Cielo Yamile Riveros padrastro abusa de mi todos los días
Los padres de Cielo Riveros se habían separado, quedando ella viviendo con su madre. Ella se había vuelto a juntar con otro hombre, Luis, que pasó a ser el padrastro de Cielo Riveros. Este tipo era muy estricto y mandón. La mamá de Cielo Riveros, Luciana, vivía trabajando fuera y dentro de la casa, por lo que Luis era el que mandaba en casa.
Cielo Riveros iba a un colegio privado religioso, también muy estricto, por lo cual no tenía mucho contacto con la vida social, pero su vida cambiaría totalmente al cumplir sus dieciocho años. Su cuerpo se estaba desarrollando, ya tenía el cuerpecito de una mujercita apetecible, con sugerentes pechos y una prominente cola. Cielo Riveros era rubia y tenía ojos celestes, algo que había heredado de su madre además de su cuerpo.
Siempre cuando llegaba del colegio, cerca del mediodía, tenía la casa para ella sola por unas horas, hasta que su fastidioso padrastro llegara de trabajar. Ese día, llegó como siempre, no había nadie en casa, comió algo y también alimento a su perro, un husky siberiano bastante grande. Estaba con su uniforme de colegio, un jumper azul oscuro con camisa blanca, y su cabello rubio atado con una cola. Entró al cuarto de su madre, buscando los perfumes que ella nunca usaba, solo para probarlos un poco, su padrastro decía que había que ahorrar dinero, y por eso Cielo Riveros no tenía muchas cosas.
Buscando en los cajones de la cómoda encontró unas revistas, unas que nunca había visto en su vida. En la tapa había mujeres desnudas, y cuando la abrió vio fotos de ellas teniendo sexo. La curiosidad le picó, agarró una y se la llevó a su cuarto, procurando dejar todo como estaba.
Una vez en su cuarto comenzó a ojearlas en la cama. Se sorprendió de las fotos, las chicas no parecían ser más grandes que ella. En algunas fotos estaban masturbándose o metiéndose consoladores. Cielo Riveros sin darse cuenta había empezado a acariciarse la entrepierna, a pesar de que ella nunca se había masturbado. Siguió viendo la revista con más atención, hasta que vio algo que la dejó sorprendida, eran fotos de hombres con el pene erecto. Cielo Riveros nunca había visto un pene, y menos una escena de sexo. Las fotos mostraban a las chicas teniendo sexo, con esos penes en sus conchas o anos, siempre con caras de placer.
Cielo Riveros tenía su manita entre sus piernas y se acariciaba la bombacha, frotando su vagina suavemente, algo que le producía una sensación que no había tenido antes. No dudo meter su mano dentro para tocarse mejor, le gustaba, la hacía sentir un placer indescriptible.
-Mmm…aaahhh…aaahh….-se quedó tirada boca abajó, alzando un poco la cola con su mano entre las piernas, la bombacha por las rodillas, masturbándose por primera vez. Lo hacía mirando una foto de una chica con un pene en el ano y otro en la boca. Sus deditos acariciaban su clítoris, y sentía que estaba por estallar, hasta que sucedió-.
-¡Que haces pendeja!-era su padrastro, vestido de traje porque venía de la oficina más temprano de lo debido. Cielo Riveros al ver su cara furiosa se paró de golpe, se subió la bombacha y trató de esconder la revista en su espalda, pero era demasiado tarde-.
-¡Para eso te educamos, para que mires revistas pornográficas y te pajees en la casa!-a Cielo Riveros se le llenaban los ojos de lagrimas y trataba de explicar algo, pero solo tartamudeaba-.
-¡Ahora vas a ver pendeja de mierda!…¡masturbándote en mi casa!-y dicho esto, su padrastro se sentó en la cama, la agarró y la tiró sobre sus piernas boca abajó. Dejando la cola de Cielo Riveros en pompa y su carita justo encima de la entrepierna de Luis. Este agarró la revista que había caído en la cama, la enrolló y la levantó bien alto-.
-¡A vos te hace falta un castigo como los de antes!- Cielo Riveros se imaginó lo que iba a hacer y trató de pararlo entre llantos-.
-¡No!..¡por favor!…no lo voy a hacer más…por favor…¡¡¡¡Aaayyyyyy!!!!-su padrastro había comenzado a azotarle la cola con la revista. A Cielo Riveros no le dolía mucho, pero la estaba humillando, se sentía un pequeño conejito enfrente de un gran lobo. Luis seguía con las nalgadas, haciendo vibrar los cachetes de la cola de su pequeña hijastra. Con la otra mano no dejaba que Cielo Riveros se levantara, y ella solo podía aguantar esa humillación-…
-¡¡¡Ayy!!!…¡¡¡aayy!!…¡¡¡aaayyy!!!-gritaba ella con cada golpe de la revista, Luis le decía cosas como «así vas a aprender» o «te la buscaste pendeja de mierda». Cielo Riveros en un momento recostó su cabeza en la entrepierna de su padrastro, y sintió algo duro que palpitaba dentro de los pantalones. Se le vino a la cabeza la imagen de la chica de la revista chupando una verga. Y no supo porque empezó a excitarse, los golpes y las puteadas que le decía su padrastro la estaban calentando. Y él no se quedó atrás, su bulto era más que evidente-…
-¡¡¡Aahh, así que quieres poronga!!!-le gritó Luis cuando Cielo Riveros había rozado con su mano el bulto-.
-¡¡Poronga vas a tener!!-y Luis se bajó el cierre del pantalón y sacó su verga. Cielo Riveros alejó su cara asustada, la verga de su padrastro era mucho más grande que las que vio en la revista. Ésta era larga y gorda, con las venas palpitando y la cabeza roja. Luis la agarró de la cabeza y la empujó hasta su pene, agarrándola fuertemente de la cola de su cabello-.
-¡¡Ahora chúpala nena!!- Cielo Riveros se retorció tratando de soltarse, pero Luis la tenía firmemente sujeta-.
-¡¡No!!…¡¡Déjame!!- Luis la agarró del cuello y apretó, dejándola sin poder respirar. Cielo Riveros abrió la boca asfixiándose-.
-Ahora chúpala o vas a ver…¿entendiste?- Cielo Riveros contestó que «sí» con la cara roja por la falta de aire, y Luis de un empujón agachó su cabeza y le metió medía verga en la boca a su hijastra. Agarrándola nuevamente del pelo comenzó a subir y a bajarle la cabeza a Cielo Riveros por su imponente verga. Solo la mitad entraba en su pequeña boca, y esa mitad le llegaba hasta la garganta. Sus mandíbulas estaban abiertas al máximo, y su lengua saboreaba forzosamente el gran pene de su padrastro-.
-¡¡¡¡Mmm…mmmm!!!!….¡¡¡mmmmm!!!- Luis con la otra mano comenzó a mandarles dedos en la conchita de Cielo Riveros, y a ella por más que le dolía un poco, volvía a sentir la sensación placentera de cuando se masturbó-…
-Te conviene que no me muerdas pendeja….¿ves como te gusta?, estás toda mojada-le decía mientras seguía subiendo y bajando su cabeza agarrándola de los pelos. Al rato ya tenía dos de sus grandes dedos entrando y saliendo de la concha de Cielo Riveros, y ella no podía evitar excitarse-.
-¡¡Ahora abre la boca!!…¡¡y te conviene que te tragues todo!!- Cielo Riveros no entendió eso, hasta que Luis le tiró los pelos hacia atrás sacándole la verga de la boca. Se masturbó unos instantes y comenzó a eyacularle en la cara. Cielo Riveros por miedo abrió su boca y recibió los chorros de semen, algunos iban a parar a su boca, pero otros salpicaban su carita y su pelo. Los chorros eran potentes, y le dejaron la cara completamente embadurnada de leche-.
-Límpiame la verga-le dijo. Cielo Riveros tragó el semen de un largo trago, y tímidamente agarró el pene con sus manitas y se lo llevó a la boca. Lo chupó lentamente hasta dejarlo limpio, mientras su padrastro gemía de placer. Cielo Riveros mamó esa gran verga hasta dejarla limpia de saliva-.
Cielo Riveros estaba confundida y agitada, pero antes de que reaccionara su padrastro la agarró y la tiró en la cama bruscamente, quedando Cielo Riveros boca arriba. La miró con su verga entre las manos, todavía la tenía dura, imponente.
-¿Quieres más verga?…ahora la vas a tener- Cielo Riveros lo miró asustada, pero Luis de un rápido movimiento se colocó entre sus piernas apuntando su vergota a la pequeña vagina de su hijastra. Cielo Riveros se quedó dura del miedo, se imaginó siendo atravesada por semejante mástil, pero tampoco podía olvidar la cara de placer de las chicas de la revista-.
Luis agarró las piernas de Cielo Riveros y las pasó alrededor de su cintura, agarrándola de las nalgas. La niña no sabía como reaccionar, quería correr pero estaba paralizada.
-Ahora vas a aprender lo que es una verga-le dijo y pegó un empujón, ensartándole la mitad de su verga en la conchita de Cielo Riveros. Ella pegó un gritó tremendo, cerro fuertemente sus ojos cuando sintió un dolor indescriptible-.
-¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaayyyyyyy!!!!!!!!-su padrastro la había penetrado hasta los huevos, rompiéndole el himen bruscamente. A Cielo Riveros se le caían las lágrimas, el dolor era terrible. Arqueó su espalda y se agarró de las sábanas, aguantando la lenta penetración de su padrastro-…
Ella cerró la boca apretando los dientes, sentía que la verga de Luis le llegaba hasta el estómago, era demasiado grande para su cuerpo tan chiquitito. Luis la bombeaba cada vez más rápido, con fuertes estocadas, sacando casi toda su verga, para luego introducírsela salvajemente hasta los huevos.
-¡¡¡Aayyy!!!..¡¡¡aaaaayyy!!!…¡¡¡¡aaaayyy!!!!- Cielo Riveros no podía evitar gritar, su padrastro la estaba partiendo en dos. Sus grandes pechos bajó su camisa bamboleaban con las embestidas, su carita estaba roja y llena de lágrimas. Cada vez la penetraba más salvajemente, más rápido, y a pesar del dolor, comenzó a sentir un leve placer que iba creciendo-…
-Hace rato que te quería coger pendeja…la tienes re apretada-le decía su padrastro jadeando como un toro mientras la cogía sin parar. Cielo Riveros sentía como su vagina poco a poco se amoldaba al tremendo tamaño del pene y poco a poco comenzó a jadear de placer-.
-¡¡¡Aaahhh!!!…¡¡¡aaahhh!!!…¡¡¡aaahhh!!!-su padrastro al notar esto comenzó a penetrarla más rápido, más salvaje, con una brusquedad que hacia que Cielo Riveros se moviera de atrás hacia adelante por las embestidas-…
-¡¡¡Aaahh!!!…¡¡¡¡¡aaaahaaaahhhhhhh!!!!!- Cielo Riveros se retorció sobre la cama, su padrastro la estaba haciendo acabar, sentía como su cuerpo era invadido por una electricidad y un placer que nunca antes había sentido-…
-¡¡Ahora a tomar la leche!!-gritó Luis, sacó su verga y se colocó encima de Cielo Riveros, poniéndole su pene justo en la cara. Se masturbó un poco y comenzó a venirse a chorros. Cielo Riveros, no subo porque, abrió su boquita para recibir la leche. Su carita quedó nuevamente embadurnada de semen, y lo que cayó en su boca se lo tragó sin problemas, no le disgustaba el sabor-…
Quedó jadeando en la cama por el esfuerzo, su padrastro se levantó y se guardó el pene. Fue hasta la puerta y le dijo severamente antes de salir.
-Si cuentas algo te mato a golpes, ¿¡entendiste!?- Cielo Riveros afirmó asustada con la cabeza, todavía jadeando. Cuando se fue Cielo Riveros se tocó la vagina, le dolía un poco, y también encontró restos de sangre, pero estaba tan cansada que se quedó dormida pensando en que la cogida brutal que le pegó su padrastro le había gustado-.
Su madre ni se enteró de lo sucedido, ni siquiera cuando metió las sábanas con sangre al lavarropas. Luis cada sonreía maliciosamente cada vez que la miraba, y Cielo Riveros solo agachaba la cabeza sin decir nada. Al otro día Cielo Riveros llegó del colegio con el temor de encontrarse con su padrastro, pero este no llegó hasta la noche. Se sintió aliviada de no estar sola con el mucho tiempo, su madre llegó momento después.
Por la noche cenaron de lo más normal, luego Cielo Riveros se fue a dormir, se puso su pijama, una camisita y un pantaloncito de algodón con dibujitos, y se acurrucó en la cama, en posición de cucharita. Siempre dormía abrazada a un grande oso de felpa, y no tardó mucho en conciliar el sueño.
-Mmm…mmm- Cielo Riveros comenzó a gemir muy suavemente dormida, pero lo que no sabía era que sus jadeos eran producto de los manoseos de su padrastro, quien se había metido en su cama y le tocaba suavemente la vagina. Cielo Riveros seguía sin despertar, Luis estaba detrás de ella, lentamente le bajaba los pantaloncitos del pijama junto con la bombacha hasta dejar la cola de ella descubierta, Cielo Riveros se abrazaba cada vez más fuerte al oso, gimiendo más fuerte pero sin despertarse-…
-Mmm…aaahhh….mmmm- Luis comenzó a embadurnarle la cola con algo viscoso, más precisamente manteca. Y poco a poco comenzó a meter un dedo en el anito de Cielo Riveros. Ella se quejó, suspirando ante el nuevo intruso, pero Luis lo hacía lentamente para no despertarla-…
-Mmm…aayy…aahh- Cielo Riveros se quejaba cada vez mas, Luis al rato ya tenía dos dedos entrando y saliendo del orificio de atrás de la nena, los movía en círculo agrandando el agujero. Con su otra mano se sacó el pene y comenzó a embadurnárselo con manteca. Cuando tuvo bien lubricada su gran verga, la acercó al ano de su hijastra, lo colocó en la entrada y contó hasta tres-…
-¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaaaayyyyyyyyyyy!!!!!!!!- Luis le puso una mano en la boca a Cielo Riveros cuando pegó el gritó, él le había enchufado su imponente verga brutamente hasta los huevos. Cielo Riveros no sabía que pasaba, solo sentía un dolor enorme y que algo la había atravesado de lado a lado-…
-¡¡¡¡Mmm!!!!…¡¡¡mmm!!!…¡¡¡¡mmmm!!!!- Luis comenzó a bombearle el culo a la nena, Cielo Riveros quería gritar como nunca por el dolor insoportable, la estaban partiendo en dos. Sus ojos se llenaron de lágrimas, su respiración se agitó y tuvo que abrazarse lo más fuerte que pudo al oso para aguantar. El dolor no la dejaba pensar en lo que estaba pasando, solo sentía que algo enorme entraba y salía de su cola cada vez más rápido-…
-Tienes la cola re apretada pendeja-le susurraba Luis al oído mientras la culeaba. Cielo Riveros se aferraba como podía al oso, sentía que la enorme verga de su padrastro le salía por la boca. Luis seguía con el mete saca sin parar, cada vez más salvaje y brutal, dándole fuertes estocadas a la cola de Cielo Riveros. Él tenía una mano tapándole la boca, la otra la metió debajo de la camisita del pijama hasta llegar a las grandes tetas de la nena-.
-Igual que tu vieja, tetona, saliste pendeja-decía Luis a la ves que le lamía la oreja como un viejo baboso. Luego levantó el pijama y sacó los pechos de Cielo Riveros afuera, para después manoseárselos a placer, pellizcándole los pezones, amasándole las tetas y haciendo lo que quería con ellas-…
-¡¡¡Mmm!!!…¡¡¡mmm!!!…¡¡¡mmm!!!- Cielo Riveros solo seguía jadeando sintiendo como le estaba destrozando el culo, aunque poco a poco el dolor disminuía. Al rato de estársela culeando, Luis la colocó boca abajó, puso el oso debajo del vientre de Cielo Riveros, dejando así su cola bien parada, todo esto sin sacarle la verga del ano-…
-Si gritas te mato, ¿entendiste?-le dijo al oído. Cielo Riveros movió la cabeza afirmativamente llena de lagrimas. Se aferró a las sábanas y sintió como Luis la agarraba de la cintura y comenzaba a culearla de manera brutal. Tuvo que apretar los dientes para no gritar, pero no aguantó mucho y tuvo que morder la almohada para no hacerlo.
-¡¡¡Mmmmm!!!…¡¡¡mmmm!!!!…¡¡¡mmmm!!!!-era increíble como semejante verga podía entrar en un orificio tan pequeño, Cielo Riveros era chiquitita y su padrastro enorme, por lo que la dominada como quería. La gran verga entraba y salía sin contemplaciones de la cola de Cielo Riveros, los cachetes de su cola vibraban con cada estocada, Luis relinchaba mientras culeaba a su hijastra-…
-¡¡¡Mmmmmm!!!….¡¡¡¡¡¡¡mmmmmmmmmm!!!!!!!-a pesar del dolor, Cielo Riveros no pudo evitar llegar al orgasmo, arqueando su espalda a más no poder. Luis se recostó sobre su espalda y se aferró a los grandes pechos de Cielo Riveros, bombeando más lento pero con estocadas más fuertes-…
-¡¡Toma!!…te lleno el culo de leche…¡¡¡AAAHH!!!- Luis comenzó a vaciarse en la cola de Cielo Riveros. Ella sentía como algo entraba en su cuerpo y la llenaba, la eyaculación de Luis era enorme. Se la metió hasta los huevos cuando lanzó los últimos chorros de leche, y cuando sacó su verga de la cola de Cielo Riveros, vio como el anito de ella estaba dilatadísimo y chorreando semen-…
-No hace falta decirte que si abrís la boca…ya sabes lo que te pasaría- Cielo Riveros no dijo nada, solo quedó jadeando y limpiándose las lagrimas. Luis se levantó y se fue. Cielo Riveros se acurruco en la cama sintiendo que el ano le ardía, pero cayo dormida por el cansancio-…
Al otro día Cielo Riveros caminaba dificultosamente. No sabía que hacer, tenía miedo que si contaba algo Luis la matase. Pero por otro lado, cuando Luis la violaba, le gustaba, aunque sabía que estaba mal. La mamá de ella ni se dio cuanta de su estado, Cielo Riveros estaba muy callada y con una carita que parecía que estaba a punto de llorar. Luis cada vez que la veía le sonreía maliciosamente. En los dos días que siguieron, Luis no la tocó porque llegaba tarde del trabajo y se acostaba a dormir, para alivio de Cielo Riveros.
Pero el jueves por la mañana, pasó lo que tenía que pasar. Cielo Riveros se levantó para ir al colegio, ya un poco recuperada, no le dolía casi nada. Se vistió con su jumper y bajó a desayunar, encontrándose con Luis esperándola en la mesa. Ni su madre ni Luis estaban cuando ella se levantaba, pero hoy era distinto.
-¡Adonde vas!-le dijo Luis agarrándola de la mano cuando Cielo Riveros quiso salir corriendo. Cielo Riveros por más que tiró no pudo zafarse, Luis la sentó a su lado, y le dijo que desayunara. Él tomaba muy tranquilo su café y leía el diario. Cielo Riveros desayunó un plato de cereal como un robot, temiendo que si se moviese Luis le pegara. Estaba allí, inmóvil en su silla con la vista clavada en la mesa-….
-¿Terminaste?-le dijo Luis. Cielo Riveros contestó que no con la cabeza, sin mirarlo, y si hubiera mirado, se habría dado cuenta de que Luis tenía su verga afuera del pantalón, meneándosela con la mano-.
-Deja esa leche y tomate ésta-le dijo agarrándola de la cabeza. Cielo Riveros se resistió con todas sus fuerzas, pero en un instante ya tenía la verga de Luis golpeándole la cara-.
-¡Déjame!…¡¡para!!-por más que gritara, Luis no aflojaba, la tenía firmemente agarrada. Cielo Riveros no quería abrir la boca, apretaba muy fuerte sus labios, pero Luis hacía presión y se divertía con esto. En un momento, le apretó la nuca con tal fuerza que Cielo Riveros lanzó un tremendo grito-.
-¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaayyyyyyyyyy!!!!!!- Luis sonriente, aprovechó que ella abrió su boca para meterle su verga hasta la garganta. Bruscamente la agarró de la cola y el pelo y comenzó a subirle y bajarle la cabeza por su verga, haciendo que Cielo Riveros se la mamara forzosamente. Al, rato Luis la agarró de la cabeza con las dos manos, subiendo y bajando su cabeza muy rápido-…
-¡¡¡Mmmm!!!…¡¡¡¡mmm!!!!- Cielo Riveros trataba de levantarse con todas sus fuerzas, pero no podía. El ir y venir de su cabeza la estaba mareando, su carita se cubrió de lagrimas mientras sentía como su padrastro le taladraba la garganta-…
Al rato Cielo Riveros ya no tenía fuerzas para resistirse, incluso le costaba respirar con semejante pedazo de carne en su boca. Luis pegó un alarido «¡¡toma pendeja!!» y clavándole la verga hasta los huevos en la garganta comenzó a acabar. Cielo Riveros comenzó a tragar el semen para no ahogarse, pero era demasiado y se le salía por la comisura de los labios.
Cuando Luis terminó de eyacular, movió de nuevo la cabeza de Cielo Riveros hasta dejar bien limpia su verga. Cielo Riveros chupó y mamó hasta dejarla brillante de saliva. Luego Luis la soltó y Cielo Riveros se cayó de la silla, tosiendo y escupiendo semen.
-Ahora ándate al colegio si no quieres que siga-la amenazó Luis. Cielo Riveros, limpiándose las lágrimas y todavía tosiendo, se levantó y se fue-.
En el camino al colegio comenzó a llorar, le gustaba y no le gustaba que su padrastro la violara, se sentía su muñeca y eso la ponía mal. Ese mismo día por la noche, Luis entró a su cuarto cuando ella estaba dormida y la culeó salvajemente, poniéndola en posición de perrito. Como Cielo Riveros no podía aguantar sus gritos Luis le tapó la boca con la mano. Se la estuvo culeando alrededor de media hora, intercambiando entre el ano de Cielo Riveros y su concha. Cuando se la metía en el culo, le metía tres dedos en la concha, y viceversa. Después se la enterró en el culo hasta los huevos y se vació en el, dejándole el ano lleno de leche. Cielo Riveros quedó sollozando en la oscuridad cuando se fue su padrastro.
El viernes a la noche nuevamente fue obligada a mamarle la verga a Luis. Al principio Cielo Riveros no quiso, pero Luis le pegó una cachetada que la hizo obedecer. Ella se arrodillo bajó la mesa llorando y moqueando, fregándose la mejilla que todavía le dolía por el golpe. Sacó la verga de Luis que ya estaba dura y comenzó a chuparla. Luis mientras leía el diario. Cielo Riveros chupó el gran aparato de su padrastro, sacándoselo de la boca y pasándole la lengua, tragándoselo entero y frotándolo con su lengua. Luis le daba indicaciones, Cielo Riveros solo obedecía mientras se le caían las lagrimas. Le dijo que lo pajeara y le chupara los huevos, y Cielo Riveros lo hizo con su pequeña manita. Después de un rato de estar mamándosela Luis avisó que iba a acabar, y Cielo Riveros sin que se lo dijera se mandó la verga hasta la garganta y recibió los chorros de leche. Tragó todo lo que pudo, pero siempre se atragantaba. Luego le dijo que se fuera al colegio.
Cielo Riveros no sabía que hacer, y mientras volvía del colegio pensó en decirle a su madre si podía dormir esa noche en la casa de una amiga. Hizo tiempo para no regresar a su casa hasta que su mamá llegara, no quería encontrarse de nuevo con Luis. A eso de las seis fue hasta la casa, pensando que su madre ya estaría a allí. Pero parecía no haber nadie, ni siquiera Luis. Decidió pegarse una ducha y después encerrarse en su cuarto hasta que llegara su madre.
Fue al baño y se sacó toda la ropa, se metió en la ducha y el agua caliente la relajó. Estuvo un buen rato, masajeándose sus grandes pechos con el jabón. Salió un poco mejor de los ánimos, se comenzó a secar con un gran toallón blanco. Después se envolvió en el y comenzó a peinarse.
-¡Conque acá estabas!-su padrastro entró abriendo la puerta de golpe. Cielo Riveros se quedó inmóvil por el susto. Luis se acercó a grandes pasos y se puso tras ella-.
-¡Vengo re caliente del trabajo, así que prepárate!- Cielo Riveros comenzó a reaccionar, Pero Luis ya la tenía agarrada de la cintura, y con la otra mano se bajaba los pantalones hasta las rodillas-.
-¡¡Para!!…¡¡¡déjame!!!-comenzó a gritar Cielo Riveros. Luis la empujó contra el espejo golpeándole la cara con él. Cielo Riveros quedó inclinada contra el lavatorio con la cola en pompa. Luis de un tirón le sacó la toalla dejándola completamente desnuda-…
-¡¡¡Déjame!!!…¡¡¡déjame tranquila!!! ¡¡¡aayy!!!- Luis le pegó un coscorrón en la cabeza que la dejó medio atontada. Le abrió las piernas y le enchufó hasta los huevos su gran verga en la concha de una sola vez-.
-¡¡¡¡¡¡Aaaaaaaaaahhhhh!!!!!!- Cielo Riveros gritó del dolor. Le dolía que fuera tan salvaje y que ni siquiera esperase a que estuviera lubricada. Luis no tuvo contemplación, comenzó rápidamente con el bombeo penetrándola brutamente-…
-¡¡¡aaahhh!!!…¡¡¡para!!!…¡¡¡me duele!!!…¡¡¡¡aaaahh!!!!…¡¡¡¡aaaahhh!!!!- Cielo Riveros gritaba con todas sus fuerzas, su carita ya estaba cubierta de lágrimas aguantando las embestidas. Luis gemía como un toro mientras la cogía, recorría el cuerpo de la nena con sus manos hasta que llegó a las grandes tetas-…
-¡¡Que tetazas pendeja!!…¡¡sos una perrita eh!!-le decía baboseándole la oreja asquerosamente. A Cielo Riveros ya se le iba pasando el dolor y comenzaba a gemir-…
-¡¡Aaaahh!!…¡¡aahh!!…¡¡aaahhh!!…¡¡¡¡¡aaaaayyyy!!!!!- Luis le metió dos dedos en el ano. Cielo Riveros comenzó a gritar nuevamente del dolor. Tuvo que agarrarse bien fuerte al lavatorio para aguantar. Al rato ya tenía tres dedos en el ano, y Luis cambió de agujero-…
-¡¡¡¡¡¡¡¡Aaaaayyyyyyyy!!!!!!!!-comenzó a culearla salvajemente, la empujó para que se inclinara mas, y Cielo Riveros quedó con la cara pegada al espejo-…
«¡Plop! ¡plop! ¡plop!» emitía su cola cuando chocaba con el vientre de Luis. Luis ahora la tenía agarrada por la cintura y sus embestidas eran más fuertes y rápidas. Cielo Riveros gritaba y chillaba, su padrastro la estaba destrozando.
-Grita todo lo que quieras…tu vieja no viene hasta la noche-A Cielo Riveros se le cayó el alma al piso, no se esperaba eso. Pero no tuvo tiempo de pensar, Luis la movió e hizo que ella se agachara y tocase el piso con las manos mientras la culeaba. Cielo Riveros quedó doblada en dos recibiendo la gran verga de Luis. Luis intercambiaba entre el ano y la concha de la nena. La agarraba de los cachetes del culo para que no se cayera y Cielo Riveros hacía todo lo posible para no hacerlo. Después de un buen rato Luis se la sacó y Cielo Riveros cayóo al suelo-…
-¡¡¡Ahora métela entre tus tetas y chúpamela, eh!!!-le dijo amenazándola levantando la mano. Cielo Riveros, por miedo, se arrodilló a sus pies y metió la verga entre sus grandes tetas. Trataba de no llorar, pero las lagrimas corrían sin parar por su carita blanca. Luis escupió sus pechos para lubricarlos y Cielo Riveros los apretó con sus manitas, dejando la verga de Luis aplastada entre los dos. Luego comenzó a moverse deslizando la verga por sus pechos. Inclinó la cabeza y haciendo un gran esfuerzo, porque le dolía el cuello, comenzó a chuparle la cabeza del pene que salía por entre sus tetas-.
-Así pendeja…después te tengo una sorpresita- Cielo Riveros no entendió, pero sabía que no le iba a gustar. Estuvo así chupándole la verga metida entre sus tetas un buen rato, hasta que Luis sin aviso comenzó a venirse a chorros, salpicándole la cara y las tetas. Quedó toda embadurnada en leche. Su carita, su pelo y sus tetas chorreaban semen por todos lados-…
-Ahora báñate que dentro de un rato viene tu vieja-le dijo mientras ella se levantaba dificultosamente limpiándose le semen-.
-Ah, y un adelanto: tu madre se va esta noche por trabajo, así que quedamos los dos solitos-dicho esto cerró la puerta. Cielo Riveros comenzó a llorar de la impotencia, seguramente no podría decirle nada a su madre y encima estaría sola con su padrastro, y no quiso imaginarse lo que le haría esa noche-.
Cielo Riveros se bañó y fue a su cuarto, pero al rato Luis la llamó y ella tuvo que obedecer. Su madre había llegado, Cielo Riveros la saludó y vio que Luis le hacía señas de que se acercara. Él estaba de andar por casa, con unos pantalones deportivos. Cielo Riveros estaba vestida por un vestidito suelto floreado, con el cabello atado con dos colas. Su madre se puso a cocinar y Luis llevó a Cielo Riveros hasta la sala donde estaba el televisor.
-Siéntate al lado mío-le dijo tajantemente. Cielo Riveros se sentó tímidamente en el sofá, un poco alejado de el. Luis prendió la tele y puso un partido de fútbol. Cielo Riveros estaba sentada con las manos en las rodillas y mirando el suelo, no sabía porque la había llamado-.
-Siéntate más cerca- Cielo Riveros no respondió, estaba como perdida. Luis la hizo reaccionar de un coscorrón y Cielo Riveros rápidamente se sentó cerca suyo-.
-Ahora mete la mano en el pantalón y sóbame la verga- Cielo Riveros lo miró con los ojos abiertos, su madre estaba en la otra habitación. Luis la agarró del pelo y tiró de su cabeza hacia atrás al ver que no obedecía. «Dale o vas a ver» le dijo furioso. Cielo Riveros no lo dudó y lentamente acercó su manita al pantalón. Desprendió el cinturón y metió la mano dentro. Notó que Luis ya la tenía empalmada, la rodeó con su mano y comenzó a pajearlo. Era incomodo, el pantalón ajustaba con semejante miembro-.
Cielo Riveros, no sabía por que, comenzó a excitarse, el hecho de que su madre podría descubrirlos la estaba calentando. Estuvo sobando la verga de Luis por unos minutos, hasta que él le dijo que la sacase afuera del pantalón. Cielo Riveros dudó, pero se vio venir otro golpe e hizo caso. Sacó la verga y la agarró con sus dos manos, se acomodó en el sillón y comenzó a subir y a bajar sus manos. A pesar de que ya la había tenido en sus manos no había podido observarla con detenimiento. Comenzó a pajearlo lentamente, concentrada, mirando y sorprendiéndose cuán grande era, y como eso entraba en su pequeño cuerpo. Luis solo respiraba fuerte, seguramente para no llamar la atención. Cielo Riveros seguía pajeándolo con sus manitas, que iban y venían lentamente.
-Chúpala-le dijo Luis en un momento. Cielo Riveros lo miró sorprendía, estaba llegando demasiado lejos, su madre los descubriría, pero a su vez eso la estaba excitando mas-.
-No, mamá está ahí…¿estás loco?…no-le dijo Cielo Riveros sosteniendo firmemente la verga. Luis la miró unos instantes, para luego agarrar la cabeza de la nena y empujarla hacia su verga-…
-Chúpala que tu vieja ni se entera- Cielo Riveros no subo porqué pero abrió la boca y se tragó la verga. Luis dejó de hacer presión sobre su cabeza, y solo apoyó las manos. Cielo Riveros comenzó a mamar y a chupar lentamente saboreando la verga de su padrastro. Era la primera vez que lo hacía tranquila y no obligada a los golpes. Chupaba y se la metía hasta donde le llegaba, la dejaba quieta y la frotaba con su lengua.
Luis parecía estar contento con el servicio porque no decía nada y le acariciaba la cabeza que subía y bajaba. Cielo Riveros de vez en cuando se la sacaba de la boca y le chupaba los huevos, pajeándolo mientras con una mano, luego pasaba su lengua por todo el tronco, chupaba solo la cabeza de la verga. Le comenzaba a gustar lo que estaba haciendo. Luis miraba de vez en cuando hacia la cocina, para ver si no venía su mujer.
-Siéntate encima mío- Cielo Riveros dejó de chupar y lo miró nuevamente sorprendida, ahora sí que iban demasiado lejos. Pero Luis no la dejó reaccionar, la agarró y la levantó fácilmente colocándola sentada en sus piernas. Cielo Riveros quedó de espaldas a él mirando el televisor, se quedó dura del miedo sentía la verga de Luis en sus nalgas, como él la acomodaba y como le bajaba la bombacha hasta dejar descubierta su cola-.
-No…para…mamá se va a enterar…para…aaahhhh.- Luis la levantó un poco y se la enterró en el ano. A Cielo Riveros no le dolió, todavía lo tenía dilatado y la verga se deslizó suavemente hasta clavársela toda hasta los huevos. Luis acercó su cabeza hasta la oreja de la nena y le dijo en un susurro-…Te conviene que no hagas ningún ruido…¿entendiste?- Cielo Riveros contestó que sí con la cabeza, aguantando los gemidos. «muévete» le dijo Luis. Cielo Riveros comenzó a subir y a bajar lentamente, clavándose ella misma la verga de su padrastro. Apretaba los dientes para no jadear, pero su respiración se agitaba y se escuchaba cada vez más.
Luis estaba recostado en el sillón viendo como su pequeña hijastra se clavaba su verga en la cola ella sola. A Cielo Riveros le gustaba hacerlo, ella lo controlaba ahora, no era brutal como antes, esto era suave, lento y placentero. Apoyó sus manos en las rodillas de Luis, moviendo sus caderas de abajo hacia arriba. Se apretaba el labio inferior y cerró los ojos disfrutando y olvidándose que estaba su madre en la otra habitación. Luis miraba por las dudas viniera su mujer, pero no pasaba nada. Luego él mismo se sorprendía de como entraba semejante verga en un culo tan chiquito. Estuvo un rato mirando entrar y salir su verga hasta que se pegó a la espalda de Cielo Riveros y la abrazó aferrándose a sus pechos.
-Mmmm…mmmm…mmm- Cielo Riveros estaba perdida en su mundo de placer, ni se había dado cuenta de que Luis le sobaba las tetas y le chupaba el cuello. Luis comenzó a moverse aumentando la velocidad de la penetración, Cielo Riveros apretó fuertemente sus labios para no gritar, estaba por acabar, su respiración se agitó más que nunca y le costaba pasar el aire-…
Luis comenzó a eyacularle dentro de ella y Cielo Riveros comenzó a temblar de pies a cabeza con su orgasmo. Luis le estrujaba los pechos mientras le llenaba la cola de leche, pero a Cielo Riveros no le importaba, estaba teniendo el orgasmo más intenso de su vida. Luego de que Luis terminó se recostó en el sofá, y Cielo Riveros exhausta se recostó en su pecho sin sacarse la verga del ano y con los ojos cerrados dio un largo suspiro. Luis la tiró a un costado y se levantó, se guardó la verga en le pantalón y le dijo:-.
-Ves como te gusta pendeja- Cielo Riveros lo miró todavía jadeando, pero no dijo nada, porque sabía que tenía razón. Al rato ella se levantó y notó como le chorreaba semen por entre las piernas. Se lo limpió con un pañuelo y fue a comer porque su madre llamaba-…
En la cena Cielo Riveros no tocó el tema de ir a dormir a la casa de una amiga, estaba muy cansada y encima tenía que aguantar las miradas de Luis. Al terminar de comer fue a su cuarto a dormir, se puso el pijama, un pantaloncito y una remera manga larga de algodón y se acostó. En un segundo estaba profundamente dormida. No supo cuanto durmió pero todavía era de noche cuando sintió que la sacudían. Se dio vuelta y abrió los ojos, pudo distinguir que era su padrastro.
-No…para-fue lo primero que se le ocurrió decir, pero Luis la miró con una sonrisa maligna y le dijo que bajara a la cocina. Cielo Riveros pensó que era mejor hacerle caso, estaba sola con el y no quería terminar llena de moretones. Bajó restregándose los ojos, somnolienta, y al entrar a la cocina vio a cuatro hombres sentados en la mesa contando a su padrastro-…
-Ah, pero miren quien llegó, la reina de la casa-dijo Luis sonriente y todos comenzaron a reír. Estaban sentados en la mesa jugando al truco, se notaba que eran compañeros de trabajo porque todos vestían camisa y corbata. Y evidentemente estaban medio borrachos por su alegría y su cara colorada-.
-Pero que linda pendeja-dijo uno mirándola de arriba abajo. Cielo Riveros estaba quieta mirándolos, todavía sin despertarse y sin entender que hacía allí. Ella sabía que al menos dos veces por mes Luis traía a sus amigotes a casa para jugar a las cartas y emborracharse-.
-Sírvenos unos tragos de whisky, y tráenos algo de comer-le dijo Luis tajantemente, los otros solo sonrieron y siguieron jugando. Cielo Riveros entendió que la había llamado para hacerle de sirvienta. Fue hasta la mesada y sirvió cuatro vasos de whisky, agarró una bolsa de papas fritas y las llevó a la mesa. Las dejó allí, todavía medía dormida-.
-Gracias preciosa-le dijo uno dándole una cachetada en el trasero. Cielo Riveros se sorprendió, pero no dijo nada por miedo a las consecuencias. Luego fue hasta la mesada y se sirvió un vaso de gaseosa. Se apoyó en sus manos y quedó mirando como jugaban, y le parecía tan aburrido que poco a poco se iba quedando dormida-.
-Che Luis, la nena se está quedando dormida- Luis la miró y evidentemente estaba con los ojos casi cerrados. Luis se levantó y agarró una cerveza de la heladera, agarró a Cielo Riveros de la mano y la sentó en una silla a su lado. Luis estaba sentado en la cabecera de la mesa, y le dijo a Cielo Riveros que les sirviera. Ella sirvió los vasos, pero notó que había cinco-.
-Sírvete vos también y toma, a ver si te despiertas-le dijo Luis medio enojado, con un cigarrito colgando de la boca. Cielo Riveros no quiso contradecirlo, solo quería que terminaran para irse a dormir, así que se sirvió un poco de cerveza y la fue tomando a pequeños sorbos. Al principio no le gustó para nada, pero se la aguantó y siguió tomando para que su padrastro no le dijera nada-.
-Anda a buscar otra a la heladera-le dijo Luis al rato, pero ella todavía no había terminado su vaso. Cuando trajo la cerveza Luis empezó a servir, y llenó el de ella hasta arriba-.
-¿Pero ella toma alcohol?-preguntó uno. Luis sonriente dijo «la nena toma de todo». Los demás rieron, Cielo Riveros se puso colorada y agachó la cabeza. Luis miró a Cielo Riveros y le dijo-.
-Tómatelo todo de un trago- Cielo Riveros lo miró sorprendida, no iba a poder tomarse todo ese vaso, y menos de algo que no le gustaba mucho. Los demás empezaron a decirle «dale, tómalo» a coro. Cielo Riveros no tuvo más remedio que tomárselo, le costó mucho, el vaso era grande, pero se lo terminó todo, y solo chorreó un poco de cerveza por sus labios-.
-¡¡Bien!!, ahora otro- Cielo Riveros ya se sentía medio mareada, se negó pero Luis llenó el vaso y se lo inclinó en la boca. Cielo Riveros se vio obligada a tomarlo, chorreándose todo el cuello con cerveza. Los otros reían al verla haciendo esfuerzo por tragar todo-.
-¿Y whisky toma?-pregunto otro. «Por supuesto» dijo Luis sirviendo una medida y dándosela a su hijastra. Cielo Riveros que ya estaba medio mareada lo agarró y se lo tomó de un saque, poniendo carita de asco al sentir lo fuerte que era la bebida. Todos aplaudieron al verla, Cielo Riveros sonrió satisfecha de sí misma, porque estaba ya borracha y porque era el centro de atención, y eso le gustaba.
-¿Cuantos años dijiste que tenía?-preguntó otro. Luis contestó orgulloso «dieciocho añitos recién cumplidos». Los amigotes de Luis seguían tomando cerveza y whisky, y todos incluso Luis ya estaban tan borrachos que ni siquiera podían parar. Le dieron otro vaso de cerveza a Cielo Riveros, y ella lo agarró y se lo tomó como si fuera agua-.
Al rato ya la estaba haciendo tomar cerveza y whisky a tragos enormes, y ella ya estaba completamente borracha, se reía de cualquier cosa y tenía los ojos rojos y la nariz colorada. «Pero que linda que sois», «que hermosos ojos» y otras cosas más le decían los amigos de Luis. Cielo Riveros solo sonreía inocentemente y se sonrojaba.
-Che Luis, que linda pendeja, va a ser una perra cuando crezca-dijo uno y todos rieron. Luis también rió, pero agregó: «Ya es toda un perrita, ¿quieren ver?» y dicho esto agarró a Cielo Riveros y la subió a la mesa. Ella como ya no respondía de sí misma apenas se dio cuenta de que Luis la subió dejándola sentada en el centro de la mesa-.
-A ver nena…sácate un poco de ropa-dijo Luis. Cielo Riveros lo miró, lo veía doble, y apenas entendía lo que le decían. «Sácate algo» decían los demás a coro y riéndose. Cielo Riveros no entendía nada, ya ni sabía donde estaba. No sabía porque pero se paró en la mesa y trató de mirarlos, aunque solo veía figuras borrosas que le decían que se sacase ropa. Ella tenía calor, estaba sofocante, y sin dominar sus actos agarró los botones de la camisa del pijama y comenzó a desprenderlos-.
-¡¡Eso bombón!!-le gritaban los hombres al verla sacándose la camisa. A Cielo Riveros le costo desabrocharla pero lo logró y se la sacó, quedando en una musculosa blanca ajustada que hacia resaltar sus grandes pechos-.
-¡Mierda!..¡¡pero que tetas tienes nena!!-gritaron asombrados al ver los dos bultos ajustados en la musculosa de Cielo Riveros, y más porque Cielo Riveros no tenía sostén y sus pezones estaban erectos, marcándose terriblemente. «¡¡El pantalón!!», comenzaron a gritar. Cielo Riveros seguía sin entender que hacía sacándose ropa, su cabeza le daba vueltas.
-Me parece que la voy a tener que ayudar-dijo Luis. Se paró dificultosamente y tambaleándose agarró el pantalón del pijama de Cielo Riveros y lo tiró hacia abajo. Cielo Riveros casi se cayó de la mesa el sentir el tirón. Escuchó aplausos, ni se había dado cuenta de que había quedado solo con la bombachita blanca puesta-.
-¡¡Ooooh!!..¡¡¡que culo!!!-dijeron al ver la perfecta y redondita cola de Cielo Riveros. Cielo Riveros se sentía mareada y no entendía que estaba haciendo, escuchaba silbidos y gritos, risas y palabrotas, como «que fuerte que está la nena» o «¿estás seguro de que tiene dieciocho?». El alcohol más la situación de ver a una niña con semejante cuerpo hacía que todos comenzaran a excitarse. Luis se levantó y agarrando a Cielo Riveros como un muñeco la puso en cuatro patas sobre la mesa.
-¿Quieren ver como gime la cachorrita?-preguntó Luis sonriente a sus amigos. Ellos lo miraron confundidos, no sabían lo que se pretendía Luis. Él no hizo caso, estiró su brazo y comenzó a acariciar la espalda de Cielo Riveros. Ella estaba tan cansada que apoyó la cabeza en la mesa dejando su cola en pompa. Luis lentamente bajó su mano hasta la cintura de la nena, ella no decía nada, luego bajó su mano hasta su cola y apretó los cachetes, los masajeo y jugó con ellos.
Cielo Riveros comenzó a emitir unos leves gemidos. Los amigos de Luis miraban asombrados, a pesar de que estaban borrachos no se esperaban ver a Luis manoseándole el culo a su hijastra. Luis siguió con su toqueteo, bajó su mano hasta la entrepierna de la nena y comenzó a frotar la bombacha de Cielo Riveros, justo en su vagina.
-Mmmmm…mmmm- Cielo Riveros gemía cada vez más fuerte, se había olvidado por completo que estaba arriba de una mesa rodeada por cuatro hombres y encima ni se daba cuenta que esa sensación placentera era su padrastro mandándole mano entre las piernas. Luis poco a poco le fue bajando la bombacha hasta dejarle la cola descubierta. Luego siguió mandando mano-.
-Mmmm…aaaaaaahhh…aahhh-los jadeos de Cielo Riveros eran enloquecedores, Luis le mandaba lentamente dos dedos en la conchita, metiéndolos y sacándolos. Cielo Riveros medio dormida y medía despierta jadeaba de placer-…
-¿Vieron?, está toda mojada mi nena…es flor de putita-decía Luis mientras le seguía mandado dedos. Cielo Riveros estaba ya totalmente lubricada y los dedos de Luis la estaban haciendo gemir dulcemente. Los demás no salían de su asombro, pero no podían evitar calentarse con la escena-.
-Aaaahhh- Cielo Riveros emitió un largo suspiro cuando Luis sacó sus dedos y se levantó. Fue hasta la heladera y trajo un pepino pequeño. Luego agarró y lo puso en la mano de Cielo Riveros. Ella instintivamente lo agarró aun sin saber que era. Luego Luis guió su mano hasta su concha e hizo que poco a poco se lo mandara dentro. Cielo Riveros comenzó a jadear nuevamente, el pepino no era grande y le proporcionaba placer sentirlo dentro. Luis movió la mano de la nena haciendo que se penetre, luego la soltó y Cielo Riveros sola comenzó a penetrarse con el pepino.
-Aaahh…aahhh…aahhhh-todos comenzaron a tantearse los bultos viendo a la pequeña rubia mandándose un pepino en la concha. Cielo Riveros seguía y seguía, y estuvo un buen rato jadeando hasta que Luis agarró y la dio vuelta dejándola acostada boca arriba sobre la mesa. Le sacó la bombacha del todo y le puso de nuevo la mano sobre el pepino que tenía incrustado en la concha. Cielo Riveros siguió metiéndoselo, solo le importaba seguir dándose placer. Abrió sus piernas y comenzó a meterse y a sacarse el pepino jadeando cada vez más fuerte.
-Miren los gorriones que tiene mi nena-dijo Luis levantándole la musculosa a Cielo Riveros hasta el cuello, dejando sus grandes pechos al aire. Cielo Riveros ni se dio cuenta de esto, solo seguía mandándose el pepino. Los demás no podían creer lo fuerte que estaba la pequeña Cielo Riveros, con tan solo dieciocho añitos tenía un cuerpo fenomenal y encima les estaba dando un espectáculo increíble-.
Todos estaban sentados mirándolas embobados, incluso Luis. Uno de los amigos de él no aguantó más, se abrió la bragueta y sacó su verga para luego comenzar a masturbarse. Los demás al rato hicieron lo mismo, comenzaron a masturbarse mientras miraban a la nena pajeándose. Todos ellos tenían vergas considerables, gruesas y largas. Se pajeaban mientras tomaban cerveza o whisky y fumaban puros viendo el espectáculo.
-¡¡¡Aaahhh!!!…¡¡¡aaaahh!!!…¡¡¡aaaaaahhhh!!!- Cielo Riveros comenzó a retorcerse encima de la mesa, estaba a punto de tener un orgasmo. Ellos veían como la nena se arqueaba y gemía fuertemente, clavándose el pepino rápidamente-…
Cuando Cielo Riveros acabó quedó suspirando con los ojos cerrados, casi dormida. Luis se paró y se acercó a la cabeza de Cielo Riveros, la movió y cuando vio que ella solo ronroneaba comenzó a mandarle mano. Se abalanzó sobre sus tetas, masajeándolas mientras se masturbaba.
-¿Ustedes no quieren tocar?-les dijo Luis con una sonrisa. Sus amigos no dudaron en pararse y lanzarse sobre la niña. En un instante le sacaron la musculosa ropa dejándola completamente desnuda. Los cuatro hombres comenzaron a manosearla, unos sobaban sus pechos, otros frotaban sus piernas o le masajeaban la vagina-.
-Mmmm…aaahhh…mmm- Cielo Riveros gemía suavemente ante los sobes que le daban. Creía que estaba soñando, pero en realidad cuatro hombres le estaban mandando mano. Luis acercó su boca a la de ella y comenzó a besarla. Ella le correspondía, entrelazaban sus lenguas como dos enamorados. Los otros se dedicaban ahora a chuparle las tetas, lamiendo y mordiendo especialmente los pezones duros de la rubiecita-.
-Mmmm…¡¡aaahhh!!…¡¡aaahhh!!-jadeó ella cuando uno se dedicó a chuparle la concha, penetrándola con su lengua. No había parte del cuerpo de Cielo Riveros que no fuera lamida o chupada, se turnaban para lamerle la concha o las tetas, también para besarla. Estaban tan borrachos que ni sabían que estaba haciendo una orgía con una nena de dieciocho años. Cielo Riveros no sabía que estaba haciendo, solo sabía que estaba recibiendo mucho placer y solo eso le importaba-.
-¡¡¡Aaaahhh!!!..¡¡¡aaaahhh!!!!-la levantaron un poco las piernas y ahora le lamían el ano y la concha simultáneamente, y ella no podía dejar de jadear, si es que las lenguas que pasaban por su tierna boca la dejaban. Sus tetas estaban brillantes de saliva, y sus pezones durísimos de la excitación. Al rato ya le estaban mandando tres dedos en cada agujero, y se escuchaban comentarios como «ésta pendeja esta re abierta», «mierda, que tetas más duras» o «parece una perrita en celo». Luis solo sonreía, sabía que la actitud y el estado de Cielo Riveros eran su creación-.
-Miren como le gusta esto-dijo Luis agarrando su verga y colocándola en los labios de la nena. Con solo presionar un poco, Cielo Riveros abrió los labios y se la engulló hasta la garganta. Luis comenzó a culearle la boca con lentos bombeos y ella la recibía gustosa. Los demás no lo podían creer y se acercaron a la cabeza de Cielo Riveros para que también se las chupara. Después de un rato Luis dejó lugar a los demás y comenzaron a pasar por la boca de Cielo Riveros todas las vergas. Todos se la metían hasta la garganta y le culeaban la boca. Mientras uno se la metía en la boca los otros aprovechaban y ponían sus vergas en las manos de Cielo Riveros para que los masturbase. Ella lo hacía instintivamente, subiendo y bajando sus manitas blancas por sus vergas. Estuvieron largo rato así, haciendo que ella se las mamase y los pajease, hasta que Luis se colocó entre las piernas de Cielo Riveros -.
-Ahora miren esto-colocó las piernas de Cielo Riveros sobre sus hombros y de un empujón le enchufó toda su verga hasta los huevos. Cielo Riveros quiso pegar un grito al sentir nuevamente el enorme pene de su padrastro, pero uno de los amigos de Luis tenía su verga en su boca. Luis comenzó a bombearla lentamente pero con fuertes estocadas. Cielo Riveros era penetrada por Luis a la vez que chupaba una verga y pajeaba dos en sus manos. Los otros se encargaban de chuparle las tetas mientras esperaban su turno.
-¡¡Mmmm!!…¡¡¡mmmm!!!…¡¡¡¡¡¡¡mmmmm!!!!!!!-quiso gritar Cielo Riveros cuando Luis cedió lugar a uno de sus amigos y éste se la enchufó brutamente en la concha. Comenzó a cogerla salvajemente, y los pechos de Cielo Riveros bamboleaban con las fuertes embestidas que recibía. Así fueron pasando todos, cogiéndosela por la concha y culeándole la boca.
-¡¡Mierda, estás infernal, pendeja!!…¡¡estás re abierta!!-decían los amigos de Luis cuando se la cogían. Luis sonriente decía «yo la abrí toda» y luego completaba «la cogí toda la semana y ni se quejó». Cielo Riveros comenzaba a recuperar el conocimiento, pero no la dejaban pensar, quería gritar pero no podía, solo sentía que la estaban partiendo en dos y que nunca terminaba-…
Todos se la cogieron repetidas veces arriba de la mesa, y al rato Cielo Riveros ya no podía ni moverse, solo recibía las vergas en su concha, sus manos y su boca resignada, solo esperaba a que terminase. Al rato de estar cogiendosela comenzaron a acabar: unos acabaron en su boca, siempre se la clavaban hasta la garganta y eyaculaban, y Cielo Riveros se atragantaba con tanto semen; otros explotaron en sus manos, embadurnándola toda, y otros que no querían acabarle en la concha acabaron sobre su vientre, salpicándole la panza y los pechos.
Cuando todos acabaron Cielo Riveros quedó jadeando acostada en la mesa. El semen chorreaba por su boca a borbotones, sus manos y sus tetas también, tenía semen por todos lados. Trataba de tragar toda la leche que todavía tenía en su boca porque sentía que se ahogaba. Luis y sus amigos la miraban meneándose las vergas todavía duras. Ellos estaban fuera de sí, querían más y se habían olvidado de que Cielo Riveros era una niña de dieciocho años, que era la hija de uno y que la estaba partiendo en dos con sus enormes vergas.
-¿Y por el culo se puede, Luis ?-preguntó uno. Luis sonrió «eso ni se pregunta, este angelito aguanta todo». Y dicho esto agarró a Cielo Riveros y la dio vuelta dejándola boca abajó en la mesa. Le dejó con las piernas colgando, así la perfecta cola de la nena estaba a su disposición. Cielo Riveros quería moverse pero no tenía fuerzas, sentía que alguien le tocaba el ano, pero no podía hacer nada para evitarlo-.
-No…noo…¡¡¡aaaahhhhhh!!!-gritó Cielo Riveros cuando Luis se la metió en el culo bruscamente. Se agarró de la cintura de la rubia y comenzó a culearla salvajemente, enterrándosela hasta las entrañas. Cielo Riveros sentía que la verga la estaba atravesando y creía que le iba a salir la punta de la verga por la boca. Luis la penetraba rápido y fuerte haciendo que los cachetes de la cola de Cielo Riveros vibraran con las estocadas. Al rato Luis dejó lugar y pasó otro. Éste fue más bruto, clavándole su gorda verga hasta los huevos. Cielo Riveros tenía los ojos cerrados y apretaba los dientes aguantando semejante culeada. Los demás miraban y se masturbaban esperando su turno-.
-¡¡Aaaahhh!!…¡¡aaahhh!!…¡¡aaahhh!!- Cielo Riveros no podía evitar gritar, la estaban culeando y parecía no tener fin. Cuando uno terminaba pasaba otro a culearla salvajemente. Algunos la agarraban de la cintura para embestirla, otros se apoyaban en su espalda y le chupaban el cuello asquerosamente. Al rato de estar abriéndole el culo los que esperaban se ponían de la otra punta de la mesa, donde estaba la cabeza de Cielo Riveros, y le metían la verga en la boca. Le agarraban la cabeza y le cogían la boca. A Cielo Riveros ya le
costaba respirar, pero ninguna tenía compasión. Cielo Riveros recibía vergas por el culo y la boca simultáneamente sin parar, su pequeño cuerpo no daba a basto para tanta verga-…
-¡¡¡Toma pendeja, te lleno de leche!!!-gritó uno mientras acababa dentro del ano de la nena. Luego vino otro, Cielo Riveros ya tenía tan abierto el ano que las vergas se deslizaban perfectamente, y al rato de culearla también acabó dentro de ella. Otro acabó sobre su espalda, y Luis cuando sintió que iba a acabar se la sacó del ano y fue hasta su cara para acabar en ella, salpicándole el pelo y los ojos-.
Cielo Riveros quedó jadeando sobre la mesa chorreando semen, con el ano dilatadísimo, y de éste salía un chorro de semen que se le escurría por las piernas. Su carita blanca estaba más blanca por la acabada de Luis y ella solo quería descansar, no le importaba estar bañada en semen, solo quería que parasen. Pero ellos tenían otros planes, tenían ganas de más estaban terriblemente excitados después de culearse a una colegiala de dieciocho añitos, y más si estaba tan fuerte como Cielo Riveros. «Llevémosla al living», dijo Luis . Los demás asintieron y la agarraron llevándola a la sala.
La acostaron en la alfombra boca arriba. Cielo Riveros parecía un muñeco, no reaccionaba aunque ahora tenía total conciencia de lo que pasaba. Miró a su alrededor y vio a cuatro hombres, incluido su padrastro, que se desnudaban completamente. Vio que todos tenían sus vergas erectas, y que todos la tenían enorme, largas y gordas. Intentó hablar pero solo salían susurros de su boca, intentó moverse pero su cuerpo no respondía, apenas si movió la mano.
-Quedó re abierta, mírale el culo-comentaban y se reían. Luego se tiraron alrededor de ella y comenzaron a sobarla. Le chuparon las tetas hasta el cansancio, le metieron le lengua hasta la garganta y la llenaron de saliva por todos lados. Le metían mano por donde podían. Al rato la pusieron de costado y comenzaron a mandarle dedos en la concha y el ano. Como vieron que estaba dilatadísima llegaron a meterle hasta cuatro dedos en cada agujero-.
-¡¡Aaaahh!!…¡¡mmmmm!!…¡&i