Sé que en el fondo me adora y que no puede vivir sin mí, sin alguien que le de su ración diaria, sin alguien que comprenda lo que siente, lo que necesita, alguien que no le critique por ser como es, somos tal para cual, igual que perro y ama.

Yo en cambio puedo prescindir de él, no le necesito, ni pienso en él, ni nada.......

Se me ocurrió que podríamos jugar a un juego que él nunca había probado y aunque seguro no le haría gracia, a mí sí.

Estaba desnudo tumbado en su mantita, durmiendo después de la anterior sesión, descansando plácidamente , y como no me acerqué, levanté la mantita y le eché un vaso de agua fría encima:

-Ahhhhh!!!!- gritó.

-Cállate perro y ven aquí ahora – se levantó y vino hacia mí moviendo ligeramente su culito, sabía que debía hacerlo apara que yo supiese que estaba feliz. Me miro con ojitos tiernos, pero ya sabía que a mí las tonterías no me gustaban, se tumbó y esperó mi orden.

Le vi tan dispuesto que me fui al salón y allí le dejé, sabía que no debía moverse a no ser que yo se lo ordenara, pasaron 2 horas largas, lo observada allí en el suelo, quietecito, sin mover un músculo y con cara de desesperación.

-Cancerbero ven- le ordené, saltó corriendo y se puso a mis pies moviendo su culito.- Ponte allí- señalé el lugar- y abre las piernas.

Me obedeció al instante, me acerqué por detrás, le tapé los ojos, le puse la mordaza y traje a Katia, otra perrita que tenía para los fines de semana y con la que tenía una relación muy buena de perra fiel y además muy cachonda.

Cancerbero se dio cuenta de la presencia de otra persona y con la cabeza se guiaba al son de la voz de Katia, yo sabía que él la odiaba porque yo no paraba de hablarle de ella, y cuando se dio cuenta de quien era, puso una cara que fue un poema.

- ¿Cancerbero, qué te ocurre?

- Nada mi ama- dijo palabras entrecortadas con su mordaza.

- No me mientas , te lo noto, ¿sabes quién está aquí con nosotros?

- No mi ama ¿quién?

- Voy a dejar que seas tú quién lo adivine, abre las piernas, cierra la boca y no quiero ni un ruidito.

Katia le besó, según mis órdenes e intento excitarlo, digo intento por que él no reaccionaba, sabía controlarse bien , me gustaba que sólo se excitara conmigo, me cerqué a su oído:

- Cancerbero, lo estás haciendo muy bien perro. Ahora prepárate para la sorpresa.

Katia paró y se puso a la altura de su polla, que estaba dura de oír mi voz, le hice esperar, levanté mi pie y toqué sus pelotas,..., suspiró....

- Cállate perro.

Quité mi pie, Katia empezó a mamársela de una manera impresionante, pero él en cuanto notaba su boca se retorcía, para quitársela de encima y su erección desaparecía, levanté mi pie y le di un toquecito muy suave como si estuviese sopesándolas, se excito, Katia le mamo otra vez y ocurrió lo mismo ....así unas cuantas veces.....

Levanté mi pie, apunté y le di una patada en las pelotas,.............no se movió, sólo llevó las manos a sus huevos y se desplomó en el suelo, Katia lo puso en pie y se la chupó,.....

- Perro ¿te gustó?

- Sí mi ama- pude entender mientras lloraba incluso y se quitaba de encima a Katia, que no paraba de lamer su polla, era una perrita muy caliente que siempre estaba dispuesta para cualquier cosa.

Cogí a Cancerbero, le tumbé y me puse a pisarle las pelotas con mis zapatos de aguja, gemía y se retorcía de placer, le gustaba aunque le notaba un poco ausente debía ser por la presencia de Katia.......