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Basket and rap

~Me había hundido en la más absoluta miseria por culpa de ese cabrón de Max. Me quitó todo lo que tenía, mi dinero, mi fama, mi novia… Todo se había ido. Ahora solo era un vagabundo, y en este país lleno de racistas de mierda, un negro vagabundo era lo peor que podía haber. Llevé a mi hermano con mi abuela, ella me dijo que también me quedara, pero yo no podía hacer eso, no quería cargarla con más de lo necesario. Viví en las calles durante una semana, hasta que…

 

-Cena…-dijo mirándome fijamente.

 

-¿Qué?-dije frunciendo el ceño.

 

-¿Qué quieres para cenar?-dijo como si fuera algo obvio.

 

-Al menos podrías terminar las frases… Y no te molestes, no pienso quedarme a cenar-dije molesto.

 

-Haré carne-dijo.

 

-Grrr… ¡Oye! ¡Te he dicho que no voy a cenar! ¡No aceptaré nada de nadie! ¡No quiero tu caridad!-dije enfadado.

 

Ese tipo, Sergio dijo que se llamaba… Me había recogido de la calle y me había dicho que viviera con él. ¿Qué clase de tarado cogía a un tío de la calle y se lo llevaba como si nada? ¿Y si fuera un asesino? ¿O un violador? Bah. Por mucho que insistía, el tipo no me dejaba largarme.

 

A pesar de mis quejas me hizo pollo para cenar, y claro, al verlo en la mesa, y debido a que llevaba días sin comer, no pude evitarlo y acabé comiéndomelo.

 

-¿Está rico?-dijo son expresión.

 

-Si…-suspiré.

 

-Bien-dijo escuetamente.

 

-Tsk. ¡Oye! ¡¿Se puede saber por qué me has traído aquí?!-dije de los nerviosos.

 

-Quiero un hogar…-dijo bajito.

 

-¿Un hogar?-dije sin entenderlo muy bien.

 

-Esta es mi casa, no es mi hogar…-dijo mirándome.

 

-Me estás poniendo de los nervios, ¡habla claro! ¡Y no te preocupes por soltar muchas palabras, que no te va a faltar el aire!-dije molesto.

 

-Mis padres no vienen. Este no es mi hogar, estoy solo… Solo una casa, no un hogar-dijo comiéndose el pollo.

 

-(¿Tendrá este tipo algún problema mental?)-pensé para mí.

 

-Si te quedas no estaré solo, y tendré un hogar-sentenció.

 

-Empiezo a pensar que eres un lunático que me descuartizará en cuanto me duerma…-suspiré.

 

Me miró fijamente, como si lo que dijera fuera una tontería que no tuviera sentido. Tenía planeado largarme de ese sitio cuanto antes, pero el destino no estaba de mi parte, comenzó a llover.

 

-Te quedas, ¿no?-dijo señalando la ventana.

 

-(Odio a este tipo…)-pensé para mí-Está bien, supongo que si me descuartizas, terminará este asqueroso calvario…

 

-No-dijo.

 

-¿”No” ¡qué!?-dije nervioso.

 

-No digas eso… La vida es bonita-dijo mirándome de nuevo con esa cara sin expresión.

 

-Mañana me largo de aquí, ¿entendido?-dije serio-Me voy a dormir…

 

-Son las 22:00-dijo señalando el reloj.

 

-¡¿Y qué?!-dije enfadado.

 

-¿Jugamos a la play?-dijo señalando su consola.

 

Suspiré y asentí con la cabeza, así que él se levantó y conectó la máquina. No tenía mucho tiempo para jugar a estos chismes porque siempre estaba ocupado con los conciertos y tal, pero siempre me habían gustado los videojuegos.

 

-No me gusta mucho jugar-dijo-Pero así hacemos algo juntos.

 

No respondí a eso, si a él no le apetecía no entendía por qué insistía tanto. Puso un juego llamado GTA 5. Era bastante interesante, eras un delincuente que mataba putas por ahí. Me recordaba a las canciones que solía escribir.

 

-Si consigues matarle antes que yo, ganas-dijo mirando la pantalla fijamente.

 

En la pantalla apareció un mensaje “apalea al primer negro que veas”. Yo le miré y él seguía concentrado jugando, ni se había dado cuenta… Durante toda mi vida la gente me pedía disculpas en una situación de estas o se ponía sensible, pero a mí estas cosas solían darme igual, lo que si me molestaba era que le dieran importancia, pero este tipo no lo hizo, no le dio importancia… Me trataba como un igual…

 

-Muerto-dijo.

 

-¡¿Eh?! ¡Imposible! ¡¿Cómo vas tan rápido?!-grité sin poder creerlo.

 

-Porque soy mejor que tú-aclaró.

 

-¡Oye! ¡Que es la primera vez que juego, dame cuartelillo!-grité enfadado.

 

-Es divertido…-dijo mirando la pantalla.

 

Suspiré de nuevo, aquel tipo era raro… Estuvimos un buen rato jugando a ese juego, pero a eso de las 3 de la mañana, me dijo que quería irse a dormir, así que quitó la consola y se fue.

 

-¡Espera! ¿Dónde duermo yo?-dije confuso.

 

-Ah… Pues solo hay una cama-dijo pensativo.

 

-¡¿Qué?! ¡¿Voy a tener que dormir en el suelo?! (Sí, me indigno aunque he sido un vagabundo y he tenido que dormir en el suelo varias veces…)-dije indignado.

 

-La cama es de matrimonio…-dijo frotándose los ojos.

 

-¿Eh?-dije abriendo los ojos como platos-¿Qué insinúas?

 

Bostezó y me miró como si fuera algo obvio. Y así era, no podía creerlo, pero accedí. Una cama caliente era una cama caliente… Así que dormí en la cama de matrimonio con aquel tío tan extraño…

 

__________________________________________________________________________

 

En esta época del año ya empezaba a hacer frío, así que agradecí la cama caliente. Debido al frío me desperté en mitad de la noche. Miré a mi lado y observé que había movimiento en su lado de la sábana. Al asomarme disimuladamente me di cuenta de lo que pasaba. No podía creerlo, se la estaba cascando ahí, conmigo al lado.

 

Me quedé quieto y en silencio observando desde atrás, él estaba de espaldas a mí. Su cuerpo temblaba un poco, y su aliento soltaba vaho con los pequeños gemidos que emitía. El sube y baja de su polla bajo la manta le estaba provocando un gran placer. No sabía por qué, pero yo no podía hacer ni decir nada, estaba paralizado observando lo que estaba haciendo.

 

-Ah…-gemía.

 

-(Tsk. ¡Es escueto hasta para gemir!)-pensé para mí enfadado.

 

-No quiero…-dijo en susurros.

 

-(Dios mío… ¡¿Tendrá doble personalidad y se violará a sí mismo?!)-pensé asustado.

 

-No quiero estar solo…-susurró.

 

Deslizaba su mano por su polla una y otra vez, y aunque no podía verla, notaba el bulto que hacía a través de la sábana. Tenía los ojos cerrados y resoplaba de placer, estaba disfrutando dándose placer a sí mismo.

 

De repente, se movió hacia atrás y pegó su cuerpo al mío, entonces comenzó a cascársela más rápido. Sus gemidos se aceleraron y el vaho salía a más velocidad.

 

-(Mierda… Me siento raro…)-pensé para mí.

 

-No te vayas…-susurró-Necesito a alguien… Necesito un hogar…

 

Aquella situación era surrealista, si él fuera una chica y esta situación fuera una canción de Max, me la estaría follando, pero… Él era un tío, ¿qué clase de chiflado se masturba junto a alguien que ha recogido de la calle?

 

-Aaaah…-gimió.

 

-(Rayos… Me está entrando hasta calor…)-pensé alterado.

 

En ese momento noté que la mano izquierda, que se le había quedado libre, iba hacia atrás. No sabía qué pretendía, y entonces, ante mis ojos, se metió un dedo en el culo. Emitió un grito ahogado y comenzó a follarse el culo con el dedo.

 

-Aaaagh… Lléname… Por favor…-susurró.

 

-(A saber qué película se está montando el tío…)-suspiré.

 

Estaba claro que el tío era gay, así que más o menos entendía por qué me había recogido. Quería que fuera su esclavo sexual o algo parecido. No soy gay, así que no iba a permitírselo, me iría de esa casa a primera hora de la mañana y punto.

 

-¡Aaaaaaaagh!-emitió un grito ahogado.

 

En ese momento se corrió, se sacó el dedo del culo y cogió unos pañuelos que tenía en la mesita de noche. Limpió el semen que había expulsado y se dio la vuelta hacia mí. Cerré los ojos para que no se diera cuenta de que lo había visto, y le oí decir:

 

-Ahora que estás aquí, ya no estaré solo…-susurró.

 

Después de eso se volvió a dar la vuelta. No entendía a ese tipo, ¿de verdad pensaba que me iba a quedar para cumplir sus fantasías sexuales? Pues que siga soñando. Me di la vuelta al lado contrario al que estaba él. Me engañé a mí mismo haciéndome creer que no me había dado cuenta de dos cosas: que ya no tenía nada de frío y que esa escena me la había puesto dura.

 

__________________________________________________________________________

 

Al despertarme por la mañana estaba solo en la cama. Al principio no sabía ni donde estaba, pero cuando me di cuenta suspiré. Incluso pensé que lo de la noche anterior había sido una pesadilla, pero vi los pañuelos en su mesita de noche, que por cierto, podía haberlos tirado al levantarse...

 

-El desayuno, levanta-dijo asomándose a la puerta.

 

Suspiré de nuevo, pero supuse que un desayuno tampoco iba a matarme, o eso esperaba… Me levanté y fui al salón junto a él. Había preparado helado de vainilla para desayunar, EN INVIERNO.

 

-¡Oye! ¡¿Quieres que me de una pulmonía?! ¡Estamos a 5º!-grité enfadado.

 

-Me gusta el helado-dijo tajante.

 

Odiaba ser un vagabundo… De otra forma jamás hubiera aceptado su invitación… Pero no me quedaba otra, no sabía cuánto tiempo podía pasarme sin comer después de eso.

 

-En fin, ya ha parado de llover, así que en cuanto termine el desayuno me largo-dije serio.

 

-¿Eh? Dijiste que amabas el calor de este hogar y que te quedarías para siempre-dijo mirándome.

 

-¡Yo jamás diría algo así!-grité enfadado.

 

-Mmm…-soltó.

 

-De todas formas, ni siquiera me has preguntado mi nombre… ¿Es que no te importa?-dije molesto.

 

-No-dijo secamente.

 

-(Ahora entiendo por qué los padres de este tipo se largaron…)-pensé para mí.

 

-Eres un manta en GTA-soltó de repente.

 

-¡¿Y eso a qué viene ahora?!-dije cabreado.

 

-¿Te gustan los juegos?-me miró como buscando conversación.

 

-La verdad es que sí…-suspiré-Pero nunca he tenido mucho tiempo para jugar…

 

-Tengo un amigo que te caería bien-dijo serio.

 

-Oye, esta conversación es ridícula… ¡Ya he terminado, así que me largo!-grité harto ya.

 

Eché a andar y de repente noté cómo me agarraba de la camisa para que no me fuera.

 

-¿Qué coño quieres?-dije molesto.

 

-Hace frío… No tienes a donde ir…-dijo con su habitual cara sin expresión.

 

No me apetecía para nada quedarme en la casa de aquel obseso sexual, así que no le hice caso. Le aparté la mano y le miré enfadado.

 

-¡Que no, tío raro! ¡Que me largo!-grité.

 

Me soltó y se me quedó mirando sin expresión. Pero yo seguí andando como si nada. Me largué de allí tan rápido como pude, era cierto que hacía un poco de frío, pero me daba igual, yo no quería deberle nada a nada.

 

__________________________________________________________________________

 

A lo largo del día fui encontrándome mal, tenía náuseas, me dolía la cabeza y estaba bastante mareado. Cómo no… Estaba enfermo. ¡Y la culpa la tenía el helado de ese tipo! Seguro que él diría “has comido rápido…” ¡Aaaaaagh! Para no ponerme peor, fui al parque y busqué algo con lo que calentarme en un contenedor. Encontré una manta y decidí dormir un rato en un banco a ver si se me pasaba.

 

Me desperté cuando ya era de noche al notar algo que me empujaba. Abrí los ojos y vi a un grupo de adolescentes borrachos que se reía de mí.

 

-¡Ja! Mira, Víctor. El puto negro este se ha despertado-dijo uno de los chicos riéndose.

 

La cosa se iba a poner peligrosa, y lo sabía. En cualquier situación normal les habría partido la boca, pero debido a lo débil que estaba no podía enfrentarme a ellos. Yo ya sabía que iban a darme la paliza de mi vida.

 

-Estamos cabreados porque ese gilipollas de Kevin ha desaparecido y no hemos podido humillarlo en público, así que vamos a hacértelo pagar a ti-sonrió el que se llamaba Víctor.

 

-Ese hijo de puta… No se presentó a la clase de Melastandrio… Espero que sea porque ha ido a suicidarse por ahí-dijo una de las chicas.

 

-No te preocupes, nena. Ahora le meto una paliza al negro este para compensar-sonrió maliciosamente otro de los chicos.

 

-(¿Soy yo o últimamente hay mucha violencia en estos relatos?)-pensé para mí.

 

-David-señaló sonriendo maliciosamente Víctor a otro chico que estaba detrás-Ya sabes qué hacer.

 

-Jejeje… ¡Jajajaja!-se rió el chico al que había señalado.

 

-Coff, coff… Hijos de puta… Si estuviera bien…-dije entre tos.

 

-Shhh… Guarda tus energías asqueroso negro. Las vas a necesitar…-se rió David.

 

Todos se quedaron observando a David que agarró a una paloma y le torció el cuello en una milésima de segundo. Entonces Víctor y otro chico me agarraron y me abrieron la boca. David sonriendo con maldad se fue acercando poco a poco a mí con la paloma muerta.

 

-Ya verás qué rica-dijo David con maldad.

 

Mis ojos se abrieron como platos, ¡pretendía hacer que me tragara a la paloma muerta! Todos se estaban riendo mientras él se acercaba poco a mí. Al parecer me había tocado a mí sustituir al novio de Max, cuyo nombre ya ni recuerdo, como desgraciado en este relato. Cerré los ojos con fuerzas y me temí lo peor.

 

-¡Aaaaaagh!-oí un golpe y un grito.

 

Abrí los ojos y tras David, que cayó al suelo, apareció Sergio con una cara de enfado absoluto. Era la primera vez que le veía con expresión.

 

-¡Sergio!-gritó la chica de antes.

 

-¡Melanie! ¡Dejadlo en paz!-gritó Sergio.

 

-Oye, gilipollas-dijo Víctor-¿Por qué te empeñas en salvar al asqueroso negro este?

 

-Él no es asqueroso-dijo con mirada desafiante.

 

-Mmmm… Ya veo…-sonrió otro de los chicos-Sois maricones. Que asco…

 

Sergio no respondió. Se lanzó contra Víctor y el otro chico. No podía creerlo, el chico sin sangre les estaba metiendo una paliza descomunal. Enlazaba un gancho con otro, daba patadas, se movía con maestría y no perdía ni un momento la mirada intimidante.

 

-¡Marcos! ¡Tú eres campeón de karate! ¡Acaba con él!-gritó Víctor, que estaba en el suelo.

 

El otro chico corrió a por Sergio que estaba preparado para luchar, pero en ese momento Melanie gritó:

 

-¡BASTA!

 

-¿Eh?-dijo Marcos extrañado.

 

-Nos abrimos, antes de que llegue la pasma-dijo Melanie enfadada-Coged a los heridos.

 

-Pero…-empezó Víctor.

 

-¡AHORA!-gritó Melanie autoritaria.

 

Se hizo el silencio. Entre varios chicos llevaron a los heridos y Melanie miró a Sergio antes de irse con expresión seria:

 

-Dile a tu amigo que vuelva a clase cuanto antes.

 

-No sé de él. Mañana iré a su casa-dijo Sergio serio.

 

-Bah…-dijo Melanie yéndose.

 

No podía creerlo, me había salvado. Ese tipo asqueroso que quería violarme me había salvado de una paliza horrible. Se acercó a mí y volvió a su cara sin expresión.

 

-¿Por… Por qué has venido aquí?-dije muerto de frío.

 

-Es la hora de la cena. Y no volvías-dijo mirándome.

 

-Oye, no soy tu mascota ni nada parecido, ¿entendido?-dije enfadado.

 

-No. Tú eres mi hogar…-dijo serio.

 

Suspiré y él me cogió en brazos sin apenas esfuerzo.

 

-¡¿S-se puede saber qu-qué haces?!-dije nervioso.

 

-Estás enfermo-dijo escuetamente.

 

Discutir con él era imposible… Así que dejé que me llevara a casa entre sus brazos.

 

__________________________________________________________________________

 

Ya en casa me tumbó en la cama y sacó el termómetro de un cajón de la mesita de noche.

 

-Estás resfriado por irte-dijo metiéndome el termómetro en la boca.

 

-¡Estoy resfriado por el helado de esta mañana! ¡EN PLENO INVIERNO!-grité enfadado.

 

-Yo estoy bien-soltó él.

 

-¡Porque tendrás un sistema inmunológico sobrehumano!-grité enfadado-¡Coff, coff, coff!

 

-Te pondrás peor así…-dijo suspirando.

 

-¿Y quién tiene la culpa?-dije molesto.

 

Me quitó el termómetro y miró la temperatura.

 

-Fiebre…-dijo.

 

-¡NO ME DIGAS!-grité de malas pulgas.

 

-Duerme. Yo te cuido-dijo serio de nuevo.

 

Suspiré, pero decidí dormirme. Si volvía a la calle podría acabar mal, y además, él me había salvado. Podía ser una trampa, pero decidí confiar en él, aunque evidentemente, me iría de allí cuando me recuperara.

 

Me estuvo cuidando durante una semana, ya no dormía conmigo, para evitar el contagio. Pero siempre estaba conmigo para cuidarme, me hacía la comida, me ayudaba a ir al baño, me tomaba la temperatura… Aquel chico me cuidó muy bien y los días pasaron sin darme cuenta hasta que me recuperé.

 

-¿Seguro que puedo dejarte solo?-dijo preocupado.

 

-No pasa nada, ya estoy totalmente recuperado-sonreí.

 

-Iré a ver a mi amigo y volveré-dijo secamente.

 

-Está bien, yo te esperaré para cenar-le dije sonriendo.

 

-Genial-sonrió.

 

En aquel momento el mundo se congeló. Su sonrisa… Era la sonrisa más brillante y perfecta que había visto en mi vida. Mi corazón se paralizó. Era la cosa más bella que había visto en mi vida, era una sonrisa pura, sincera… Y llena de ternura. Jamás lo había visto sonreír. Y aquella imagen se me grabó a fuego en la memoria.

 

-A-adiós…-dije nervioso.

 

Se fue sin decir nada, y yo estuve todo el día en casa vagueando. No podía quitarme de la cabeza la visión de su sonrisa. Y sin darme cuenta pasaban las horas. Había ido a ver a su amigo, un tal Kevin, que por lo visto llevaba mucho tiempo sin ir a clase. Volvió por la noche y aunque su cara carecía de emoción, como siempre, yo notaba algo, algo raro pasaba.

 

-Esto… ¿Te ocurre algo?-dije preocupado.

 

-No está…-soltó.

 

-Oye, si no me lo cuentas todo no te entiendo-sonreí.

 

-Kevin no está. Ha desaparecido-dijo mirándome fijamente.

 

-¡¿Desaparecido?!-dije sorprendido.

 

-Últimas noticias. El famoso cantante Max Cool ha cancelado todos sus conciertos próximos, según ha dicho esta mañana en rueda de prensa-sonó la tele.

 

-¿Eh?-dije extrañado.

 

-¡No pienso dar más conciertos hasta que no lo encuentre!-gritaba Max en la rueda de prensa-¡Kevin Gutiérrez! ¡Si alguien lo encuentra, que me llame! ¡Lo necesito!

 

-¿Eh? Kevin Gutiérrez es mi amigo-dijo Sergio extrañado.

 

-¿Tu amigo?-dije sin poder creerlo.

 

Max sacó una foto del chico en cuestión, ¡era el chico que me ayudó a engañarle! No podía creerlo… Sergio era amigo de ese chico.

 

-Si alguien lo encuentra le pagaré 1.000.000 de dólares-dijo Max serio.

 

-(Eso sería el fin de mis problemas económicos…)-suspiré pensativo.

 

-Oye, ¿le conoces?-dijo Sergio tirándome de la camisa.

 

-Si, es Max Cool-dije señalando la imagen de Max en la tele-Verás, cuando yo era...

 

¡Oh, no! No podía contarle quien era, si lo hacía me rechazaría, como el resto de la sociedad. Me odiaría por lo que le hice a mis padres, y no lo podía permitir. No sabía por qué, pero no quería que él me odiara.

 

-Escuchaba sus discos-me reí nervioso.

 

-Ah…-soltó Sergio.

 

-¡Usaré toda mi fortuna si hace falta para encontrarlo! ¡Ya tengo a miles de espías, mercenarios y militares de élite trabajando en el asunto! ¡Así que, secuestradores asquerosos…! ¡DEVOLVEDME LO QUE ES MÍO!-gritó Max.

 

-(Vaya… Nunca había visto a Max tan desesperado… Es genial…)-sonreí.

 

-¿Por qué sonríes?-dijo mirándome.

 

-¡Ah! ¡Por nada! ¡Lo siento!-dije nervioso.

 

-Así que de momento Max Cool no ofrecerá conciertos hasta haber encontrado al chico en cuestión, así nos lo contaba su mánager-dijo la presentadora.

 

-Soy Nicolás Espronceda, la mánager de Max. La verdad es que el chaval se preocupa por su amigo. Pero la empresa solo le ha ofrecido un mes de vacaciones, si no lo encuentra tendrá que hacer conciertos de todas formas, no se preocupen-sonrió él/la mánager.

 

-Y hasta aquí las noticias-dijo la presentadora, y apagué la tele.

 

-No tienes de qué preocuparte, Max Cool pondrá todos los medios que hagan faltan, lo encontrarán-sonreí-(Aunque espero que sea muerto, así Max sufrirá)

 

-Haré la cena-dijo yendo a la cocina.

 

Así que Max está desesperado por algo, eso es divertido… Ojalá no tenga suerte en encontrarlo… En fin, será mejor que me prepare para cenar, ¡me apetece un rico helado de Sergio!

Datos del Relato
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