Carmen y su abuelo
Hetero, filial-abuelo-nieta, zoofilia. Sorprendida por su abuelo mientras su perro la chupa, debe satisfacerle mientras el perro dilata su ano.
Yo me llamo Carmen y soy una niña de 17 años, morena, delgadita, con pequeños pechos creciendo aún, y con poca cadera. El culo está lo mejor de mi cuerpo. Como las niñas de mi edad, yo empiezo a tener alguna fantasía erótica y de vez en cuando me masturbo pensando cosas cochinas. Desde hace unos meses, cuando llego a casa no hay nadie, yo suelo ponerme ropa cómoda: Me paseo en bikini, ropa interior o una camiseta enorme que me tapa de arriba a abajo. Cuando llego, suelo ir a la cocina a preparar la merienda y me encantan las tostadas con mantequilla y mermelada. Ocurrió que una tarde, preparando la tostada y el tazón de leche, sonó el teléfono y me moví para ir a cogerlo... entonces el movimiento hizo que la tostada cayese sobre mi bikini y se me pringaron los muslos y la braguita del bikini. Me limpié un poco mientras hablaba con mi abuela.
Ella decía que mi abuelo iba a venir a casa a traer un armario pequeño que quería mi madre. Mi abuela seguía hablando y me di cuenta que mi perro Rocko, estaba en el jardín tratando de entrar en la cocina. Yo me limpié lo mejor que pude pero sin poder separarme del teléfono, porque sabía que el perro me molestaría si olía a mermelada. Sin embargo, mi abuela seguía hablando y le dio tiempo a Rocko a entrar en la cocina... Vino directamente a donde estaba yo hablando por teléfono. Me empezó a olfatear y me lo traté de quitar del medio. Él era grande y no era fácil, sacó la lengua y empezó a lamerme las piernas, y yo seguía intentando quitarlo de ahí. El perro consiguió limpiar la mermelada de mis piernas pero no se quedó a gusto: Comenzó a lamer mi braguita del bikini. Le di en la cabeza un golpe para que se fuese pero no paraba... y mi abuela seguía hablando.
El perro daba lengüetazos y llegó a la zona del bañador que tapaba mi conchita, y me dio un escalofrío de gusto. Mi abuela me preguntó si pasaba algo y la engañé diciendo que me encontraba mal que luego hablaríamos y así conseguí que colgase. Mientras el perro seguía lamiendo y me daba un poco de gusto. Le traté de quitar del medio porque no me parecía ético eso, pero el perro se resistía... así que decidí que si estaba sola, nadie me vería y podía aprovecharme de la situación: Separé un poco mas las piernas y el perro me lo agradeció lamiendo la nueva zona que todavía no había podido lamer porque se lo impedían mis muslos... Se dirigió otra vez hacia la zona de bañador que tapaba mi conchita, que ya estaba limpia, y siguió (se ve que debía oler mis flujos y le gustaban)
Para agradecerle al perro sus lametazos decidí que tiraría de la braguita del bañador hacia un lado hasta dejar a la vista mi conchita y dejarle que disfrutase de mis jugos. Así lo hice y el perro chupó como un campeón. Yo empecé a excitarme mucho. Jadeaba y me retorcía de gusto, mientras el perro me trabajaba la rajita. Me pellizqué los pezones, me masajeaba el clítoris me tiré al suelo como una perrita en celo.
Noté como a Rocko le salía su pollita de entre los pelos. Era una cosilla rosa, finita y alargada. Crecía y crecía y me parecía increíble porque era kilométrica. La curiosidad me hizo alargar el brazo y tocársela con un dedo. Rocko dio un escalofrío y se le hinchó un poco. Yo la agarré con toda la mano y el perro me lamió con más ilusión. De pronto, Rocko dio un bote y se me posó encima tratando de meter su lanza en mi ano, porque yo estaba en cuatro patas. Notaba que se meneaba y me la intentaba colocar en el hueco.
Pero como no lo conseguía decidí dejarle un rato así que me diese pollazos en la espalda y la rajita del culo. Yo hacía como si me follase y él seguía intentándolo, pero no lo conseguiría sin mi ayuda, así que separé las piernas un poco y se la cogí como pude, la acerqué al ano, y él apretó. No lo consiguió porque soy virgen y no tengo dilatado ninguno de mis huecos de placer. Mientras el perro me trataba de follar, yo seguía disfrutando como una putita... Hasta que oí una voz que decía: "¿Carmen?". Paré un momento y me di cuenta que mi abuelo había llegado con el armario de mi madre. Y antes de que me diese tiempo a reaccionar, entró en la cocina, para encontrarse un espectáculo de sexo entre Rocko y yo. Se quedó blanco. En cuanto recobró la consciencia, dio una patada a Rocko y me dijo en tono de enfado que me colocara la braga del bikini en su sitio. Sin decir nada le hice caso y me senté en la mesa junto a él. Entonces fue cuando empezó a hablarme con tono paternal: "Mira Carmen, lo que estabas haciendo esta muy mal. Sé que las chicas a tu edad tienen necesidades que cubrir, pero has de ser fuerte y no caer en tentaciones como en la que has caído hoy.
Podrías tener novio y tratar de hacer algo con él, y eso sería natural... Hacer cosas con un perro, es antinatural: Las personas con las personas y los perros con los perros, ¿comprendes?" - "Sí, abuelo, pero yo no hacía nada, el perro se me subió y me intentó penetrar el ano, pero no lo hizo" - "Lo sé Carmen, pero quiero que sepas que eso está mal y que tus padres se van a llevar un disgusto cuando se enteren de lo sucedido. Te repito que ellos hacen estas cosas entre ellos, las personas con las personas..." - "Pero abuelo, podrías guardarme el secreto, porfa, te prometo que nunca haré algo parecido con un perro" - "Mira, Carmen, la mejor forma de asegurarme es decírselo a tus padres; cuando tu madre era de tu edad, también tenía deseos y hasta que no tuvo un novio, no los pudo satisfacer, pero también me la encontré masturbándose con un cepillo de pelo" - "¿Mamá masturbándose?" - "Sí, y lo mejor que pude hacer fue ayudarla porque soy su padre; así que creo que tus padres son los que mejor te pueden ayudar." - "Pero abuelo, ¿por qué no me ayudas tu en lo que sea, y no hará falta que se entere nadie más?" - "Mira yo estoy mayor y ya no puedo ayudar tanto como lo haría tu papá" - "Pero cómo ayudaste a mamá?" - "Mira, hice un pacto con ella: Hasta que tuviese novio, yo me pondría a su disposición para hacer lo que quisiese" - "¿Y dijo que sí?" - "Sí, y estuvimos así hasta que conoció a tu padre, quien no sabe nada de esto" - "Pues podrías hacer lo mismo conmigo y así no se enterarían mis papás" - "No sé....." - "Por favor, di que sí..." - "Bueno, pero no digas nada a la abuela que no le gustaría" - "Ok, abuelo, eres fenomenal".
El abuelo se levantó y yo suspiré de alivio al saber que no le diría nada a mis padres y que no sería castigada. Mientras el abuelo, se dejaría hacer lo que fuese, aunque tampoco tenía ganas de nada con él: A lo mejor verle desnudo o algo así nada más. Me fui a la nevera y saqué una cerveza para él y una Coca-cola para mí. Nos las bebimos hablando de lo de mi madre con el cepillo, lo cual despertó mi apetito sexual, pero me daba corte decírselo mi abuelo (me apetecía más que volviera Rocko). Mis pezones se endurecieron y noté como mi abuelo desviaba la vista hacia los dos puntitos que salieron en mi bikini. Me miró con cara de asombro y siguió hablando. En eso, bebí un trago largo y me cayó en el pecho un poco de Coca-cola y mi abuelo, no le dio mayor importancia, pero los pezones eran de piedra y se trasparentaban en el bikini amarillo. Noté como a mi abuelo le crecía en la entrepierna un poco de bulto y supuse que él también estaba excitándose. Decidí calentarlo un poco y me puse a limpiarme el bikini, y me lo levantaba dejando al aire los pezones y secándome con una servilleta de papel. Su bulto era inconfundible, era su polla seguro. Le pregunté si me dejaba ver su corbata nueva y me senté en sus piernas para ver como reaccionaba y le puse una mano "sin querer" en el paquete que marcaba.
El abuelo se puso rojo y apreté la mano un poco, para que supiese que sabía lo que tenía "entre manos". Dejó de hablar y me puso una mano en la tetita mojada y yo me empecé poco a poco a poner de rodillas delante de él, mientras que le bajaba la bragueta del pantalón. Sus calzoncillos blancos tapaban su lanza de guerrero, y me dijo al oído, haz lo que quieras, soy tu esclavo... Los ojos se me llenaron de lujuria y dije con tono provocador: "Abuelito, a ver qué tienes por aquí" Él se quedo quieto y metí la mano en el hueco de la bragueta, toqué su pollita por encima del calzoncillo hasta que hice un movimiento y la metí en el calzoncillo. Estaba fría y peluda. La fui sacando poco a poco, y con la cantidad de piel arrugada la pude remangar sin dificultad. Su glande quedo al aire apuntando al techo. Acerqué mi boca y le lamí los huevos... Subí por el tronco y cuando llegué a la punta, abrí la boca y me la metí entera (no era muy grande) Hice como si fuese una piruleta y yo jugaba con mi lengua y el abuelo jadeaba y suspiraba de gusto. De pronto se corrió y me inundó la boca de leche. Saqué como pude su polla de mi boca y dejé caer la leche por mis tetitas y que se me quedase pegajoso. El abuelo se acercó y me lamió los pechos, mientras seguía saliendo un poco de leche de su pollita. Rocko, que siempre está atento, llegó y empezó a lamerle la leche que le salía del pene.
El abuelo me miró y le dije que con perros estaba mal... Y él contestó que eso estaba mal y que esto también: Se levantó, me cogió de la mano y me llevó al salón donde había una columna que lo dividía. Me dejó ahí mientras Rocko me lamía la leche de mi abuelo en las tetas, y llego al rato con una cuerda. Me ató los pies y las manos a la columna y me arrancó de un tirón la braguitas del bikini. Me dijo que ahora él sería el que mandaba y yo la esclava. Me agarró las tetas y me las apretó y dijo que tenía un cuerpo precioso para mis 17 años. Me los lamió y bajó lamiendo hasta llegar a mi conchita, donde dijo que le encantaba que tuviese tan poco pelito (sin afeitar) y me metió un dedo todo lo que pudo, yo empecé a retorcerme de gusto pero la columna no me dejaba. Separó mis nalgas desde delante y metió otro dedo por el culo, todo lo que pudo. Chillé y me dio un azote. Dijo que si gritaba mi castigo sería peor: Y metió otro dedo más en cada hueco. Mi dolor anal era enorme pero el gusto que daba por delante, lo compensaba todo. Cuando sacó los dedos me mordió los pezones, que se pusieron durísimos y me desató.
Dijo me pusiera a cuatro patas y me ató las dos piernas con los dos brazos (todo en el mismo nudo) y me tiró del pelo hasta que abrí la boca y me metió su polla en la boca y dijo que pase lo que pase yo chupara. Asentí con la cabeza y empecé a chupar (eso me gustaba). Pero el abuelo llamó a Rocko y llegó el perro con ganas de mambo. El abuelo le agarró la pollita y se la estimuló para que le creciera. Después lo soltó y Rocko se fue directamente hacia mi culo. Se subió y me empezó a intentar de nuevo meter la polla. Pero seguía sin lograrlo, hasta que el abuelo se chupó tres dedos y me los metió fuerte en el culo, los movió y consiguió que se me quedara el culo como una cueva. Rocko no tuvo que intentarlo más: A la primera tenía el rabo en mi ano. Se empezó a mover de arriba a abajo y el abuelo se corría una y otra vez mientras yo me bebía su leche porque no me dejaba sacar la polla de mi boca. El perro de pronto se hinchó y me dolió el culo a muerte, y se quedó enganchado, con lo que para intentar sacármela dio un giro pero tardó mucho en lograrlo.
El abuelo me desató y me dio un beso en la mejilla. Me dio las gracias por la tarde de placer y me dijo que si quería repetir que le llamase por teléfono y encantado vendría. Y me dijo que el perro era muy bueno y que me dejase hacer de todo con él. Dijo que ese día sería nuestro secreto. Yo le dije que Sí y me despedí de él. Me duché y me puse algo limpio.
No he vuelto a llamar al abuelo, por que me da vergüenza, pero Rocko es mi mejor amante. De vez en cuando recuerdo este día y me pongo a jugar con los cepillos del pelo de mamá, que fue la primera en usarlos.
Yo folle con mi suegro durante 4 años, el tenía 65 años y yo 30. Nunca me he arrepentido