a fresa... te agradezco por eso... sabes que me encanta.



 



Mi vagina chorreaba a litros y mi culo latía expectante. Bajé el falo lentamente por mi cuerpo acariciando mis labios, mi cuello y luego deteniéndome en mis senos y mis endurecidos pezones.



 



Bajé más y acaricié mi clítoris con ese enorme follador artificial. Poco a poco lo introduje en mi vagina que se dilataba tanto como sólo lo ha hecho contigo y recibía al violador improvisado con exquisito placer.



 



Yo estaba que no podía más, me sentía completamente llena y el movimiento de entrada y salida hacía aquel animal fabricado me volvía más loca de lo que puedo ahora recordar…



 



Todo era placer. Mi cuerpo entero estaba al máximo: mi cabeza daba vueltas, me faltaba la respiración, mis pezones estaban completamente rojos e inflamados, sentía en mi vientre la sensación del miedo y mi vagina apretaba al invasor que le daba tanto placer.



 



Era demasiado para mí y lo mejor estaba por venir…



 



Todo era perfecto, pero llegó un momento en que necesité sentir algo más y empecé a jugar con tres dedos en mi ano. El placer creció mucho más (si es que todavía se puede).



 



Con todas esas sensaciones encima quise meter el enorme falo que taladraba mi vagina en mi culo que hacía buen rato esperaba su turno… claro, sin desatender a mi vagina.



 



Así que saqué aquel intruso de mi vagina y éste fue reemplazado por el tubo de la vaselina de un grosor similar pero no había punto de comparación.



 



Mi culito ya estaba listo y bastante bien lubricado. Poco a poco fui introduciendo aquella bestia en mi ano. De sólo sentir su punta sentí un escalofrío que me recorrió toda la espalda y al ir introduciéndolo poco a poco mi vientre percibía el choque de mi violador anal con el tubo de la vaselina.



 



No fue fácil acostumbrarme a tanto placer reunido en un sólo cuerpo. Mi ano latía a más no poder y mi vagina también. Dejé el tubo de la vaselina en mi vagina y lo presionaba con mi brazo mientras que con la mano movía rítmica y suavemente mi delicioso consolador anal.



 



Poco a poco la velocidad de las arremetidas anales que me estaba dando fue aumentando y mis esfínteres recibían sin dificultad la bestial cogida.



 



Mi cuerpo sudado y pringoso empezó a sentir los espasmos previos al orgasmo. Mi cintura se arqueó, se me voltearon los ojos y mi cabeza explotaba. Quise cerrar las piernas para que aquel placer no se me escapara pero mi brazo moviéndose rítmicamente me lo impedía.



 



Mi vagina y mi ano palpitaban y aprisionaban aquello que con tanto placer recibían.



 



Mis gritos debieron haberse escuchado en toda la cuadra: "Aaahhhhhh, aahhhh, aaahhhh. Nnnoo pueddd.. maasssss", "maaaaas fueeeerteeee", "miiii cuuuuuloooo…" "meeee coooorrrooooooo…………"



 



Y mi orgasmo vino con tal violencia que casi no me di cuenta cuando llegó el segundo orgasmo y otro más… al final no sé cuantos tuve.



 



Fue tanto el placer y tan frágil el límite al que llevé a mi cuerpo que me quedé dormida con el culo y la vagina adoloridos.



 



Por dormir sudada me resfríe mi vida y mi ano está extremadamente sensible. Pero no te preocupes que ya se me pasará… Pronto te iré a buscar para que me jodas, me violes, me folles y hagas lo que quieras conmigo.



 



Después de esto tengo la curiosidad de sentir tu puño en mi ano. Ya probaremos otro día mi follador favorito.



 



Tu putita culona de siempre CLAUDIA."



 



Lo que hice en seguida fue llamar a mi culoncita y quedar en una pronta sesión de sexo desenfrenado como siempre lo tenemos. Pero eso se los contaré otro día.


Datos del Relato
  • Categoría: Masturbación
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