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Casa rural con mi mujer

Era un día de agosto en el que el calor era insoportable, así que como por aquellos entonces contaba con vacaciones, nos decidimos ir el fin de semana una de las casas rurales que nos ofertaron, entre todas ellas destacaba una que se presentaba como lugar de esparcimiento, en el que el precio era módico pero con la condición de prestar servicios en la casa. Después de verlo como una nueva forma de pasar las vacaciones como unos días en los que por lo menos no nos aburriríamos como ostras, como ya nos ocurrió otras veces nos decidimos a reservarla.



Cuando llegamos era mas bien entrada la noche, nos recibió el dueño de la casa, FERNANDO se llamaba, era un señor de unos 50 y pico de edad en el que desde mi punto de vista era o al menos había sido atractivo moreno de piel, y el pelo teñido por algunas canas, de trato cordial, en definitiva un tipo agradable. Nos enseño la casa y nos acompaño a las habitaciones, era una autentica maravilla ver como conservaba el toque antiguo y a la vez agradable y confortable de los mas modernos hospedajes. Después de ver todo nos decidimos a darnos una ducha, puesto que aunque la casa tenía muchas comodidades, no disponía de baño en las habitaciones, solo el cuarto de Fernando disponía de un jacuzzi precioso forrado en piedra natural.



Yo fui el primero en darme una ducha, en la que tarde lo que suele tardar unos 10 minutos, mi mujer esperaba a mi lado, y charlábamos , y comentábamos o mejor dicho me comentaba lo bien que le había caído nuestro anfitrión, me seque y la deje con los menesteres del aseo y me dirigí a mi habitáculo, al pasar por la puerta vi que estaba entreabierta y delante de mi estaba Fernando, que para mi sorpresa estaba oliendo la ropa intima de mi mujer, rosa, que se acababa de quitar.



.- pero oiga, dije ofendido y sin dar crédito a lo que estaba viendo, ¿que haces?



El se llevo un susto de muerte, pero una vez repuesto de la impresión, me dijo,



.- perdona, pero es que por aquí no pasa mucha gente y no se ofenda si le digo que al ver a su señora me excite mas de lo debido, le pido mil perdones.



.- vale pero eso no le da derecho a ir oliendo las braguitas de mi mujer.



Bajo la cabeza y se dirigió a la puerta en eso se volvió y me dijo:



.-Mire le propongo un trato que resultara provechoso para ambos, entre las condiciones que pongo para morar aquí es que los huéspedes deben de prestar servicios en la casa, le propone a su mujer que me asista durante estos días y permanecerán en mi casa no dos días como contrataron si no dos semanas, gastos pagados y puede que una buena compensación económica. ¿Le apetece?



Mira Fernando, a mí la idea si me apetece pero seria cuestión de comentárselo a rosa por que ella también es participe en esta aventura. Y ¿a que servicios se supone que debemos de realizar?



No te preocupes, y pasando su mano por mi hombre dijo. Todo a su tiempo Antonio, todo a su tiempo.



Me condujo al salón, donde una vez se vistió rosa, cenamos y nos tomamos varias copas, era ya entrada la noche y tanto fer como yo pudimos comprobar como ella se desinhibía, lo que le dio pie a fer para darle la propuesta a rosa, que después de meditar un rato (demasiado corto para mi gusto), accedió, Fernando nos dio el uniforme, el mío era el típico verde de mayordomo, sin embargo el de ella era negro , cortito hasta lo justo con cofia, y un mandil de blondas blanco que resaltaba aun mas si cabe el volumen de sus pechos.



El, en su papel de amo, nos hizo que le acompañáramos a su habitación, a mi m e ordeno que le abriera la cama y a ella que lo desvistiera, yo no podía dar crédito a lo que estaba viendo, aunque al principio lo vi. como un juego morboso, estaba llegando a limites insospechados, y el caso es que rosa participaba de muy buen grado, bajo los pantalones y bajo lentamente el slip, dejando al descubierto un " mandao" del copon, ella le restregó su mejilla por la punta del pene, que enseguida dio señales de vida, se sentó en la cama y la invito a que se pusiera encima de el , le fue desabrochando de un o en uno los botones del uniforme dejando a la vista unos pecho que parecía que nunca los había visto, duros y erguidos, como los de una quinceañera y con sus manos grandes empezó a manosearlo.



En medio de los jadeos que flotaban en el ambiente, yo no sabia que hacer, me marchaba?, me quedaba?, afortunadamente opte por lo ultimo me coloque detrás de ella y empecé a besarle las nalgas, primero eran besos tímidos, pero quizás debido a los efluvios que manaban sus dos sexos, el de rosa y el de fer, que estaban tan próximos solo separados por el minúsculo tanga que llevaba ella, se me desato la lujuria y aparte el hilillo del tanga y le empecé a lamer con esmero el orificio anal, estaba que se subía por las paredes y lo demostraba refregándose sobre el vergajo del amigo, este ultimo parecía que explotaba la elevo un poco mas dejando su culo en pompa, me apresure a comerle la almejita que por aquellos entones estaba repleta de caldos, la concha aparecía totalmente abierta dibujando perfectamente el lugar donde se encontraba un clítoris hinchado y rojo de pasión, me amorre de nuevo a ella dándole un par de lengüetazas, no se lo que me paso si seria por que estaba embriagado que aprese el tronco de fer y lo recorrí en su longitud de arriba abajo parándome en los huevos que por aquellos entones los tenia duros como piedras. Era mi primera vez pero no por ello me resulto desagradable, aunque si extraño. Se la cogi y la coloque a la entrada de la vagina de rosa de un golpe se la introdujo hasta la empuñadura, después empezó a bombearla con fuerza con ganas, con rabia, de su boca salían insultos que encendían mas a mi mujer, _ puta, zorra, venias en busca de rabo y mira por donde te ha tocado la lotería, ja,ja,ja, - y cosa por el estilo. Mira el cabron como me la come, y ella mirando hacia atrás me guiñaba un ojo, aprovéchate maricon, me decía.



Demasiado fuerte para mi, me agache y me dirigí hacia el coño de rosa y el barrote de carne que entraba y salía y al final dos bolas que parecían de petanca saque la lengua y fui chupando lo que me dejaban , poya, huevos coño, me daba todo igual me gustaba y estaba a 100, de repente el acelero el ritmo saco la tranca y empezó a escupir semen que algunos goterones se alojaron en el ano de rosa descargando todo lo que contenía sus bolas el blanco liquido bajaba recorriéndole el Pireo y goteaba bien en las sabanas o bien en mi boca que me dedicaba a hacerle una limpieza de bajos, cuando hubimos terminado nos besamos como posesos a mi me hicieron una mamada ambos, y nos dormimos y ………. Hasta mañana


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