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Chris y yo

Nos vimos por primera vez, durante un largo viaje de autobús. Yo iba a mi casa después de tener una cita con mi novia en otra ciudad. Aburrido, tomé mi teléfono y empecé a jugar un juego de roles en línea.

Mientras me perdía en el mundo del juego, sentí una incomodidad, ese tipo de incomodidad que sientes cuando otra persona te está observando. Yo instintivamente y como quien no quiere tal cosa observé a mi alrededor y lo encontré. Me sonrió tímidamente y me mostró la pantalla de su celular; estaba jugando el mismo juego. Le sonreí de regreso.

Él se acercó y se presentó. “Chris”, me dijo.

“Evan”

Intercambiamos IGN’s (nombres en juego), nos añadimos a nuestra lista de amigos, entonces él me preguntó si yo era miembro de esta comunidad en línea, a lo que yo respondí afirmativamente. Después nos añadimos en Facebook.

En ese momento, no tuve el interés de realmente verlo y nos separamos en su parada. Desde entonces empezamos a “pasar el rato” en línea y ocasionalmente compartíamos tips para jugar en línea.

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Unas semanas después de eso, él me preguntó mientras estábamos en Facebook, si podríamos vernos y tal vez tomarnos unas cervezas, a lo que yo accedí, sin pensármelo mucho. Mi vida en el trabajo había estado tan ocupada y ajetreada, que me había hecho olvidar acerca de la cerveza de la que habíamos hablado. Fue unos pocos días después que di cuenta que había olvidado de eso, ya que no me había conectado desde entonces al Facebook.

Inmediatamente entré a Facebook y revisé mis mensajes. Había recibido bastantes mensajes de él confirmando nuestra salida, para después decirme que ya estaba en el bar acordado esperándome. Yo inmediatamente le pedí una disculpa excusándome en el trabajo y de cómo había olvidado todo.

Él me contestó que no había problema, que lo dejaríamos para otra ocasión. Me pidió mi teléfono para que así fuera más fácil para él contactarme, por si acaso.

Entonces platicamos por un rato, hablamos del juego y demás. Después de otras cosas más sin importancia, así terminamos hablando de nuestras relaciones. Él estaba comprometido y me compartió algunas de sus fotos con su pareja. Su novia se veía linda, pero parecía muy refinada. Solo por curiosidad, me metí a su perfil y encontré algunas cosas muy interesantes acerca de él.

Él era un modelo, según su perfil. Pude decir, incluso un chico como yo, que se veía muy bien. Él tenía el cabello ligeramente castaño, ondulado con peinado alto de lado. Sus ojos eran azul claro. Tenía barba de un día en algunas de sus fotos.

Él también era un hombre de negocios, sin embargo, no estoy seguro que tipo de negocios eran. Mientras pasaba sus fotos casualmente, me encontré con fotos de lo que parecía su familia. Era una foto familiar, sus padres y dos hermanas. Reconocí a su padre. Al colocar el ratón en su cara me apareció su nombre, era el alcalde de una ciudad o miembro del congreso. No estaba seguro.

La mayoría de sus fotos eran de él y su novia, su hermosa novia. Ellos se veían incluso algo irreales para mí; se veían como una pareja sacada de una revista. Esto hizo casi encogerme al ver cuán hermosos se veían.

Le dije un poco avergonzado que había visto sus fotos y que había encontrado algunas cosas muy interesantes.

—Jajajaja —él respondió.

—Tienes onda, hombre. Parece que lo tienes todo.

—Si algo así, no estoy seguro.

—¡Vamos! Con una novia así, claro que lo tienes todo. —Lo dije medio en broma.

Y así cada vez que conversábamos. Yo molestándolo acerca de su vida perfecta, él pidiéndome que saliéramos a tomar unas cervezas. Y tenía que declinar la mayoría de sus ofertas de salir por una copa o dos debido al trabajo, la vida o compromisos. Principalmente el trabajo. Tenía dos trabajos y aparte hacia algunas cosas por mi cuenta.

Siempre que visitaba su Facebook, veía su perfecta vida, perfecta novia y hermosa cara apareciendo en mi muro del Facebook. Y siempre que lo hacía, lo molestaba más con su perfecta vida y demás. Y cada una de las veces, él me preguntaba si nos podíamos encontrar en algún lugar por una copa.

—Yo no puedo pagar un lugar así. —Yo decía medio en broma, a mi manera.

—Yo pagaría por todo. —Él decía.

Cuando yo prometí en salir con él una vez, como lo había hecho en el pasado, y desafortunadamente, para él, no estaba disponible, me envió un sticker encogiendo los hombros. Yo le envié un sticker de beso. Él envió un sticker de vómito, y yo uno riendo después.

De haber sido otra persona, hubiera pensado que me estaba flirteando, lo cual era raro, porque estaba seguro que ninguno de los dos, era gay. Después de algunos meses de interactuar en línea, estuvimos lo suficiente cómodos el uno con el otro, tanto que le dije que teníamos un 'bromance'. Él era un poco homofóbico por lo tanto me respondía, “Por favor no digas eso del bromance”, después enviaba un sticker vomitando.

Yo solo me reía y le mandaba stickers de besos. Yo lo molestaba, como los chicos hacen. Entonces él cambiaba el tema a otra cosa.

También intentaba llamarme a mi celular algunas veces, pero nunca le alcanzaba a contestar. Porque como dije, yo siempre estaba en el trabajo. Pero él pensaba que lo estaba evitando y actuaba casi como de mal humor. Yo sentía como si tuviera otra novia, para ser honesto, debido a que después tenía que darle explicaciones y cosas así. Entonces él se relajaba y seguíamos como si nada. Yo siempre temía cada que veía una llamada perdida suya, porque significaba que tenía que excusarme otra vez. Y yo no sabía porque estaba obligado a ser un novio sumiso.

--------------

No lo descubrí hasta que tuve un sueño 'húmedo' acerca de él. No me había conectado a mi Facebook y tenía dos llamadas perdidas de él. Era una semana muy ocupada y mi novia estaba deseando verme, ya que no nos habíamos visto desde aquella vez que había conocido a Chris.

La masturbación tampoco estaba en mi mente debido a mi trabajo y el caos de mi vida.

Recordaba claramente mi sueño. Salíamos con nuestras novias y estábamos riéndonos en un Starbucks, supongo. Entonces, tuve esta necesidad fuerte de tomarnos de las manos, así lo hice. Lo miré a sus ojos azules y su hermosa cara. Toqué su dedo de en medio y acaricié con mis dedos la palma de su mano.

Él estaba observándome con sus ojos hermosos y tomó mi mano de la manera más perfecta. En ese momento el mundo solo estaba entre él y yo, en un arrebato de audacia, besé sus hermosos labios rosas, los labios que inconscientemente tanto anhelaba cuando veía todas sus fotos. Tenían el sabor de un dulce néctar, yo lo percibía, aunque solo fuera un simple sueño. Aun así, anhelaba probarlos más. Su entusiasmo me estaba volviendo loco ya que él también estaba devorando mis labios, mi lengua y mi boca. Sus manos volaron sobre mi cabeza a mi nuca, a mi espalda, a mi trasero, después escalaron a mis abdominales y mi trasero. Lo sentí todo, su toqueteo necesitado, sus besos avariciosos. Él me estaba succionando, probando todo lo que podía. Eso me mandó al más allá. La sensación de ser deseado y querido. Estaba sediento de eso.

Pero insisto, era solo un sueño. O un sueño dentro de un sueño. El besarnos y las cosas que hacíamos solo eran un sueño dentro del hombre que estaba en mis sueños. Era solo una ilusión de lo que pasaba en mi cabeza.

Reaccioné y volví a la línea del Starbucks, donde la gente podría mirarnos. Entonces tomé su mano y la escondí de nuestras novias. Sin embargo, mi novia, vio nuestras manos, y me sonrió como sabiendo lo que pasaba, para después guiñarme un ojo.

Eso fue todo.

Desperté con una erección tremenda y un desastre en mis boxers. Estaba lleno de precum; pensé que tenía un sueño húmedo y me corrí. Nunca había estado así, mi pene estaba tan duro que podía casi sentir la piel estirada como nunca antes. Era un dolor delicioso, y así mientras lo envolvía en mis manos alrededor, explotó, como un volcán, mandando toda su corrida sobre mi abdomen, incluso llegando a mi cara y más. Perdí la cuenta de cuantas veces mi dolorosa verga se convulsionó hasta que sentí mis bolas aflojando y contrayéndose lentamente entre mis muslos.

Mi verga era un problema, sin embargo, a pesar del orgasmo intenso no se suavizó. Después de unos minutos, regresé a masturbarme, fantaseando mi mano era la de… mi novia, sentía que no me podía venir, entonces imaginé la boca de Chris, y exploté otra sesión de masa cremosa blanca.

“Mierda”, exclamé mientras me recostaba de nuevo en mi cama.

Datos del Relato
  • Categoría: Gays
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