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Categoría: Confesiones

Cazados...

Llego el viernes nocturno y hemos decidido salir a bailar con amigos, nos espera una fiesta en una casa de un conocido. Luego de un par de tragos, y de tomar la confianza que es debida antes de mostrar esa parte que nadie recordara, me doy cuenta que mi amigo ha estado como todo un cazador alejándome los lobos que han querido acercarse a mí, su humilde presa.

Con unos tragos de más y desde mi más lujurioso sentimiento acepto seguir mis instintos suicidas y saciar aquellos que quieran mirar y comer(me) ...

Me coloco a bailar, comenzando lentamente elijo a mi cazador, como buena presa debo ser apetecible para aquel paladar, muestro mis encantos y curvas, lo dejo mirarme por completo. Tentar al cazador a tal punto que su deseo sea llevado a acción.

Caminando hacia él, moviendo las caderas de lado a lado, giro colocando mis nalgas sobre su miembro haciendo giros sobre él, llevando mis manos a su espalda afirmándome fuerte al ritmo de aquella canción que hace desear empezar a sacarte la ropa lentamente...me giro tomo su cuello y desciendo lentamente desde su boca, cuello... pecho... ombligo hasta morder el botón de su pantalón y subo... Empiezo a notar como su miembro se erecta a medida que rozo mi muslo con él y mi boca respira en su oído.

Mi cazador se ha convertido en mi presa.... y se ha dejado seducir por lo que creía más débil. Como buena presa sé que debo distraerlo lo más posible para gozar la adrenalina y el deseo de ser devorada por él, o alguno de estos lobos hambrientos que miran de lejos aquella cacería.

Me acerco a uno de los lobos que deseaba pegarme un mordisco, bailando apego mi ser a él sin dejar de tentar a mi cazador quien mira baboso, el lobo me toma fuerte y me acorrala en la pared, sus caderas bailan con las mías. Me giro hacia la pared colocando mis brazos sobre mi cabeza, provocando un pequeño aullido en mi oído, una respiración agitada en mi cuello y su miembro queriendo salir de su pantalón.
Mi querido cazador al ver a aquel espectáculo, no aguanto más que ir a mi rescate y a marcar su territorio tomándome de las manos y agarrando mis muñecas juntas y besándome apasionadamente mientras el lobito roza su miembro detrás mío.

Mi cuerpo bañado en sudor, mi entrepierna húmeda y del clímax que siento al bailarle a aquellos lobos, dispuestos a cazarme y poseerme.

El beso fue el comienzo de su festín, siguieron ambos por mi cuello llevando a derretirme por dentro, mis pechos se pusieron duros y mis pezones asomaron por sobre la polera, sin dejar de mover las caderas y bajo su mano hasta una de mis nalgas y la aprieto con fuerza. 

A mi espalda el lobo se ha desabotonado los pantalones dejando su miembro, mi cazador dispuesto a comer cualquier presa. Comienzo a masturbarlo mientras besaban mi cuello y con su otra mano tomaba mis pechos, su miembro estaba tan duro que al tomarlo se sentía sus jugos listos para ser el mejor elixir de la noche. 

Decidida a todo tome a mis comensales y en una habitación deje que su imaginación y su lujuria danzaran con la mía.
Al entrar se desnudaron y se comenzaron a masturbar frente a mí, sus penes erectos, y yo esperando ansiosa lo que sería una noche larga, dura, y ardiente.

Cazador estaba dispuesto a penetrarme primero y sin pensar mucho me agarro fuertemente por la espalda empezó a besarme mientras su miembro estaba tentado a entrar. Lobito se acercó por delante viendo la oportunidad más lujuriosa que podía, beso mis pechos mientras su miembro intentaba penetrarme, se miraron y al mismo tiempo comenzaron a moverse para ir abriéndose paso dentro mío.

Mis gemidos parecían excitarlos más, mi cazador me ha domado por mis nalgas haciendo su primera entrada profunda, haciendo que mi cuerpo gritara y se tumbara hacia él, en ese instante lobito aprovechando la posición me penetra por mi vagina. Mi cuerpo empieza a temblar de placer, sintiendo que no toco el piso, entre ellos me sostienen mientras bailan dentro de mí, Las manos y boca de lobito muerden delicadamente mis pechos, mientras me corro sobre su miembro. y mi cazador mantiene a lobito agarrado por las nalgas las que golpea duramente.

Luego de correrme dos veces, la tentación me ha ganado, le dije a mi cazador que si quería volver a comerme, debía comerse a lobito, y sin mayor complicación tomo a lobito y lo empezó a mirar mientras llevaba sus dedos a su ano, dilatándolo uno a uno. Mi excitación aumentaba al mirarlos, que comencé a tocarme a medida que avanzaban. Al verme tan fogosa lobito de puso en cuatro a besarme mis labios mojados por él, mientras cazador se decidía a penetrarlo ya sin complicación. 

Sus aullidos hacían que mi sexo los deseara más que nunca. Bajé hasta el pene de lobito y comencé a besarlo. Hasta que se fue en mi boca y cazador en sus nalgas.

Podría decir que esa noche bailaron conmigo.... y que se comieron entre ellos.
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