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BODAS DE ORO

"Nos invitaron a unas bodas de oro, un amigo nos pide que pasemos por el para asistir a la misma boda, él se pasó y le pide las nalgas a mi esposa.

 

Sábado por la tarde y con mucha flojera nos acordamos de la boda a que nos invitaron en un salón de fiestas 50 años de casados de los padres de unos buenos amigos . Nos marca por teléfono un amigo superficial de mi esposo que poco frecuentamos pues son muy elitistas que también estaba invitado a la misma boda, pidiéndonos que pasáramos por él, pues su esposa e hijas se encontraban de viaje visitando a unos familiares, no tenía ganas de ir a menos que fuéramos nosotros ya que vive cerca de nuestra casa, siempre con la idea de estar presentes y regresarnos lo antes posible. 

 

Yo en esos días andaba más caliente de lo normal, por lo que me vestí lo más sexy que pude, con un vestido de seda negro bien pegadito, con un toque de perfume, sin brasier, ni calzones ya que se marcaban en el vestido, solo con unas medias negras de las que ajustan solas y unos zapatos de tacón alto, estaba nerviosa de la impresión que se va a llevar nuestro amigo José cuando me vea.

 

Como a las 7 salimos, mi esposo y yo, ¡dejamos nuestros hijos en casa de mis papas para que los cuidaran. Nos dirigimos a casa de nuestro amigo para recogerlo en el coche de mi marido que es un Mustang color plata con asientos de piel.

 

Las palabras de José al verme fueron de alago mientras me barría con sus ojos: ¡Gaby te ves guapísima con ese vestido! a lo que pícaramente le respondí: ¡Es lo único que traigo puesto junto con los zapatos y medias!

 

En el camino hacia el salón de fiestas, nuestro amigo venia en el asiento trasero, me pregunta descaradamente en frente de mi esposo... ¿De verdad que no traes nada más de ropa?... No solo el vestido y medias; ¿qué no me crees?...

 

En eso llegamos y dejamos el coche al valet parking, salgo antes que él, me agacho para mover el asiento para que él salga, le susurré que podía comprobar que por lo menos brasier no traía. Echó un vistazo a mis tetas que colgaban desnudas. A lo que el nada más aprobó con la cabeza lo que estaba viendo. En fin, el ambiente también estaba caliente, no solo yo...

 

Nos sentamos en la mesa indicada, con unos amigos, una mujer muy hermosa y la clásica pareja mayor que parecía eran clientes de nuestro amigo José, que al parecer habían quedado muy satisfechos por las mejoras de su casa.

 

La boda transcurrió de lo más normal las copas corrían vertiginosamente una deliciosa cena, el lugar de la esposa de nuestro amigo fue ocupado por una guapa mujer de unos 25 años que nadie conocía de lo más divertida y coqueta, lo que rápidamente me dio para imaginar que José ya tendría algún plan para la noche, sin mujer en México, conociendo como es de cabrón, no perdería la oportunidad de llevar esta mujer a la cama, sin embargo el que estaba más que encantado con el generoso escote de Mireya era mi marido que no le quitaba el ojo.

 

En eso estábamos cuando la Sra. Mayor quería hablar con nuestro amigo con una reacción de autoritarismo, totalmente segura de ella misma, se levanta en frente de todos y de su esposo, se dirige a Pepe que no le gusta bailar, y con voz fuerte para que no quedara ninguna duda le dice: ¡Tú y yo, ahora vamos a bailar un rato! pues necesito unos arreglos a la casa, pero como es imposible hablar contigo ahora me vas a escuchar.

 

Todos quedamos con el ojo cuadrado, pero el más sorprendido fue sin la menor duda mi buen e inocente amigo, que no le quedo de otra que salir a bailar, mientras toda la mesa se moría de la risa, y de verdad nos gustó mucho la forma fría con que esta gran mujer se encargó de encontrar la forma correcta de joder a José.

 

Bailamos todos, esa noche la música era la ideal, y hasta mi esposo que odia el baile lo hizo conmigo y con las señoras de la mesa sin olvidar a la guapísima Mireya que cada vez estaba más integrada al grupo, pero para ese entonces yo ya no podía detectar si quería con mi marido o con nuestro amigo.

 

José me invita a bailar y me llevo al fondo de la pista para poder platicar un ratito, pero como es alto, literalmente me tenía que colgar de su cuello para poder escuchar lo que decía, en lo que le pregunte: ¿Te vas a llevar a Mireya hoy en la noche a tu casa?, ¿verdad cabrón?... No tienes que decirme mentiras, porque te conozco bien, y a pesar de que soy amiga de tu mujer, sabes bien que jamás le contaría nada a Mariana. O tienes ¿alguna duda de eso? ¡Pero como estoy segura de que te la vas a llevar me muero de ganas de conocer los detalles de lo que vas a hacer esta noche con ella! está más que puesta la niña caliente!... Hasta mi marido ¡ya quiere todo con ella!

 

¡Querida Gaby, si esta guapa esta niña, sé que jamás le contarías nada a mi mujer, y si se me puede antojar una noche de “copas” con ella, pero déjame que te diga; ¡que estas equivocada!! Lo que yo hoy quiero es otra cosa y no me vas a decir que no.… ¿verdad? Te quiero coger a ti, estas deliciosa y mira cómo me tienes me dio un arrimón de su verga a mi puchita, los quiero invitar a ti y a tu esposo que nos vayamos a tomar una copa a mi casa.

 

En menos de dos segundos mi imaginación, mi estómago y mi sexo, reaccionaron positivamente a tan tentadora y erótica propuesta. Solo le conteste, y ¿cómo sabes que me quiero acostar contigo? ya con la voz entrecortada me respondió; te he estado viendo toda la noche y estás buenísima además que me diste un calentón tremendo cuando me dijiste que la única prenda que traes es tu vestido. ¿Me dejas comprobarlo? Solo le respondí, va, entonces bailando me puso espalda contra la pared y me acarició las nalgas cerciorándose de que no usaba calzones, sentía que mis jugos escurrían por mis muslos estaba como plancha, se lo dices tu o yo a tu marido. No, ¡yo se lo digo!!...

 

Me dirijo a la mesa donde estaba mi esposo y sin sentarme, eran como las 12.45 AM le digo: ¿Nos vamos ya?... ¡José nos invita a tomar una copa a su casa!! ¿Estás de acuerdo?... Yo sabía que solo había una respuesta.

 

La cara de sorpresa, pero de lujuria de mi marido fue notoria, pues nunca habíamos pensado en el mamón de José para hacer una travesura, de inmediato nos despedimos de todos con la excusa de que teníamos que recoger a nuestros hijos, salimos y pedimos el coche al valet. Mientras esperábamos el coche el nerviosismo se apodero de los tres, nos volteamos a ver con calentura, pero nadie decía nada, unas cuadras después la cosa cambio.

 

Sentada adelante sentía las manos de José recorrer mi cuerpo con mi total permiso pues no le decía nada ante los ojos incrédulos de mi marido, ya tenía adentro del pantalón una erección de buen tamaño, hasta que mi nerviosismo me llevo a abrir el zipper de su pantalón, me agacho y le doy una sabrosa mamada de pito mientras las manos de nuestro amigo ya se metían con toda la tranquilidad adentro del vestido pues me había bajado los tirantes, acariciando mis senos con movimientos circulares y lentos alrededor de mis ya expresivos pezones.

 

Mi esposo ya no aguanto la calentura de ver como su amigo me estrujaba las tetas para el coche, y me pide que me vaya al asiento trasero, mientras el manejaría lo que faltaba hasta llegar a casa de nuestro amigo.

 

Salí del coche con el vestido en la cintura, con los senos al aire, y me meto en la parte trasera con nuestro amigo José, fundiéndonos en un largo beso de lujuria mientras nuestras manos reconocían el cuerpo de cada uno.

 

Sus dedos ya se metían en mi húmedo sexo, hasta que ya no aguantó la verga tan dura en sus pantalones y se la sacó con la cabeza roja bañada de jugos, la vi con mucho deseo de inmediato le daba una mamada igual de rica que la que le di a mi esposo minutos antes, su verga sabía riquísimo más saladita que la de mi marido sus jugos se me pegaban en los labios. Mi esposo observaba por el espejo retrovisor lo que le hacía a su amigo.

 

Llego al momento que era yo la que quería todo, pero no tenía la menor intención de echar a perder mi bonito vestido así que lo subí a mi cintura para que no se manchara al día siguiente lo revisé y encontré un lechazo, me gusta tanto el vestido que lo conservo en mi closet así sucio, con muy buenos recuerdos.

 

Yo misma con la ayuda de mi amante, me lo quite quedando totalmente desnuda sentada en sus piernas volteada para adelante, totalmente abierta, sintiendo claramente la cabeza del pené de José jugueteando en la entrada de mi coño, que solo con un ligero movimiento mío muy despacio hacia abajo, logre la penetración completa, en lo que las embestidas de este hombre hacia el interior de mi cuerpo incrementaron de intensidad. Uff sentía un vergón dentro de mí y vaya que lo sabía mover.

 

¡Por veces las manos de mi esposo desde adelante me acariciaban los senos encontrándose constantemente con las manos de nuestro amigo que hacían lo mismo! Mientras mi esposo manejaba ya cerca de la casa se masturbaba con la mano izquierda hasta que ambos pudimos ver como termino fuertemente contra la columna de la dirección del coche. Finalmente llegamos a casa de nuestro amigo, pero José al ver su casa le pide a mi marido que diera una vuelta a la cuadra para darme otros "piquetes" está muy sabrosa tu vieja dale otra vuelta, fueron sus palabras que no se me olvidaran jamás, le rogué a mi esposo date otra vuelta pues me viene dando una cogida muy rica, seguimos otros minutos cogiendo hasta que tuve mi primer de muchos orgasmos de esa noche, mientras José me llenaba de leche ardiendo.

 

Salimos del coche, Pepe le da las llaves de la casa a mi marido y me carga para adentro totalmente desnuda escurriendo semen de mi sexo, ambos me suben a la recamara, en donde rápidamente se desnudan quedando los tres en igualdad de circunstancias, iniciamos una noche de sexo con divertidas experiencias para mí, todas aprobadas por mí marido.

 

Tenía a disposición dos hombres para mi toda una noche en la que realizaría algunas de mis fantasías con José, que nunca pensé poder hacerlas realidad con él, lo más importante es que mi marido estaba presente disfrutando del sexo tanto como yo.

 

Después de un buen rato haciendo de todo con estos hombres, chupé dos penes al mismo tiempo, me rocé los pezones con las puntas de sus pitos, tuve dos bocas una en cada seno, un pené en la boca y otro en el coño, sentada sobre José con su pito hasta lo más adentro de mi ser, mientras mi esposo todavía empujaba mi cuerpo, lo más fuerte que podía hacia abajo para ver cómo me entraba toda la verga de su amigo, los orgasmos no paraban y el morbo cada vez me quemaba más. Cuando José le preguntó a mi marido si cogía por atrás, mi esposo le comento coge delicioso por su culito pruébalo, no perdería la oportunidad de tener sexo con dos penes al mismo tiempo estaba ardiendo.

 

José, va al baño a poner el agua en su yacusi, sin que yo me enterara trajo un bote de vaselina, misma que con todo cuidado fue untando en mi culo, al mismo tiempo que sus dedos cada vez más se metían, mas, y más adentro!!! ¡¡Era inevitable y yo lo quería probar!!

 

¡Y así fue, primero mi marido por atrás y nuestro amigo por adelante!, me besaba con fuego mientras me pellizcaba los pezones los orgasmos eran seguidos y muy largos, luego se cambiaron de posiciones José me daba muy rápido por el culo y mi marido se quedaba muy adentro quieto sintiendo como lo masturbaba el pene de su amigo, la sensación de dos penes adentro, que parecía que se tocaban, a través de la suave piel que separa mis dos orificios, mientras 4 manos recorría n mis nalgas, senos y todo, fue indescriptible hasta que los 3 casi al mismo tiempo nos venimos en un mar de gritos sonidos, secreciones sudor y no sé qué más!!!

 

Yo sentía como escurría la leche por mis dos orificios mojaban mis muslos, pero el erotismo todavía estaba lejos de disminuir.

 

Mi esposo se quedó totalmente extenuado en la cama, en lo que nuestro anfitrión, me da la mano y me dirige al baño en donde una tina caliente con burbujas nos esperaba, ¡¡no podía pedir más!!

 

Solos en la tina le acariciaba la verga mientras él me mamaba los pezones tenía mucho morbo por estar cogiendo con él pues siempre fue un tipo arrogante y sangrón que daba la impresión de ser muy estricto con su esposa. Metida en mis pensamientos resulta que la tenía muy dura de nuevo, volvimos a hacer al amor hasta que ya cansada me siento sobre él, meto su pené adentro de mi sexo, nos abrazamos, nos besamos y quedamos platicando en esta posición de la relación con su esposa que no le fuera decir nada de lo ocurrido, mientras mi marido dormitaba en la recamara.

 

Se despertó, nos alcanzó en la tina, aunque el pito de nuestro amigo ya estaba más flácido seguía adentro de mí. Mi esposo me da un masaje en la espalada, sus manos bajaban hasta mis nalgas sentía como me rozaba el coño con la verga de José adentro de inmediato me vuelve a calentar, lo mismo le paso a nuestro gran anfitrión, pues de inmediato empecé a sentir como su erección iba en aumento en mis entrañas.

 

Me empecé a mover lentamente, voltee a un lado y me encontré con la verga medio dura de mi marido, de inmediato la tomé con mi mano se la empecé a pajear y a mamar con locura, sentía delicioso tener una verga al fondo de mi vagina y otra rozándome las anginas le daba dos mamadas profundas a mi marido la sacaba y besaba con lujuria se la rozaba juguetonamente en la boca de nuestro amigo, a la tercera vez que se lo hago se súper calentó con los besos me estrujaba los pezones.

 

Desvié la verga de mi esposo a sus labios abrió su boca y le dio un chupete tremendo, eso nos dio un calentón tremendo a los tres pues la verdad no lo esperaba, le daba una mamada y luego se la pasaba a José casi se la tragaba toda, mi marido gritaba que estaba a punto de correrse, más fuerte le mamaba José y me daba unos tallones deliciosos en el coño con su verga. Mi esposo se empezó a correr en la boca de su amigo, al mismo tiempo sentía como me estaba llenando de leche caliente, José me besaba con fuego y me pasaba la leche de mi esposo, yo tenía un orgasmo tremendo, los tres terminamos rendidos.

 

Mi esposo apenado nos dijo que iba por otros tragos con la intención de dejarme a solas con José lo que también agradecí, pues la tina estaba deliciosa, y quería platicar con el de lo sucedido, pues hoy en día todavía soy amiga de su mujer.

 

Acordamos que Mariana la esposa de José de alguna manera se tendría que enterar de lo sucedido y que, si ella lo quisiera, todos tendríamos que estar dispuestos a compensarla, no tenía la menor duda de que ella estaría más que de acuerdo. Pero lo que nunca me imaginé fue como se expresó de ella cuando me confió que su esposa es muy puta, que él sabía de varios encuentros de su mujer con el entrenador de tenis después llegaba la señora a la casa y le pedía que ¡le mamara la panocha que otro se la había llenado de leche!! Me calienta tanto ver a mi esposa así recién cogida que terminamos cogiendo como locos.

 

Todavía en la tina caliente me pidió permiso de mamarme la panocha con mucha calentura lo hacía tan rico que así nos sorprendió mi esposo cuando tenía otro orgasmo en la boca de nuestro amigo que me gritaba; ¡Que rico sabes estas deliciosa Gabriela!! Nos tomamos la copa con los comentarios calientes de José que nalgas tan ricas tiene tu esposa y Gaby coge riquísimo, mi marido le confirmaba lo que decía. Luego mi marido le pregunto por su esposa ¿que si la dejaba coger con él?... Claro que si sí mi esposa es putísima.

 

Quien lo iba a creer son conocidos nuestros desde hace como diez años y nunca pensamos en que fueran tan calientes como nosotros, siempre los vimos como arrogantes. El domingo la pasamos totalmente extenuados, me comunique con Pepe para agradecerle tan fructífera invitación a la tina.

Datos del Relato
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