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Pasada la experiencia del primer trío con Meche y Lucho, quedaba todavía un turno que cumplir. Victor estaría a las 4 de la tarde en nuestra habitación. La sesión con Lucho no duró más de 30 minutos, por lo que nos quedaban tres horas para recuperar fuerza y darle una sesión similar a Victor. Meche fue a la ducha, me metí junto con ella y nos dimos un buen baño. Salimos desnudos cubiertos solo por unas toallas blancas, nos acostamos en la cama y entramos en un profundo sueño. El hambre nos despertó. Pedimos una pizza por delivery, llegó al promediar las 3:30. Tuvimos tiempo para comer algo, pues no habíamos comido nada desde el desayuno. Mientras comíamos puse en la tele el canal porno. Meche no había visto porno desde aquella primera vez en mi casa, esa mañana en que me la comí en la sala de descanso.
Esta vez nos pusimos a ver pero le pedí que tomara atención de lo que veía. Meche vio con interés las escenas que allí se presentaban, cómo se vestían las mujeres, como se sentaban, las poses que usaban, los gemidos, cosa que aprendió bien.
Cuando llegó Victor, Meche me propuso que la dejara sola pues quería ver si podía manejar la situación. Me escondí en el baño dejando la puerta entre abierta para poder espiar. Victor había anunciado su llegada, era cuestión de segundos tenerlo en la habitación. Meche se había puesto toda su ropa, estaba tal y como había salido de mi casa. Sonó la puerta:
- Hola joven Victor, pase
- Hola Meche, cómo estás?
- Bien joven, pase y siéntese
- Y Diego, no está?
- No, él me dejó aquí, me dijo que usted vendría para acá pues iba a hacer cosas conmigo
- Ah ya sabes que es lo que vengo a hacer
- Si joven, el joven Diego me lo explic
- Y dime Meche, cómo así te animaste a hacerlo?
- Es que necesito dinero, y conversando con el joven me contó de esto
- Y te gusta hacerlo
- Bueno, usted es el segundo que viene
- Soy el segundo? Quién vino antes?
- Eso no importa joven, usted ha venido a cacharme y eso haremos
Meche se acercó donde Victor, se puso delante de él y se arrodilló. Con sus manos empezó a desabotonar su pantalón, bajar la cremallera. Sus manos temblaban pues tenía miedo de encontrarse con otro monstruo como el de Lucho, pero este miembro resultó mas bien pequeño, casi ridículo. Meche respiró aliviada, con la confianza del caso lo empezó a acariciar, la lengua juguetona salió de su boca y empezó a propinarle húmedas caricias, un estremecimiento corrió por el cuerpo de Victor.
Más en confianza, Victor se sentó en una de las sillas de la habitación. Meche se puso de pie y empezó a desvestirse. Su vestido y la blusa fueron los primeros, su imagen en ropa interior era exquisita. Sus curvas bien pronunciadas, su cuerpo esbelto y su piel cobriza eran una mezcla por de más excitante. Victor se puso de pie, él mismo empezó a desabrochar el sostén, lo retiro lentamente quedando perplejo frente a esos dos melones que cayeron delante de él. Era como si cortaras un saco de arroz y los granos se esparcen por todos lados. En este caso, soltar esas dos bolas de carne asemejaban esa rutina, quedando a la vista sus dos pezones marrones, gigantescos que invitaban a amamantarlos.
Victor se quedó quieto y Meche lo cogió de los cabellos, y lo llevó maternalmente a sus senos, como si se tratara de un hijo a punto de darle la leche. Victor se agachó un poco, puso su boca a la altura de los senos y empezó a besar tiernamente uno de ellos. Mientras lo hacía, aprovechó para ir bajándole el calzón a Meche, sus manos rozaban las caderas de la chola, quien coqueteaba con ligeros movimientos. La mano de Victor se dirigió hacia la concha de Meche, unas caricias y ella ya estaba humedecida.
Victor, inexperto en la materia, procedió de inmediato a penetrarla, Meche, quien había aprendido de mí y de las películas que había visto le sugirió que mejor sería primero intentar un 69. Victor se echo en la cama y Meche encima de él. Acomodó bien su proporcionada anatomía colocando su jugosa vagina a la altura del rostro de Victor. Torpemente le fue dando lengüetazos a esa vagina tan rica y jugosa. Meche había agarrado maestría con las chupadas. Jugueteó un rato con su nuevo amiguito, lo metió entero en su boca pues no era tan grande como el mío o el de Lucho. Unas buenas chupadas hicieron que Víctor terminara rápidamente. Un poco contrariado y avergonzado, le explicó a Meche que era su primera vez, la muy perra le dijo que no se preocupe, que estaría allí con él hasta que la penetre y le de su leche en la concha, que lo que más quería era sentir esa leche caliente dentro de ella.
La eyaculación de Victor había sido abundante, Meche no había tenido tiempo de recibirla en la boca por lo que solo pudo recoger algo con la lengua, no siguió pues ya estaba fría y así no le gustaba.
Con la leche en los labios fue donde Victor y le estampó un beso, sus lenguas combinaron el sabor del semen y los jugos de Meche, un sabor entre dulzón y acido los hizo sentir que eran el uno del otro.
Tomo un tiempo para que Victor pudiera tener una nueva erección. Las caricias que Meche le daba a la verga de Victor lo levantaron nuevamente, esta vez Meche estaba un poco seca, por lo que ella misma trepó sobre Victor y empezó a estimularse con frotaciones con el pene de él. Su concha se humedeció y levantando un poco la cadera cogió ella misma la polla y se la incrustó en la concha, expulsando un suspiro lastimero acompañado de doloroso placer. El dolor no era por el tamaño, si no por el daño que Lucho le había causado, la concha estaba aun adolorida de semejantes embistes. Sus movimientos hicieron que Victor acabara nuevamente de forma rápida, haciendo esta vez que Meche se quedara a medio orgasmo. Grande fue mi sorpresa cuando ella se paró y vino hacia el baño donde yo estaba, entró y me cogió de la mano llevándome delante de donde mi amigo se encontraba:
- Joven, su amigo no sirve para nada
- Diego, qué haces allí?
- Hola, estaba esperando que termines
- Pero si ya terminó dos veces y yo nada
- Perdón pero es que es mi primera vez
- No te preocupes, suele pasar, debes de estar nervioso y muy excitado, es normal
- Si pero yo me he quedado con las ganas
- A ver Meche, quieres que te haga gozar’
- Si, házmelo como en la mañana con tu otro amigo
- Qué otro amigo?
- Lucho, estuvo por aquí en la mañana
- Cacharon los tres?
- Si, estuvo buenazo, pero hicimos cosas que no se si te gustaran
- Qué cosas hicieron?
- Te acuerdas que de niños jugábamos a quién era la mujer?
- Te refieres a que cachaste con él delante de Meche?
- Si y le gustó bastante
- Si, era rico ver como el joven se la chupaba a su amigo
- Diego…me la quieres chupar?
- Vamos Meche, hay que enseñarle cómo se hace.
Su pequeña verga no sirvió de mucho, de un solo bocado estaba entera dentro de la boca de Meche, con quien alternaba las chupadas. Nos las ingeniamos para darle los dos una buena mamada, ella se puso de un lado, yo del otro y aprisionamos con nuestras bocas su pequeña verga.
Hice que Meche se acostara, esta vez Victor la penetraría teniendo el dominio de la situación. Se recostó sobre ella, mientras que yo iba ayudando a Victor a que la penetre. Acomodé bien sus cuerpos, de tal manera que esta vez el culo de Victor me quedaba expuesto a mis placeres. Mientras Victor la penetraba despacio, porque si lo hacía rápido terminaría otra vez, empecé a acariciarle el ano. Suaves caricias en su orificio con mi dedo humedecido con los jugos vaginales de Meche fueron suficientes para que se estrechara el hueco y reciba encantado mi pene.
Era de locura, estaba yo en esa situación tan alucinante. Mi amigo penetraba a mi doméstica, mientras yo lo penetraba a él. Los movimientos fueron descoordinados al inicio, mientras él la sacaba de Meche yo se la metía, pero poco a poco agarramos el ritmo. Los dos embestíamos con la misma fuerza a Meche, quien gozaba como si recibiera dos penes al mismo tiempo. El placer que yo tenía era incomparable. La estrechez del ano hacía que mi placer se prolongue, pero me quise aguantar pues quería darle ese mismo placer a Meche. Me enjuagué la verga pues salió algo sucia del culo de Victor, puse a Victor en la cama boca hacia arriba, a Meche la puse encima de él, y una vez iniciado la penetración, con algo de jabón en mi pene y en el ano de Meche, desvirgué ese culito tan rico que hasta ese día Meche había utilizado sólo para hacer sus necesidades. Sin compasión arremetí con todo contra ese culito. Las nalgas que tenía era carnosas, lo que ayudaba más aun con la excitación. Eran nalgas carnosas, duras, que cualquier mortal quisiera probar. Las arremetidas eran fuertes, Meche gritaba de dolor por la rotura del ano, pero a la vez gemía de placer por la doble penetración que le estábamos dando.
- Sigan, sigan…
- Te gusta perra?
- Si joven, dame más, no pares
- Ahora sabes lo que es gozar verdad?
- Si joven, que rico me lo hacen, no paren
- Ves que tu marido no sirve para nada?
- Si ese cholo no me sirve, esto si es rico, tú me lo haces rico
- Te gusta por el culo? Es rico por el culo?
- Si joven, que rico es, dame más, métemelo más…
Victor no decía nada, era demasiada adrenalina para su primera experiencia con una mujer. Las anteriores experiencias sexuales habían sido conmigo y con Lucho, los tres somos amigos de la infancia y descubrimos el placer de satisfacernos como amigos, en la soledad de nuestras casas, mientras veíamos una porno, un día que de casualidad vimos una porno gay. Desde ese día, cada vez que podíamos lo hacíamos entre nosotros. Fueron años de silencio cómplice para no despertar sospechas entre los demás. Siempre juntos en las fiestas, en los grupos de estudio, en las vacaciones y todo por el placer de saber que entre nosotros nos queríamos no sólo como amigos, sino también como pequeños amantes.
Los minutos pasaban y seguíamos con la penetración. Meche se había corrido por segunda vez en el día, el placer que sentía era demasiado para alguien como ella. Yo estaba a punto de llegar, al igual que Victor que con un gesto me dijo que le diéramos la leche a Meche en la boca. Sacamos nuestras pingas y pusimos a la chola en la cama, mi amigo y yo trepamos sobre la misma y nos pusimos a cada lado de Meche. Unas corridas más y la leche empezó a salir, en grandes cantidades la mía y casi nada de Victor. Mi leche baño el rostro de Meche, la leche de Victor calló apenas de su pene, por lo que me acerqué hacia él y con una ligera chupada recogí su semen, recogí el mío de la cara de Meche y lo puse sobre los labios de Victor, esta vez, él y yo nos confundimos en un beso, un húmedo beso, que era complementado con las chupadas que Meche nos daba a la vez.
Meche esta vez terminó exhausta. Se quedó en la cama mientras Victor se bañaba, salió y me dio el dinero que tenía que pagar. Nos quedamos los dos solos, la lleve a la ducha, se bañó por segunda vez conmigo, salimos y nos echamos a dormir.
Nos despertamos como a las 7 de la noche, con sus S/.200.00 en el bolsillo Meche era una mujer feliz. Y de paso satisfecha, pues había conocido en u sólo día todos los placeres que el sexo le podía dar. Camino a casa conversamos acerca de lo que habíamos hecho. Me dijo que por el dinero se sentía alegre, que el sexo le había parecido fenomenal, pero que tenía un cargo de conciencia muy grande. La abracé tiernamente, le di un beso en la frente, le dije que no se sintiera culpable, que pensara en el futuro de sus hijos, dibujó una sonrisa y me dijo;
- Qué otros amigos podrías llamar?
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