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"Relato de la visita de una escort a un cliente en un hotel"
La acompañé hasta la puerta, me dio un leve beso en los labios y salió, con la puerta entreabierta mire como se dirigía hacia el ascensor, me fijé en sus piernas, su espalda y la falda con el bajo de guipur, se giró levemente y me sonrió mientras encendía su teléfono, después, cerré la puerta.
Me dejé caer en la cama con el albornoz blanco, anudado, aflojé el cinturón y me quedé mirando al techo, como queriendo memorizar la ultima hora de mi vida, me incorporé y me asome a la ventana, la vi hablando por teléfono, mientras cruzaba la avenida, al momento paró un taxi y se subió sin dejar de hablar, vi como se alejaba mientras veía su cabellera oscura a través de la luna del coche, giró a la derecha y se perdió para siempre.
Abrí el agua caliente y comencé a llenar la bañera, aún quedaban toallas sin utilizar, puse una toalla a modo de almohada en mi nuca y me sumergí en el agua tibia, cerré los ojos y sin forzarlo comenzó a pasar por mi mente las ultimas horas de la tarde.
La reunión había terminado antes de lo previsto, y sin compromiso de almuerzo, cerca del despacho conocía un pequeño restaurante que se encontraba a medio camino del hotel, lo había visitado en otras ocasiones, tomé un almuerzo ligero, me apetecía algo fresco, una ensalada y un poco de pasta, junto a mi mesa había una pareja joven, ella con una larga melena color castaño, cuidada, el con gafas hipster, se tocaban las manos y se sonreían, vi como una señora mayor los miraba como recordando un tiempo pasado, pasé de postre y tomé un expreso, desde el ventanal, veía parte del hotel donde me alojaba habitualmente, al salir sentí el aire cálido de Mayo, me afloje el nudo de la corbata y llevé la blazer en el brazo, fue un paseo de no mas de cinco minutos, los árboles comenzaban a llenarse de hojas, veía coches y taxis en un sentido y otro, mientras esperaba en el semáforo la gente se posicionaba como para tomar la salida de un gran premio, a mi lado dos chicas, me sorprendió ver que sus indumentarias eran bastante primaverales, me sonrieron y yo les correspondí, el semáforo se puso en verde y cruzamos, las llevaba delante de mí y me fijé en sus ropas y sus cuerpos, pantalones ajustados y camiseta de manga corta, con una chaqueta en la mano, vestido con cazadora tejana, sentí una explosión primaveral en mi cuerpo, iba como magnetizado tras ellas, pero giraron en el sentido opuesto a mi camino, por un momento pensé en seguir un tiempo tras ellas, pero una fuerza superior, acabó situándome de nuevo en mi camino.
Tenia una suite esplendida, con dos compartimentos y baño, entraba por los balcones una luz primaveral, que inundaba hasta el ultimo rincón, coloque la ropa en el armario, la camisa a la cesta de la lavandería, desnudo ante el espejo del baño, de repente sentí que estaba teniendo una erección, me fui a la cama, y mientras me acariciaba pensé en las chicas del paso de peatones, cogí el Tablet y busque chicas de compañía, al instante tenia una oferta descomunal, seleccioné varias, y comencé a llamar. Razzia, una morena con labios impresionantes, primera negativa, su teléfono estaba apagado, Julieta, rubia con un cuerpo magnifico, en sus fotos vestía de ejecutiva con un gran escote en su blusa blanca y una falda ceñida, después de dos llamada, descolgó, le pregunté: Julieta?, y la chica que descolgó me dijo que Julieta no estaba, se encontraba de vacaciones, se ofreció ella, le pregunté que si tenia fotos y me indicó que se llamaba Denia, colgué y la busqué, era una chica mas delgadita y con el pelo rizado rojizo, me atrajeron sus pequeñas tetas y su piel blanca, pero la vi demasiado delgada, junto a su anuncio estaba el de Lili, una chica con buen cuerpo, melena morena, tenia la cara borrada, pero aun así, llamé, por fin alguien me contestaba, le hice algunas preguntas referente a los servicios y el precio, sin perder mas tiempo, le di la dirección del hotel y el numero de habitación, me confirmó que estaría en 30 minutos.
En la ducha mi mente iba a mil, organizando lo que acontecería en unos minutos, me pasé la mano por la cara para ver si tenia barba, realmente no había pasado mas de nueve horas desde que me afeité, perfume mi cuerpo levemente, me puse el albornoz y revisé la habitación, no quería dejar nada por medio, preparé el dinero en un sobre del escritorio, miré por la ventana, aun no había pasado el tiempo, volví a revisar la habitación, me senté en un sofá a ver la televisión, estaba impaciente, volví a mirar por la ventana, vi como salían dos taxis, de nuevo comprobé que el baño y la cama estuvieran en perfecto orden, sonó el teléfono de la habitación, desde conserjería me indicaron que una señorita preguntaba por mi, les dije que la dejaran subir, no esperaba que la pararan en el hall, ya que me incomodaba un poco la situación, me fui a la puerta y por la mirilla observe el pasillo vacío, al fondo había una camarera, ahora la chica se incorporaba a la escena, la camarera se ofreció a ayudarla y le indico mi habitación, la vi acercarse, en línea recta, sobre la moqueta, sin dudar, era imponente, mi corazón latía a cien por hora, en un momento estaba delante de la puerta, se arreglo un poco la falda e hizo una llamada discreta en la puerta con los nudillos, me miré por ultima vez en el espejo, le di unos segundos y me acerque, pregunté: Si?, y al otro lado contesto una voz discreta chica diciendo: Soy Lily.
Nos saludamos, vestía una blusa negra y una falda gris, miré sus piernas pero no recuerdo haber visto sus sandalias negras de tacón, le invité a que pasara, me sonrió, el tejido de la blusa trasparentaba su ropa interior, no percibí ningún perfume, dejó su bolso en la mesa de escritorio, me preguntó: ¿que te parezco?, a lo que le contesté: maravillosa, no podía imaginar lo guapa que eres. Le entregué el sobre, lo entreabrió, contó sin sacar los billetes y diciendo: de acuerdo, lo metió en el bolso, mando un WhatsApp y apago el móvil, le ofrecí algo de beber, me contestó: agua por favor, nos sentamos en el sofá e inmediatamente comencé a acariciar sus piernas, metí mi mano por su falda, note la piel cálida y suave y unos muslos duros y jóvenes, mis manos seguían descubriendo su cuerpo, ahora tocaban su pecho y sus brazos, se acercó y me besó en los labios, abrió mi albornoz y comenzó a besar mi pecho, le dije que si se quería dar una ducha, ella aceptó, diciéndome: ya veo que tu estas limpio y perfumado. En pie bajo la cremallera y dejó caer la falda, se sacó la blusa por la cabeza, me impactó su cuerpo perfecto, con la ropa interior negra, sabia venderse bien, se dejó las sandalias, mientras la acompañaba al baño, no pude reprimir mi mano que se fue hacia sus cachetes perfectos, le ofrecí una toalla de baño y si necesitaba algo mas, mientras se bajaba las bragas, me pidió que le desabrochara el sujetador, mi polla estaba a punto de estallar, la cogí por detrás y la restregué por su culo, ella no intentó apartarse, entró en la ducha, veía como caía el agua por su cuerpo, por sus tetas hasta el ombligo y su pubis totalmente depilado, me cogió de la mano y me llevó hacia dentro, bajo el agua, comenzamos a besarnos, no sabia donde poner mis manos, ella se arrodillo y comenzó a lamer mi polla, hasta que se la tragó, desde arriba y contra la pared mojada de la ducha veía como su cabeza envestía hacia mis cadera, mi polla estaba llena de saliva, cuando miraba hacia arriba, veía en ella un gesto para agradarme, yo le cogí la cabeza con las dos manos y follé su boca, estaba ido, a punto de descargar, ella tenia arcadas por los envites hasta que comenzó a salir semen que se quedaba en su cara y sus labios, algo por el pelo y al fin, todo acabando en sus tetas mojadas y jadeantes, te gusto?, pregunto ella, entonces le bese los labios y sentí el sabor acido de mi propio semen, nos duchamos, yo salí de la sala de baño hacia el dormitorio, me deje caer en la cama, oí el secador de pelo, y en menos de cinco minutos volvió a mi lado, se había puesto un albornoz y la sentía como si hubiéramos sido pareja toda la vida, se tumbó a mi lado, comenzó a acariciarme y besarme, solté el cinturón y la admire detenidamente, ella se sentía complacida, comencé a besar y lamer sus pezones, bajé hasta el ombligo y pasé mi cara a escasos centímetros de su sexo, era el olor limpio de una mujer joven, por un momento calculé su edad, tendría veinte tres o cuatro años, besé sus labios vaginales y comencé a jugar con mi lengua con su clítoris, en un momento sus piernas estaba abiertas dejando un manjar rosado en mi boca, chupé, lamí y hasta mordí y ella en un continuo jadeo acabo aplastando mi cabeza con sus manos y arqueándose hasta explotar en un orgasmo que no tenia fin, no paraba y su piel se comenzó a poner brillante, llena de microscópicas gotas de sudor que la hacían brillar, de pronto cayó extenuada, mientras apartaba mi cabeza de sus piernas, la miré y tenia la cara algo sofocada los ojos vidriosos, había sido un orgasmo real, nada simulado, me sonrió y se incorporó, besándome, de nuevo cayó en la cama.
Cogí una botella de agua y unos bombones, los llevé a la cama, nos acariciamos y nos dijimos nuestras complicidades, ella se llamaba Gisela, y realmente tenia veinte y cinco años, era estudiante de ultimo curso de marketing y decía hacer estas salidas para pagar sus estudios, no se sentía mal, ya que decía no tener compromiso con nadie y no tenia una dependencia absoluta sobre estas visitas, y si había alguien que no le gustaba, no lo hacia. Montó a horcajadas sobre mi, sentía su sexo húmedo en contacto con mi cuerpo, le acariciaba los brazos y el pecho, me incorporaba y chupaba sus pezones que ahora estaban relajados y cálidos, sus aureolas eran mas amplias y rosadas, ella jugaba haciendo que yo no llegara, eso me excitaba, mi polla volvía a ponerse en marcha, ella me ponía su melena por mi cara y restregaba sus pezones por mi pecho, quise penetrarla, ella si desmontarme cogió del bolso un condón, lo sacó del envoltorio y de lo puso en la boca, con una habilidad que nunca visto, me lo enfundo con la boca, llevándolo hasta el final, me quede de piedra, y seguidamente volvió a montarse cobre mi, clavándosela hasta el fondo, comenzó moviendo lentamente las caderas hacia delante y atrás, seguido de una cabalgada, yo la cogía de la cintura, apretándola mas y mas contra mi, iba a tardar muy poco en descargar, y ella volvió al movimiento de cadera con intervalos mas cortos y mas rápidos, yo quería que no se acabara pero ella tenia el control, la vi otra vez como hacia un rato, brillándole la piel , apretando los labios y me vacié en la mas dentro de su cuerpo, ella gritaba que no parara y por fin mientras que volvía a envestir con su cuerpo, quedo de nuevo rígida cayendo sobre mi pecho, la abrace y la besé, mientras acariciaba su espalda, nos mantuvimos unos minutos en esa posición, como si se hubiera parado el tiempo, al fin se incorporo , me besó y se fue al baño, yo quede allí tendido, miré mi reloj y ya habían pasado algunos minutos del tiempo convenido, desde la cama la vi salir de la ducha, secarse, se pinto ojos y labios, después recogió su ropa del suelo , se puso las sandalias y mientras se vestía, me arrodillé ante ella y le abroche la pulserilla del tobillo, levante su pie y besé sus dedos.
Ahora sigo aquí en la bañera pasando la lengua por mis labios, queriendo volver a sentir el sabor de los suyos.
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