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CAPITULO 1 “La aventura de Andrea o el taxista quiere bebe».
“De todas las aberraciones sexuales,
la más singular tal vez sea la castidad.”
REMY DE GOURMONT
Cuando conocí a Andrea yo poseía una edad de 19 años, ella era vecina de mi amigo Jaime, en verdad Andrea “Andy” para los amigos era una mujer muy guapa con muy buen cuerpo para una chica de apenas 22 años, y fue la primera vez ese día que fui a un antro llamado “LAS GALERAS” (después cuando estudié derecho supe lo que era una galera), realmente era un bar de muy mala muerte, tenía un hedor horrible, solo recuerdo que entramos por que la cerveza estaba barata y te dejaban fumar adentro. Pero continuando, Andrea y Jaime ya se conocían de toda la vida y recuerdo que a Andrea con dos cervezas ya estaba borracha ese día yo me fui con Jaime a dejar a Andrea al taxi pues ya era las once de la noche habíamos pasado casi nueve horas en el antro, bailando, charlando, fumando, lo que se hace en esos lugares, así que después de dejarla en el taxi Jaime me pregunto.
-¿Cámara, carnal, te veo mañana en la escuela?-
La verdad Jaime siempre fue una persona que hablaba muy propiamente, y siempre de usted. Yo me carcajeé con risa de borracho y le respondí:
-Jaime…Mañana es sábado…te veo el domingo ¡que dios te cuide y llegues con bien a tu humilde mansión! (esto último es un sarcasmo su casa era bastante pequeña, pero al final su hogar).
Pase el sábado con una gran cruda, hasta el domingo en el partido de futbol del equipo que habíamos formado nos llamábamos “REAL MANDRIL”. Perdimos recuerdo muy bien que fue 8 a 2 pero bueno era un partido de futbol amateur así que en fin salimos con dirección a casa de Jaime, nos esperaba su hermana y su mama a todo el equipo con la barbacoa y el consomé.
Recuerdo muy bien que ese día se encontraba Andrea con un vestido floral blanco, muy bonito maquillada con colores azules, labios rojos como la sangre y su cabello suelto. Siempre fue guapa, se fueron todos y nos quedamos Andrea y su servidor y me empezó a contar lo que le paso esa noche con aquel taxista con quien la subimos.
-¿Recuerdas había terminado nuestra fiesta como a las once de la noche?, yo llevaba un vestido arriba de la rodilla ya que últimamente hacía mucho calor en las noches.-
-Si recuerdo y bastante bien como te encontrabas vestida el mesero no dejaba de verte-
– No estaba muy segura de cómo nos salimos del lugar recuerdo que ya no estaba pasando transporte publico además de que ya era bastante tarde y no quería llegar de madrugada otra vez a mí casa. Solo me quedaba dinero para tomar un taxi, ya que por la hora no había mucho tránsito vehicular.-
Respire y le mencione a Andrea que a continuación paso un taxi era un Tsuru y que se encontraba vacío gracias a dios
-Recuerdo que los dos me ayudaron a abordar el taxi en una esquina de la calle; siempre que tomo un taxi me fijo en el conductor antes de subirme, pero con las prisas y el alcohol pues realmente no le di la importancia que tal vez merecía. Me subieron en el asiento junto al conductor y le dije un «buenas noches guapo», el me devolvió el saludo y lo miré. Era un hombre de unos cuarenta y tantos años, gordo, con barba de algunos días. Pero bastante bonachón y con una muy bonita sonrisa, con una mirada picara, pero eso es lo de monos lo que quería era llagar a mi casa a descansar y a reponerme.-
-Adónde la llevo? – Me preguntó. El taxista
Saque mi credencial de elector para que observara mi dirección y así siguió avanzado. En algunos altos yo notaba como me miraba, me asustaba un poco pero igual no dije nada, solo quería llegar a mi casa. Durante el camino fui fijándome cómo nos íbamos, pero la verdad no me servía de mucho porque no ubicaba esas calles y el alcohol en el cuerpo no es bueno.
El taxista no tardó mucho en quererme hacer la plática, una simple conversación por lo menos me mantenía despierta.
-Parece que más adelante ya empieza el tráfico- Me miró y me sonrió.
-Sí parece que sí…- Yo le devolví la sonrisa por mera amabilidad y cortesía.
-Mejor daré vuelta aquí para que no llegué tarde a su casa. –
Él dio la vuelta en la siguiente calle y me asusté un poco pero no le dije nada porque igual no sabía dónde estaba a demás no se le veía cara de ser un tipo malo.
– ¿Viene de la fiesta, o me equivoco señorita? – me preguntó.
-Sí, es que Salí con unos amigos, pero ellos querían seguir la fiesta y ya es muy tarde. –
-Ya es algo noche casi de madrugada para que ande sólita una mujercita tan bonita ¿no?
Para entonces habíamos alcanzado un alto y luego de decirme eso puso su mano en mi rodilla. Yo fingí que no había pasado nada y solo lo miré y le dije:
– ¡Jajaja¡, ¡sí creo que un poco ¡”. –
y miré al lado contrario, viendo las calles, pero con innegable incomodidad.
Yo en ese momento de la plática, me pare por un vaso de refresco y le pregunte:
-y ¿Por qué no le dijiste nada? O ¿te gustaba lo que te hacia? No me respondió, pero al final supe por qué no respondió. Y continuo.
Bueno “jozzy” (así me decían mis amigos en ese entonces) el no quitó su mano y yo seguía sin decirle nada al respecto. No tardó mucho en empezar a moverla de arriba hacia abajo alrededor de mi rodilla. Pasaron como 5 minutos cuando miré el taxímetro; ya casi había llegado al límite de dinero que llevaba conmigo y pensé en que haría. Podía bajarme ahí mismo, pero igual no podría seguir caminando, o podría seguir y pedirle que me esperara para entrar a mi casa por más dinero una vez que llegáramos. Pero no sabía en donde me encontraba.
Opté por decirle que me bajaba y ya me las arreglaría yo, de paso podría bajarme y él ya no seguiría acariciándome la pierna.
-Oiga creo que ya me bajaré aquí, la verdad es que ya no traigo más dinero y si no como le voy a poder pagar. – me miro las piernas y después la cara y el me susurro.
-No te preocupes mi reina, ya nos arreglamos cuando te deje en tu casa es por tu bien que llegues completita y sana a tu casa, recuerda que estás conmigo. –
Yo estaba un poco inquieta, pero solo le dije:
-«Ah bueno, gracias, está bien.»-y seguimos en el camino. Cuando le hable para decirle que me bajaba ahí él ya había quitado su mano, quizá pensó que le reclamaría, pero nuevamente volvió a ponerla.
En este momento no sé por qué me paso por la cabeza preguntarle. ¿si le gustaban los hombres maduros?, o ¿si era su fantasía? pero evite decirle eso y solo le dije que continuara al final era una muy buena historia.
-Jozzy. – ¿Me estas poniendo atención creo que estas divagando? – ella me pregunto. Pero la verdad quería saber que más había pasado. Y ella continuo.
Después el taxista continúo manejando y me dijo:
– Tienes unas piernas preciosas reina, mi amor. –
Yo solo sonreí incomoda. Pero con el alcohol encima, pues más bien parecía una sonrisa pícara.
Luego de esto, en el siguiente alto él taxista comenzó a subir su mano por mi pierna hasta llegar a mi vagina. Di un respingo y evitaba mirarlo. –
Al ver que no hice nada nuevamente, tomó confianza y sentía cómo me acariciaba. Inconscientemente yo separé más las piernas y el no se hizo esperar: con su mano hizo a un lado mi tanguita y comenzó a introducir un dedo en mi vagina luego los dos, sentía como me mojaba.
-Mmmm estas muy mojadita, mi reina-
-Yo evitaba gemir, pero francamente me estaba gustando mucho. –
En este momento no podía esperar más. Y le dije:
– ¡Que más!, ¿te estaba gustando? – y ella me contesto:
– ¡Que impaciente eres Jozzy! –
-Bueno el continúo moviendo sus dedos hasta que llegamos a otro alto, dejó de tocarme y en su lugar se desabrochó el pantalón y sacó su miembro. Era de buen tamaño, no había visto otro igual, solamente en los filmes porno, pero sobre todo muy gordo y cabezón. –
-Me vas a ir pagando el dinero, mi amor, quiero que me la chupes ahora eres mi puta. –
Yo le dije: – ¿Así de plano tan descarado? ¿te dijo eso? –
-La verdad Yo lo mire asustada pero no tenía de otra, lo mejor era que lo hiciera para que terminara y ya no me hiciera nada más. –
Baje la cabeza y mientras el seguía manejando yo metía y sacaba su miembro de mi boca, o al menos lo que podía. No paso mucho tiempo cuando noté que ya no avanzábamos. Al parecer se había estacionado en algún lugar apartado porque yo no escuchaba ruido en la calle.
Cuando llegamos a este, punto de la historia, mi mirada estaba fijamente en sus labios, lo que escuchaba no me lo creía, hasta llegue a pensar que era un sueño, pero no era lo más real, y me lo estaba contando a mí. ¡soy un tipo con mucha suerte! Y ella continuaba hablando.
Reconozco que me asusté un poco nuevamente, no sabía qué hora era ni dónde estábamos, por lo que se la chupaba más rápido para que terminara y pudiera irme. Él me tomaba del cabello y me movía la cabeza de forma brusca y me decía muchas obscenidades, pero lo único que salía de su boca es que le gustaría tener un bebe conmigo, y eso me da cierto pánico, sobre todo tan joven.
Pero cuál es mi sorpresa cuando el taxista empezó a gritar:
-Ahhh así, sigue así puta. Como te gusta mamar verga… vas a hacer que me corra puta… ahhhh mmmm, trágatelo… me corro ahhh…u u u, por fin en mucho tiempo-
Sentí como sus chorros de semen me llenaron la boca y no tuve de otra más que tomármelo todo.
Una vez que paso me incorporé y me acomodé el cabello. Creí que arrancaría el taxi, pero lo que vi fue que se bajó y le dio la vuelta al taxi y se dispuso a abrir la puerta del copiloto.
-Bájate, zorrita. –
No dije nada y me bajé, estaba preocupada, creí que me dejaría ahí, lo peor de todo no es que me dejara ahí si no que no sabía dónde estaba. Con pánico en la cara le roge:
-Vámonos por favor, debo llegar a mi casa. – Y el contesto:
-No mi princesa, me vas a pagar ahorita lo que me debes y lo que falta, esto solo fue una parte. –
Lo miré, me puse de rodillas y le volvi a rogar. – ¡No por favor, vuelvo a chupársela, pero solo eso! –
– ¡No te estoy preguntando!, ¡puta! – el respondió de forma enérgica.
Ahora si le hice una pregunta Andrea – ¿te golpeo, te lastimo? ¿qué más hizo él? –
Me tomó del brazo y me llevo al frente del carro, me empujó sobre el cofre y quedé boca arriba. Su pene ya estaba completamente dura de nuevo y sabía que lo peor estaba por pasar.
-Basta por favor, no!.- Yo estaba forcejeando por bajarme pero él me tenía bien agarrada de ambos brazos contra el cofre del Tsuru. El taxista me miro a los ojos, subía y bajaba la mirada y me susurro al oído:
-Mira como me tienes puta, de aquí no te vas hasta que no acabes lo que empezaste y me pagues el viaje. Escuchaste princesa- yo lo miraba y le gritaba, pero nadie escuchaba:
-Por favor, cualquier cosa menos eso, no tiene ni condón puesto-
– ¡Te voy a coger bien rico! y ¡hasta me vas a pedir más¡, ¡puta¡, ¿además quien crees que va a ser madre de mi bebe?, respóndeme mi amor. –
Yo la verdad tenía, ya miedo, pero a la vez estaba excitada llevaba 2 años sin sexo.
Estaba a punto de gritar, pero me dio una cachetada y luego me cubrió la boca con su enorme mano.
-Mira zorra, que ni se te ocurra gritar si quieres llegar bien a tu casa ¿Me entendiste? –
Asentí, tenía miedo de lo que pudiera hacerme y no me quedaba más que resignarme y disfrutar.
-Te voy a quitar de la mano y pobre de ti si gritas ¡ok mi amor¡, que me molesta que griten si no es de placer. –
Asentí nuevamente.
-Ahora sí mi amor, te voy penetrar bien rico vagina rosita que tienes tu-
Me tomó de las caderas y se acercó más a mí. Tuve que contener un grito cuando de un golpe me metió todo su miembro. Sentía que me había perforado el útero.
No le costó mucho trabajo porque yo aún estaba algo mojada y excitada. Nunca lo había hecho con un hombre tal vez de la edad de mi padre 25 años más grande.
Comenzó con se mete saca, ciertamente bastante frenético, me sentía como toda una perra en celo. Sus testiculos chocaban contra mis nalgas y cada vez sentía que me embestía más duro.
Continuo fornicándome así, me había bajado lo suficiente el escote del vestido para sacar mis pechos, los chupaba y mordía, me los devoraba nadie lo había hecho así era tocar el cielo.
– Mmmm ahhh estas bien rica puta, mmmm tu concha me aprieta bien rico la verga. –
No tarde mucho en resignarme y empezar a sentir placer con la cogida que estaba metiéndome ese taxista. Estaba conteniendo mis gemidos para que no notara que me gustaba lo que me hacía, pero cada vez me mojaba más y más y él lo sabía, era mi amo y yo su esclava.
-Ahora te voy a coger como la perra que eres.
Sacó su verga y me dio la vuelta, quedando mis pechos contra el cofre del taxi.
Apenas me tuvo así me perforó el coño tan brusco como la primera vez y no pude evitar soltar un gritito. Pero lo que más me gusto eran sus nalgadas, me excitaba el dolor y su penetración.
-Mmmm que rico, sabes lo bueno de tu juventud es que vas a ser madre pronto-
-Te gusta cómo te cojo verdad puta? – Y yo le conteste y con placer a un peor:
-Sí mi rey, me gusta, me encanta, sigue asi, ahhh, mmmm…
Ya no me importaba que lo notara, estaba completamente perdida y solo sentía su verga entrar y salir.
-¡Pinche zorra¡, ¡me vas a sacar toda la leche¡. ¡Pídeme que te coja más duro!, eres mi puta.
-Sí, mmmm cogeme más duro, por favor… mmmmmmm, me encanta. –
Siguió cogiéndome como a un completo animal, continuo así otro rato que me pareció eterno, pero completamente placentero.
-Ya voy a correrme, puta, ¡ESTAS LISTA! –
-No por favor, dentro no, termina afuera, no quiere estar embarazada-
-No zorrita, te voy a llenar de leche tu conchita, y te va a gustar, entendiste-
Seguí diciéndole que no , pero seguía follando divinamente con él.
-Por favor donde sea menos adentro. –
-Te voy a embarazar, cabrona… y vas a ser feliz con nuestro bebe-
-Aaaahhhh, no, por favor, sácala ¡no quiero un bebe! –
-Aaaaggggh, me corro…! –
Sentí toda su leche caliente llenarme, parecía que nunca iba a dejar de salir y cuando sacó su verga su semen empezó a escurrir y me manchó un poco el vestido, Luego de eso me hizo limpiarle la verga con la boca. Pero eso era lo de menos ya era las tres de la madrugada del sábado, me subí de nuevo al taxi y me llevo a casa, pero antes de despedirme decidí bajarle el cierre y darle una última chupada a ese miembro suyo, no hubiera pensado que lo disfrutaría tanto.
Por suerte cuando llegué no había nadie en mi casa. ¡gracias a dios!
– ¿Cómo ves jozzy? ¡la verdad me gustaría volver a encontrármelo de nuevo!
– ¿Es enserio?, ¿y que va a pasar si quedas embarazada? ¿qué vas a hacer?
-Pues sería muy buena madre además seria producto del mejor sexo de mi vida-
Posteriormente me fui ese día, de la casa de Jaime, llegué a mi casa y todavía pensaba en cómo era posible que Andrea fuera feliz pensando que después de esa violación quisiera repetir, el tiempo es sabio, he tomado las decisiones adecuadas y me topé con la respuesta a esa incógnita ella sufría de dos cosas a mi adicción al sexo, que con el tiempo de conocerla lo identifique y amante de la mala vida, le gustaba mucho, los desamores, el alcohol, que fueran violenta con ella, en fin solo me cabe decirles por el momento que después de esa conversación Andrea no quedó embarazada como lo hubieran imaginado y mucho menos enferma de alguna enfermedad de transmisión sexual , digamos que corrió con suerte.
y PARA CONCLUIR
“Si el sexo no fuese la cosa más importante de la vida,
el Génesis no empezaría por ahí.”
CESARE PAVESE
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