Casi nunca he tenido tanto interes en celebrar el dia de San Valentin y mucho menos eso de los intercambios de regalos. Resulta que trabajo en una institucion del Estado y en consecuencia hay mucha gente, habemos alrededor de 50 trabajadores entre hombres y mujeres, los hay de todas las edades, jovenes por supuesto una media de veinte a veintisiete, pero de estas son tres las hermosas y buenotas Bety, Li y Denisse. Las demas tienen sus relaciones generadas dentro de la misma institucion pero creo que no nos ha pasado lo mismo en un dia de celebracion. Andrea una de las chicas organizó el juego de los amigos secretos y resulta que sali favorecido con Bety, que por cierto es una chica de 21 años, un metro setenta, morena, de nariz respingada pequeña, labios hermosos, ojos negros profundos, cabellera negra ondulada, unas tetas y un culo a toda madre, por cierto me alegré mucho, de todos modos yo queria con LI, a la que tambien le envie regalitos y poemas para ver si al menos le caia un dia. En ese entoces pensaba que las dos tenian novio, yo estoy casado, tengo tres hijos pero soy un caliente de primera, vivo en la region de los qeqchiés, y en nuestro idioma del mismo nombre se dice Yec, (pronuncia tyec), me gustan andar con chavalas, es tan rico y tan increible eso de la sexualidad, porque es como una cajita de pandora en donde enconcontras un monton de sorpresas. Le envie desde un chocolate hasta una pulsera de cauris, pero por lo visto ella creia que era otro con el que ella queria, quien le enviaba los regalos, hasta el día dichoso de la fiesta. Dos dias antes tuve muchos conflictos con mi novia lo cual me daba chance a no estar preocupado por otra relacion, estaba en trancision saliendo de una corta relacion, por cierto excitante, acerca de la que un dia de estos les contaré. La celebracion fue un dia domingo, fui a dejar a mis hijos a casa de su abuela y me dirigi al balneario en el que fue la fiesta, hubo chelas (cervezas), limonadas con Ether, y alli al fondo estaba Bety, vestida de aventurera con colores kaki; Li no estaba, pero pude entregarle a Bety su regalo del dia del cariño, era una cartera de colores pastel con aspectos tribales, lo cual la sorprendió ya que en dos oportunidades me pregunto acerca de quien era su amigo secreto y le dije que no sabia, luego de eso la persuadi que me acompañara a comprar cerveza, platicamos en el carro, acerca de una fiesta anterior en donde estuvimos y se dio una emborrachada que la hizo recuperarse hasta el otro dia; de esa fiesta surgio el rumor que con otro amigo nos la habiamos cogido, situacion que aclaramos, y le dije que no era mi estilo hacerle eso a una mujer enajenada, lo cual le agradó. a eso de las cuatro de la tarde la fiesta terminó, nos dirigimos a un centro de conveniencia y bebimos más cerveza, recuerdo que le recite algunos versos de aquel poema de neruda (farewell)"amo el amor de los marineros que besan y se van.". Oferta que le parecio más o menos agradable, en ese entonces ya solamente eran dos chicas y seis chicos. Luego de las cervezas le ofrecí llevarle a casa, eran las seis de la tarde, a lo cual accedió, en el camino a su casa me lie un porro y le invité a fumar y aceptó sin demora alguna, el aditivo perfecto para poder proponerle que tenia ganas de besarle solamente, en ese momento, esa era mi idea. Le invite a ir a una casa de campo de mi ex, que por cierto esta deshabitada, mientras le iba diciendo todo tipo de cosas para empezar a seducirla. Llegamos al lugar y conversamos durante unos minutos, luego le pedí un beso a lo cual no quiso aceptar facilmente, pero los traguitos y el porrito, habian provocado que "mojara cuco", como dicen en colombia. Luego de que me tuvo abrazado unos minutos, la acerqué a una pared y comencé a besarla, pero sus besos eran tan efusivos, que empece a excitarme, la verga se me puso dura y su cuerpo cavernoso parecia explotar de tanta sangre efervecente que llegaba a mi glande, empece a tocarle lentamente las tetas con las manos abiertas, tenia unas tetas tan grandes y duras, luego meti las manos debajo de la blusa apretada que llevaba puesta, le acaricié toda la espina dorsal hasta sentir la curvatura de su hermoso y delicioso culo,su cuerpo empezaba a entibiarse, luego le meti una mano debajo del calzón para agarrarle una nalga a lo cual no hubo oposicion, entonces empece a discurrir mis dedos alfarero hacia su conchita, que cuando la descubrí estaba semirasurada, parecia pelusa de peluche, sus besos se encendieron al doble de como estaban al principio y empezó a gemir, luego levemente separe sus labios de venus e introduje uno de mis dedos en su vaginita apretada que empezaba a soltar sus liquidos hermosos, en ese momento me saque la verga que estaba casi por explotar y le acaricie con la cabeza durante unos instantes, toda su conchita deliciosa, luego la llevé cargada a una especie de sillón en donde no se la podia meter, porque los nervios me estaban traicionando, por lo que le propuse que se fuera para mi carro que estaba estacionado en la calle y que me esperara en el sillón de atras, así lo hizo y yo le segui, aunque los dos teniamos muchos conocidos de la zona, no nos importó. Adentro del carro nos empezamos a besar ansiosamente y la desnude de nuevo, ahora tenia su conchita disponible asi que empece a besarla interminablemente, comiendome sus liquidos y buscando su clitoris de fuego para hacerle acabar, sus labios vaginales se excitaron tanto que parecian reventarse, eran dos pequeños globitos que mordia suavecito, al mismo tiempo le introduje un dedo en la vagina y otro en su culito, lo que la hizo reparar y la puso más ardiente, provocandome una ereccion mayor, mi verga estilaba con unas ganas enormes de follarla, luego de unos minutos de escucharla gemir y gemir, le coloque la cabeza de mi pene erecto sobre su vagina hermosa y se la introduje suavecito, mientras sentia todos sus anillos vaginales, le besaba lentamente el cuello y esas tetas hermosas que eran tan duras, los pezones cafes estaban duros y yo los chupaba y chupaba, el carro se movia y movia a nuestro ritmo, mi celular sonaba incansablemente, igual a como la penetraba incansable, en dos ocasiones le dije que nos fueramos pero insistió en que continuaramos. A eso de las once de la noche pasó una patrulla y nosotros sigilosos continuamos haciendolo. A las once y media le dije que debia irme, ya que habia dejado a mis hijos olvidados en casa de su abuela, todo mundo debia estar enojado, pero igual yo estaba exhausto de tanto placer, no importaba. La lleve a su casa, nos besamos como nunca, a lo lejos logre escuchar los regaños de su mamá y un pequeño lo siento. me fui a casa, con su sabor en la boca y sus aromas en mis dedos. Con más ganas de fiestas del cariño.