Llegando Yessenia a su casa cómo todas las noches de lunes a viernes. Completamente cansada por supuesto, hambrienta así agotada corporal; por supuesto física y sobre todo mentalmente luego de una larga faena de trabajo en la misma facultad de derecho.

Yessenia sé cambía su uniforme de administrativa. Más cómoda especialmente más relajada, obvíamente fascinada igualmente calentada. Por sweater de tira de encajes afuera de una mini falda tutu, parecida a las de ballet de cuerina con liguero, finalmente botas altas hasta la rodillas plataformas de 1y media pulgada.

Entra a su recamara asustada, al tener desnudo hasta metido, obvió acostado también atrevido de su amante; con la pinga cañón y parada, adicionalmente hecha todo un estandarte izando la bandera.

Yessenia. Le da está regañada a su amante, le habla: quièn carajo te crees tú pinche temerario, a la vez, me robastes y tomastes sin nuestro consentimiento hasta permiso; a mí o a mí querido esposo las llaves para duplícarlas a nuestras espaldas así sin decirnos.

Yessenia le pregunta: cuántas horas de haberte metido a mí casa, te vió algún vecino meterte, estás cómodo finalmente estás cómo en tu casa; le sonrié en vivo y a todo color, acariciandolo príncipalmente zurrandolo ampliamente por las piernas, sigue por las ingles, a su vez, deleitada en apretar la pinga del amante.

Yessenia sé sienta y acuesta de la cintura hacia la cabeza en él regazo del amante. Dobla las piernas igualmente de culo, sé sube un poco más para chupar; asimismo comer la buenísima cómo riquísima hasta sabrosísima, de ahí, zarandeadísima pinga del amante.

Entretanto con la barba bien engrosada de puerco espín le raspa cómo fuera papel de lijar de lado a lado sin cesar por lo ancho hasta basto culo de Yessenia.