Era viernes y esperaba ansiosa poder salir temprano para llegar a mi departamento y relajarme del trabajo. Había sido una semana horrible, mi jefe me había pedido que revisara unos archiveros para encontrar unas facturas y este trabajo me parecía tedioso. Ese día justo al dar las cuatro de la tarde mi jefe me llamó a su despacho y me encargó que revisara todos los archivos electrónicos de la compañía pues les harían una auditoria y tenían que tener todo en orden. Por lo tanto tuve que quedarme horas extras sola en la oficina. Javier el ultimo en salir me dejo la llave y me dijo que cerrara bien las puertas para mayor seguridad. La oficina estaba en el segundo piso y mi cubículo constaba de una computadora y una silla de oficina con respaldo ajustable. Me quede sola en la oficina mirando la pantalla de la computadora. Pensaba todo el trabajo que me esperaba, así que comencé a trabajar de inmediato. Siempre que hago un trabajo acostumbro a conectarme en el messenger
para chatear con mis ciber amigos y en aquella ocasión hice lo mismo y puse algo
de música para relajarme un poco y no sentirme tan sola. La computadora tenia
una cámara web integrada y siempre la prendía enfocándola a mi rostro para chatear. Puse algo de música pop y me acomodé en la silla. Estuve tecleando, buscando archivos hasta que un mensaje en el messenger apareció de pronto, era un desconocido llamado rapperboy78 que intentaba agregarse a la lista de mis contactos. Comenzamos con las clásicas preguntas sobre mi nombre, mi edad, mis pasatiempos y después la platica se centro en el tema del sexo. Casi todos todos los hombres terminan hablando de sexo por lo que no me extrañó la platica. Seguía realizando mi trabajo y chateando con este misterioso ciber personaje. Me pregunto si tenia novio y si había tenido alguna vez cibersexo, yo había oído hablar de gente que tenia relaciones por internet pero nunca me imagine que terminaría haciéndolo con un individuo que estaba a kilómetros de distancia de donde yo me encontraba. El me preguntó si me gustaría experimentar una relación sexual a distancia y le respondí que si más por curiosidad que por deseo en ese momento. Empezó a describirme todo como si estuviera a mi lado y leyendo todo esto empecé a sentir un calor que me recorría todo el cuerpo, no me había dado cuenta que me estaba excitando con la platica del desconocido. Mis piernas se sentían tibias, llevaba una falda negra corta y una blusa del mismo color, encima una chaqueta verde y mi tanga se empezaba a humedecer.
Para excitarlo más enfoque la cámara de manera que pudiera ver mis piernas. Yo podía ver que el se desnudó sin que yo se lo pidiera y ahora podía ver como se agarraba su miembro y se masturbaba. Era un pene enorme y al estarlo viendo me calenté más, lentamente subía mi falda dejándolo ver la totalidad de mis piernas y después me quite la blusa quedando solamente en brasiere. En esos momentos ya no me daba miedo de que alguien pudiera llegar de repente, ademas si sucediera podría oír y tener tiempo de volverme a vestir. Mi ciber pareja me pidió que me masturbara para el, así que no lo hice esperar y enfoque la cámara para que pudiera ver como me quitaba la falda, me coloque dándole la espalda y me agache sin doblar las rodillas lentamente a propósito quitándome la falda para darle una buena vista de mi diminuta tanga.
El tipo me dijo que ya no aguantaba más y que necesitaba verme tener un orgasmo,
entonces me senté de nuevo colocando los pies arriba del escritorio de la computadora y doblando un poco mis piernas para poder darle una vista de mi vagina. Hice a un lado mi tanga y con mi otra mano empece a mover lentamente el dedo indice por encima de mi clítoris. Cada vez más rápido, y el también sacudía su miembro más rápido llevando un ritmo más lento que yo para no venirse. Incliné mi cabeza hacia atrás y continué masturbándome, a veces metiendo un poco mi dedo, hasta que sentí que me iba a correr, metí todo el dedo indice dentro de mi y explote en un orgasmo que me hizo sacudirme violentamente y casi me caigo de la silla. Después al voltear a la pantalla vi como su miembro estaba escurriendo de semen y se hacia poco a poco flácido. Estuve unos minutos sentada con las piernas abiertas y mis pies sobre el escritorio de la computadora reponiéndome de mi orgasmo. Rápidamente me vestí,
apague la cámara y agradecí a mi ciber amante, lo agregue a la lista de mis contactos y seguí haciendo mi trabajo. Seguí platicando con él hasta que termine mi trabajo.
Al otro día todos me miraban, no podían creer que después de tanto trabajo
se me veía una cara de satisfacción. He seguido teniendo ciber encuentros con él, ahora ya es costumbre que todos los viernes se me atrase el trabajo y me quede a terminarlo.
amiga, yo tengo ya un año de relacion, hacemos el amor cada vez que lo necesitamos y es lo mas rico de la vida...