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Baños publicos 100% bisexuales (1)

Esta es una historia 100% ficticia.

Me voy a presentar, mi nombre es Javier, tengo 31 años, mido 1.85, soy delgado, cabello oscuro y lacio. Soy delgado debido al trabajo que he realizado en el gimnasio. Tengo bien marcados mis músculos del abdomen, de mis piernas y de mis nalgas. Adoro caminar en mi departamento completamente desnudo y con las ventanas sin cortinas, pensando quien me podrá ver. Mi verga es grande y gruesa, lista siempre para utilizarla de la forma que sea necesario. Soy bisexual de closet, y cada vez que tengo una oportunidad de obtener nuevas experiencias no la desperdicio. He tenido varias experiencias, y la mayoría orientadas a orgías. Me encanta ver un montón de cuerpos de todos sexos desnudos, dando y recibiendo placer en todas las formas posibles.

En una ocasión tuve que hacer un viaje de negocios, fuera de la ciudad en donde radico normalmente. Estos viajes me gustan ya que me permiten intentar algunas fantasías que en mi ciudad normalmente no haría por el temor a ser descubierto. Algunos días previos al viaje, me puse a investigar en internet, sobre bares, saunas y baños públicos en los cuales hubiera la oportunidad de dar rienda suelta a mis mas bajos, húmedos y calientes deseos. Encontré algunos bares, de los cuales tome nota, así como de un par de baños públicos, los cuales indicaban que tenían un buen ambiente gay dentro. Realmente esa era mi única recomendación, y no sabia si realmente estarían interesantes. Sin embargo, me atreví a visitarlos. Revise bien el horario, y una vez que llegue a dicha ciudad y ver algunas cosas de trabajo me dirigí al hotel en donde me debería quedar por espacio de 2 días. Llegue, acomode mis cosas, revise si el hotel tenia canal para adultos, afortunadamente lo encontré y me puse a ver rápidamente algunas de las películas que allí anunciaban iban a ser un poco mas tarde. Me dio mucho gusto saber que mas tarde pasarían un par de películas gay, y por el comercial pude ver que los actores estaban bastante bien dotados. No pude evitar acariciarme mi pene sobre la ropa, durante esos minutos.

En esos momentos vi la hora y me di cuenta que el sauna que había visto en internet estaría abierto todavía 2 horas mas, así que arregle una pequeña mochilita con lo básico, y salí para allá. No fue difícil encontrar con el lugar. Al ingreso, pude ver que tenían una bandera con los colores del arcoiris, a lo cual el dependiente del lugar me dijo, que este lugar era no solo gay, sino que se aceptaba cualquier tipo de preferencia sexual. Esto me llamo un poco la atención, ya que yo ya lo sabia, y por dentro me esperaba ver a muchos hombres que fueran gay. Sin embargo no hice caso del comentario, pague mi entrada, recibí una toalla, una jabón, una batita y unas llaves.

Pasando este punto me encontré con una sala en donde había un gran televisor el cual estaba pasando una película porno gay en donde varios muchachos se estaban dando por todos lados sin contemplación. El sonido estaba suficientemente alto como para que brindara un ambiente bastante sensual al lugar. Del otro lado de la sala, había una banca larga de pared a pared y estaban tres hombres, dos que seguramente eran pareja y el otro un poco mas separado. Los tres estaban solamente vestidos con la pequeña batita que le daban a uno al entrar. El que estaba solo, no tenia un gran cuerpo, pero uno de los que estaban juntos sin ningún tipo de vergüenza se jalaba la verga deliciosamente. Su verga era bastante grande y con la otra mano le acariciaba los pezones a su amigo. Este, se frotaba la verga por encima de la batita de forma enérgica. Por lo visto, el lugar prometía. Seguí caminando hasta encontrar una zona en donde había dos bancas largas al centro y a los costados había varios cuartitos. Yo llegue hasta el que tenia el numero de mi llave. Mientras iban caminando, pude ver a varios hombres caminar en diferentes direcciones. Unos estaban con sus batitas arremangadas dejando ver el nacimiento de sus nalgas y había otros mas aventados que de plano caminaban completamente desnudos, presumiendo sus erecciones.

El lugar era realmente grande, y estaba lleno de personas de todos tipos. Yo llegue hasta el cuartito que me tocaba, entre y acomode mis cosas en la banquita que allí estaba, y cuando cerré la puerta, me di cuenta que no podría pasarle el seguro ya que la chapa estaba en malas condiciones. Así que solo la deje medio cerrada. Total, no creo que hubiera demasiado problema, todas las demás personas andarían mas o menos como yo afuera. Me despoje de toda mi ropa, acomodándola cuidadosamente en la mochila. Yo ya me encontraba completamente desnudo, volteando hacia donde estaba la maleta, por lo que estaba dándole la espalda a la puerta, cuando de pronto siento que alguien la abrió de forma brusca. Yo me gire rápidamente, y me sorprendió encontrarme a dos chicas completamente desnudas, riéndose entre ellas, intentando entrar. Ellas al verme, se sorprendieron y me pidieron disculpas. Se habían equivocado de puerta. Sin embargo ninguno de los tres habíamos perdido la oportunidad de ver nuestras "credenciales". La mirada de ellas se concentro en mi verga, la cual estaba ya en un cierto grado de erección debido a la emoción de estar en ese lugar. Y yo les pude ver el par de tetas que cada una traía. Una de las chicas era mulata, con cabello ensortijado y con unas tetas deliciosas. El resto de su cuerpo era completamente armónico pasando por un abdomen plano, y unas caderas bastante ricas. Su sexo lo traía completamente depilado, peloncito. Y al final presumía unas deliciosas piernas redondeadas. La otra chica, era pelirroja con unas tetas bastante grandes también, y con un cuerpo similar al de la morena. La mulata se llamaba Carmen y la pelirroja Raquel. Eso me enteraría mucho mas tarde. Claramente eran lesbianas por que ambas venían abrazadas y se daban algunos rozones en las nalgas y en la tetas.

Yo les dije que no se preocuparan, que no había problema. Entonces ellas se disculparon y se despidieron con unas risitas mas. Yo me asome por la puerta y las alcance a verlas caminar completamente desnudas por los pasillos rumbo a donde estaban las regaderas. Me éxito mucho la visión, ya que se alcanzaban a acariciar las nalgas, entre risas. Esto si había sido una sorpresa para mi, ya que yo había estado en otros saunas y baños públicos, en donde algunos gays se reunían, pero nunca había visto uno en donde fuera abiertamente bisexual en todos los aspectos. Entonces ya con mucho mayor atención pude ver que esas no eran las únicas mujeres. Por fin había encontrado un lugar en donde realmente había una libertad completa, se veían, hombres con mujeres, mujeres, con mujeres y hombres con hombres, la mayoría desnudos o casi desnudos. Algunos platicando solamente y algunos ya empezando a planear algunas actividades sexuales por completo.

Me acomode mi batita, doblándola cuidadosamente para que por atrás se alcanzara a ver el nacimiento de mis nalgas que tantas ganas de presumirlas tenia, y por el frente se alcanzaba ver al principio, la puntita de mi verga. Y digo que al principio, ya que mas tarde y cuando la erección comenzando a tomar mas fuerza, ya no se alcanzaba a asomar por debajo, al contrario, levantaba la carpa y ahora lo que mostraba mas bien eran mis huevos deliciosamente peludos.

Camine, primero haciendo un reconocimiento del lugar, con solo mi toalla al hombro, y pude ver otras salas del lugar. En algunas había algunos aparatos de gimnasio, también había 2 cuartos obscuros, tres saunas y un lugar para regaderas muy amplio. Yo me dirigí hacia las regaderas. Entre y pude ver una pareja de hombres besándose en una esquina totalmente desnudos y amarrándose mutuamente las vergas. Yo me dirigí a la otra esquina, coloque el jabón y las llaves en una repisita, abrí la llave, para empezara disfrutar el agua, hasta que llego a la temperatura que mas me gusta. Revise con la mirada a mi alrededor, y me quite la batita quedando completamente desnudo en esa habitación. Moje todo mi cuerpo y me puse jabón en la cabeza, con mis manos frotaba mis cabellos para liberarlos de toda suciedad. Obviamente me encontraba con los ojos cerrados con mi rostro mirando hacia la pared. La distancia entre las regaderas era poca, por lo que uno no quedaba demasiado lejos de las regaderas de a lado. Entonces escuche una voz que me sonó familiar, que me preguntaba, si le podía prestar mi jabón. Yo sabia que era una de las chicas, que acababa de ver. Yo todavía no podía abrir los ojos por el jabón, por lo que apure la caída del agua para poder ver. Una vez sin jabón voltee y pude ver a Raquel y a Claudia. La mulata tenia abrazada a Raquel por la espalda y era completamente erótico ver como sus enormes tetas se aplastaban contra la espalda de la pelirroja. Raquel tomo mi jabón y se lo paso por todo su cuerpo con una sonrisa muy sugerente. Entonces me dijo que había un lugar en donde no se alcanzaba para lavarse y que si le podía ayudar. Ella me indico con uno de sus dedos, directamente a su culo. Entonces yo me acerque con el gesto de frotarle el culo, con mis manos. Entonces ella me tomo la verga y me dijo, que la podríamos usar como cepillo para dejarle el culito bien limpio. Mi verga estaba al 100% y no dude en restregársela en la cadera. Claudia se agacho y sin avisar nada se metió mi pene a su boca. Era impresionante lo que veía. Mis manos tomaron las tetas de Raquel y empezaron a jugar con ellas ayudadas del agua. Claudia se levanto unos segundos después y solamente dijo, ...ya esta lista. Y realmente lo estaba, mi pene estaba como una barra de acero sólido. Raquel se inclino y me permitió acomodar el pene justo a la entrada de su ano. Sin dar aviso ni pedir permiso, empuje mi cuerpo, para introducir mi carne hasta lo mas profundo de su entrada trasera. Ella alcanzo a dar un grito, al mismo tiempo que se detenía de la pared. Sin perder el tiempo empezamos un mete saca fabuloso. Claudia me ayudaba desde mis nalgas empujando mi cuerpo para que la penetración fuera máxima. Y así estuvimos algunos minutos. El sonido del agua y de nuestros cuerpos golpeado era embriagador. Claudia me frotaba mis nalgas y empezaba a meterme uno de sus deditos a mi ano. Yo abría mis piernas para facilitarle la maniobra al tiempo que seguía bombeando. Entonces me gire, y le dije a Claudia que también tenia para ella. La morena me dijo, que no se perdería la oportunidad, pero que antes tenia que demostrarle cuanto la deseaba. Entonces detrás de nosotros alcance a percibir una sombra, cuando voltee, me di cuenta que estaba de pie enfrente de nosotros un negro de 1.90 con un cuerpo de dios, totalmente lampiño y desnudo delicioso.

Unos centímetros mas debajo de su ombligo, colgaba una de las vergas mas hermosas que nunca jamás había visto coronada por unos huevos negros negros colgando. Claudia me lo presento, era su novio Stephan, un puertorriqueño. Ella me dijo, me encantaría que me cogieras, pero antes quiero ver como el te coge a ti. Yo me separe entonces de Raquel y sin pensar nada me dirigí de forma automática a mamar ese miembro. La verga ya estaba lista para la acción. Las venas que la recorrían por los lados eran pronunciadas, la cabeza era casi morada, y el agua ayudaba a que intentara meterme todo ese rollo de carne en la boca. Mame y mame, entonces sentí una de sus manos en mi axila invitando a que me levantara. Yo no necesitaba mas explicaciones, me levante y me gire para dejarle el paso libre a mi culo. Entonces el fue el que se agacho ligeramente para lamerme el culo. Su lengua rasposa, paseo por todos los rincones de mi cuerpo.

Al paso de unos segundos se levanto y con la ayuda de las manos de Claudia, por cierto que se veían pequeñitas a comparación de la porción de reata. Empezo a penetrarme delicadamente. Poco a poco la penetración fue mejorando en ritmo y fuerza. Al mismo tiempo Raquel ya se había acomodado por debajo mío, para lamerme mi verga desde la punta hasta los huevos. Inclusive nos acaricio con su lengua mis huevos y los de este delicioso negro que tenia enchufado en la cola.

Claudia se paro enfrente a mi y me puso en el rostro su culo, el cual olía deliciosamente a mierda. Yo empecé a mamarlo y a meterle mi lengua como si fuera un pequeño pene. Entre mi lengua y el pulgar de Raquel nos la estábamos cogiendo. Los embates de mi negro eran deliciosos, yo no quería que dejara de meterme su verga, deseaba que no se cansara nunca. De vez en cuando dejaba de meterlo para dar algunos movimientos circulares. Y luego seguía metiendo caña y mas caña, parecia que nunca iba a acabar de meterme esa macana deliciosa. El le aviso a Claudia que ya se iba a venir por lo que Raquel, Claudia y yo nos pusimos de rodillas para recibir litros y litros de leche. En eso yo me pare y ahora me vine encima de las dos bellas chicas. Nos besamos e intercambiamos leche.

Entonces Claudia, me dijo, vamos a la sala de descanso a fumarnos un cigarro, ya que te has ganado mi culo. Pero eso será la próxima historia.

 

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Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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