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Categoría: Incestos

Carmen, la mujer de mi tío, mi mujer

Hola a todos este es mi primer relato y espero no sea el último, mi nombre es Manuel y vivo en un país de Centroamérica llamado El Salvador, tengo 25 años actualmente y lo que a continuación les contare paso hace ya casi 5 años pero no deja de causarme inquietud en mi mente.



Bueno cabe decir que soy un poco moreno de 1.75 de altura, complexión fornida aunque en estos tiempos ya con algo de panza (me case), de rostro bastante agradable y pues un poco atlético ya que me dedicaba mucho a jugar al futbol



La historia que les traigo es sobre lo que paso con la esposa de mi tío, resulta que yo desde pequeño me crie con mis abuelos ya que mi mama trabajaba y mi papa también por lo que toda mi infancia y adolescencia me la pase con mis abuelos.



Mi tío que es el menor de todos los 6 hermanos siempre vivió junto a nosotros hasta que decidió ir para Inglaterra por la situación de nuestro país, estando allá se encontró con una antigua novia que también era conocida por la familia su nombre es Carmen una mujer muy linda a pesar de sus 49 años actualmente tiene un cuerpo muy apetecible con una cara muy inocente, es bajita rondara los 1.55m pero lo que tiene de pequeña lo tiene de buena con un poco de pancita por los años pero con unas tetas deliciosas enormes que se ven descomunales en relación a su cuerpo y un culito respingón que despierta más de algún piropo de los hombres.



La convivencia con mi tío no fue buena casi nunca es una persona pedante que a cualquiera cae mal, sin embargo la de Carmen al contrario era bastante agradable, mi tío trabajaba de 8 de la mañana a 5 de la tarde y solo quedaba en casa mi abuela Carmen y yo que me encontraba estudiando aun para esa época.



Con Carmen al principio era un trato muy cordial ya que solo nos saludábamos y no pasaba a mas solo formalidades, mas con el pasar del tiempo a los 4 años de estar ella en casa y después de haber tenido un hijo, se convirtió en una relación más estrecha hablábamos más y pasábamos más tiempo juntos pues casi siempre me iba a su habitación a ver a mi primito recién nacido, hablábamos de cosas como de mis novias etc. Cosas de esa época de adolescente.



La verdadera emoción comenzó un día en que mi abuela debió salir a su reunión en la iglesia y se ausento toda la tarde mi tío no llegaba hasta tarde ya que había viajado lejos y mientras tanto yo estaba aburrido en la hamaca y Carmen durmiendo al bebe que a estas alturas tenía ya 3 años y un poco más, ella noto que yo estaba aburrido y comenzó a molestarme con una pelota de hule me la lanzo a lo que yo respondí con la misma acción, estuvimos así unos 10 minutos hasta que en una casualidad ambos por ir a recoger la pelota la tomamos al mismo tiempo, ella forcejeaba por quitármela y luego yo, fue tanta la emoción del momento que quedamos frente a frente y de repente nos quedamos viendo, no sabía que hacer porque a esas alturas yo ya estaba súper caliente así que decidí actuar con mis manos me la apreté al cuerpo y le di un beso tímido pero muy tímido esperando que me diera como mínimo una cachetada.



Cuál fue mi sorpresa que no reacciono mal al contrario solo me dijo:



-¿Qué haces?



-no se dije cortado pensando que se venía el infierno.



-no podemos hacer esto- me dijo



Yo le pedí disculpas pero a todo esto ninguno de los dos quería soltar al otro



Yo la apretaba a mí y ella no se resistía entonces ahora si le di un beso en todo su esplendor a lo que ella respondió cerrando sus ojos y aceptándolo, al principio solo fue un beso normal pero luego se convirtió en uno fogoso.



Ella estaba como poseída ya que el beso que me regresaba era delicioso, empecé a besar su cuello lo que para mi sorpresa a ella le encantaba y comenzó a gemir y me dijo:



- Tu abuelo está a punto de llegar para



No hice caso y la levante en mis brazos la coloque en el sofá ella se resistía a abrir sus piernas pero me dejaba besar la parte visible de su escote con lo que ya estaba a mil, después de un rato así ambos ya bien caliente y yo con una erección bien notoria cedió sus piernas y comenzamos a frotarnos como locos le estaba gustando y se perdía en ese placer.



La levante nuevamente en brazos y la lleve a mi habitación donde la tumbe en la cama, comencé a correr su blusa hacia arriba y a tratar de quitar su sostén a lo que ella me ayudo pues yo no era tan experto, con un simple movimiento me dejo ver un par de senos hermosos, comencé a lamerlos torpemente pero después de un momento me había vuelto un as lamiendo senos sus pezones estaban duros unas tetas grandes y nada caídas me estaba dando mi gusto y ella también lo disfrutaba mucho.



Después de un rato así baje hasta su pantalón lo desabroche con una mano y metí mi mano debajo de él y de su tanguita para mi sorpresa estaba mojadísimas y bien depiladita con lo que procedí a quitarle mayor parte de su pantalón y tocarla, ella me decía



-dale toca todo lo que queras tócame que siento rico



Yo le decía -sí que rica estas bien mojadita bien lubricada-



Ella solo gemía ya estaba perdida, de repente se me vino una idea a la mente y enterré mi cara en su pubis y comencé a chiparle su rajita, el solo contacto de mi lengua le causo un estremecimiento y se corrió la primera vez casi gritando, pensando en que nos escucharía el vecino ya que las casas están muy cerca una de otra.



Acto seguido me baje el short con el que andaba, y ella me dijo -no, eso no- ya llegamos muy lejos a lo que yo respondí metiendo mi verga que mide bien unos 18 cm sin exagerar y pues para mi es tamaño estándar, metí mi verga entre sus piernas haciéndome un poco de daño porque ella cerraba las piernas con fuerza, al fin logro pasar mi verga y estaba ahí rozándose con su clítoris y sus labios vaginales hermosos grandes y gruesos estuvimos así moviéndonos sella dejaba de poner resistencia mientras yo empujaba para rozarla más, al cabo de unos 15 minutos así ella termino de nuevo con un grito ahogado y finalmente me vine entre sus piernas, nos abrazamos y nos besamos un rato cuando escuchamos que venía un carro que debía ser de mi abuelo que regresaba ella se paró se vistió y se fue a la ducha, yo me quede ahí acostado pensando en lo que acabábamos de hacer.



Me preguntaba si estaba mal lo que había hecho?, pero no me sentía nada mal por el contrario había despertado en mi un diablo, no me arrepentí de hacerlo pero me había quedado con ganas de sentir el interior de esa vagina, me propuse a hacerlo ya que sabía que los sábados por la mañana estaríamos solos ella y yo de nuevo, pero eso ya se los comentare en mi próximo relato espero les haya gustado.



Pueden enviarme recomendaciones o consejos así como comentarios de que les pareció el relato.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
  • Media: 10
  • Votos: 1
  • Envios: 0
  • Lecturas: 2602
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