Cielo Riveros Pervertido vecino me coge le agarre cariño
Por fuera parecían una de las típicas parejas que parece que todo les sale bien, Jorge tiene un cargo importante en una empresa de renombre, actualmente tiene una relación con Cielo Riveros que es 8 años menor que el, la chica era muy hermosa y con una figura de envidia, pero a pesar de estar viviendo juntos un buen tiempo a lo único que se dedicaba era a sus estudios universitarios y su creciente carrera e el mundo del modelaje, tenía un gran corazón para ayudar a los demás pero los quehaceres del hogar no se le daban muy bien, obviamente Jorge ya sabía cómo era ella y a él solo le bastaba con que su mujer se vea lo más linda posible para presumirla en todo lugar, además que con lo que ganaba podía cubrir sus necesidades de limpieza y comida fácilmente.
Cielo Riveros tiene 23 años, bendecida con un cuerpo espectacular a la que periódicamente se dedica a mantenerlo en el gimnasio, sus largas piernas y su bien trabajado trasero eran sus partes favoritas y con lo que conquisto a Jorge, pero sus demás atributos físicos no se quedaban atrás ya que era poseedora de un buen par de pechos que bamboleaban majestuosamente cada vez que trotaba en la caminadora del gimnasio , su piel era clara, sus ojos de color avellana y su largo cabello que le llegaba hasta la cintura la hacían ver como una modelo profesional a pesar de que todavía era una novata en ese ámbito, su forma de ser coqueta y juguetona le resultaba de gran utilidad para salirse con la suya muchas veces, su bello rostro inocente hacía que muchos tipos tanto en el gimnasio como en la universidad quisieran algo con ella, pero a pesar de que su comportamiento les diera la idea de que era una chica fácil, siempre se hizo respetar cuando la situación lo ameritaba.
A pesar de su apariencia y de sus increíbles atributos, cualquiera pensaría que su experiencia con los hombres era inmensa, pero en su caso era todo lo contrario , Cielo Riveros era una principiante en el tema amoroso, antes de Jorge solo había estado con un chico y fue una experiencia fugaz, así que básicamente Jorge ha sido el hombre de su vida , ya tenía con el cerca de 4 años de relación y desde el segundo año se fue a vivir con él a su casa que si bien no era muy grande, era lo suficientemente acogedora para que vivan ellos dos.
Los primeros meses de convivencia fueron los más gratificantes para ambos, se vivió mucho amor y el sexo nunca falto, pero conforme pasaba el tiempo Jorge iba escalando de posición en la empresa, en poco tiempo ya estaba a cargo de un grupo de personas y debido a eso tenía que hacer ciertos sacrificios en su tiempo libre, descuidando mucho a su despampanante novia, poco a poco las relaciones íntimas fueron disminuyendo y para una jovencita tan ardiente y curiosa como ella era algo frustrante no llegar a hacerlo mínimo una vez al día, ella de alguna manera entendía lo cansado que puede llegar a ser el trabajo de su querido pero aun así quería poner de su parte para que regresen esas noches de pasión, muchas veces intento animarlo esperándolo con provocativos conjuntos que le quedaban a la perfección y si bien los primeros días funciono de maravilla, pronto se volvió algo rutinario y el cansancio del hombre era más, llegando a disculparse y decirle que tal vez mañana lo podrían hacer antes de caer rendido en la cama, hiriendo el orgullo de la jovencita, a la pobre y caliente no le quedo otra que satisfacerse a sí misma.
los meses pasaban y parecía que la cosa no iba a mejorar, pronto autosatisfacerse no era suficiente para ella, se hizo algo adicta a las paginas porno caseras, le gustaba ver como las chicas de los videos gozaban sin tener que aparentar nada como lo hacían las estrellas porno, pronto descubrió y le agarro un gusto a los videos donde tipos sin nada de gracia entre maduros y viejos cogían con mujeres mucho más jóvenes y hermosas, le gustaba ver esos rostros horribles disfrutar del momento, las chicas de los videos en su gran mayoría gozaban sin ningún tapujo ya que en la gran mayoría de videos caseros no tenían idea de que había una cámara que las esté grabando o tal vez simplemente se desfogaban ya que en su vida normal no tenían la oportunidad de pasarla bien como en ese momento, poco a poco Cielo Riveros adquirió una adicción por este tipo de porno en particular ya que pensaba que las chicas de esos videos pasaban por lo mismo que ella, que tenían esposos muy ocupados dejándolas insatisfechas y solo un maduro con toda su experiencia podía llevarlas hasta ese éxtasis con tanto anhelaban.
La jovencita muchas veces se ponía a pensar si fuera ella la que estuviera en ese tipo de situaciones, ver a la cara a esos viejos tristes y solitarios y darles una alegría que nunca olvidaran o por el contrario, ser sometida por esos maduros-viejos “malos” doblegándose a todo lo que le pidieran por más humillante que fuera y que la hagan llegar hasta el más profundo orgasmo, solo pensarlo le ponía la piel bastante sensible y sus pezones la delataban, sabía que con su físico podía hacer realidad todo eso , pero a la vez sentía remordimiento y algo de vergüenza en pesar esas cosas teniendo a su pareja que se mata por ella en el trabajo, pero su calentura era más y muchas veces se perdía en sus pensamientos morbosos.
Una mañana, luego de despedir a su novio y pasar varias horas en la laptop viendo porno, decidió caminar por la ciudad y despejar un poco su mente, se puso un polo de color celeste el cual no era muy ajustado, pero dado sus encantos, era imposible esconder sus pechos copa C, un leggin de color negro que le resaltaba bastante sus largas piernas y su bien tonificado trasero, unas zapatillas blancas, lentes de sol, se hizo una cola de caballo y se fue con dirección al centro de la ciudad.
la figura de la jovencita no pasaba desapercibido por las personas que le lanzaban silbidos, cumplidos y hasta piropos subidos de tono, cosa que ella ya estaba acostumbrada y solo tenía que ignorarlos, decidió desviarse un poco antes de llegar al centro, no paso mucho cuando empezó a caminar por un lugar no muy agradable a la vista, el típico rostro de la pobreza, suciedad y la desigualdad que había en toda gran ciudad, paso por la parte de atrás de un gran mercado popular, la triste vista junto al fuerte olor a basura y licor barato eran imposibles de ignorar, miraba en una esquina gente de mal vivir jugando cartas en una mesa improvisada y bebiendo algún licor artesanal, la joven por su seguridad decidió pasarse al otro lado de la acera pero aun así los chiflidos no se hicieron esperar, sus lentes de sol ayudaban a no delatar hacia donde dirigía su vista, miraba como los horribles sujetos se la devoraban con la mirada, la mayoría eran tipos de la calle de mínimo 50 años para arriba, todos andrajosos y no hacía falta acercarse para percatarse de que no habían tomado un baño en semanas, miraba también personas tiradas debido al exceso de licor y uno que otro anciano mendigando algunas monedas, en general una escena lamentable.
De pronto como una idea fugaz se le ocurrió que podría alegrarles la mañana a alguno de ellos, a pesar de que muchos aparentaban rudeza ella pensaba que también necesitaban recibir algo de afecto y que mejor que ella para darle un poco de eso y tal vez recibir algo delicioso a cambio por su buena acción, recordaba que en los videos de la internet, la mayoría de las chicas gozaban con encuentros casuales con tipos nada agraciados y bastante mayores como los que veía, por un momento se imaginó estar sentada en las piernas de alguno de ellos recibiendo una que otra caricia descarada a la vista de todos los demás, mientras seguían con su juego de cartas. Un pequeño impulso le animaba a acercarse a esos tipos, tal vez preguntarles algo inocentemente, ganarse la confianza de alguno de ellos y ver que podía pasar luego, pero el miedo y la vergüenza eran más fuertes y solo siguió su camino.
Luego de retirase en ese lugar siguió su paso firme hasta llegar al centro, trato de distraerse recorriendo los centros comerciales comprando algo de ropa y maquillaje, luego de mucho caminar, decidió descansar un rato en una pequeña plazoleta antes de regresar a casa, se encontraba exhausta luego de todo lo que había comprado, antes de sentarse en los banquitos se acercó al triciclo de un humilde vendedor de helados artesanales y le pidió que le diera un cono con dos bolas de chocolate, el heladero que era un hombre de rasgos andinos bastante marcados, una piel morena producto del inclemente sol a la que estuvo expuesto todos estos años y una estatura por debajo del promedio no perdía de vista a la escultural jovencita, el viejo que debía rondar los 65-70 años daría lo que fuera por tenerla solo un par de horas para gozarla y volver a sentirse joven , por su parte Cielo Riveros a pesar del cansancio y del calor sofocante se percató de las lascivas miradas hacia sus bien formados pechos, se sentía muy caritativa ese día y dado que con los otros viejos no hizo nada por vergüenza y miedo ya que eran muchos , ahora sentía que debía hacer algo ya que a comparación de los otros , este solo era un viejito inofensivo pensaba, así que al momento de recibir el helado se inclinó lentamente de forma que el anciano tuviera una buena vista del nacimiento de sus bien formado pechos y un poco más.
Satisfecha con el pequeño regalo que le había dado al viejo heladero le regalo una tierna sonrisa, le pago y luego se alejó de el en dirección a una banca con sombra, moviendo sus caderas lo más provocativo que podía.
Una vez sentada por fin se dispuso a disfrutar de su helado, sentía que había hecho una buena acción hacia un viejo y humilde vendedor de helados, la juguetona jovencita sabía que había alborotado al viejito cuando se dio cuenta que este había movido su triciclo de helados al otro extremo de la pequeña plazoleta intentado actuar como si esperara más clientes, pero su intención era clara, el viejo quería seguir deleitándose con el cuerpazo de la universitaria y observaba no muy lejos de donde estaba ella. La necesidad de darle otra golosina al viejo comenzaba a encenderla y sacar su lado más juguetona, se percató que no hubiera nadie más cerca, entrecruzo sus piernas y comenzó a lamer el helado de una forma bastante erótica, como si se tratara de una verga, el viejo miraba embobado como esa hermosa jovencita se acomodaba su cabello y ligeramente movía su boca de una forma bastante provocativa, pasando su lengua por todo lado y embarrarse sus labios con todo el helado, la cereza del pastel en el juguetón plan de la jovencita fue cuando a propósito hizo caer un poco de helado a la altura de sus pechos, escurriéndose un poco de helado dentro, haciendo que ella saque un pequeño pañuelo para limpiarse, primero la parte superior, luego estiro un poco el polo hacia abajo y empezó a limpiarse todo lo que se había derramado y había escurrido por sus pechos, sabía que el viejo la estaba mirando así que bajo un poco más su polo y se tomó su tiempo limpiándose.
Ahora si se encontraba satisfecha, sabía que su viejito pervertido lo había visto todo así que como ultimo regalo dejo el pañuelo con el que se había limpiado sus pechos en el asiento y se retiró de igual manera moviendo rítmicamente esas caderas, sabía que ahora él podría tener algo en que pensar en las noches y recordarla siempre. Pasado unos minutos de que se fuera la sexy jovencita, el vejete fue hasta el asiento donde había estado su joven musa, tomo el pañuelo y antes de guardárselo le dio una gran aspirada a este sintiendo el aroma a rosas que seguramente usaba como perfume, luego de eso se lo metió al bolsillo y con una gran sonrisa se montó en su triciclo a seguir vendiendo sus helados.
Cielo Riveros regreso a su casa y empezó a recordar la experiencia que había pasado con el viejo heladero, a pesar de sentir que había hecho algo bueno por un viejo de aspecto triste, sentía un poco de remordimiento por lo que le podría decir Jorge si se enteraba ,sabía que no debía pensar en eso más, pero la idea y todo el porno que había visto las ultimas semanas ya estaba metida en ella y con un novio que no la satisfacía como antes, se le hacía difícil pensar con claridad, la universitaria decidió tomar un largo baño para meditar todo lo que había pasado, mientras se relajaba en la bañera escucho el timbre de la puerta, al principio no le tomo importancia, pero era tanta la insistencia que tuvo que ponerse su bata y salir a ver quién era el que tocaba de esa manera. Para su sorpresa se trataba del viejo Rómulo, el vecino más veterano de la urbanización.
Don Rómulo era un viejo de 62 años, un poco más bajito que Cielo Riveros llegándole a la altura de los labios, su piel era cobriza con unas arrugas y ojeras bien marcadas que denotaban que había tenido una juventud bastante difícil desde la pobreza extrema que sufrió en su infancia hasta los malos pasos por los que estuvo encaminado un tiempo en su juventud-adultez, su contextura era delgada, aunque ya se le estaba notando algo de barriga producto de la cerveza, sus ropas consistían básicamente en una camisa de color blanco bastante percudida la cual la tenía abierta enseñando el típico bividi dentro y un pantalón de tela bastante gastado y holgado, a pesar de su horrible aspecto y sus malos hábitos el viejo aún tenía fuerza suficiente para joder a los demás vecinos con cualquier cosa, era el tradicional viejo gruñón de la urbanización, aunque su comportamiento cambiaba cuando se trataba de alguna chica bonita, comportándose de la mejor manera para ver si alguna caía en sus manos, cosa que no tenía mucho éxito por su apariencia, edad y su escaso dinero.
Cielo Riveros y su novio habían conocido al señor desde que se mudaron, en una época en donde los vecinos casi ni se saludan, él había sido uno de los vecinos que mejor la había tratado y la había ayudado a ella y a Jorge en más de una ocasión cuando la necesitaban. Era un viejo hábil ya que en su juventud tenía que valerse y aprender muchas cosas para sobrevivir y no regresar a la mala vida del robo y demás cosas. Cielo Riveros sentía que él era como un tío para ella y amaba su naturaleza gentil, claro que esa gentileza que irradiaba don Rómulo solo era hacía ella, ya que con su novio las cosas cambiaban y habían tenido más de una discusión por cosas triviales, vivía en una de las casas más humildes de la urbanización, la modesta casa pertenecía en si a su esposa que era la que trabajaba cuando aún estaba con vida, el por su parte siempre se la había pasado holgazaneando desde que se casó, ya habían pasado cerca de 15 años desde que su esposa falleció, su único hijo nunca tuvo buenos recuerdos de él y hace mucho que ya no lo visitaba, a estas alturas de su vida y debido a su forma de ser, prácticamente a nadie le importaba su situación, era solo un anciano solitario triste que si algún día caía muerto a nadie le iba a importar.
Cielo Riveros a pesar de estar solo en bata le dio una tierna sonrisa y le pregunto que deseaba, pero para su sorpresa ese día el viejo se encontraba bastante ofuscado quería desfogarse con Jorge ya que la mascota de la pareja tenía la fama de escaparse y en esa ocasión había dañado casi todas las plantas de su frentera, pero al solo estar la dulce joven, se tuvo que contener y tomar un tiempo para procesar la situación de ver a la joven ama de casa en bata de baño, luego de un momento fugaz de aclarar sus ideas, volvió a recordar su jardín y le explico bastante irritado todo lo que había pasado, luego de explicarle la situación la jovencita solo atino a disculparse y a ofrecerse a reponer todas las flores que había dañado su mascota, le pidió un momento para cambiarse e ir a revisar junto con el que tanto había sido el daño. Luego de un rato la tierna jovencita salió con un vestido floreado típico de verano que le llegaba un poco más arriba de la rodilla, unas sandalias blancas y un sombrero típico panameño que estaba de moda en ese entonces fueron sus acompañantes finales.
Al llegar a la casa del viejo noto que su perro había hecho realmente un desastre y esto no le tomaría solo un día, así que le prometió que vendría en las mañanas para reponer su jardín y además ayudarlo con algunos quehaceres básicos ya que veía que la casa estaba bastante descuidada ya que al viejo poco le importaba la limpieza y el orden, su único pasatiempo era su jardín y nada más.
Dada su inexperiencia en jardinería a Cielo Riveros le tomo varios días arreglar todo el desastre de su mascota, todos los días venia con ropa deportiva. Don Rómulo nunca perdía detalle del hermoso cuerpo de la jovencita, cada vez que la jovencita venía a su casa este se echaba en su vieja hamaca y ayudado con unas gafas negras podía mirarla sin ningún problema de incomodarla, al terminar el trabajo del día, el viejo le ofrecía alguna bebida pero se negaba a ayudarla en el jardín ya que sentía que ese era el deber de ella, cuando ya estaba a punto de irse se sentaban a charlar un momento, a Cielo Riveros le caía realmente bien el viejo, no le importaba que este no le ayudara ya que sentía que todo esto era su culpa por no controlar a su mascota, por lo que tampoco le dijo a Jorge lo que hacía en las mañanas, la joven estaba verdaderamente a gusto arreglando y aprendiendo sobre la jardinería, por su cabeza no pasaba usarlo para sus nuevos fetiches por miedo a destrozar esa bonita amistad.
Al tercer día el jardín estaba casi terminado y don Rómulo le pidió que le ayudara a mover unas cajas.
-No hay problema, señor Rómulo. Muéstreme el camino — respondió Cielo Riveros y siguió a Don Rómulo por las escaleras, donde le señaló varias cajas cargadas de viejas posesiones. El anciano observó a la joven agarrar la primera caja y subir las escaleras. Él la miró por detrás mientras ella subía por la escalera. El arrugado tipo notó lo grande y firme que era ese joven trasero cubierto por ese apretado leggin de color negro, mientras él se quedaba abajo, la observaba atentamente como esta subía a paso firme.
Él afortunado se quedó mirando mientras ella ahora bajaba de nuevo, sus pechos rebotaban suavemente dentro de su camiseta deportiva con cada paso que daba demostrando que a pesar del buen tamaño que tenían se mantenían firmes producto de la juventud. Cielo Riveros parecía ajena a la mirada de Don Rómulo, todavía lo veía como un viejo amigo y le prestó poca atención mientras ella volvía por otra caja. A medida que Cielo Riveros avanzaba en la tarea, disminuyó un poco la velocidad, lo que le dio al viejo tiempo extra para admirar ese gran y hermoso trasero moverse con cada peldaño que subía la jovencita.
Pronto, Cielo Riveros movió todas las cajas. Un ligero sudor le cubría el rostro, levantó la parte inferior de su blusa para limpiarse la frente mientras don Rómulo miraba. Su camiseta deportiva se levantó para revelar un estómago firme y plano. El polo deportivo fue levantado hasta el punto que mostraba los bordes del brasier, luego regresó la prenda a su lugar y sonrió al encontrarse con los ojos del viejo.
– ¡Vaya! Todo listo Sr. Rómulo. ¿Algo más que pueda hacer?
–Oh, no querida, eso es todo. Qué placer verte trabajar. Quiero decir, bien ya sabes … umm
– ¿Qué pasa, señor? — Preguntó la muchacha, intrigada por el tartamudeo del viejo.
–Bueno, Cielo Riveros, me disculpo si mi mirada te resulto incomoda estos días, ha pasado tanto tiempo desde que vi el cuerpo de una mujer, especialmente uno tan hermoso como el tuyo, Espero que no te moleste que te lo diga
– ¿En serio, señor Rómulo? No, para nada. ¡Ni siquiera me di cuenta! Jajaja…esteee… ¿cree que tengo un buen cuerpo? — preguntó Cielo Riveros y subconscientemente pasó las manos por los costados hasta pasarlas por las caderas y sobre su estómago.
–Oh sí… realmente eres muy hermosa. Me pregunto si podrías hacerme un pequeño favor. Umm, algo como … no olvídalo … ni siquiera debería preguntar … lo siento
Cielo Riveros hizo una pausa y observó al anciano desviar su mirada por un segundo, alejándose y murmurando un poco incómodo y avergonzado.
– ¿Qué es señor Rómulo?, usted me ha ayudado tanto todo este tiempo, ¿qué tipo de favor puedo hacer por usted?, Realmente puedo intentar ayudar.
–No, Cielo Riveros … no debería haber dicho nada … es solo que cuando te vi trabajando hoy, me di cuenta de cuánto tiempo había pasado desde que había visto a una mujer hermosa y poder admirar su cuerpo.
-Ay muchas gracias señor Rómulo, pero dígame, ¿qué favor me quería pedirme? dígamelo con confianza
–Oh, me siento tonto ahora … es solo que esto días te he visto con tu ropa deportiva que por cierto te queda muy bien, pero … pensaba si tal vez pudiera verte con otro tipo de ropa … ya sabes, algo más ligero, típico del verano y típico de una mujer tan joven y bella como tú, tal vez un shortcito … o una minifalda o algo así. Sería una forma de recordar y apreciar cómo se ve realmente una mujer ya que como sabes mi esposa falleció hace 15 años y desde entonces no he estado con otra mujer.
Cielo Riveros se sorprendió un poco, no se había percatado de que el viejo la había estado mirando todo este tiempo y es que con los lentes oscuros que usaba don Rómulo, era difícil saber hacia dónde dirigía su mirada
– ¡guau!, señor Rómulo, no sé … eso es un favor diferente … se lo digo porque no creo que a mi novio le agrade la idea de que yo use ese tipo de ropa cuando no estoy con el..
–No, está bien, ni siquiera debería haberlo preguntado. Por favor, olvida que incluso dije algo … No quiero que pienses que soy un viejo imbécil … lo siento.
-Oh, no se preocupe Don. En realidad, su comentario no me molesto para nada, es solo que no tengo nada así, aunque supongo que no es muy diferente a los shorts deportivos que uso cuando voy al gimnasio, Empecé a usarlas este verano, pero fuera del gym no las uso.
–Pequeña, tu cuerpo es muy lindo deberías comprar algunas cosas como las que te mencione … ¿o podría?… ¿Quieres algunos atuendos bonitos?, Te diré qué, por todo el trabajo que has hecho en el jardín y dentro de la casa, como agradecimiento puedo comprarte algunos de esos conjuntitos para ti y puedes usarlos cuando quieras acá.
-ummm, bueno, supongo que no sería nada malo variar un poco mi ropa para no estar con lo mismo siempre, no es que me falte, pero un conjunto nuevo de ropa nunca cae mal jeje, está bien acepto, Anotaré mis tallas para usted, para serle sincera Estaba pensando en comprar algunas ahora que empieza el verano
–Bueno, si te compro algo … ya sabes … de buen gusto, tal vez podrías modelarlo aquí, solo por unos minutos– Sugirió con algo de miedo obteniendo la aprobación de la jovencita que movió la cabeza de forma positiva.
“Realmente esto era un poco extraño, El viejo señor Rómulo acaba de pedirme que modele alguna minifalda para que le recuerde cómo es una mujer joven, Supongo que realmente debe estar solo y han pasado muchos años desde que su señora estaba viva, Bueno, qué malo puede ser, estamos empezando el verano y lucir un poco las piernas no haría daño “– pensó la jovencita
-Bueno, sería lindo tener un atuendo o dos, así que … ¿por qué no?
–Listo entonces, eso lo resuelve, elegiré algo más tarde en alguna tienda del centro y podrás tenerlo para ti muy pronto, ¡piénsalo como un regalo de mi parte para este verano! y también por ser una vecina responsable que se hace cargo de las travesuras de su mascota.
– ¡De Acuerdo! — declaró Cielo Riveros, agarro un bolígrafo sobre la mesa y anotó las tallas que usualmente usa en ese tipo de prendas de vestir.
El viejo miro el papel, se hizo una idea de las tallas, sonrió al imaginarse como se vería la jovencita con el tipo de ropa que el elegiría por ella y luego de un silencio incomodo el viejo volvió de sus pensamientos y le ofreció un poco de té.
-No, está bien, señor Rómulo. Realmente debería irme
Cielo Riveros se dirigió a la puerta de salida, el vejete la siguió de cerca, mirando aún más de cerca ese delicioso trasero, antes de irse la joven se acomodó una de las zapatillas en frente del viejo, mientras se agachaba, el anciano observó como la camiseta deportiva caía un poco dejándolo ver parte de esos hermosos pechos que se bamboleaban cuando se movía para abrocharse las zapatillas. Cuando la joven se puso de pie, el viejo desvió rápidamente la mirada y observó a la sonriente muchacha decirle adiós y salir.
Esa misma tarde Don Rómulo llego hasta una tienda de ropa juvenil, su nerviosismo era evidente, pero la vergüenza de entrar a esa tienda a ver ropa de mujer siendo el un anciano sabía que iba a valer la pena, cuando entró, una joven detrás de la caja lo saludó calurosamente.
-Hola señor, adelante ¿busca algo en especial para algún familiar?
–Bueno, quisiera comprar unos regalos…para mi nieta — respondió el viejo y sacó la hoja de papel con las tallas de la joven
-Oh, sí, tenemos muchas cosas de esa talla.
la mujer le mostró un estante con todo tipo de ropa donde había desde la más mojigata hasta las más atrevidas
-Eche un vistazo y me avisa si necesita ayuda – dijo alegremente la vendedora y luego regresó a la caja.
El viejo examinó el estante y encontró algunas prendas que pensó que se verían geniales en la muchacha. Primero sacó una pequeña microfalda, combinado con una blusa de color negro con un generoso escote, también vio unos shorts bastante pequeños los cuales seguramente no llegarían a cubrir completamente las imponentes nalgas de la jovencita, el viejo no quería llevar las cosas demasiado lejos la primera vez, no quería parecer demasiado pervertido. Pero el solo imaginarla con alguna de esas prendas lo hacía babear.
El viejo siguió buscando, ya tenía algunas prendas preseleccionadas, Le llamo la atención unas blusas ceñidas, notó que la tela blanca era un poco transparente a plena luz, sabía que tenía que llevar si o si esa prenda
Ya de noche en la casa de la jovencita, Jorge una vez más se había quedado dormido apenas había llegado del trabajo dejando a la pobre universitaria con ganas de un poco de sexo, ya en la cama la nena pensó en todo lo que había pasado en el día y lo que podría usar mañana, por un momento se le vino a la mente esas imágenes de su computadora donde tipos horribles disfrutan de cuerpos jóvenes como el suyo, a pesar de ellos se negaba a pensar que su buen vecino se prestara para esas cosas, a lo mucho pensaba que era un poco pervertido pero no lo culpaba ya que había pasado mucho tiempo desde que su esposa falleció, pero de ahí a que se sobrepasara con ella era imposible, de alguna manera estaba ansiosa de ver qué tipo de ropa le había comprado su viejo vecino.
Al día siguiente, Cielo Riveros se presentó de manera puntual como todos los días, llevaba una vez más sus leggins negros, pero ahora tenía un pequeño polo ceñido escotado de color rosado, como hoy no iba a trabajar en el jardín, pensó que podría usarla y ver la reacción de los tipos que pasaban por su lado hasta llegar a la casa del viejo. Era un cálido día y la joven se preguntaba qué tipo de ropa habría comprado el viejo para ella.
Apenas estuvo en la frentera, don Rómulo le abrió la puerta, el viejo la estaba esperando ansioso desde las primeras horas de la mañana, el anciano había separado los conjuntos que había escogido y los tenía en bolsitas sobre la mesa del comedor. Una vez que la jovencita estuvo dentro, el viejo se ocupó de preparar algo de té y de escuchar todo lo que había hecho la jovencita durante la tarde de ayer.
Habían pasado unos cuantos minutos, el viejo no prestaba atención a la historia de Cielo Riveros, solo quería llegar al momento donde ella se fuera a cambiar, apenas podía contenerse, así que le empezó a cambiar la conversación poco a poco hasta llegar a la parte de los regalos. Le dio la bolsa que contenía un pequeño short corto de mezclilla de cintura baja de color blanco junto a una blusa veraniega con un generoso escote, vio la marca y noto que era de una tienda reconocida por lo tanto no era nada barato lo que tenia en sus manos, se sintió algo culpable ya que sabía que su vecino no contaba con mucho efectivo y encima le había comprado ropa de marca, lo mínimo que podía hacer era modelársela y agradecerle el gesto.
– ¡Oh, que bonito, gracias don!
Ella vio el atuendo y lo sostuvo contra sí misma. Pensó que no sería tan revelador cuando lo usara, de hecho, estaba un poco decepcionada, ya que pensaba usarlo algún día para provocar otra vez a esos viejos ebrios del mercado, aun así, estaba muy entusiasmada con el atuendo.
La jovencita llevó la bolsa con ella al baño y se puso el atuendo nuevo. Le gustó cómo se veía y notó como ese escote resaltaba sus pechos, luego siguió con el pequeño y bastante ajustado short el cual no le llamo mucho la atención al principio, pero a la hora de ponérsela noto que era mucho más pequeño y llamativo de lo que había pensado, se dio varias vueltas en el espejo del baño antes de salir, la primera impresión que tuvo de la ropa la había parecido normal, pero una vez puesta ,se veía realmente espectacular en ella, le sorprendía lo bien ajustado que le quedaba y es que lo que no sabía es que el viejo había recibido ayuda de la recepcionista de la tienda para escoger la mejor prenda de acuerdo a las medidas anotadas por ella, solo había un detalle y es que sentía que sus zapatillas no combinaban con la ropa, luego de meditarlo por un momento decidió quitárselas así como sus medias y salir así, le gustaba más salir descalza que salir con unas zapatillas que no combinaran con la bonita ropa que le había comprado su viejo vecino.
El vejete esperó impacientemente en su sofá, apenas capaz de contenerse, Empezaba a imaginarse la escena de la universitaria cambiándose, finalmente oyó la puerta del baño abrirse y la cabeza de Cielo Riveros se asomó por la esquina.
-Sr. Rómulo …. No estoy muy segura de esto … es solo que yo mmm … ya sabe.
–tranquila niña, está bien, estoy muy seguro de que te ves hermosa, me tome el tiempo para asegurarme de que fuera de la talla que me anotaste en el papel, pero si aun así no te queda me dijeron que podían cambiármelo, pero no creo que sea el caso, estoy seguro de que le atine y que te ves genial.
-Bueno, está bien, supongo … la joven universitaria pensó que tal vez todo esto no era una buena idea, pero, aun así, Don Rómulo era un tipo tan gentil con ella y realmente parecía tan inofensivo que, si alguien debería verla usando esos pequeños shorts aparte de su novio, debería ser su viejo vecino, así que salió del baño y entro a la sala
El horrible viejo vio a la jovencita salir tímidamente del baño vistiendo el atuendo. El pervertido no podía creer lo que veía. El escote era más grande de lo que había previsto y le daba una buena vista de esos amamantables pechos sin que ella se agachara, lentamente bajó la vista y pudo ver esas bien torneadas piernas totalmente depiladas, el detalle de estar descalza le había gustado ya que resaltaba aún más sus largas piernas, el viejo se quedó embobado unos segundos admirando a la jovencita, fue entonces cuando se percató que se estaba creando un silencio incomodo y miró a Cielo Riveros, notó que ella tímidamente desvió la vista hacia abajo y con sus manos hacia atrás como si esperara su aprobación.
–¡oh por Dios!, ¡eres toda una hermosura!, …es, es… wow, ese atuendo te queda fantástico. Es perfecto.
-jiji gracias, le confieso que no estaba muy segura al principio, hace mucho que no me ponía un short tan pequeño y apretado.
–fue hecha para ti Cielo Riveros, vamos regálame una vueltita
La jovencita lo dudo un segundo, pero gracias a los ánimos del viejo, se dio la vuelta lentamente, como si lo estuviera modelando.
–Bueno, Señorita Cielo Riveros, se ve genial. Estoy seguro de que volverá loco a su novio cuando la vea usando esa ropa, será el chico más feliz del mundo
-Gracias, señor, realmente me gusta el conjunto que eligió.
–Bueno, no estés tan tensa niña, suéltate un poco, Camina de un extremo al otro. Intenta dar una vuelta o dos como si fuera la pasarela de modas a la que estas acostumbrada — sugirió el viejo queriendo que la jovencita gane mucha más confianza
Cielo Riveros sabía que el viejo exageraba ya que aún era una novata en el tema de desfiles y solo había participado en un par, pero aun así se sintió envalentonada por el halago y se volvió más segura al momento de modelarle. El viejo apenas apartó los ojos de ella en todo ese tiempo, no quería incomodarla mirándola fijamente , pero era imposible apartar la miraba de ese gran trasero cuando la chica le daba la espalda, pronto comenzó a aplaudir para darle ritmo a la caminata, ella reaccionó poniendo un poco de influencia en sus pasos , contorneaba sus caderas como si realmente estuviera desfilando en unos de esos concursos de belleza, Ella siguió ganando confianza deteniéndose un poco más cerca de él cada vez hasta que casi rozó su trasero contra el afortunado pervertido que se encontraba sentado en el sofá.
–Bueno, Cielo Riveros. Creo que con ese conjunto serás la envidia de todas las chicas.
Cielo Riveros le respondió con una leve sonrisa, un poco sonrojada por sus movimientos, pero dándole a entender que se estaba divirtiendo
–esto… Cielo Riveros. Conseguí un par de atuendos más para ti, quizás también te guste este de acá es un poco más de verano, así que puedes probarlo ahora o más tarde, pero creo que te hará lucir realmente sexy, toma la bolsa, depende de ti, pero si quieres probártelo, le harías un gran favor a este viejo viudo
Cielo Riveros tomó la bolsa y miró dentro para encontrar una microfalda de esas que con un leve movimiento no te aseguran que te vaya a cubrir el trasero por completo y una blusa bastante curiosa. Este era el tipo de ropa que realmente había pensado ayer, pero parecía demasiado atrevido para modelárselo, por fin entendió que el viejo no era tan inocente como pensaba, pero no podía culparlo hace mucho que su mujer había fallecido así que alegrarle un poco la vista no haría daño a nadie, además que poco a poco esta situación se estaba pareciendo a los videos que le gustaba ver, por un momento le dio un poco de vergüenza continuar pero luego de un rato decidió seguir con el juego. Una vez dentro del baño procedió a cambiarse, empezó con esa microfalda de color negro, le tomo algo de esfuerzo ponérsela y ajustarse bien el cierre, noto que a las justas y le cubría todo su imponente y bien trabajado trasero, pero al inclinarse solo un poco ya empezaba a mostrar más de la cuenta, luego procedió con la blusa que le había llamado la atención cuando lo vio en la bolsa y ahora que se lo había puesto noto que no se había equivocado, la tela era levemente transparente y para su mala suerte ese día llevaba un brasier negro de media copa el cual resaltaba bastante con esa blusa, miró de nuevo todo el conjunto, poso unas cuantas veces en el espejo contemplando la naturaleza reveladora de las prendas, por un momento se imaginó pasando con esa ropa cerca de los vagos que jugaban cartas o provocando otra vez al viejo heladero del triciclo, su mente comenzaba a volar aunque sabía que Jorge nunca le iba a permitir salir sola con ese tipo de atuendos tan “vulgares”, por lo que tendría que ingeniárselas para salirse con la suya.
Cuando la jovencita dejo de imaginarse cosas que no debería, se volvió a preguntar si debería modelar el atuendo, de pronto escuchó al horrible viejo preguntar si todo encajaba bien.
-Sí, señor Rómulo, bueno…eso creo.
–Vamos linda sal y lo comprobaremos con seguridad
El tono amable del viejo hizo que la jovencita encontrara el valor para salir del baño. «Supongo que no hay nada malo en modelarle un poco, Sin duda es más revelador que el otro atuendo, pero es solo el Sr. Rómulo, así que no puede ser tan malo que se gane un poco este viejito pervertido jiji». — Pensaba la sexy jovencita que no se daba cuenta de lo excitado que se encontraba el anciano en esos momentos solo de esperarla
-Ok, señor Rómulo, supongo que puede echar un vistazo
Ella abrió la puerta lentamente, nuevamente, con una leve vacilación, la universitaria cruzó la puerta y encontró al horrible viejo de pie esperándola, Ella notó como se le abrieron los ojos cuando salió y la vio con ese diminuto atuendo,
la vista era impresionante, el viejo tuvo que sentarse un momento, no podía creer su suerte mientras veía a Cielo Riveros salir del baño con el atuendo más sexy que podía imaginar. El conjunto resaltaba a la perfección las curvas de la nena, cuando entró en la sala, la blusa transparente mostró ese brasier de media copa que sostenía esos senos llenos de vida. Con cada paso de la sexy universitaria se podía notar el ligero balanceo de sus pechos y unas pequeñas protuberancias que sobresalían producto de todo lo que había estado pensando Cielo Riveros antes de salir del baño y que no se había percatado. Cuando ella se acercó más vio que los ojos del viejo se perdían en sus pechos es cuando se dio cuenta de que sus pezones se habían puesto duros y estos se notaban claramente a través de la prenda, por lo que cruzo sus brazos tratando de taparlos.
El viejo noto la expresión de la jovencita y pensó: «tengo que controlarme, si la sigo viendo de esa manera esta zorrita se pondrá incomoda y todo se ira a la mierda, ella no debe saber cuántas ganas tengo de cogérmela, tengo que aguantar…al menos hasta que agarre más confianza»
–Epaaaaaaaa señorita Cielo Riveros, eres increíble, es un placer para un anciano tener la oportunidad de apreciar este hermoso espectáculo
-Sr. Rómulo, realmente no estoy muy cómoda con esta blusa transparente … lo siento … no estoy segura de esto.
–Oh, está bien preciosa, solo quería ver cómo te quedaba y sin duda esas prendas están hechas para ti, vamos regálame otra modelada como la anterior
La universitaria dudo un poco, pero aun así se puso a modelar aun con sus brazos entrecruzados, la transparencia de la prenda superior la tenía algo atontada de la vergüenza y se había olvidado de la pequeña microfalda que al inclinarse un poco le regalaba un espectáculo indescriptible al asqueroso viejo de sus increíbles y apetecibles nalgas
El arrugado tipo no estaba preparado para tal acontecimiento, pero vio lo suficiente para darse cuenta de que acababa de ver el culo más hermoso de toda su penosa vida y estaba solo a unos pocos metros de sus ojos y no era para menos, ya que el trasero de la jovencita era su mejor atributo.
— Cielo Riveros, se te ven genial
Sin saber si don Rómulo se refería al atuendo o a alguna parte de su cuerpo, se dio la vuelta para mirarlo, la sexy jovencita se quedó quieta mientras el viejo examinaba su cuerpo. Poco a poco se empezaba a relajar, “lo peor ya había pasado” pensaba ella mientras veía como el viejo la examinaba sentado en el sofá, sin duda don Rómulo estaba disfrutando mucho de esto y bueno, ella también estaba empezando a gustarle el morbo que estaba ocasionando.
“Esto no es tan malo”. “de alguna manera estoy ayudando a una persona solitaria” pensaba ella, la jovencita estaba feliz de poder darle un poco de alegría a un viejo solitario.
–Intenta caminar de nuevo como si fuera un desfile de modas, pero ahora sin las manos entrecruzadas
La jovencita con más confianza de tener la situación controlada obedeció e hizo la misma caminata por el pasillo de la sala, dejando que sus pechos se movieran libremente con cada contorneo que ella hacía, girando al final y regresando.
El pervertido aprovechó al máximo esto y miró sus perfectas nalgas y el bamboleo de esos juveniles pechos que rebotaban con cada paso mientras ella se acercaba.
La joven ya más desinhibida escuchó nuevamente al viejo comenzar a aplaudir lentamente y después de un viaje por el pasillo, tomo el ritmo de los aplausos y volvió a mover sus caderas al ritmo de los aplausos.
Pronto la situación le hizo acordar a uno de los videos que había visto en su computadora donde una jovencita le regalaba un striptease a un arrugado y asqueroso tipo, la situación le estaba empezando a calentar.
«Uno, dos, tres y cuatro, Uno, dos, tres y …» hablaba el horrible viejo mientras los aplausos eran de lo más sonoro para que Cielo Riveros siguiera el ritmo. La jovencita continuó el acto del desfile y cada vez se acercaba al viejo que se encontraba parado, Luego comenzó a rozarse intencionalmente contra él mientras giraba y como su trasero solo estaba cubierto por esa fina tela y su pequeña ropa interior de color negro, el vejete pudo sentir la suavidad de esas carnes cuando se acercaba.
El suertudo tipo vio como la universitaria se le acercaba de nuevo levantando la mano, Cuando se giró, esa juguetona mano rozó todo el ancho de esa arrugada mejilla.
Un par de pasos más y la nena se detuvo, se giró para mirar al señor Rómulo ,parecía estar esperando alguna instrucción, el viejo le pidió un desfile más y ella asintió con una sonrisa y un leve movimiento afirmativo de su cabeza, con cada viaje que hacía, parecía relajarse y disfrutar más de su exposición, Ni siquiera le importó tanto que parte de su trasero era visible cuando hacia el giro, Podía ver el efecto que estaba teniendo en el viejo pervertido y le gustaba tener en esa situación a aquel anciano que nunca podría obtener en ningún otro lado el espectáculo que le estaba regalando ella, luego de un par de modeladas estaba frente al viejo otra vez, un poco fatigada por su desfile por el pasillo.
Todo lo que había pasado el viejo hasta ahora era como un sueño, veía a Cielo Riveros mucho más segura que antes, sentía que tal vez la jovencita podría estar dispuesta a mostrar más si se lo pedía de la forma correcta
–Sabes pequeña, todo esto ha sido hermoso, me has regalado un rico espectáculo, han pasado tantos años desde que vi un cuerpo tan perfecto y femenino como el tuyo… ¿Hay alguna manera de que te sientas cómoda mostrando …tal vez… ¿un poco más? Prometo no hacer nada, es que tu cuerpo es tan… tan perfecto.
La atrevida proposición del anciano sorprendió a Cielo Riveros, sabía que lo correcto hubiera sido negarse y salir de ahí, pero en ese momento recordó aquellos videos pornográficos donde muchas veces empezaban de esa forma y luego terminaban abruptamente en la mejor parte dejando con ganas de más a la pobre jovencita. Quedó congelada en el lugar unos segundos pensativa. ¿Qué tan lejos podría llegar en esta situación?, Su situación era muy parecida a la de algunos videos que a ella le gustaba ver, ¿podría continuar?, Realmente esto había comenzado como un pequeño favor al probarse los atuendos que compró el “amable” viejo, pero esto ya era un poco diferente
-Ummmh, señor, ¿realmente quiere ver más? ¿Me refiero a mí en ropa interior? ummm, eso ya es un poco más difícil, ¿no le parece?»
–No, niña, está bien, lo siento, pregunté porque creo que cualquier hombre querría verte un poquito más descubierta si tuviera la oportunidad, eres tan hermosa… cualquier hombre caería a tus pies.
El viejo ahora sentado en el antiguo sillón de la sala, se preocupó un poco por la forma como se mandó con su proposición, comenzó a tartamudear en su respuesta, además tenía otro problema y es que su erección estaba en su punto más alto debido a todo el espectáculo recibido, afortunadamente la nena no se había dado cuenta ya que el hombre se sentó, disimulando su enorme erección.
–Si… si pudieras hacerme este favor, estaría eternamente agradecido contigo Cielo Riveros, imagina que fuera como si estuvieras probándote un bikini antes de ir a la playa, es casi lo mismo, tal vez solo podría ser una prenda… ¿Tal vez solo tu parte superior?»
Cielo Riveros se encontraba pensativa, posar en bikini ya lo había hecho en alguna oportunidad para un concurso de belleza en la playa y para su novio, pero nunca para otra persona en particular, además sabía que los bikinis que había usado era de tamaño normal, en cambio su ropa interior era bastante más pequeña tanto en la parte superior como inferior, a pesar de eso su morbo era mas, pronto empezó a encontrar más pros que contras al pedido del viejo, por su cabeza pensaba y sentía lastima de recordar de que tal vez esta sería la última vez que podría ver a una jovencita en ropa interior,
-Bueno, está bien…supongo
Al viejo se le dibujo una sonrisa de oír esas mágicas palabras, dicho esto, la nena puso sus manos arriba y comenzó a quitarse aquella blusa transparente que ponía loco al viejo, de pronto esos ojos lagañosos se abrieron como platos cuando vio ese perfecto par de senos caer al momento de que la nena se sacara la blusa, era increíble el bote que daban, se les notaban majestuosas, firmes y listas para ser chupados.
A pesar de su duda inicial, pronto se dio cuenta de que estaba disfrutando la atención que él vejete le estaba dando, Ella observó esos ojos que miraban fijamente su pecho.
–Dios mío… OH dios mío
jadeó el viejo, viendo como esta joven diosa había cumplido con su pedido y ahora vio esas esplendidas montañas de carne adornadas con ese pequeño brasier en su propia sala de estar. Ella permaneció inmóvil, sintió que sus pezones una vez más se tensaban al saber que él los miraba fijamente. Nadie dijo nada por unos segundos. La nena se quedó quieta mientras el viejo verde la miraba sin pestañear, ahora sin esa blusa, pudo notar las pequeñas pecas que adornaban la parte superior de los pechos, le dio un pequeño piropo referido a esas lindas pecas sorprendiendo a la jovencita lo observador que era el anciano y recordaba como su novio jamás le había dicho algo de sus pecas
la joven universitaria se movió ligeramente y sus senos temblaron. Don Rómulo finalmente rompió su mirada y miró a su musa que buscaba la reacción de él.
–¡guau!, Dios mío, me he quedado sin palabras, son magníficos… digo, ummm, no puedo creer lo perfectos que son.
– veo que realmente le gusta la vista, señor pervertido jiji
La joven un poco más calmada y caliente por la situación, tomó cada pecho en su mano, levantándolos mientras el viejo lo seguía con la mirada, luego los dejó caer para que la fuerza de la gravedad hiciera su trabajo y el suertudo tipo pueda ver el bamboleo y la firmeza de esos juveniles pechos que volvían a su lugar luego de un par de rebotes.
-ufff, sí que son perfectas Cielo Riveros, cualquier hombre moriría por tenerlas en sus manos
A pesar de la tensa situación y de que el viejo cada vez se soltaba más en sus palabras, Cielo Riveros se acostumbraba rápidamente a la situación, por su parte al viejo ya en estos momentos poco le importaba esconder su erección, solo quería seguir viendo esas perfectas y antojables toronjas.
La situación se ponía cada vez más favorable para el viejo Rómulo ya que sin mucho esfuerzo había logrado que la joven universitaria y ama de casa se encuentre frente a él con una pequeña microfalda y con su brasier negro de media copa, viendo su suerte decidió estirarla un poco mas
–pequeña Cielo Riveros, realmente eres un ángel caído, estoy muy feliz con todo lo que has hecho por este pobre anciano solitario, pero …
-no me diga, ahora quiere que me quite la falda ¿verdad?
La respuesta sorprendió al arrugado tipo que solo asintió con la cabeza.
Cielo Riveros miró los ojos suplicantes del señor Rómulo. No estaba segura de poder llegar tan lejos, su firme trasero era lo que más anhelaban los hombres en ella, pero ya se encontraba envuelta en el momento, un pequeño impulso dentro de sí le insistió a que continuara, ya que con este morbo seguramente tendría mucho en que pensar en las frías noches en las que Jorge no la tocaba, así que sin más se bajó el cierre y empezó a quitarse lentamente aquella apretada microfalda, se le hizo algo difícil hacerlo ya que realmente se encontraba bastante ajustada y con cada movimiento que hacía no se daba cuenta que sus pechos se movían alegremente frente a los ojos de aquel viejo lujurioso.
Don Rómulo apenas podía creer su suerte, esta vez la chiquilla había dado el primer paso, sus ojos se abrieron cuando las finas manos de la nena se iban a los lados de su cintura y comenzó a bajar poco a poco la microfalda para luego darle la espalda e inclinarse levemente mostrándole la parte favorita de su cuerpo, la parte que la había hecho famosa en la universidad, su enorme y bien formado trasero que lo había trabajado por años en el gimnasio , una fina prenda interior de color negro que se asemejaba a una tanga completo el espectáculo
–Oh por Dio …
El viejo Rómulo jadeó porque apenas podía hablar.
– ¿Le gusta, señor Rómulo? — preguntó. Coquetamente Cielo Riveros,
-nunca había estado a si frente a otra persona que no sea mi novio, pero esto solo lo hago por usted ya que siempre ha sido buenito conmigo y será nuestro secreto
–sí si lo que tu digas preciosa será nuestro secreto, ufff eres toda una diosa, me estas volviendo loco nena, ese trasero es perfecto
-jiji gracias Don, Me gustó mucho ambos conjuntos, desgraciadamente no creo que los pueda usar en la calle, la gente afuera no es tan educada como usted además mi novio nunca me dejaría usarlos.
–pero que tonterías dices preciosa, todo te queda tan bien y sería una pena que no lo vuelvas a usar
-hummm bueno si usted se sigue portando bonito conmigo, tal vez y solo taaal vez pueda venir a visitarlo uno que otro día y volver a ponerme la ropa que me compro, pero solo eso he, lo de hoy es un regalo especial jiji
–siempre te tratare como una reina nenita y bueno ya que hoy es un día especial como tú lo has dicho… que tal ¿un abrazo?
– ¡uy! Señor Rómulo que atrevido se ha vuelto usted, no lo conocía así, pero creo que me negare a su petición ya que se puede mirar, pero no tocar jiji
–vamos Cielo Riveros solo por hoy que es un día especial, tú mismo lo dijiste
La nena pronto se dio cuenta que no debería hablar demás ya que cualquier cosa podría ser usada en su contra más adelante
-mmm bueno está bien, pero solo por hoy que es especial
Dicho esto abrió los brazos y espero que el viejo se parara del sillón para que se acerque a ella, el viejo Rómulo se paró como si fuera un resorte y prácticamente se abalanzo hacia ella para darle su mejor abrazo, la nena pudo sentir un olor raro y es que el viejo al estar solo no frecuentaba mucho la ducha hasta que era realmente necesario, pero lo que más le sorprendió es que sintió algo duro en su pierna derecha, era imposible no saber qué era eso.
–gracias por todo preciosa, este fue el mejor día de mi vida, tienes un cuerpo realmente exquisito, cualquier hombre mataría por estar en mi lugar
La nena correspondió el abrazo unos momentos, pero esa cosa dura que sentía en su pierna la ponía nerviosa así que después de unos segundos ella misma rompió el abrazo y retrocedió.
-Ok señor Rómulo creo que ya mucho abracito
–Bueno pequeña Cielo Riveros, realmente me has hecho muy feliz, pero como todo hombre al ver tremendo monumento de mujer que estas hecha siempre quiere más así que … ¿hay alguna forma de que me dejes …
– ¡Señor Rómulo!,
la sexy nena se río luego del llamado de atención. Le sorprendía como el viejo conchudo quería aún mas
– ¿Qué más podría pedirme?, Quiero decir, estoy en su sala solo en ropa interior y le he modelado todas las veces que ha querido, ¿qué más podría pedirme? – dijo en un tono coqueto, pero algo sorprendida
El viejo noto el tono de voz con el que hablo su musa y sabía que tenía luz verde para seguir y lanzarse con todo, era ahora o nunca
— Cielo Riveros, si no te has dado cuenta, tengo la erección más grande que he tenido en muchos años y es gracias a ti y te lo agradezco, ha pasado mucho tiempo desde que se me ponía así y muchos más años desde que alguien me hiciera sentir bien y creo que tu podrías hacer ese último trabajito para calmar a mi Rómulo Jr. jeje
– ¡Señor Rómulo! ¿me está pidiendo que los masturbe? ¡En serio!
El tono de la nena ahora si cambio de coqueto a serio y es que Cielo Riveros no pensó que el viejo se atrevería a tanto, a lo mucho pensaba que le pediría que le modele una vez más, pero masturbarlo ya era pasarse de los límites que ella había creado.
–por favor bombón no te molestes, pero es algo que no he sentido en mucho tiempo y me gustaría volver a experimentarlo una vez más antes de que me vaya de este mundo
– Usted es un exagerado, no está en las últimas como para decirme eso, además usted mismo puede hacerse eso y sentirse bien con todo lo que le he enseñado hoy.
–no es lo mismo, no se siente tan bien como que te lo haga otra persona, por eso te lo pido, solo una única vez y estaré tranquilo
El viejo intento poner su cara más patética para tratar de llegar al corazón de la joven
-Lamento que no haya podido sentir esa sensación en mucho tiempo, sin embargo, eso es realmente demasiado lejos para mí … lo siento.
Ante la negativa de la nena el viejo se desilusiono totalmente, hasta acá llegaba su suerte, pero pensó que debería seguir el impulso que tenía ahora, así que tiró de su cinturón y dejó caer sus viejos pantalones. Cielo Riveros no se dio cuenta de lo que había pasado, estaba buscando sus prendas con las que vino para vestirse nuevamente y salir ya que pensaba que esto se le estaba yendo de las manos, ni siquiera se dio cuenta de lo que había sucedido cuando el Sr. Rómulo de repente sacó su verga totalmente erecta de su calzoncillo. Ella se congeló en su sitio cuando el Sr. Rómulo se empezaba a acercar a ella con aquella gran herramienta apuntándola.
-oiga señor, no se comporte como un ordinario, por favor guarde su cosa … yo ya me tengo que ir, se puede quedar con sus prendas ya no las quiero
A pesar de ponerse firme, el viejo la empezó a ignorar, en su mente solo estaba sentir esas jóvenes carnes en sus arrugadas manos, la jovencita no sabía cómo reaccionar, el viejo de pronto se acercó a ella y la abrazo una vez más, ahora si podía sentir con total lujo de detalle aquella dura y venosa herramienta puntear su pierna desnuda, el viejo la empujo hasta la pared para tener en donde apoyarse y dejarle menos salidas de escape a ella
–vamos culoncita, solo este último favorcito, mira como la tengo, esto no bajara nunca si tu manita no me ayuda
Cielo Riveros no podía moverse, una sola mirada basto para ver que ese cobrizo pene tenía dimensiones más favorables que la de su novio, sus manos permanecían inmóviles, el viejo seguía punteando la pierna derecha de la jovencita, al ver que la nena no hacía ni decía nada, el viejo tomo la mano de ella y trato de ponérselo en su ver