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CLARISSA Y LESBIA PARTE 3

Ya habían pasado siete meses, del viaje efectuado a Jutiapa, recordaba a Lesbia, soberbia mujer, y con nostalgia a Clarissa, recordaba su carita de niña dulce, y a pesar de no tener el cuerpazo de su prima era muy bella, y si tenía un cuerpo lindo, y bién proporcionando. Ese día al llegar a casa me dice mi madre que le acababan de llevar la invitación de la boda de Gustavo, y que sería dentro de diez días.

A solicitud de Yoli, la madre de Gustavo llegamos un día antes de la boda, como a las diez de la mañana, todos corrían de un lado a otro, la boda sería en la casa de Lesbia, el señor no quiso salón ni cosa parecida, quería que al momento de salir la novia a su luna de miel, fuera de su casa y con su vestido blanco, Gustavo me dijo que un camión llevaría el licor y aguas gaseosas y otras cosas, pero lo que era vajillas y cristalaería, que era propiedad del hotel y por lo delicado y frágil, me pidió favor que se lo llevara. Me atendió la madre de Lesbia, y fué precisamente Lesbia la que me mostró la bodeguita donde se iba a quedar, me dijo que diera la vuelta por una de las calles del costado, me abrió un portón y procedimos a colocar todo en la bodeguita. Luego me dijo vente para acá, había un cuartito y una cama, y de primas a primeras me empezó a besar, y me dijo es nuestra despedida, me desabrochó el pantalón lo bajó y empezó a chuparme la verga, se subió la falda hasta la cintura,se bajó las bragas, y me jaló hacia ella, y me dijo chupame rápido, no tenemos mucho tiempo, ya excitado no pude reaccionar, además tenía como quince días sin sexo. Le lamí toda la concha, estaba super mojada, le besé las tetas, nos pusimos de lado, frente a frente, ella misma se llevó la polla a la entrada de la panocha, y empezé a metersela despacio, así entraba y salía en su vulva húmeda. estrecha y caliente, ella se subió un poco más para que el tronco le rozara el clítoris, al cabo de unos instantes se pegó más a mí, me mordisqúió el hombro, y con un gemido casi ahogado, se vino, acto seguido me corrí, en ella echandole chorros de semen, sabes me dijo estoy ovulando, escogí el momento adecuado para coger, Gustavo me llamó para decirme que venías y preparé esta cama, porque si hoy no me preñas tú, me preña Gustavo, de todos modos si el bebe nace con los ojos azules, no hay problema don Andrés los tiene azules.(abuelo de Gustavo)

Llegó la fiesta de la boda, llegué acompañado de Don Andrés, Yoli y mi madre, y fué precisamente Clarissa, quién nos atendió, estaba sencillamente hermosa, sus ojos brillaron al verme, y en la primera oportunidad de estar solos me dice, ven al corredor necesito decirte algo: Me casé hace quince días, pero no he tenido sexo con mi marido, el día de la boda se pasó de tragos por fortuna, y se durmió, esa noche yo le hice unas rasgaduras en el pene con mis uñas, y al día siguiente que quiso tener sexo, yo me negué aduciendo que había sido muy brusco conmigo y me había lastimado mucho al momento de su penetración, y así lo he estado manteniendo alejado. Yo sé que vendrías a la boda y quiero estar contigo nuevamente, no te volveré a ver y entonces ya me puedo entregar a él, sin serte infiel. Luego me dijo, al atro lado de la calle, hay un portón, y cerca de ahí hay un cuartito con una cama, tú tienes que salir de la casa de cualquier forma por la parte principal, yo te estaré esperando en ese portón, tiene que ser rápido, para que no se note nuestra ausencia.( no sé si Lesbia preparó todo o fué coincidencia.)

Pero como salir de la casa? pués cuestión de suerte, empezó a hacer un poco de calor, y sabiendo que don Andrés es un fumador empedernido, vi que tenía el paquete de cigarros sobre una mesita, tendría tres ó cuatro cigarrillos, yo me quité el saco y le pregunté si no quería que le colgara el suyo en un pequeño closet que estaba a nuestras espaldas, el me lo dió, y saqué de la bolsa del saco el paquete sellado.

Cuando don Andrés vió que solo tenía ya dos cigarrillos, le pidió a Yoli que le pasara su paquete nuevo, este no estaba y le dije que no se preocupara, que yo salía a conseguirle uno, Clarissa que había visto con detenimiento la argucia, se acerca y le pregunto por una tienda, ella me dice aquí a esta hora están cerradas pero aveces hay una ó dos abiertas, sino pues hay un kiosco en el parque que a esta hora está abierto(10 hrs.)pero si no està abierto hay un bar más adelante, que está abierto las 24 hrs. Yo necesitaba de 20 a 30 minutos, salí, dí vuelta a la manzana y llegué al portón, toqué suavemente, Clarissa estaba lista, nos desnudamos, era la primera vez que la veía completamente desnuda, la anterior fué con un a luz muy tenue, casi solo siluetas, ahora era distinto, sus pechos, que hermosos eran, sus pezones pequeñitos, su aureola rosadita, lisa, sus puntas apuntabam hacia arriba, los besé como loco, fui a vientre liso, fino, plano, su vagina enmarcada en un triángulo de vellos finos color castaño, sus piernas blancas fuertes rollizas, pero de piel suave, empezé a besarle de los piés a su vagina, le chupetié de una forma especial, tal y como me ensañaron unas maestras de este arte, como tenía que hacer vibrar a esa hembra, a la que posiblemente era la última vez, que tendría en mis brazos, no tardó mucho, se vino en un delicioso orgasmo. Con todo el cuidado del mundo. y con el amor especial, la empezé a penetrar lentamente, muy lentamente, sentía como resbalaba mi pene en su cavidad tibia y estrecha, no hubo rechazo ni mueca de dolor, solo recibía besos y mordiditas, yo sabía que le estaba doliendo un poco, pero todo fué silencio, sentí todo mi pene hasta al fondo y lentamente entraba y salía, su vagina estaba completamente dilatada, y lubricada, me pidió subirse y empezó a cabalgar, llegó el momento que empezó a hacerlo rápido y en círculos me excito demasiado no aguante y me vine en ella, ella siguó dándole y al sentir el chorro de mi esperma le dió aún mas rápido cerro los ojos, y con una sonrisa de satisfacción dejó escapar el ah.

Diecisiete minutos exactos, y tres de vestirnos fueron suficientes, para consumar un acto deliciosamente solemne, entré y me dirijí directamente a la mesa de don Andrés, en la vecindad estaba el marido de Clarissa, que ya le había brindado un cigarrillo, le entregué el paquete y le digo, vaya que esta marca cuesta conseguirla un poco, todos volvimos a un amena charla incluyendo el marido de Clarissa, y de lejos con una sonrisa triste, que tenía mucho que decir, Clarissa de despedía de mí con todo su amor.

Con el tiempo en una plática, me enteré que don Andrés era esteril, y que obviamentye no era el padre de Yoli, la adoptaron de días sin que ni la propia Yoli lo supiera, don Andrés falleció un mes antes del nacimiento del hijo de Gustavo, quién por cierto era rubio y de ojos azules.

Siete años después, el destino quiso que Clarissa y yo nos encontraramos en nuestras vidas, pero en circunstancias completamente distintas, esto lo relataré, tal y como les comentaba en la parte primera de esta secuencia de relatos.
Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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