Brooke deja pasar a su vez, no le pone reparo ni le responde a los irrespeto que es objeto presencial por los hombres que le dicen unas barbaridades de grocerías.

Ella cuando quiere llamar la atención, atraer las grocerías y sobre todo, buscando lo que esta quieto; ejemplificando algunos momentos en que trabajaba en la oficina de registro, atendiendo casos académicos de estudiantes llevaba a los mostradores de la antigua oficina de admisiones de licentura en vez de sentarse como todo el mundo, especialmente enfaldada ajustada color azul oscuro con medias se ponia de rodilla meneando al mostrar la indecencia de sus glúteos todos engrosados que los movia provocativamente creando que la miran con ojos de lujuria, en otra ocasión andando con su amante se meten en un almacen por Los Pueblos andaba con un diablofuerte con un sueter se agacha buscando un regalo de amigo secreto no llevaba para nada correa ceñido a su diablo fuerte con el sueter afuera, mostrando una parte de su panti que lo ve desde lejos con un irrespeto sin embargo con esta calentura lujuriosa su amante.

En una ocasión aparte, saluda a un excompañero que trabaja en la mensajería de la universidad, platicando de unos temas este le abre una pierna y ella accepta con toda la confianza al sentarse en su pierna viendose como una descarada que no se respeta al hacer esos actos en público.

Brooke se pregunta y indaga que es lo que les pasa a los hombres con ella, es que intencionalmente los provoca con estas posiciones indecorosas que se comporta como una simple prostituta, golfa, mujerzuela, perra cabrona, puta, zorra, adultera, divertida y sobre todo, inrrespetuosa por eso que le dicen cosas groceras a la luz pública cuando va sola o acompañada; al ser la atención de aptos no decentes específicamente fuera de todo marco de decencia que nos induce sus contornos anátomicos como las escenas protagonizadas igual estelarizadas siendo carne pornografica para las imaginaciones, pensamientos, ilusiones y sueños enagenados de estos pervertidos hombres que quieren pasar un tiempo ocasional acostados haciendole el pleno sexo sin importarle su matrimonio al engañar vilmente a su queridisimo esposo que la espera todos los días en casa después que sale de trabajar.