Llega bien cansado y cabreado el dueño de la mansión hiendose derechito a su estudio le sigue su fiel cómo abnegada también eficiente además proesionalisima asistente personal cómo privada cerrando las puertas y quitandole los zapatos al masajearle sus pies al correr al prepararle cómo servirle acostumbradamente su trago al darselo para darle relajamiento en sus hombros y cuello exclamando alivio y relajación también aliviandose del estres diario de salir a su compañia. Quitandose el saco con el brasier al subirse cómo levantarse la falda al quitarse el hilo dental cachetero al ser besada cómo mordida igualmente lamida inclusive devorada a más no poder por el hambriento desesperado del propio dueño de la mansión qué gime y se fornica con el dueño de la mansión en su sillón reclinable siempre todas las noches qué lo recibe a la llegada y entrada a la propia mansión en persona cómo en vivo y a todo color su asistente privada y personal de unos naturales cómo soberanos 30 años en ausencia de la señora qué trascurre siempre todos los meses de viaje siendo la representante internacional de una organización de defensa por los derechos del ecosistema sostenible.