Sus pechos desbordaban en su camiseta ajustada. Dos protuberancias exóticas y rodondeadas apuntaban con sus pezones a todos los hombres de aquel bar.
Ella se sabía bella y no dudaba en exhibirse provocando las miradas de algunos hombres que bebían distraidos.
Con las miradas calientes ella se mostraba fría y calculaba sus palabras cuando algún hombre se le acercaba haciéndole insinuaciones.
De repente se le acercó un hombre musculoso y bien dotado que trató de conquistarla:
-Hola preciosa ¿andas sola?
-¿Quieres follarme?, dijo ella con resolución.
- Eh, vaya directa que eres, pues ahora que lo dices: no estaría mal meterte mi herramienta
- Bien pues no esperemos más. solo te pongo una condición.
- ¿Cual? dijo el sin apenas porder disimular la sorpresa
- Ha de ser aquí, en esta barra de bar, has de conseguir follarme sin que nadie se de cuenta.
El hombre se quedó atónito ante la petición, sin embargo tal conversación le había puesto muy cachondo y no quería renunciar a pasar un buen rato con aquellos pechos de mujer que le ponían tanto y aquel culo respingón del que ya había imaginado cómo se portaría con una polla dentro.
Espera un momento, dijo él a la mujer.
Aquel hombre, se alejó hacia donde estaba con sus amigos:
-Tíos tengo una tía allí enfrente que se lo quiere hacer conmigo, si aceptáis ayudarme luego quizá os toque un pedazo de su carne a cada uno.
Los otros hombres atendieron atentamente las explicaciones de su amigo y decidieron ayudarle
Pasados unos minutos ocho hombre se acercaron a esa mujer.
Bien, dijo el pretendiente impulsivo, estos son mis amigos, les he comentado lo que me has dicho y dicen que hacemos buena pareja y quieren ayudarme, se van a poner haciendo corro alrededor nuestro, son altos, fornidos y corpulentos, nadie nos verá entonces follar, y ellos han prometido no mirar, de esa forma cumplo tu condición de que nadie nos vea ¿lo hacemos?
Lo hacemos dijo la mujer divertida, parece que eres muy creativo y no te detienes ante nada, eso me gusta en un hombre.
No lo sabes bien, no sabes bien lo creativo que soy, pequeña, río el hombre con ojos maliciosos.
Los siete hombres se colocaron entonces alrededor de la mujer dejándola en el centro de círculo junto con su amigo. El hombre no se detuvo en cortejos, se abalanzó sobre sus pechos, los manoseó cuanto quiso, su mano de forma experta se deslizó entre sus piernas. La mujer en correspondencia tocó su miembro que estaba que reventaba de grosor ante tal situación. Ambos se magrearon durante un buen rato. El resto de los hombres intentaba no mirar para que la mujer no les viera pero algunos ya se estaban empalmando empalmados y no podían disimular lo caliente que les ponía aquella situación. La pareja continuo un tiempo con sus escarceos y caricias obscenas hasta que él le bajó el tanga le abrió las piernas y la obligó a sostenerse colgada en su cintura. Su miembro erectil sabía bien por donde entrar y no se anduvo con miramientos. Le clavó su polla ardiente mientras la sujetaba con sus manos apoyadas en su culo para sostenerla en el
aire. Los demás comenzaban a tocarse sus pollas sin poder resistir mirar, imaginar, excitarse. El siguió con sus acometidas intensas, ella subía en su cabalgamiento al ritmo en que él empujaba con fuerza hasta que viendo que ya no podía aguantar más la enchufó su proyectil todo su esperma aprentándole las nalgas para que no se despegara de él y le cayera dentro todo su espesa pasión, para que no se derramara al suelo ni una gota.
La mujer cansada de esa posición se bajo despacio de él y se quedó de pie con una sonrisa de satisfacción, le miró mientras él, saciado, se secaba el sudor de su frente y se arreglaba su flácido miembro dentro de boxer. Entonces ella le dijo en tono frío: gracias, ha estado bien, los he tenido mejores pero has estado bien.
Pero él entonces le sujetó de la muñeca y le dijo, eh, no tan deprisa guapa, he cumplido ese requisito tuyo ahora tú cumplirás el mío. ¿QUé quieres de mi? dijo la mujer temiéndose lo que le iba a pasar. Verás preciosa, mi requisito es que mis amigos han accedido a taparnos porque ahora te vamos a follar todos cuantas veces nos de la gana, jajajaja. Ahora le toca a mi amigo y estate quietecita y sé obediente yo te prometo que nadie nos verá como te traspasamos con nuestras pollas hasta llenarte por completo de leche, ya lo verás!!.
Y diciendo esto comenzó a reir con fuerza mientras su amigo se colocó frente a ella y él ocupó su lugar. Los gritos entre los hombres se extendieron, dándose codazos de complicidad, eh, enseñále cómo follamos los tíos!! que le quede un buen recuerdo a esta puta!, exprime a esa vaca, jajaja y déjame el agujero bien abierto que luego me toca a mi, decía otro, yo ya estoy explotando de ganas!!! decía otro más.
Y fue así como uno a uno aquellos hombres se follaron a la mujer en distintas posiciones, por delante, por detras, incluso en una ocasión cuando uno aún no había terminado otro se la metió por el culo mientras los demás jaleaban la doble penetración y hacían el círculo más pequeño entorno a aquella cópula para que nadie notara nada. Con sus anchas y fornidas espaldas nadie pudo ver lo que sucedía dentro de aquel círculo de vicio y perversión, entre aquellas mentes sedientas de sexo y obsesión.
La mujer buscaba liberarse de alguna forma de sus opresores pero le resultaba imposible. Solo había querido tener una aventura con un desconocido y ya no podía dominar la situación. Su cuerpo estaba siendo manoseado e invadido por aquellos tíos que solo buscaban la manera de meterle mano y miembro por todas partes. Su coño
quedó en abierto varias veces, hasta dos pollas se le metieron al mismo tiempo y la última polla era tan grande que le desgarró un tanto la piel y mientras otro le terminaba en la boca obligandole a tragar todo su semen, otro más le metió tres dedos de su mano en el culo mientras la sujetaba por el pelo acercando su babeante boca a su oido y diciéndole todo tipo de obscenidades.
Tras varias horas, cuando todos aquellos hombres quedaron saciados varias veces, dos de ellos tomaron por las manos y las piernas a la mujer y llevandola en volandas la medio sentaron en
un apartado más oscuro de aquel bar, dejándola exhausta y dolorida y sin poder articular palabra.
Nadie vio nada, pues la música estruendosa había tapado los gritos de orgasmos y palabras que delataban el abuso de aquellos hombres a una indefensa mujer que solo había buscado un rato de placer y pasión prohibida y entró a formar parte de un círculo vicioso.
(Este cuento es de ficcion, ayuda a masturbarse con fantasías sexuales de sometimiento y no a practicar violencia o abusar de una mujer)