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Cerezas (2)

Cerezas II



Ya he explicado mi teoría de que la vida es como una fuente llena de cerezas. La acción más pequeña tiene grandes e impredecibles consecuencias. Coges una cereza y te salen treinta en ristre. Como prueba de mi teoría ya he contado el modo en que Miguel me ofreció a esa sacerdotisa de la sexualidad que es Luisa y como me beneficie su trasero en plan salvaje; pero si creéis que ahí acabó todo os equivocáis.



Encule a Luisa un lunes, pues bien, la mañana del sábado siguiente, estaba yo solo y aburrido en el chalet. Charo había ido a la escuela porque tenían exámenes de un curso de verano. A eso de las diez decidí ir a bañarme al chalet de los Gonzalvo. Me puse el traje de baño, cogí una toalla y las llaves y fui a su chalet. Mire en el garaje y su coche no estaba allí, estaba visto que iba a pasar la mañana solo. Decidí coger una cerveza y tumbarme al sol. Entre en su casa y sin cerrar la puerta fui a la cocina.



¡Coño!



¡Ay! ¡La Virgen!



Allí en la cocina había una tía buenisima como de unos cuarenta y tantos años (mas tarde supe que tenia cincuenta y tres, pero desde luego no los aparentaba), que por todo llevar, llevaba una tanga y un sujetador negros. La tía era alta, uno ochenta, rubia, con larga melena que le caía por la espalda, ojos y tez clara, ni gorda ni delgada, de amplia osamenta y con músculos bien marcados. Tenia pechos generosos, buenas caderas y muslos musculares y amplios. Se había puesto ambos brazos sobre los pechos en un fútil gesto ¡Ocho brazos le harían falta para cubrir aquellos melonazos!



¿Quien es usted y que hace aquí?



Pregunté, cuando me repuse del susto.



¡Hay que joderse! El mamerto encima hace preguntas. Aquí la que pregunta soy yo zagal, que para eso estoy en casa de mi hijo. ¿Quien eres tu y que haces aquí?



¿Usted es la madre de Miguel? Perdón señora, soy el vecino de al lado que había venido a la piscina y decidí tomarme una cerveza. No sabia que Miguel tuviera una madre tan.. joven y guapa.



Lo que quería decir es que no sabia que la madre de Miguel estuviera tan buenisima. Estaba maciza la tía con unos pechos enormes, unas carnes y unas curvas.. En términos militares estaba de bandera, banda de música y veintiún cañonazos.



¡Ozú! Amor, qué mentiroso que eres. Me parece que nos vamos a llevar muy bien. Tú debes ser Alberto, el de la pista de tenis.



Si señora, soy Alberto.



Ay mi alma, me da apuro que me veas así, casi desnuda. Debería ponerme una bata o algo.



Dijo esto sin moverse de donde estaba, pero separando los brazos del pecho dejándome ver aquellos globos a los que el sujetador nada mas tapaba las areolas. La mujer tenia un marcado acento andaluz.



Pero bueno, cariño si has venido a coger una cerveza aquí la tienes.



Abrió la nevera, saco una lata y me ofreció.



Anda siéntate, no te quedes de pie como un pasmarote.



Me senté mientras admiraba aquel cuerpazo.



¿Dónde están sus hijos?



Uy amante, déjame que te cuente, yo he venido de mi pueblo a pasar un mes con mi hijo. Pero resulta que ayer por la noche, nada mas llegar a la casa llamaron para decir que el padre de Luisa, se ha puesto muy malo. Así que ayer por la noche tuvieron que salir disparados para Salamanca y me han dejado aquí, más sola que la una.



¿De donde es usted?



¡Qué pregunta chiquillo! Con este acento que tengo ¡a ver si voy a ser gallega! Andaluza hijo, andaluza y del mejor pueblo de Andalucía: De Ronda nada menos. Oye mi alma, deja de decirme de usted que me haces de un viejo...



Perdón, señora ¿Cómo se.. Cómo te llamas?



Llamarme, lo que se dice llamarme, me llamo Clotilde, pero todos me dicen Tina. Si que debería taparme un poco hijo, que te estoy escandalizando y ya no estoy en edad de enseñar las carnes.



¡Qué me iba a estar escandalizando! Lo que estaba es poniéndome más cachondo que la puñeta. La buena señora tenia un cuerpazo impresionante. Los muslos y el culo, tan poderoso, eran de ensueño.



Por favor Tina. No te preocupes que yo estoy en traje de baño.



Si mi alma, en traje de baño y con un poste de la luz entre las piernas.



Sin darme cuenta, mirando a aquella joya que era la madre de Miguel, me había empalmado bien empalmado. Me puse colorado como un tomate y empece a murmuras excusas. Tina me interrumpió enseguida.



Mi alma, no te preocupes, que para mí eso es un cumplido y a mi edad los cumplidos se agradecen mucho.



Tina, no se que edad tienes, pero seguro que recibes muchos cumplidos porque eres guapisima y tienes un tipo que ya lo quisieran muchas jovencitas.



No, si labia si que tienes, ¡Qué encanto de hombre! Pero te lo agradezco lo del tipo, mi trabajo me cuesta. Que hago mas de una hora de gimnasio cada día, ¡Hasta pesas hago! Mira toca, toca.



Se acerco a mí, flexiono su brazo derecho y me invito a tocar su bíceps. Estaba bien marcado y bien duro. Después flexiono la pierna y me invito a palpar su muslo, era firme y.. exquisito. ¡Dios! Como me estaba poniendo Tina. Pensaba yo, si no fuera porque es la madre de Miguel..



Tina, tienes unos músculos, bueno tienes un cuerpo ¡extraordinario!



Con el mayor desparpajo, Tina extendió un brazo y asió mi erección.



Pues tu músculo de aquí tampoco esta mal. Vaya, que es bien grandecito. No se como la zorra de mi nuera se lo podido meter todo entero por atrás.



No sé que me dejó mas asombrado, la desfachatez y naturalidad con que asió mi instrumento o el que supiera que había enculado a Luisa. Cuando me repuse de la sorpresa, tartamudee:



¿Co, co, commmmo es que sabes lo de Luisa?



¡Parece que te has caído de un guindo, corazón! ¿Quién me lo va a haber contado? Pues mis hijos.



Ella seguía la conversación sin soltar su presa. Al contrario, la estrujaba y empezaba a moverla.



¿Y tus hijos te cuentan eso?



Eres guapillo Alberto, guapillo, pero una miajilla lento, hay que decírtelo todo. Mi alma, no solo me cuentan eso, si no que también hacemos "eso". De donde crees que le ha salido el vicio al todo terreno de mi hijo. Del pánfilo de su padre, que en paz descanse, no. El pobrecillo era muy bueno, pero más soso que una mata de habas. El vicio lo ha sacado todo de mí y yo se lo cultivé desde pequeñito.



Yo estaba sin habla. ¿Qué podía uno decir a una mujer así? Anda que como viniera Miguel y me cogiera de faena con su madre. Tina continúo:



El zonceras de mi marido ¡que en paz descanse! era boticario y decía que las inflamaciones hay que drenarlas. Tu, hijo mío, tienes tu verga bien inflamada. Anda vamos al cuarto de estar, nos ponemos cómodos y te la dreno.



Sin esperar respuesta, tiro de mi verga y me llevo al cuarto de estar. El mismo cuarto de estar donde hacia cinco días había enculado a su nuera. ¡Me estaba empezando a gustar aquel bendito cuarto de estar! Tina me llevo hasta el sofá, allí me quito el traje de baño y dijo:



Ay amante, si que tienes buena verga ¡Qué bien que se lo debió pasar la cerda de mi nuera! Pero no veas tú lo bien que nos lo vamos a pasar tu y yo. Date la vuelta corazón, que te vea las nalgas. Uy ¡qué ricas! No me extraña que él vicioso de Miguel te quiera encular. ¡Están para comérselas!



¡De la teoría a la practica! Tina empezó a chupetear y mordisquear mis nalgas. De vez en cuando me daba la vuelta y me chupaba la verga. ¡La tía tenia vicio y sabia como hacerlo! Al cabo de unos momentos se levanto y se despojo de la diminuta tanga y el sujetador. Tenia unas tetas espléndidas. Un poco caídas, pero grandes, blancas, blandas.. suculentas. El pubis lo llevaba completamente afeitado, ¡pareciera el culo de un bebe de barbilampiño que estaba! Yo no me pude contener, empece a acariciar, sobar y besuquear aquellas tetazas. No eran tan firmes como las de Luisa, pero eran aun más grandes. Tina estrujaba sus pechos y me metía el pezón un mas en la boca.



Que bien mamas, cabrito. Te gustan mis tetorras ¿Eh, chiquillo?



Si Tina, me chiflan. Son las tetas más grandes que he tenido en mi vida.



Ay que pena mi hijo, que pena que no me las vieras hace diez años cuando estaban bien duras. Pero si, muchos me las han alabado y más de un turista se ha ido bien a gusto de mi pueblo. ¡Ahí es nada la pomada!, Ronda, el tajo, las puentes, los museos, los baños moros y las tetas de la Tina! Eso es turismo de lujo y si no ¡Qué venga Dios y lo vea! Anda mi niño, échate en el sofá que te voy a enviciar un poco. Te voy a hacer un beso negro que no veas.



Yo no me hice de rogar. Tina metió sus manos debajo de mis cachetes, me levanto el trasero y empezó a darme besos por la entrepierna. A veces pasaba la lengua muy suave, otras veces besaba, otras daba suaves mordiscos. Empezó a pasar su lengua alrededor de mi ano. Me estaba volviendo loco.



Tina, eres buenisima, me gustas mucho lo que haces.



Ahí corazón, si aun no hemos empezado. Anda, hazte una pajita mientras yo te doy gusto en el culo.



Ella volvió a su chupeteo y yo, empece a tocar zambomba. Enseguida Tina puso su lengua en mi ano y empezó a violarlo. ¡Qué mujer, que vicio tenia! Si que me estaba dando gusto en el culo. Metía y sacaba su lengua, me acariciaba alrededor, a veces suavemente soplaba. En pocos minutos anuncie:



Tina, ¡me voy a correr!



Ahí mi niño, no me desperdicies tu leche, dame la toda que me gusta mucho, dámela papito, ¡dámela!



Se metió mi pene en su boca, y mientras aspiraba como una loca, con la mano agitaba mi pene.



Siii, Tina, sii.



Allí llegue yo con una de las corridas más intensas de mi vida. Tina, con autentica gula se tragó toda mi leche, cuando se acabó, con su lengua lamía y rebañaba mi pene.



Ahí chiquillo, que de leche tenias. Tienes una verga que es una joya. ¿Te ha gustado mi beso negro?



Sí, mucho.



¿Es la primera vez que te lo hacen?



Si.



¡Ay! Amante, entre los tres de nosotros, te vamos a hacer un vicioso... Que no veas.



Tina, ¿Porque me has hecho correrme? Yo te quiero follar.



Mi alma, si yo también quiero que me folles y me vas a follar. Pero a mí me gusta que los tíos que me follan duren mucho. Así te corres primero, te dejamos descansar un poquito y cuando follemos, vas a durar.. ¡Tela marinera!



Ven aquí Tina. Eres aún más viciosa que tu nuera. Y Luisa es la tía más viciosa con que yo he estado. Dame tus tetas que me encantan y enseguida quiero que me enseñes ese culo tan bueno que tienes.



¡Que mujer! Hacia poco mas de media hora que la conocía y estaba hablando con ellas de cosas sexuales con mas frescura de lo que lo hacia con Charo y llevamos casados casi diez años.



Mira mi niño.



Tina se fue hacia la pared y apoyando ambas manos en ella, doblándose un poco hacia delante, saco el culo hacia mí.



¿Que te parece este culazo?



Tina, es un culo precioso.



La verdad es que era espectacular. En una mujer de treinta hubiera sido increíble, en una de cincuenta era una maravilla. Grande, pero muy firme, sin arrugas ni celulitis y continuado con aquellos muslazos recios como columnas. Siguió medio doblada y cogiéndose ambos carrillos, los separo mostrándome y ofreciendo su orificio.



Pues es todo para ti amante. Para que lo goces, para que lo empales, para que lo rompas. Además, cuando me lo empalan, me da un gustirrin. ¿Tú me lo quieres empalar, verdad viciosin?



Tina. Te quiero empalar durante horas. No me importaría morirme con el nabo dentro de ese culo glorioso. Me gusta verte, hablar contigo, tocarte, follarte ¡Me gustas!



¡Qué ardiente eres pichón! Mira te la voy a chupar bien chupada, para que se te empine bien empinada.



Tina empezó a chupármela. Se tumbo sobre mí y poniendo mi pene entre aquellas enormes ubres me masturbaba. Alternaba entre sus pechos y su boca. ¡Me estaba volviendo loco! Y lo hacia todo con una naturalidad, gozando y dando gozo ¡Qué hembra!



Oye amor, ¿y si me chupas a mi un poquito? Mira que tengo una pipa muy grande y me da un gusto que me la chupen.



Sin esperar a mi respuesta se puso a horcajadas sobre mi rostro y con ambas manos separo bien separados los labios de su coño y me ofreció su clítoris. ¡Que mujer! Tenia unas tetas enormes, un culo de buen tamaño, firme y provocador y encima... Encima tenia un clítoris que más parecía una polla en miniatura que un clítoris. Yo no me hice de rogar. Además aquel coño barbilampiño me excitaba mucho. Puse mi lengua, bese, chupe, mordí y jugueteé con su clítoris.



Ay mi niño que bien lo haces. Que gusto que me das. Uy que listo que eres, sigue mi amor, sigue dale gustirrin a esta zorra. Chupa mi pipa, chúpala bien. Ay que llego jodio, que llego, si, si, ¡siiii!



Allí se corrió la viciosa y me regó mi cara y el sofá con todos sus zumos. ¡La leche! Nunca había visto a una tía correrse así, chilaba y aullaba y se retorcía y no sé si se orino, porque ¡Soltó una cantidad de flujos! Cuando se controlo un poco dijo:



Gracias, corazón, gracias. Hacia mas de una semana que no me corría y ¡Me hacia una falta! Mira, vamos a poner a tu verga en forma. Ponte de pie amante.



Así lo hice, ella se sentó al borde del sofá y sin mas ceremonias se introdujo mi falo en su boca. Hacia maravillas con la lengua, chupaba, acariciaba, daba golpecitos en el frenillo. Cuando más entusiasmado estaba yo note que me acariciaba el ano con un dedo y sin ningún aviso el dedo se introdujo en mi ano. No me pude controlar y solté un ay de sorpresa.



¿Que pasa cariño? ¿No te gusta mi dedito en tu culete?



Si, Tina, si que me gusta y mucho. Lo que pasa es que no me lo esperaba.



Ya veras, amante, ya veras. Ahora ya llego a tu próstata y mientras te la chupo te doy un masaje en la próstata. Al cabrón de mi marido, que en paz descanse, cuando se hizo viejo, esto era lo que más le gustaba.



Así lo hizo, antes de que me diera cuenta ya tenia dos dedos en mi trasero y mientras me daba masaje chupaba y chupaba de mi verga. Me estaba dando un gustazo...



¡Ozú, Alberto! Yo creo que se te ha puesto más grande y gorda que antes. ¡Que gusto estar con un joven! Respondéis enseguida. Anda que decís de las mujeres con la menopausia pero muchos tíos cuando pasan de los cincuenta, para que se les levante una miajilla hace falta la grúa municipal. Pero los jóvenes... ¿Cómo me quieres mi niño?



A cuatro patas, Tina, a cuatro patas como una perra.



Si ángel mío. Si en el fondo eso es lo que soy: una perra viciosa. Me gusta mucho así. Anda mi amor mete tu vergón en mi chocho. Dame gustirrin, amante. Follame bien follada.



Yo no me hice de rogar. Me arrodille tras de ella y de un empellón se la metí en su coño. ¡Qué placer! No se como lo hacia aquella zorra, pero tenia una vagina estrecha, firme, que apretaba mi pene. Hasta tuve la impresión de que ella contraía algunos músculos estrujando mi verga. Estaba bien lubricada, calentita y en cuanto notó que mi verga estaba toda dentro empezó a moverse como loca; parecía una jaca fogosa. ¡Que bestia! Como empujaba, como se ensartaba, retorcía y refregaba. A mí me tenia alucinado.



Si, Alberto ahora, Alberto, dame fuerte, dame, dame. Métemela hasta el corvejón, Uy que bueno mi niño, que gustirrin le estas dando a esta vieja putorra, ¡si, si, siii! Me encanta tu trancón, dame mi niño, dale toda tu verga a esta zorra. Me corro cabrón, ¡Me corro!



Después de gritar como una loca, se tumbo en el suelo, boca arriba, derrengada. Yo no le iba a dar tregua.



Tina, tu culo, dámelo, que te lo quiero romper.



¡Ele mi niño! Y que no es fogoso él. Amor, me vas a dejar hecha unos zorros, que yo ya no soy una chiquilla. ¿Cómo me quieres?



Yo no me lo pense dos veces. Cogí su musculares patorras, las levante y las forcé hasta que sus pies tocaron el suelo al lado de su cabeza. ¡Qué visión! Así doblada en dos, quedaba todo el chocho y el invitante culo expuestos, medio en el aire, abiertos para mí. Aun le goteaban flujos de su vagina, unte mi pene y lo apoye contra su ano.



¡Chiquillo, así a lo bestia no! Prepáralo un poco con tus dedillos.



Tina, no me puedo aguantar, te tengo que ensartar ahora.



Ay, calentón y caprichoso eres hijo mío. Los sacrificios que hace una. Haz lo que quiera mi ángel, mátame ¡ goza del cuerpo de esta vieja zorra!



Como una mujer se separo los cachetes y ofreció su ojete a mi verga. Empuje, firme, lento pero continuo y aquel culo que vencedor de mil batallas, se rindió ante mí. Hasta el corvejón entro mi tranca. ¡Qué placer sentir el esfínter de Tina apretando mi pene!



Ozú mi alma. ¡Qué trancón que tienes! Me vas a desgraciar con esa cosa. Pero bueno mi niño, para ser solo tu segundo culo te das buena maña. Dale amante, dale. ¡Sácamela por la boca!



A mi no me hacia falta que ella me animara. Yo la enculaba con furia pero sin perder detalle del paisaje. Ver a mi pene entrando y saliendo del culo con su entreabierto coño rezumando flujos y las enormes tetas bailoteando con mis embestidas me enloquecía. Yo me dejaba caer sobre ella para que mi verga se le metiera lo mas dentro posible y ella contraía su esfínter para darme aun mas placer.



Uy chiquillo, me estas matando. Que bueno, que bien que das. Me voy a hacer una pajilla en mi pipa que me encanta tener un buen nabo rompiéndome el culo y darme gustirrin en la pipa.



Se chupo dos dedos y mientras yo la metía y sacaba de su delicioso culo ella se frotaba y refrotaba el clítoris como una loca. Con la otra mano se estrujaba y manoseaba una teta. Yo no aguantaba más.



Tina me voy a correr.



Si córrete chiquillo. Córrete y lléname el culo con tu leche. Córrete que yo también llego.



Gritando como locos llegamos los dos, casi de forma simultanea. La zorra de Tina mientras yo tenia mi orgasmo contraía su esfínter, ordeñando mi pene, estrujándolo, matándome de placer. Caí a su lado, desfallecido, exhausto.



Uy mi amor esto que me has hecho de ponerme patas arriba y doblarme como una muñeca de goma me ha deslomado. Que ya no soy ninguna chiquilla y ya no esta una para estos trotes. Qué no tengo edad para ir haciendo contorsiones por este mundo. ¡Pero que rico, Alberto, que rico! Me ha venido muy bien, que ya hacia tiempo que no se me follaban bien follada. ¡Gracias hijo!



Entre suspiros conteste:



Las gracias a ti Tina. Me ha gustado mucho y tu me gustas una burrada.



Me quede un rato en el suelo, chupando y gozando de aquellos pechos. Nos duchamos, yo cogí una cerveza y me di un chapuzón en la piscina. Aun jugueteé un poco con las tetas de Tina ¡cosas maravillosas! Cuando eran las dos, decidí irme a casa porque Charo volvería pronto. Para ser hospitalario pregunte.



Tina, como no están tus hijos ¿quieres venir a cenar con nosotros?



Chiquillo, me gustaría mucho, pero no quiero molestaros, además a lo mejor Charo se mosquea.



No, no es molestia y si tenemos cuidado Charo no tiene que mosquearse.



Uy me gustaría mucho, chiquillo, porque me han dicho que Charo tiene un tipo y sobre todo unas piernas preciosas. A mí, que quieres que te diga, una tía con piernas largas y bonitas ¡me vuelve loca!



Pero, ¿Tú también haces tortillas Tina?



Mi niño, yo hago de todo. ¿Quien te crees tu que le enseñó a la guarra de mi nuera? Me han dicho que a Charo le gustan las tetas grandes.



Eso es cosa de Luisa, yo no creo que a Charo le gusten las mujeres. Luisa dice que Charo le mira las tetas y que antes de un mes la tiene haciendo tortillas.



Mira, si lo dice Luisa será verdad. Que mi nuera es muy guarra y muy viciosa pero de tonta no tiene un pelo. Mira ángel mío: Con estos dos pitones míos le voy a hacer una faena a tu Charo que ni el Curro Romero. ¡Qué coño en un mes! Antes de que vuelvan de Salamanca, Charo esta mamando de estas tetorras. ¡Desde cuando le va a ganar una salmantina desaborida a una rondeña de tronio! Ya veras, mi alma, ya veras. Cuando vuelvan, Charo estará lista y nos montaremos una cama revuelta los cinco juntos que va temblar el orbe.



Bueno, pues esto es que lo quiero decir. Se murió una tía lejana de Charo y la consecuencia es aquí estoy yo follando a pierna suelta. ¿Quién podría predecir esta cadena de eventos? ¡Ya me dirán! Pero lo de comprar el chalet fue una idea fantástica. En menos de una semana me he follado a la mujer y a la madre de Miguel, he dado por culo por primera y por segunda vez. Me han hecho el beso negro y me han dado masaje en la próstata. Esta claro que me entre las dos tías y Miguel me van a emputecer a mi mujer. A este paso en tres meses ¡He follado con media España!


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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