El enamorado le abre la puerta del apartamento de soltero en persona como en vivo y a todo color a Brooke, quién tiene siete mes y medio de embarazo de su primer hijo. En botas con abrigo de manga larga que le llega hasta las meras rodillas, cerrando la puerta la invita van caminando por el pasillo de la entrada quedándose de pie en la sala comedor, sonriéndole muy iluminada como radiante asimismo fascinada especialmente excitada sobretodo deseada incluso deleitada y por supuesto, candente la misma Brooke se desamarra el nudo que mantiene el abrigo que se lo abre de par en par por toda panavisión frente a frente que anda desnuda como dios la trago a este mundo.
Deja caer a la alfombra el abrigo Brooke dejándose contemplar como consentir hasta conquistarse y por supuesto, emocionarse como comerse inclusive zacearse también cogerla fascinante; que suelta reverencialmente una serie de jadeos igualmente gemidos a tutiplén por doquier, a manos llenas hasta pedir de bocas; con todas las fuerzas, ganas y ánimos que la anteceden vigorosamente por parte de su enamorado; dejándose adicionalmente acariciarse, manosearse, tocarse, agarrarse, lamerse, hurgarse, bombearse, deleitarse, desearse, zacearse, devorarse, morderse, lujuriarse, apasionarse, calentarse, excitarse, ligarse, en fin la tiene como la tiene actualmente al complacerla y cumplirle en lo que tanto anhela como le pide a gritos Brooke que por el embarazo no a tenido una buenísima y sabrosísima hasta riquísima vida sexual por parte de la necesitada como urgida Brooke que ya no podía aguantarse ni esperarse ni siquiera controlarse ni tampoco evitarlo a toda costa finalizando la venció la influencia que es hoy día toda una prostituta ejecutiva universitaria al servicio por excelencia de todos los hombres que se la encuentran como cruzan por su camino diario.