~"...YO TE RECORDABA CON EL ALMA APRETADA

DE ESA TRISTEZA QUE TU ME CONOCES.

ENTONCES DONDE ESTABAS?

ENTRE QUE GENTES?

DICIENDO QUE PALABRAS?

PORQUE SE ME VENDRÁ TODO EL AMOR DE GOLPE

CUANDO ME SIENTO TRISTE

Y TE SIENTO LEJANO?"

Pablo Neruda

Sábado por la noche...la soledad produce dolores en la piel y el alma.

Mi mente divaga entre extraños viajes y encuentro novelescos.

Camino sin rumbo por antiguas calles, rodeadas de arboledas e historias de amores imposibles.

El sol entibia la piel y el aroma de las madreselvas cicatriza las heridas.

No hay rostros, ni cuerpos...solo yo.

En una esquina cualquiera...él...tú.

La silueta imponente del género humano.

Erguido...gallardo...con aire resuelto...vienes a mi encuentro.

La mirada altiva...tierna...decidida me invita al encuentro.

Me apego a tu cuerpo como la enredadera a la pared, y te acompaño.

El pecho se llena de gozo...el calor de tu piel me transmite protección, audacia, energía.

Las calles, la arboleda y las madreselvas espían detrás de las ventanas.

No me he soltado de tu cuerpo en ningún momento...no lo pretendo.

Te sientas...yo en tu regazo, me aferro a tu cuello e invado tu boca.

El sabor dulce del último cigarro me embriaga en nebulosas de amor y placer...me dejo llevar...liberando deseos reprimidos.

Mis manos te recorren en ansiosas caricias que se pierden en el corazón de mis deseos.

Tu boca es un lobo sediento...y me dejo beber. Estremecida en tus brazos...me muerdes y me erizo.

Saboreo tus labios... Sacio mi lujuria en la miel de tus panales.

Me acaricias con agilidad vibrátil...y te alejas...la ternura de tu mirada me recorre...me descubre...me reconoce...agitando lujurias arraigadas.

Me siento observada, y me hago vulnerable...torrentes de pasión emergen desde el universo de mis deseos.

Te sonríes...tu semblante proyecta lo que tus manos anticipan.

Te acercas a mis oídos...me susurras tus ansias...tú voz enloquece mi cuerpo y me besas...son besos que duelen...que desesperan...que terminan soltando las amarras.

Te deslizas con frenética avidez por mi piel...marcándome con besos de fuego, enfureciéndome la sangre.

Tus manos (palomas lujuriosas) me desbordan de locura y ardor...y tu carne, otrora en reposo, se enerva en tinieblas de delirios sin límites, y vago aroma a sexo.

Predispuesta...te espero encendida...en posición exacta, llena de lujuria...tangible...expectante.

Me invades con mesura, perfecto, húmedo, potente...me encastro a tu cuerpo y galopo en tu vientre como yegua bravía...vehemente...furiosa.

Tu lengua, jauría morbosa, se hiende en mi boca, ahogando mis jadeos. La gallardía de tu virilidad, erguida en mi honor, es metal candente que alimenta mis crisoles.

En sensual frenesí, mitigo mis heridas en el alcohol de tus lagares.

Me despojo de temores...me engarzo al bastión de tus batallas...y el mar blanco de tus anhelos me desborda en estertores de ansias mórbidas y gemidos nacidos en amaneceres con ausencias.

Reposo en el amparo de tu pecho...la calma es efímera.

Tus labios aun sellan mi arrebato.

Me elevas en brazos y me depositas en tu lecho...la arboleda es solo sombra fantasmagórica contra los cristales...el sol ha huido al sentirse amenazado de tanto fulgor...las madreselvas se han cerrado, pero aun despiden su aroma, cómplices de nuestra pasión.

La luna se despereza tímidamente en tenues rayos iluminándonos.

Tu lengua busca lo ardiente de mi sexo...mi boca lo potente del tuyo.

Amas mi descaro.

Adoro tu locura.

Erecto...atrevido...intrépido, despiertas mi carne....una vez mas...acudo a la cita.-