Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Varios

Bailando para mi

~~Hace poco tiempo
 relativamente, que me divorcié. Sencillamente por consentimiento
 mutuo, tan es así que mi ex y yo se puede decir que tenemos
 una excelente amistad, solo que ya francamente no nos soportábamos.
 Por lo que vivo solo desde hace algún tiempo, como soy comerciante,
 abro y cierro mi negocio, cuando se me antoja, cosa que por lo general
 hago bastante tarde, y luego me voy a caminar un rato, me tomo unas
 cervezas, hasta que se me da la gana de ir al apartamento que tengo
 tras el negocio. En una de esas caminatas, ya cuando estaba por entrar
 a mi apartamento, observo lo que de primera impresión me pareció
 una joven escondida tras unos barriles que uso para recoger la basura,
 minutos antes había visto unas cuantas patrullas de esas que
 llaman perreras, por lo que pensé que estaban practicando una
 redada por el área, cosa rara que suceda por donde yo vivo,
 ya que aunque mi negocio es de suplir herramientas de construcción
 se encuentra ubicado en una zona comercial y residencial buena. La
 chica al verme trató de ocultarse, yo de todas maneras como
 seguro mató a confianza, me llevé la mano a la cintura
 donde porto por lo general mi pistola, una Walter PPK 765, o mejor
 conocida como un nueve corto. Para subir a mi apartamento, tengo que
 pasar frente a los pipotes de basura, antes de hacerlo, le dije a
 la persona que se ocultaba, que saliera con las manos en alto. Casi
 de inmediato, salió tras los barriles una hermosa chica con
 sus brazos en alto, un poco más alta que yo, de abundante cabellera
 rubia, aunque de color de piel morena aceitunada, delgada, con muy
 buenas curvas, vestida con una pequeña mini falda de color
 negro, y una pequeña chaquetilla roja que apenas y le cubría
 sus esplendorosos y grandes senos, y dejaba su plano vientre y su
 lindo ombligo adornado con un arito de plata ante mis ojos. De uno
 de sus brazos colgaba una pequeña cartera pequeña, de
 color plateada. Al terminar de ponerse de pie al lado de los barriles
 de basura, la luz que ilumina la entrada de las escaleras de mi apartamento
 le dio en el rostro, sencillamente bella, fue lo que pensé,
 tratándose de una caminadora, o mejor dicho de una puta. Al
 terminar de levantarse, lo primero que me pidió fue que no
 la entregase a la policía, que ella nada más se ocultaba
 para que no la llevasen presa, casi hasta llorando me pedía
 que la dejase ir, y volvía a repetirme que nada más
 se ocultaba, que no pensaba hacerme nada. Cuando la escuche hablar
 de verdad se me partió el corazón, ya que en ocasiones
 por la prensa y por boca de más de un policía, me he
 enterado de las cosas que pasan esas muchachas, cuando llegan a ser
 arrestadas, aparte de obligarlas a quitarse toda la ropa, en ocasiones
 las violan y hasta las ultrajan más de un uniformado. Sin soltar
 mi arma, caminé hasta la entrada de las escaleras, viéndola
 detalladamente de arriba a bajo, le pregunté que estaba haciendo,
 y me vino con el cuento de que era estudiante, y se encontraba en
 una fiesta, en casa de una amiga, pero como no le agradó la
 gente que estaba decidió irse y pensó que podía
 encontrar un taxi que la llevase hasta su casa, cuando vio ese montón
 de patrullas por todas partes y le dio miedo, por lo que se ocultó
 en ese lugar. Yo mientras la escuchaba pensé, ésta puta
 me vio cara de inodoro, y piensa que me voy a tragar toda esa mierda
 que esta diciendo, de ser estudiante y todo lo demás. Pero
 como entendí que no me podía hacer nada, le dije que
 bajase los brazos, y que si quería se podía quedar oculta,
 hasta que el supuesto taxi llegue a buscarla, o que la policía
 la encontrase. Pero que si lo prefería podía subir a
 mi apartamento, y esperar tranquila a que las patrullas se marchasen.
 Ella pareció pensarlo detenidamente por unos momentos, y cuando
 ya estoy por cerrar la puerta de mi apartamento, veo que con rapidez
 sube por las escaleras, al levantar la vista observo que una patrulla
 comenzaba a rondar por el otro lado de la calle. Ya dentro la observé
 con más detenimiento, y como tenía un largo y ardiente
 verano, pensé que lo menos que esperaba esa noche, era que
 bien podía acostarme con ella, mientras esperaba que pasase
 el peligro. Pero no le dije nada, esperando a ver como ella actuaba.
 Al cerrar la puerta, ella de inmediato se asomó por las persianas
 de mi apartamento, y justo en el sitio donde se ocultaba se paró
 la patrulla, los policías se bajaron caminaron por los alrededores,
 y luego se volvieron a montar en su patrulla para continuar con la
 ronda. Para ver como reaccionaba le dije, bueno ya te puedes marchar
 que los policías de seguro no vuelven a pasar hasta dentro
 de una hora más o menos. Pero ella poniendo cara de tragedia
 me preguntó si podía esperar a que llegase el otro día,
 y en ese momento dijo las palabras mágicas, soy capaz de hacer
 cualquier cosa que usted me pida, si me deja dormir aquí. Yo
 como si pensara en la oferta que me había realizado, me serví
 un trago seco de ron, entré en mi habitación guardé
 el arma y mi cartera en la caja fuerte que tengo oculta en el closet.
 Regresé a la sala y mientras tomaba asiento en mi butaca preferida
 frente a mi televisor, le pedí que fuera más descriptiva,
 en cuanto a que se refería con eso de cualquier cosa. Cuando
 escuchó mi pregunta, tomó asiento en una de las sillas
 del comedor y cruzando sus largas piernas dejándome ver claramente
 sus lindos muslos, y parte de sus nalgas, puntualizó con voz
 melosa. Me refiero a cualquier cosa. Yo siguiendo el hilo de la conversación,
 le dije que me diera algún ejemplo. Ella desde la silla donde
 se encontraba sentada, delicadamente se llevó su dedo índice
 de la mano derecha hasta sus labios, y colocando su boca como quien
 va a dar un beso comenzó a chuparse de manera lenta y tan particular
 ese dedo, que no me quedó la menor duda a que se refería
 con eso. Luego lo sacó de su boca, y me comentó, pero
 para ello me gustaría ante todo, lavarte. Ya realmente me estaba
 excitando su manera de hablar como de comportarse, y sin más
 rodeos le dije, mira negra vamos hablar claro, yo no pensaba esta
 noche tener nada, pero ya que tu estas aquí y dispuesta a todo
 vamos a meter mano ahora mismo. Diciendo es me comencé a levantar
 de mi sillón, pero la gata tenía otras ideas, así
 que se levantó de la silla antes que yo, y con mucha agilidad
 se colocó frente a mí, pidiéndome que no me levantase.
 Yo permanecí sentado, esperando que pensaba hacer ella. Sin
 mucho protocolo, dirigió sus finas manos a la cremallera de
 mi pantalón y con gran facilidad extrajo mi verga semirrecta,
 por unos segundos jugueteó con ella entre sus dedos, la vio
 detenidamente antes de comenzar a meterla dentro de su boca. Yo disfruté
 en esos instantes, de esa soberana mamada, que la chica me estaba
 dando. Pero mi intención era hacer algo menos pasajero, por
 lo que no deseaba venirme dentro de su fina boca en esos momentos.
 Pero justo antes de que yo agarrase mi verga con la mano, ella la
 sacó del todo de su boca, y se levantó del piso. Dirigió
 sus dedos a los botones de mi camisa, y comenzó a soltarlos
 uno a uno, pasando sus manos por sobre mis pechos, y jugueteando con
 los vellos de mi pecho. Me fue sacando la camisa hasta que me la llegó
 a quitar del todo. Posteriormente se dedicó a soltarme los
 pantalones, y acariciando mis piernas muslos y verga me los fue quitando
 lo mismo que el interior que cargaba puesto en esos momentos, hasta
 que me quedé únicamente con mis medias y zapatos puestos.
 Los que de inmediato retiró también de mi cuerpo, quedando
 yo del todo desnudo ante ella. Sin perder tiempo traté de darle
 un buen agarrón de nalgas, pero ella con esa gran agilidad,
 lo evitó. Pero me tomó del brazo y me preguntó
 donde era el baño. De verdad que tenía unas ganas locas
 de saltarle encima, pero algo en su manera de comportarse me detuvo,
 y le enseñe donde se encontraba el baño, al llegar me
 propuso que ella quería darme un baño como nunca antes
 me lo habían dado, de verdad pensé en mandarla al carajo,
 y llevarla para la cama, pero decidí seguir con el juego para
 ver no mas que pasaba. Ella agarró una pequeña toalla
 y comenzó a pasarla llena de jabón por todo mi cuerpo,
 el que una joven como ella hiciera eso, me comenzó a gustar
 hasta el momento que sentí sus dedos entre mis nalgas, y le
 dije que lo dejase así, pero ella en tono de broma me dijo,
 no te preocupes que no te voy hacer nada, pero con todo y eso le dije
 que prefería que no lo hiciera, y centró su atención
 en mis bolas y verga. Auque cuando menos lo esperaba me volvía
 a pasar sus manos por mis nalgas, para continuar luego enjabonándome
 la verga y los muslos. Como también me enjabonó el pecho,
 las axilas, el cuello, en fin todo el cuerpo. Posteriormente, retiró
 todo el jabón de mi cuerpo, para con otra toalla dedicarse
 a secarme. Al finalizar de secarme, me pidió que me volviera
 a sentar en mi sofá, mientras que ella prendió mi equipo
 de música y mientras sonaba comenzó a bailar frente
 a mí. Lentamente se comenzó a quitar parte de su ropa,
 primero la chaquetilla roja, luego la pequeña blusa semitransparente
 que usaba y dejaba ver casi con toda claridad sus bellos y redondos
 senos, por un buen rato jugó con ellos restregándolos
 contra mi rostro, al tiempo que yo comenzaba a masajearme la verga
 a medida que ella se quitaba la corta y pequeña falda negra
 que usaba. En esos momentos, la verdad que estaba a punto de saltarle
 encima, pero quería ver como se quitaba las pantis frente a
 mí. Pero cuando tras darme la espalda y quitárselas,
 cuando se volteó con sus piernas bien juntas, vi una cosa rara.
 En realidad no era una chica, sino un tipo. Al verlo y darme cuenta
 que lo que tenía entre sus piernas no era lo que yo esperaba,
 me levanté con ganas de darle un buen coñazo y partirle
 la cara, pero como que adivinó mis intenciones, y con gran
 agilidad corrió al otro lado de la mesa. Yo estaba que si lo
 agarraba creo que lo mataba, y pensar que casi hasta lo he llegado
 a besar, cuando me pasaba sus enormes tetas por la cara. En eso con
 esa voz que me había embaucado me dijo, si quieres un escándalo,
 me pongo a gritar como una loca y salgo corriendo desnuda para la
 calle, y cuando llegue la policía les digo que me querías
 violar. Bastante encojonado, y deseando caerle a golpes, me puse a
 pensar en lo que me había dicho, y aunque ya no tengo mujer,
 no sería bien visto el que un maricón me acusase de
 eso, la policía, los vecinos, mis familiares que pensarían
 cuando la noticia llegase a la prensa, por que así son las
 cosas. Aun bastante molesto, le ordené que se vistiera y saliera
 de mi casa. Pero el o ella en fin lo que sea, me preguntó de
 manera bien sensual, mientras me mostraba su hermoso culito, sino
 deseaba probarlo, o prefería que me continuase dando una buena
 mamada a mi verga, y mientras decía eso ponía su boca
 de mamadora profesional y se chupaba uno de sus dedos con bastante
 gusto y placer. Lo encojonado se me fue pasando, a medida que, bueno
 ella me mostraba sus bellas y bien formadas nalguitas. Las movía
 de lado a lado como mostrándome lo que me podía hacer
 en la cama. Yo para tranquilizarme un poco nuevamente me serví
 otro trago de ron, y ella se me acercó ocultando
 su verga con una de sus manos, al estar a mi lado, se tiró
 nuevamente al piso, y comenzó a jugar con la punta de sus dedos
 con la cabeza de mi verga, la que de la impresión de darme
 cuenta de que se trataba de un hombre, se me desinflo. A los pocos
 segundos, ya me estaba masturbando con sus dedos y luego comenzó
 a pasar su lengua por sobre la cabeza que no piensa, entre esas lambetadas
 y las buenas chupadas que me fue dando, mi verga volvió a resurgir,
 poniéndose nuevamente erecta y dura dentro de su boca. Yo creo
 que estaba a punto de venirme cuando de manera rápida me templó
 las bolas, y nuevamente comenzó a mamar. Eso lo hizo en par
 de ocasiones, mientras que yo, no se creo que sin darme cuenta de
 lo que hacía realmente, le comencé acariciar sus redondas
 y perfectas tetas. Después de un rato me preguntó que
 sino prefería que fuéramos para la cama, para que le
 comiera el culo. La verdad en ese momento ni siquiera pensé
 que se trataba de un trasformador quemado, lo que en gran parte yo
 veía era ese hermoso par de grandes y redondas tetas, y un
 hermoso culito respingón, al que deseaba caerle a palo. Sin
 pensarlo mucho me levanté de mi sillón, y tomándola
 por una de sus finas manos, la llevé hasta mi dormitorio. Digamos
 que ella, se acostó boca abajo, y colocó unas cuantas
 almohadas bajo su vientre, pero antes se untó en todo el centro
 de su hermoso culito una crema que sacó de su pequeña
 cartera plateada. Yo me coloqué a su espalda, arrodillado tras
 ella, y con mi mano dirigí mi verga directo al centro de sus
 nalgas, las que ella mantenía separadas con sus propias manos.
 Por unos pocos segundos, le pasé la cabeza de mi verga por
 sobre el centro de su apretado hueco, para luego comenzar a presionarla
 contra su carne, asombrado vi como lentamente mi verga se desaparecía
 dentro de su parado culo, hasta que mi cuerpo y el suyo se pegaron,
 a medida que se lo estaba metiendo, gemía como una verdadera
 mujer, por un corto instante me quedé tranquilo, hasta que
 eso, comenzó a moverse de lado a lado. Yo por mi parte metía
 y sacaba mi verga, y para hacerlo o sentirlo mejor le agarré
 ese enorme par de tetas que tenía, de las que me sujetaba con
 fuerza al tiempo que se lo empujaba por ese sabroso culo. En mi vida
 había disfrutado tanto de un polvo como hasta esa noche, la
 verdad es que nunca llegué a comerle el culo a mi esposa, pero
 esa noche el placer era infinito. Cuando finalmente acabe del todo
 dentro de su culo. Quedé bastante cansado, y me quedé
 me tendido boca arriba, a un lado de su cuerpo. Al poco rato se levantó
 y se fue al baño donde escuché correr el agua del inodoro,
 y luego la de la ducha. Cuando regresó, con una toalla húmeda,
 me limpió la verga, y cuando menos lo esperaba me la volvió
 a mamar. Sentía como su lengua jugaba con mi glande, de cuando
 en cuando me chupaba las bolas, y de repente siento que divinamente
 me ha lamido mi propio culo, pero hasta ahí llegó eso,
 le pedí que continuase mamando la verga únicamente,
 hasta que me hizo acabar nuevamente. El resto de la noche creo que
 me le dormí encima, al día siguiente preparó
 rápidamente un suculento desayuno, por que cuando me levanté
 el o ella se encontraba del todo vestida, me pidió que le llamase
 un taxi pero le ofrecí llevarla hasta su casa en mi auto. En
 el camino, me dijo llamarse Ursula, pero cuando me iba a decir su
 verdadero nombre le pedí que se callase. En una que otra ocasión
 hemos vuelto ha estar juntos, ella sigue con su mala costumbre de
 querer tocarme las nalgas, pero mientras me lo siga mamando y moviendo
 el culo como lo hace, no me molesta.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
  • Media: 0
  • Votos: 0
  • Envios: 0
  • Lecturas: 973
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 18.225.254.81

0 comentarios. Página 1 de 0
Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.474
»Autores Activos: 2.276
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.064
»Total Envios 21.926
»Total Lecturas 105.323.149