"Aquí les dejo una pequeña confesión, por las mañanas siempre que puedo, me gusta masturbar en secreto a mi compañera de piso"

Hoy me he despertado y al salir de mi cuarto he visto a mi compañera de piso que seguía durmiendo con su pijama y sin ropa interior. Al ver que hoy se le había bajado un poco el pantalón y estaba enseñando un poco el culo pues me he puesto caliente recordando los polvos que hemos echado de vez en cuando, y como estábamos los dos solos en casa, pues he decidido darle una sorpresa de buenos días.

Me he acercado sigilosamente a su cama y con mucho tacto le he bajado un poco más el pantalón, lo justo para que tuviera el culo entero a la vista. Tal y como estaba le he empezado a sobar el culo y las ingles ya que tenia las piernas entre abiertas. Me encanta tocarle el coño cuando lo tiene con pelo, porque lo tiene super suave. Primero he empezado con un solo dedo dejándolo ir solo por su culito redondito y que se perdía entre sus piernas para llegar a su coño calentito, me he tenido que abrir un poco de paso entre los labios de su vagina para poder llegar a su clítoris con el dedo, pero por fin he llegado y he empezado a acariciarlo de forma suave, luego a jugar con él haciéndole circulitos y otra vez a las caricias. Como no estaba muy lubricado, para que no le molestase me he chupado el dedo y le he llenado su clítoris y coño de saliva. He seguido jugando con su clítoris e ingles porque eso le vuelve loca, el que le acaricien y jueguen con su pelo púbico.

Ella seguía completamente dormida sin enterarse de nada pero su cuerpo estaba empezando a reaccionar a las caricias y a la masturbación. En ese momento ya estaba comenzando a lubricar ella un poco y de dormida se ha movió dejándome más accesible el camino para seguir jugando con su clítoris, haciéndole circulitos, tocándolo con la yema de mis dedos mientras muevo el dedo rápidamente, dándole pequeños pellizquitos, e intercalando suaves caricias por su coño, pasando el dedo de adelante hacia atrás y de atrás hacia delante para que su lubricación se le fuera extendiendo. Luego le abrí un poco los muslos y le escupí cerca del ano y que notara como le escurría mi saliva caliente hacia su coño. A ella no le gusta el sexo anal pero como está dormida aprovecho para poder pasarle el dedo por el ano y jugar con él como si fuera su clítoris.

Tras un rato de caricias en el ano, me vuelvo a pasar lentamente a su coño, concretamente al agujero y hago el intento de meterle un dedo, pero sin penetrarla, solo presionar, y deslizo mi dedo con su lubricante de nuevo al clítoris y allí vuelvo a pasarme un rato acariciándolo y jugando con él, ella sigue dormida pero su cuerpo ya está más excitado y paso a un nivel más alto de masturbación. Con una mano le abro los labios rositas y mientras con la otra le paso dos dedos a modo de polla frotándose en su coño.

Me cambio de posición para estar más cómodo y con toda la mano se la pongo en el coño y se lo agarro y aprieto un poquito, ella enseguida ahueco su cuerpo. Intenté lamerle el coño pero no podía, así que me escupí varias veces en la mano y se la restregué por toda su entrepierna, desde el clítoris a su ano, le deje toda la zona llena de saliva que se mezclaba con el lubricante que le iba saliendo del coño.

Una vez más me centré en masturbarle el clítoris, pero esta ya con más empeño y menos sutileza, ahora le daba como le había visto que se lo hacía ella, que lo debía de estar haciendo bien porque empezó a contornear las caderas y a moverse todo el rato por la cama. Le tuve que escupir varias veces porque de tanto darle se le secaba, de vez en cuando con la otra mano le abría un poco el coño para ver como iba y ya cuando se lo ví rojito y con bastante agüilla dentro supe que esta apunto de tener o una corrida o un orgasmo así que le seguí dando y a los pocos segundos empezó a tener pequeñas contracciones en el ano, señal de que había llegado. Me aparte, y miré si podía estar despierta pero no, seguía dormida, así que me levanté y le subí un poco el pantalón para que no sospechara y me fui a desayunar mientras ella siguió durmiendo casi una hora más.