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Aurelio - Encuentro a la distancia

Desde octubre de 2015 eres mi amante. Tu Aurelio, vives en Ponta Grossa, estado de Paraná, Brasil. Yo Eduardo, en Buenos Aires, Argentina. Nuestras ciudades de residencia están distantes una ciudad de la otra, por aproximadamente 1.850 km.

 

A pesar de la distancia y gracias a los chats, los mails y los WhatsApp, pudimos concretar en Buenos Aires un encuentro sexual en octubre de 2016. En enero de 2018, tuvimos una nueva oportunidad de encuentros apasionados, en playa Caiobá, Brasil. A casi un año y medio de este último momento, no hemos podido volver a juntarnos para besarnos, chuparnos las vergas o coger. Por supuesto que la calentura mutua en todo este tiempo, ha ido en aumento geométricamente proporcional a la distancia que nos separa.

 

Nuestros mensajes por WhatsApp siempre finalizan, tratando ambos, de buscar la forma en que podamos concretar un nuevo encuentro, sea tanto en Brasil como en Argentina. Para que la pasión siempre este encendida, permanentemente intercambiamos fotos y videos, propios y ajenos, que nos permitan seguir alentando las ganas de estar juntos.

 

Ayer sábado, cerca del mediodía (junio de 2019), te envié por WhatsApp las imágenes de dos historietas de Príapo de Milet denominados “El verano” y “El verano - Episodio dos”. En el primero de ellos (El verano), el protagonista es un muchacho de aproximadamente 20/25 años con un cuerpo muy bien formado y claramente homosexual, que ingresa a una playa y se dirige a uno vestidores para cambiarse. El otro protagonista es un hombre de aproximadamente 30 años, corpulento, con un cuerpo muy bien trabajado en el gimnasio que hace alarde de su privilegiado físico, y que también se dirige a los vestidores con el mismo fin.

 

Dentro de los vestidores, uno al lado del otro, el más joven descubre un agujero en la madera que divide a ambos y decide espiar que hay del otro lado. El hombre, tal vez bisexual, mete su verga allí para que el muchacho le realice una tremenda chupada de verga. Luego del lechazo recibido, el muchacho mete su pija en el agujero esperando una compensación y descubre que su ocasional amante ya se había retirado acompañado de su novia, quedando el joven con una tremenda calentura.

 

El “Episodio dos” es muchísimo más caliente. El mismo joven homosexual se recuesta en una reposera y recibe un pelotazo de unos muchachos jugando al futbol. Se acerca el guardavida para ver que todo esté en orden y lo invita a pasar a su cabina de trabajo. Este era un terrible hombretón de casi dos metros de altura y casi lo mismo de ancho, con una musculatura impresionante y una edad similar a la del joven, no queda demasiado claro si es homosexual o bisexual.

 

Cuando el protagonista ingresa en la oficina, el guardavida lo recibe desnudo con una pija de tamaño considerable. El joven comienza a acariciarlo y besarlo por todo el cuerpo, y se arrodilla para realizarle una hermosa chupada de verga. El gigantón se coloca un preservativo y lo penetra con delicadeza, pero profundamente. Luego de probar varias posiciones, terminan cogiendo en una reposera donde beben mutuamente sus leches y se besan con pasión.

 

Estás dos historietas, sobre todo la última me dejaron tan caliente que estuve el resto del día con mi verga semirrígida. Era tal mi calentura que durante el almuerzo le insinué a mi esposa para que cojamos durante la siesta. Ella se negó ya que tenía realmente ganas de descansar, pero dejó abierta la posibilidad de hacerlo a la noche.

 

Continué enviándote fotos y videos cada vez más caliente. Nos prometimos hacer lo posible para volver a tener un encuentro de sexo antes de fin de año y nos contamos mutuamente las fantasías que cada uno tenía con el otro. El resto de la tarde imagine como sería ese nuevo encuentro que nos prometimos y en donde podría ser. Argentina, Brasil, Buenos Aires, Ponta Grossa, alguna playa de la costa bonaerense argentina o alguna playa de la costa del sur de Brasil y cientos de lugares más.

 

Al levantarse de la siesta, mi señora recibe un llamado en su celular para que fuéramos luego de cenar a tomar un café con una pareja amiga a la que hacía tiempo no veíamos. Mi calentura contigo iba en aumento. Fantaseábamos con cuál de los personajes de “El verano 1 y 2” encajaba mejor en cada uno de nosotros. Estando en casa de nuestros amigos me seguiste mandando mensajes cada vez más calientes y yo tratando de contestarlos con la misma calentura, pero disimulando la misma ante mi esposa y amigos. Entre una cosa y otra se hicieron las dos de la madrugada y volvimos a nuestra casa.

 

Una vez en nuestro domicilio, sucedieron cosas increíbles que recién cuando me levanté el domingo por la mañana pude tomar conciencia de lo que verdaderamente sucedió.

 

Era tal el cansancio que tenía que me dormí casi inmediatamente y comencé a soñar contigo. Estábamos juntos, recostados en la arena de una playa desierta, ambos totalmente desnudos, abrazándonos y besándonos. Las vergas de ambos completamente endurecidas. Sentía tu mano acariciando mi pija, pajeándome suavemente. El sueño se sentía demasiado real. De golpe te apoderaste con tus labios de mi verga y te la devoraste de un solo bocado.

 

Medio dormido, o casi, pude divisar en el despertador que eran cerca de las tres y media de la madrugada. No podía distinguir si eras tú o era mi esposa la que tenía mi verga dentro de su boca. Claramente mi señora tenía ganas de coger y yo me había quedado dormido. Ella intentaba despertarme a mí, ya que mi pija, gracias a lo que estaba soñando contigo, tenía una dureza inusitada. Decidí entonces dejar que mi señora hiciera conmigo lo que quisiera. Yo trataría de disfrutar el momento sin dejar de soñar contigo.

 

Mi esposa se recostó sobre mi cuerpo y metió mi verga dentro de su concha y yo, creyendo que eras tú quien me cabalgaba, sentía que mi pija estaba dentro de tu culo. Comencé con mi mete y saca, con ritmo lento, pero con mucha profundidad, tratando de hacerte gozar al máximo en esa playa desierta. Comencé a escuchar tus gemidos, sin darme cuenta que eran los de mi señora. Ella colocó alternativamente sus pezones en mi boca, los que bese y chupe con enorme pasión, sabiendo que a ti te calienta muchísimo que juegue con mi lengua en tus tetillas.

 

Los gemidos tuyos o de ella, ya eran casi gritos, entonces para ahogarlos me besaste o me besó, enterrando tu lengua dentro de mi boca y jugamos una danza frenética con las mismas intercambiando salivas como dos animales salvajes en celo. Sentí como mis bolas vaciaban todo su contenido dentro tu culo al tiempo que el néctar de tu verga se derramaba sobre mi vientre, mi pija y mis huevos.

 

Sin estar demasiado seguro si estaba dormido o semi despierto pude ver como fuiste hasta la orilla del mar para lavarte los restos de mi leche en tu culo, o tal vez era mi esposa yendo hasta el bidet a lavarse la concha. Yo me quede recostado en la arena disfrutando el momento y dormitando. Volviste a mi lado, me besaste, me abrazaste, comenzaste a jugar con las yemas de tus dedos en mis tetillas y nos dormimos en la playa desierta por varias horas.

 

Cuando desperté el domingo, fui hasta el baño a orinar y descubro que mi vientre, mi verga y mis huevos estaban sucios no solo de mi leche, sino que el olor y la consistencia de los jugos mezclados, no era la leche de tu verga, sino que eran el producto del flujo de mi señora. Decidí darme una ducha y mientras el agua caía sobre mi cuerpo pude reconstruir la noche de sexo que tuve con mi esposa y también contigo. Tratando de no olvidar ningún detalle de lo que recordaba que había sucedido, lo real y lo soñado, me hice una terrible paja para que mi pija bajara su calentura.

 

Ojalá lo antes posible, y antes de que finalice este año, podamos tener el encuentro de sexo tan ansiado por ambos.

Datos del Relato
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