No solo fui testigo, ella queria que supiera lo que estaba pasando. Bien decía que mas del 50% de su placer lo recibía de contar sus encuentros, y ahora, ese mismo placer se aumentaba al contarme como cumplía con los deseos de su dueño.
Aún cuando el no vivía en la misma ciudad, ni siquiera en el mismo país, pero estaba tan cerca, solo unas horas de viaje, y llegaba directo a buscarla a su casa; llegaba con las manos vacías, simplemente a estar con ella, a que ella le entregará todo su ser una y otra vez.
Era tan hermosa, y creanmelo, en ese tiempo, se veía más. Estaba enamorada, encantada, comprometida con el deseo de encontrar nuevas formas de hacerlo vibrar a su lado, que el deseara una y otra vez volver. No tardo en buscar libros nuevos, hechizos, caricias, juegos, momentos que pudiera hacer innolvidables.
Su piel empezo a brillar, sus ojos se abrian lentamente mientra yo podía disfrutar de como me contaba todo lo que pasaba por su mente:
- Y es que, no se, pero esto es algo nuevo para mi y deseo vivirlo al maximo. Siento como mi cuerpo se adapta a él. Como deseo estar siempre montada sobre sus muslos y sintiendo sus manos sujetandome para poder recibirlo por completo.
Me encanta como me pide que me desnude para él. Es todo un ritual. Lento, con calma, prenda por prenda, sacarla de mi y doblarla para ponerla a un lado; ir acariciando cada centimetro antes de poder acercarme. Mis pezones se dibujan rapido asi que no puedo determe, sin que el me diga jalatelos. La humedad fluye sin que pueda evitarlo cuando el se levanta y camina a mi alrededor observandome; disfrutando de que esta vez, me depile por completo porque desde el primer momento supe que le agradaba que nada obstruyera su acceso a mi. Me lo agradeció con un dulce beso en mi cuello, parado justo detras de mi, mientras me sujetaba contra él. pude sentirlo, ya estaba listo para hacerme suya.
En ese momento yo sabia que La Hechizera había aceptado su papel. No había vuelta de hoja, ella era completamente otra.