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Categoría: Incestos

bisexual accidental

Aun no puedo creer lo que hice aquel sabado, y a pesar de todo solo con recordarlo se me pone tan dura que lo volveria a hacer.

Me llamo Javier, tengo 21 años y tengo una hermana mayor, Laura, de 26.

Ese fin de semana mis padres marcharon a ver a unos parientes, pero con la excusa de los examenes mi hermana y yo pudimos librarnos de acompañarles por tener "mucho que estudiar".

No era el primer fin de semana sin vigilancia paterna en casa, pero tampoco eran muy habituales, de modo que todo estaba programado.

Laura quedaba a mi cargo, por ser la mayor. Pero mi relación con ella es estupenda y como buenos hermanos, consentíamos que cada uno trajese a su pareja a casa para pasar el fin de semana.

Avisé a Claudia dias atras y me aseguró que vendría para poder estar solos encerrados durante horas en la habitación amandonos sin miedo a ser descubiertos, como a veces ocurría entre semana, con papa y mama en casa, mientras fingíamos preparar algún examen.

Esta vez habría sexo sin interrupción.
Mi hermana tampoco tenía problemas. David, su novio, uno de los del equipo de rugby de la universidad, que prácticamentente me doblaba en embergadura, sería su alimento del sabado al domingo. Él y yo ya nos habíamos visto alguna vez, y eramos buenos amigos. A los dos nos gusta el deporte, solo que él está más grande que yo.

Eran más de las 9 cuando llegó David. Saltó sobre mi hermana y le palpó el trasero (magnífico, y no por ser mi hermana), y después de hacerle un enjuague bucal sacó la lengua de su boca y me dedicó unas palabras.

Mi hermana tenía todo diapuesto para la cena, pero Claudia no había aparecido. Aun así resolvimos empezar sin ella para que no se echara a perder el menú que Laura había guisado.

La cena estaba deliciosa, creo, porque no pude probar bocado, temiendo algo con Claudia. Pero tan pronto se retiraban los platos, recibí un mensaje de ella. Sus amigas la habían invitado a una discoteca la semana anterior, pero no lo recordaba. No se sentía con valor para darles una negativa, de modo que se marchaba con ellas. "Espero que no te importe".

Claro que me importaba!! En unos segundos se había esfumado mi cena... y el postre.

Laura y Dani, que no dejaban de toquetearse como si yo no estuviera, fueron dirigiendo sus pasos hacia su habitación al tiempo que se desnudaban. Yo les veía marchar y me enfurecía de sana envidia.

De pronto antes de cerrar la puerta, mi hermana me vió abatido en la mesa y pidió a Dani que esperase un momento y se fuese desvistiendo.
Laura vino hacia mí algo preocupada.

"Se han roto tus planes ¿eh?".
No te preocupes... se que te gusta escucharnos cuando Dani viene a verme, y seguro que te tocas mientras lo hacemos".

Al oír esto me sonrojé tanto que me ardían las orejas, sobre todo porque era verdad, pero nunca pensé que ella lo supiese.

"hoy dejaré la puerta entreabierta para que lo oigas mejor". Hasta mañana.

Laura me besó la oreja de un modo tan sensual que el escalofrío que me subió desde la columna dibujó todo un mosaico de escenas en mi cabeza de lo que ellos dos estaban a punto de hacer en ese pequeño cuarto. Mi pene se hinchó como un cepelín y la garganta se me quedó seca, así es que no pude contestar nada.

Ya desde el cuarto me lanzó una mirada cómplice mientras hacía como si cerrara la puerta, pero dejó un palmo abierta para que pudiera escuchar... y prácticamente mirar el interior.

Quedé inmóvil en la mesa, viendo a mi hermana en el interior, cómo se situaba en línea conmigo para asegurarse de que la viera cuando comenzaba a desnudarse.

Su cuerpo es un perfecto mar de curvas que yo tantas veces he adivinado bajo sus ropas, y que ella tampoco ha tenido mucho empeño en ocultarme en casa, al salir de la ducha o mientras se vestía para ir a la universidad. Pero yo siempre la miraba excitado y contrariado, al tratarse de mi hermana.
Hoy esa contradicción había quedado borrada con ese ardiente beso en la oreja y la extraña proposición de que pudiese verla e incluso disfrutase de su cuerpo mientras se exhibía.

Rápidamente mi pantalón delató mi erección, que fue advertida por mi hermana desde el otro lado de la puerta. Pero ella a la vez se insinuaba, por un lado hacia Dani, al que no veía desde allí, pero sin duda al que iba dirigido ese baile de seducción mientras se desnudaba... pero ella no miraba hacia su novio... me miraba A MI a través del hueco de la puerta, y sonreía lamiendo sus dedos como si quisiera hacerme explotar.

No pude contenerme ante aquel espectáculo. El cuerpo de mi hermana estaba total mente desnudo. Sus manos acariciaban sus pechos tersos y prietos como esferas perfectas. Su otra mano bajaba por el vientre hasta su sexo, bien expuesto, y su dedo se sumergía en él para regresar a su boca húmeda.

Nada me importaba en ese momento como para recordar el valor del pudor, una palabra que se había desvanecido ante aquel precioso cuerpo sedoso que dibujaba para mí la palabra sexo.

Rápidamente desabroché mi pantalón y dejé libre mi verga, brindándola sin tapujos a mi hermana desde el salón, mirándola fijamente a los ojos con todo el deseo y la lujuria que había en ellos desatado.

Mi hermana se llevó las manos a la boca para humedecerse los dedos, después se arrodilló y por un segundo alcancé a ver cómo llevaba hasta su cara el miembro de David, y lo restregaba por sus labios devolviéndome la mirada desde la habitación.

De pronto, sin que lo hubiera esperado, la puerta se cerró desde el interior de un portazo.

Tardé unos segundos en reaccionar. Debió de ser su novio, aunque estaba seguro de que no me había visto.

Me sentí como un idiota ahí fuera, y no tardé en ir a mi habitación.

Estaba muy excitado como para quedar así, de modo que me dispuse a hacer lo que mi hermana ya sabía que hacía. Me desnudé completamente sobre la cama y empecé a masturbarme mientras les oía gemir de placer.

No quería terminar muy pronto, porque sino la novhe se presentaría muy difícil, así es que me recreé en imaginar a mi hermana siendo penetrada mientras escuchaba su respiración.

Cerré los ojos y me imaginé a mí mismo tocando sus nalgas, sus pechos situándome frente a ella. Ella acariciando mi miembro mientras yo relamo sus pezones duros. La excitación era cada vez mayor... mi hermana de nuevo besando.. chupando mi oreja, descendiendo por el cuello, por mi pecho bien definido, llegando hasta mi sexo. Tragándoselo todo en esa pequeña boca caliente. Sintiendo una explosión de gozo en mi interior por dejar que me la chupara mi hermana, con esa pasión, con ese ímpetu, con ese preciso vaibén cada vez más rítmico que me lleva hacia el orgasmo.

Sentía hincharme los huevos a punto de eyacular y abrí los ojos preparado para hacerlo, pero al llevar mis manos hacia mi pene comprobé que no era yo quien lo acariciaba. Toda mi verga inundaba la garganta de mi hermana, que no dejaba de succionar con´avidez llevándome hasta el límite. Entonces se detuvo de pronto y me miró.

"Si quieres que acabe, tendrñas que hacer algo por mí"

¡Qué se puede decir en una situación como esa!. Asentí con uno de los escalofríos que me recorrían el cuerpo y ella continuó su tarea hasta que al final pude inundarla con todo mi semen. Brotaba y brotaba sin parar como no tengo recuerdo antes de aquello, pero no pareció importarle lo más mínimo y lo tragó complacida hasta dejar totalmente limpio mi pene, ya relajado.

Solo entonces comencé a asimilar lo que me había pedido mi hermana... y a asumir que tampoco podía negarme. Me dispuse pues a aceptar mi parte del trato y me incorporé llendo con ella de la mano a su habitación.

El cuarto estaba muy oscuro, aunque bañado por la única luz de unas velas sobre una mesilla. En la cama el cuerpo atlético de David descansaba desparramado boca arriba exhibiendo su pene, relajado pero enorme.

Mi hermana me tomó del brazo y me invitó a que nos situáramos a ambos lados de él. Sobre el cuerpo de David, que miraba divertido a su novia y a su asustado cuñado, o sea a mí, nos besamos Laura y yo con absoluto deseo. Nuestras bocas eran una sola, aunque los nervios no me dejaban disfrutar de aquel momento como me hubiese gustado. Estaba pagando una deuda, y eso era algo que me incomodaba tremendamente. De pronto oí la voz de mi amigo David, susurrando una única vez, la única vez que hablaría en toda la noche, diciéndome: "no hagas nada que no quieras hacer".

En ese momento me sentía algo aliviado, y me deleité en recrearme con mi hermana y en fundirme de verdad en ese húmedo beso que terminó con nuestras cabezas tumbadas placidamente sobre el duro torso de David. Desde allí seguimos besándonos, con total liberación, sin prejuicios, sin ataduras, disfrutando, excitándonos el uno al otro, sintiendo la piel caliente de David en nuestras mejillas a medida que le recorríamos entre besos, lenguas y jocosos lametones. Entonces recordé mi apuesta, pero no dudé ni un momento en acometerla.
Cedí mi lengua a mi hermana, y dejé que ocupara ahora su boca introduciendo en ella la verga caliente de David, mientras yo seguía lameteando sus labios ahora ocupados. Mi lengua recorría ahora labios húmedos ahora miembro masculino caliente y eréctil, y en una de esas idas y venidas robé a mi hermana el codiciado cáliz y tragué totalmente aquel bastión de carne a punto de estallar.
Lo chupé a conciencia, pese a la dificultad de mantener la respiración pues era enorme, mucho más que la mía, pero la comí con la misma pasión con que mi hermana lo había hecho conmigo. Mi propio pene estaba húmedo por la mamada anterior pero ahora lo sentía en plena masturbación, aunque no sabía muy bien de quién.
Seguí chupando más y más rápido y sentí como poco a poco nos entendíamos en el ritmo a seguir, de modo que yo mismo adopté esa pauta y decidí marcarlo envistiendo mi pene más y más adentro. Supe entonces que era David el que estaba chupando mi verga, y la tragaba toda entera mientras yo hacía lo propio con la suya. Mi hermana nos acariciaba y lamía por todas partes como en un ritual para excitarnos a ambos en una actividad en la que sin duda ambos eramos novatos. Pero No hay duda de que David se estaba trabajando bien su parte y yo no quería ser menos. Alcanzamos pronto un equilibrio perfecto los tres y mientras Laura amenizaba nuestros envites las mamadas fueron resultando cada vez más intensas y fluídas hasta el punto de que la excitación casi me llevaba al orgasmo, y sentía cómo él pronto explotaría también. Yo fuí el primero en venirme, pero David no se retiró ni detuvo su trabajo en ningún momento, de modo que yo aceleré para que se viniera al mismo tiempo y pocos segundos después estalló su pene en mi boca llenándola de semen caliente.
Fue muy extraño notar cómo eyaculaba en la boca de mi amigo y él tragaba con pasión sin aminorar en ningún momento y esa sensación también me llevó a procurarle todo el placer que me estaba produciendo a mí , de modo que tragué toda aquella leche y me bebí todos sus fluídos hasta que hubo cesado el último espasmo.

Fue una experiencia singular, realmente, aunque no desagradable. Nunca antes había experimentado un contacto sexual con un hombre. Ninguno de los dos, de hecho. Al parecer esa una extraña fantasía de mi hermana, hacérselo con un trío sin tapujos, y extrañamente David aceptó, siempre que fuera con alguien de su confianza. Para mí también él es alguien de mi confianza, y de hecho la cosa no quedó ahí.
Pasaron algunas semanas y el numerito se volvió a repetir, aunque esta vez llegamos mucho más lejos todos nosotros, nos fuimos loberando de prejuicos y nos fuimos conociendo mejor.

Sigo enamorado de las mujeres, y no me veo capaz de mantener una relación con otro hombre que no sea en estas extrañas condiciones que se dieron cita aquí. Sobre todo con alguien como David al que me une una gran amistad sobre cualquier otra cosa.

De mi hermana... de ella no puedo decir mas que es una pequeña perversión para mí. La deseo sexualmente y he accedico a formar el trio con David siempre que lo ha sujerido. Y David también se siente a gusto conque sea yo quien intiome con él y él conmigo.
Solo tenía una curiosidad que al final pude satisfacer. ¿Cómo convenció a David para probar algo así?

La respuesta era la MISMA que podría hacerme él a mí.
Datos del Relato
  • Autor: bisagra
  • Código: 12838
  • Fecha: 11-01-2005
  • Categoría: Incestos
  • Media: 5.92
  • Votos: 64
  • Envios: 3
  • Lecturas: 3992
  • Valoración:
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
gabriela
invitado-gabriela 12-01-2005 00:00:00

muy calentorro. enhorabuena. Ya me gustaria que mi novio quisiese participar en algo asi. Te animo a escribir más como este. Y a los que lo hayan leido a que te escriban como yo sus opiniones. suerte.

Pablo
invitado-Pablo 12-01-2005 00:00:00

Así hasta yo probaría la bisexualidad!!! Digo... sí, así sí.

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