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Categoría: Maduras

Buscando a Mario

Pasaron los días, estaba sola en mi casa y pasó Hugo a dejarme la cinta que habíamos grabado. Tuvo la paciencia de pasarla a formato de DVD con subtítulo de película ¨ La mejor señora del vecindario ¨.



-Hola, doña Haydee, le traigo la película que filmamos la semana pasada, disculpe, yo quería culiar con usted, pero no me podía acercar y pedirlo así.



-Yo hasta después me puse a pensar de que sería un engaño, pero lo mejor fue que disfrutamos, espero que su señora no se entere y no me vuelva a hablar.



Se marcha a su trabajo e ingreso a mi casa para disfrutar de mi película.



Me puse a observarla, estaba excitada de las buenas tomas que hizo Hugo, habían tomas de video de mis amigas del vecindario, pero ninguna culiaba con Hugo, sólo yo lo hice, quedó bien grabado donde desaparecía su hermosa verga en mi vagina. Recordé que no sabía nada de Mario, me alisté y fui a buscarlo al pueblo donde lo habían mandado a vivir. Tomé un autobús, después de treinta minutos de viaje llegué al pueblo, pregunté donde habían reubicado a esta familia, en el pueblo me ubicaron rápidamente con su casa. Estaba su mujer y los hijos.



-Hola, doña Haydee, ¿Cómo ha estado?



-Bien, después que se vinieron del pueblo tuvimos bastante trabajo en el comité.



-Busca a Mario en especial. ¿Verdad doña Haydee? Le ha hecho falta este tiempo.



-Si, señora, no le voy a mentir, me ha hecho falta, lo necesito, siento que me quemo por tenerlo conmigo.



-A mi me pasó lo mismo cuando me cogió la primera vez, no pude dejarlo.



-¿Dónde está el?



-Está en el trabajo que le consiguieron, en una planta empacadora de frutas en las afueras de la ciudad.



-Voy a ir a buscarlo allá. Aquí les dejo esto para que coman sus hijos.



Les llevé provisiones de comida para casi una semana. Tomé el autobús de regreso a la ciudad y de ahí tomé un taxi hasta la planta empacadora. Lo ubicaron en la recolecta de melones, cerca de un río. Ingresé sin ser vista por los guardas hasta las orillas del río, caminé cerca de media hora bajo un ardiente sol. Lo divisé a lo lejos y me fui acercando sin que me viera, el caminó en busca de la orilla del río. Cuando me acerqué vi que estaba orinando a la orilla de un árbol, tenía su gran verga entre sus manos. Le hablé:



-Hola Mario.



Se sobresalta y se da vuelta hacia mí apuntándome con su verga todavía expulsando orines.



-Hola doña Haydee. ¿Qué hace aquí?



Observando su verga le contesto.



-Necesitaba verlo, esta ha sido la mejor recepción que he tenido.



Termina y se sacude su rico miembro, acomodándoselo dentro del pantalón.



-Déjelo afuera que lo necesito.



-No, doña Haydee, aquí no. Aquí hay muchos hombres y nos pueden ver. Después van a querer obligarla a hacerlo con ellos y vamos a tener problemas y me pueden expulsar del trabajo. Ya casi termino mi jornada.



-Mario, pero yo quiero ahora, por favor.



-No, ahora no. Vamos a su casa. Busquemos como salir de aquí. Si nos ven juntos le pueden decir a su marido, aquí trabajan varios hombres de su pueblo.



-Que problema, yo no había pensado eso. La excitación que tengo no me dejó pensar en esa situación.



Lo abrazo y comienzo a besarlo pasando mi mano sobre su verga, poco a poco se va excitando y el también hace lo mismo con mis hermosas tetas.



-Doña Haydee, como me han hecho falta estas cosas hermosas, sueño que se las estoy mamando y poco a poco la desnudo para culiar ricamente.



-Mario, yo también sueño lo mismo, me hace falta su verga, no he podido culiar bien con mi marido, me la mete y a los dos minutos me inunda de su semen, no se contiene.



De la excitación me baja el pantalón hasta la rodilla junto con mi tanga, mi vagina queda desnuda, yo le saco la verga y comienzo a masajearla suavemente halando su piel hasta dejar al descubierto la brillosa cabeza. Nos acomodamos cerca de las ruedas grandes de un tractor que el está operando, me acomoda la verga y me la mete suavemente hasta el fondo, grito:



-Oooooooohhhhhhhhh, uuuuuuuuuhhhhhhhhh, que rico sentir esto de nuevo, Mario.



Me bombea dos veces cuando escuchamos que se acerca un vehículo y tenemos que interrumpir nuestra cogida, me desconecta la vagina rápidamente dejándomela palpitante, se acomoda su verga dentro del pantalón y yo me subo a toda prisa mis pantalones y corro a esconderme a la orilla del río en una arboleda. Era su capataz.



-Mario, tiene que ir a dejar el tractor a la planta, ahí está el chofer que lo va a relevar en la siguiente jornada.



-Está bien, termino de revisar los enganches de las carretas y me voy para la planta.



Se va el capataz y salgo de mi escondite.



-Casi nos encuentran, doña Haydee. Yo le dije que no culiáramos aquí, que nos podían ver.



-Disculpe, Mario, pero es que tenía varios días de no sentir su rica verga en mi vagina.



-Súbase y la llevo hasta la carretera. Se baja y me espera.



Salimos por un camino fuera de la finca. Llegamos a la carretera principal, me bajo rápidamente del tractor y el sigue hasta la planta a dejarlo, a los diez minutos regresa y tomamos un autobús que venía de dejar empleados y regresa vacío a la ciudad. Tomamos el autobús hacia la capital de la provincia, en su ruta pasa por mi pueblo, nos sentamos separados para que la gente que me conoce no sospeche, nos bajamos separados y caminamos hacia mi casa, ya cerca lo espero y caminamos juntos hacia mi casa, pasando por donde se sientan los ¨guardianes del barrio ¨, los hombres que se la pasan vigilando los movimientos del vecindario para hacer sus chisme. Al vernos, uno de ellos comenta y lo escucho.



-Miren a doña Haydee, se fue a traer al hombre que se la culiaba en la escuela para las inundaciones, según lo que me comentó Martina.



Otro dice.



-Pobre marido, pero el tiene la culpa por haberse buscado otra mujer, yo con doña Haydee me hubiera conformado, está bien rica, a pesar de su edad, está bien entera, preciosa, tiene un buen cuerpo que se lo envidian muchas muchachitas.



-Estemos atentos a los gritos de ella, si los hace es porque está culiando.



Me hago oídos sordos a los comentarios de estos hombres. Paso a Mario a mi casa, mis hijos no se encuentran. Cuando estamos en la sala comienza a besarme, mete mano bajo mi blusa y me atrapa mis hermosas tetas, comienza a masajearlas, me saca la blusa y me libera mis tetas del brassier, comienza a darme una buena mamada, estoy parada frente de la puerta que está abierta, pasa uno de los ¨ guardianes del barrio ¨ y observa como me mama Mario, sale de inmediato para donde están sus amigos. Mario no me da tiempo de cerrar la puerta, me saca el pantalón con mi tanga, me tiene desnuda y se baja a mamarme el clítoris, me pasa la lengua por toda mi raja, me la mete dentro.



-Oooooohhhhhh, oooohhhhhhhhh, aaaaaahhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuhhhhhhhhhh, que rico Mario, siga.



Nuevamente está el ¨ guardián del barrio ¨ frente a mi puerta, quito a Mario de mi vagina y así desnuda me acerco a cerrarla, el me observa bien desde afuera, se queda paralizado al verme frente a el completamente desnuda.



-Necio, vaya a sentarse a vigilar con sus amigos y déjeme en paz.



Me contesta:



-Que rica se ve, doña Haydee, yo soñaba con verla desnuda y ahora se cumplió mi sueño.



-Váyase y no le cuente a sus amigos.



Cierro la puerta y Mario me acomoda en el sofá, me abre las piernas y me las levanta, el se coloca en medio para seguir mamando mi vagina, me pone excitadísima, logra que tenga un orgasmo. Jadeante le digo:



-Mario, por favor… vamos a mi cama… necesito que me penetre ya, quiero sentir su rica verga dentro mío.



Recojo la ropa que estaba tirada en el piso. Lo llevo a mi habitación, camino delante de el y aprovecha para acariciarme las nalgas, me las aprieta, cierro la puerta y me acomodo en la orilla de la cama, le bajo los pantalones, su pene parecía que quería saltar de aquella prisión, le bajé el boxer y saltó erecta su gran verga, la tomo con mis dos manos y comienzo a masajearlo suavemente haciendo que Mario se estremeciera. Acerco mi boca a su gran glande y comienzo a lamerlo, le doy lengüetazos por que no lo puedo acomodar en mi boca, el se inclina a acariciar mis tetas.



-Acuéstese en la cama que quiero penetrarla de una vez, doña Haydee, ya no aguanto, he viajado bastante para hacer esto con ud., no lo prolonguemos más.



Me acomodo sobre mi espalda en la cama, me abre las piernas y se coloca en medio, apuntando su verga a la entrada de mi vagina con su mano, me la recorre de arriba abajo separando mis labios vaginales. Me la hunde poco a poco logrando expandir por completo los pliegues de mi veterana vagina, siento su gran pistón bombeándome lentamente, sube mis piernas a la altura de sus hombros para una mejor penetración. Le digo:



-Mario, métamela despacio para que mi vagina se adapte de nuevo al tamaño de su verga.



Mi vagina comienza a lubricar bien y esto hace que su verga se resbale ricamente dentro de ella. Poco a poco apura el mete saca llevándome al éxtasis, me saca gemidos, gritos que se escuchan hasta la acera de la casa.



-Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh, uuuuuuuhhhhhhhhhhhhh, uuuuuuuuuuhhhhhhhhhh, ooooohhhhhhh. Siiiiiiiigaaaaaaaaa booooommmmbeeeeeaaaaaannnnnddddooooo. Noooooooo paaaaareeeeeeeeee.



Siento que los testículos de Mario rebotan en mi trasero.



-Oooooooooooooooohhhhhhhhhhhhhhhh, oooooooohhhhhhhhhhhhhh, aaaaaaaahhhhh



Mario, no me deje, lo necesito dentro mío.



Comienza a mamarme de nuevo las tetas, siempre le han encantado, le gusta su gran tamaño, pasa sus manos por mi espalda pegándome fuertemente a el y me hunde toda su verga en lo más profundo de mi ardiente vagina. Me saca un grito de placer que se escucha por toda la casa.



-Aaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhh.



Hablan en la calle.



-Oigan, parece que doña Haydee está culiando, la debe de tener bien penetrada el amigo que metió a la casa porque ya le ha sacado varios gritos. Hoy está haciendo más ruido que las otras veces que la hemos visto meter hombres.



-Quitémonos de aquí para que el resto del vecindario no sospeche lo que está pasando en la casa de doña Haydee, así nos entretenemos cuando venga alguien a visitarla.



-Si, vamos a sentarnos al parquecito para que Gerardo no se entere.



Sigo culiando con Mario, me tiene bien penetrada y está a punto de eyacular en las entrañas de mi vagina, yo también estoy llegando al orgasmo, cuando escucho que me hablan desde la acera y golpean al portón:



-Doña Haydee, viene su marido.



Estoy tan excitada que no puedo reaccionar y Mario me sigue bombeando la vagina, tensa su cuerpo y comienza a llenar mi vagina de su semen, escucho que abren el portón pero ya no puedo retirar la verga, siento el líquido caliente que me hace suspirar.



-Uuuuuuuuhhhhhhh, aaaaaahhhhhhhhh.



Mario está en las últimas contracciones de su verga cuando tocan a la puerta de mi habitación. Escucho la voz de mi marido.



-Haydee, despiértese, ando buscando los papeles de la contabilidad de la otra empresa.



Mario se asusta y no reacciona para desconectarme la vagina, lo empujo y le digo.



-Quítese, yo busco como mi marido no entre a la habitación.



Me saca la verga de la vagina y me la deja palpitante, este día nuestra cogida a sido muy interrumpida. Me limpio rápidamente y me pongo una bata sin nada por dentro.



-Haydee, despiértese, necesito de su ayuda.



Toca a la puerta, Mario está asustado de que mi marido lo encuentre desnudo con su verga brillosa de nuestros jugos. Le indico que haga silencio y recoja la ropa y se meta debajo de la cama, así desnudo como está.



-Ya voy, Gerardo, no lo escuché llegar.



-Tuve que venir rápido a recoger esos papeles, tengo que ir a la capital de la provincia y no se si regreso esta noche o mañana, yo le aviso luego.



Salgo rápidamente y cierro la puerta.



-Los papeles están en el escritorio de su oficina, sobre los de la otra empresa.



-¿De qué suda, Haydee?



-Estaba dormida sin el abanico funcionando.



Recoge los papeles y se marcha. Salgo al portón a cerrarlo y se me acerca uno de los ¨guardianes del barrio ¨



-Doña Haydee, casi la escucha su marido dando gritos en su habitación.



-Si, le agradezco su advertencia, pero era que estaba disfrutando la verga de mi amigo.



-Nosotros la vamos a proteger, vamos a cuidar que no la descubran, porque su marido tiene la culpa.



-Les agradezco, creálo que si. Algún día de estos con más tiempo lo dejo pasar adelante.



-No se preocupe, no necesita de eso para pagarnos la ayuda. Siempre la vamos a cuidar, si alguien le quiere hacer daño nos llama para ayudarle.



Se marcha al parquecito, regreso a mi habitación con toda la intención de seguir culiando con Mario, lo encuentro listo para marcharse.



-¿Por qué está así?



-Doña Haydee, necesito ir a descansar, tengo que ir a trabajar mañana muy temprano.



-No se marche ahora, tenemos más tiempo para estar solos.



-No, hoy hemos sido muy interrumpidos y me da miedo que de verdad nos vea su marido. Si quiere regreso mañana después del trabajo.



-Si, está bien, es mejor porque puede regresar uno de mis hijos temprano y lo encuentre aquí dentro. Me busca en la escuela después del medio día.



Se marcha para su pueblo y yo quedo media satisfecha, yo tengo la culpa por haberlo llevado a la casa y no buscar la hora más propicia para hacerlo.



Este día llegaron mis hijos temprano a la casa, mi marido llegó cerca de la media noche borracho, cuando se quitó la ropa para dormir traía puesto su boxer al lado contrario.



-Gerardo, ¿Por qué traé así el boxer?



-Estaba cumpliendo con mi otra mujer.



El muy desgraciado se había quedado culiando con su amante y yo me quedé sin el mío pensando que el regresaría temprano a la casa y lo iba a encontrar conmigo.



Por la mañana me levanté más decidida para ir a encontrarme con mi nuevo amante a la escuela, tenía que ir a revisar y actualizar los gastos del comité. Me quedé sola en la oficina, ya después de medio día no quedaban alumnos en clases, los maestros tenían asesoramiento en la ciudad. Me encontré a la directora de la escuela.



-Buenas tardes, doña Haydee.



-Buenas tardes, directora.



-La estaba esperando para comunicarle que se está planeando un baile para recaudar fondos.



-¿Y cuando nos reunimos para organizar en serio la actividad?



-Ahora viene su compañero de comité.



-Entonces lo voy a esperar.



-Si, espérelo para que se pongan de acuerdo para poner fecha para la reunión.



Ahora si que se me iba a complicar el encuentro con Mario, mi compañero al estar solos iba a querer culiar conmigo, tenemos varias semanas que no nos encontramos, desde que pasaron las inundaciones no había vuelto a ser de el, de seguro que viene con todas las ganas. Estoy pensando como salir de esta situación cuando lo escucho.



-Buenas tardes, doña Haydee.



-Buenas tardes, Luis. (este es el nombre de ¨ mi compañero de comité ¨, como lo he llamado en otros relatos)



-Parece que quedamos solos, tenemos varias semanas de no estar juntos y espero aprovechar el momento.



Me abraza y comienza a besarme desesperadamente, yo le respondo igual, me hacia falta sentirlo cerca de mí, ya me estoy acostumbrando a el. Mete mano bajo mi blusa para acariciarme mis hermosas tetas, a los hombres les encantan, se vuelven locos con ellas, me las maman ricamente, me las masajean, Luis hace lo mismo que los demás, se entretiene con ellas.



-Doña Haydee, me encantan sus hermosas tetas, me vuelven loco que no paro de mamarlas, acariciarlas.



-Luis, usted sabe que me encanta que me hagan esto los hombres, me excitan, hacen que se me moje la vagina. Bien sabe que no solo con usted y mi marido lo hago. Yo soy muy ardiente y mi vagina siempre me pide verga.



-Doña Haydee, yo no le reclamo exclusividad, pero si le pido que se cuide.



Me desnuda por completo y saca su verga y me la introduce ahí de pie en medio de la oficina. Me bombea fuerte, me lleva hasta la pared para apoyarse mejor en sus embestidas. Me sigue mamando las tetas. Logra que tenga un orgasmo ruidoso.



-Ooooooooooooooooohhhhhhhhhhh, ooooooohhhhhhhhhhhhhhhh, uuuuuhhhhhhhhh, siga metiéndomela fuerte, siento muy rico. Aaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh.



Nos acomodamos en el piso de la oficina, el se acuesta sobre su espalda, me bajo a darle una buena mamada a su verga, me la desaparezco toda en la boca, hago que tense su cuerpo.



-Despacio, doña Haydee, yo necesito acabar dentro de su rica vagina.



Le suelto la verga y me coloco de pie en dirección a ella y me bajo poco a poco hasta colocarla en la entrada de mi vagina y comienzo a introducírmela poco a poco hasta sentarme por completo en ella. Comienzo a subir y bajar suavemente en ella.



-Uuuuuuuuuuuuuuuhhhhhhhhhhh, uuuuuuhhhhhhhhhhh, ooooooohhhhhhhhhhhh, que delicioso Luis. Oooooooohhhhhhhhhhh, aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh.



El me acaricia las tetas y se endereza un poco a mamármelas, me clavo la verga hasta lo más profundo de mi vagina. El se acuesta de nuevo y me agarra de mis nalgas para ayudarme a subir y bajar. Comienzo a apurar las penetraciones de su verga a mi vagina cuando golpean a la puerta y hablan.



-Doña Haydee, está ahí.



No puedo contestar porque de nuevo estoy llegando a un orgasmo y Luis me tiene bien atrapada de mis nalgas halándome hacia su verga. Me siento bien trabada sobre su verga y esta sensación no me permite hablar, solo jadear.



-Ah, ah, ah, uh, uh, uh, ooooohhhhh.



Golpean fuerte de nuevo a la puerta.



-Doña Haydee, ya se que está ahí, abra.



Intento sacar la verga de mi vagina y Luis me habla.



-No, doña Haydee, no se quite que estoy a punto de terminar.



Sigo hundiendo su verga hasta lo más profundo de mi vagina cuando golpean fuerte la puerta y se abre, yo estoy bajando rápidamente sobre la verga para exprimirle todo el semen, desde la puerta se observa mi vagina bien penetrada. Escucho la voz de Mario.



-Que buen espectáculo está dando la vieja ardiente, no deja de culiar, la vieja hijueputa.



Se acerca en el momento que Luis me está llenando mi vagina de semen y se abraza fuerte a mi para meterme profundo su verga. Mario llega hasta mi y me hala de un brazo.



-Doña Haydee, déjelo, yo la ando buscando para lo mismo y se lo hago mejor que ese marica.



Luis no me suelta porque está en las últimas y no puede reaccionar.



Mario me sacude fuerte.



-Ya le dije que lo dejara, vieja caliente culiadora.



-Deje, Mario, que me está haciendo daño.



Luis le dice.



-Esta no es la mejor forma de tratar a una mujer.



-Usted no hable, marica, que ella me citó aquí y la encuentro con usted.



Me pongo de pie con mis piernas temblando por la situación y mi vagina chorreante de semen.



-Vea como se le ve la vagina a la vieja caliente, y después dicen que solo con uno lo hacen y con el marido ya no.



Al estar de pie ya no siento el olor de nuestro jugos vaginales y seminales, sino que siento el olor a licor de Mario.



-Que le pasa, Mario, cálmese, ahora lo llevo a mi casa para que estemos solos.



Luis se está incorporando del piso y Mario se abalanza sobre el a golpearlo.



-Hijo de puta, Haydee es mía, usted no tiene porque acercársele así.



Grito:



-Noooooooo, Mario, cálmese, no le pegue.



Luis lo agarra y ruedan por el piso.



Unas vecinas al escuchar mis gritos llegan corriendo a ver que pasa, yo estoy desnuda en medio de la oficina y Mario y Luis rodando por el piso dándose de golpes. Ellas descubren que Luis también está desnudo. Me buscan la ropa para que me la ponga. A como pueden calman la pelea para que más gente del vecindario de la escuela no llegue y vean la situación y saquen sus conclusiones. Me pregunta una de ellas:



-Doña Haydee, ¿Qué estaban haciendo?



Llorando le contesto:



-Vine a la escuela a revisar los papeles del comité y llegó Luis, al quedarnos solos me agarró y me desnudó, yo lo dejé que me culiara, necesitaba que me lo hiciera, yo también quería. Gerardo siempre me ha traicionado y porque yo no lo puedo hacer también. Estaba terminando con el cuando llegó Mario y botó la puerta para entrar y nos encontró culiando. El también quería culiarme y se enojó.



-Doña Haydee, ese es el hombre con que dicen que usted pasó culiando cuando hubieron inundaciones.



-Si, es el, la pasamos muy bien esos días. Pero yo no sabía que el era así de violento.



-Doña Haydee, no se preocupe, nosotras no le vamos a decir nada a su marido, pero cuídese.



-Esta bien, muchas gracias.



Sacan a Mario de la escuela y me quedo con Luis en la oficina acomodando lo que botaron mientras rodaron por el piso, no tiene golpes en la cara pero si tiene adolorido el resto del cuerpo. Lo abrazo y nos besamos.



-Discúlpeme, Luis, el iba a llegar más tarde, yo no lo esperaba tan temprano y me quise jugar el chance de estar con los dos. Yo necesitaba que me culiaran los dos.



-Haydee, me hubiera dicho y lo hacemos rápido, o después de el, allá en su casa.



-Son cosas que pasan y nos quedan de experiencia.



Me marcho para mi casa y me sale al paso uno de los ¨ guardianes del barrio ¨



-Doña Haydee, ahí llegó un hombre medio borracho a golpear el portón de su casa, el que estuvo ayer con ud., y dijo que ahora regresaba a buscarla.



-Si, ya se quien es, gracias.



-Cualquier problema, nos grita pidiendo ayuda.



A los pocos minutos de haber llegado, tocan al portón. Ya me había cambiado de ropa, tenía puesta una bata por dentro solo con mi hilo dental.



-Doña Haydee, buenas tardes, soy yo, Mario, necesito hablar con usted.



Salgo pero no abro el portón.



-¿Qué desea, Mario?



-Vengo a pedir disculpa por lo sucedido, no era mi intención maltratar a alguien.



-Pues no parecía.



-De nuevo le pido disculpa, perdóneme, déjeme entrar para hacer lo que habíamos planeado.



-No, Mario, ya no, usted se lo perdió.



-Por favor, abra.



-No, Mario, márchese, es cierto que tengo 48 años, pero ne era para que me agrediera llamándome vieja, bien que le gustó disfrutar de mis tetas y de mi vagina. Si no lo hace llamo a los hombres que están sentados allá para que lo saquen del frente de mi casa.



-Bueno, está bien, me marcho para no hacerle daño a más personas.



-Si, es mejor que se vaya.



Se aleja de mi casa, pero al verlo marcharse mi vagina me queda palpitante de pensar en la verga que me estoy perdiendo en ese momento, se me moja. Pasa Luis y al verme en el portón me dice.



-Vi al tipo marcharse hacia la carretera a esperar bus.



-Si, me estaba esperando, pero le solicité que se marchara, no quiero más problemas por hoy.



-Puedo pasar, doña Haydee.



-Si, está bien, entre.



Nos sentamos en el sofá y nos besamos nuevamente. Me acaricia las tetas, me saca una y comienza a mamármela, me muerde suavemente el pezón. Mete mano bajo mi falda hasta llegar a mi vagina. Me acaricia el monte de Venus, me hace a un lado la tanga y me mete un dedo dentro de la vagina. Lo mete saca suavemente, tengo bien mojada y lubricada la vagina, me acomoda sobre el sofá y se saca la verga colocándose en medio mío. La acomoda con su mano en la entrada y me la hunde de un solo viaje, dando inicio a un mete saca intenso, abro bien mis piernas para que me penetre mejor. Me saca las tetas para dármele buenos masajes, que junto con sus penetradas me están haciendo llegar a un orgasmo intenso.



Uno de los ¨ guardianes del barrio ¨ dice frente a mi casa:



-Que bárbara, doña Haydee, está culiando con Luis. Solo se ve donde el la está trabajando, a ella solo se le ven las piernas levantadas. Le gusta dejarnos la puerta abierta para que la veamos, por eso siempre la vamos a cuidar.



Comienzo a gemir.



-Aaaaaaaa aaahhhhhhh, uuuuuu uhhhhhhhhh, ah, ah, oooooohhhhhhh, rico.



Luis me bombea fuerte y tensa su cuerpo para inundarme de nuevo la vagina.



-Tome, doña Haydee, su lechita que tanto le gusta.



-Aaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaa aaaaahhhh hhhhhhhhhh, aaaaaaaaaa aaaahhhhhhhh, uuuuuuuuuhh hhhhhhhhhhh, graaaaaaaciiiiiia aaaaassssssss.



Me desocupa la vagina la cual está rebosante de semen, culiamos sin más preámbulos, sin lamernos nuestros sexos, sin masajearle su verga o el mamar mi clítoris, estábamos bien excitados de la situación que habíamos vivido en la escuela.



Me voy al baño a limpiarme mi veterana y ardiente vagina, me doy una buena ducha mientras mi compañero se quedó en la sala acomodándose la ropa y limpiando el sofá que había quedado mojado de semen y mis líquidos vaginales. Cuando salgo encuentro a uno de mis hijos conversando con el en la sala.



-Bueno, doña Haydee, me marcho. Tenemos que reunirnos para planear lo del baile de la escuela.



-Está bien, Luis, me avisa la fecha de la reunión.



Tenemos que planear esa actividad y ya estoy pensando con quién iré a culiar esa noche.



Haydee.


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