Asaltada: En un estacionamiento de un mall esta una guapísima señorita de unos veintinueve años metiendo unos paquetes de comestibles en el maletero de su automóvil cerrándolo, camina hacia la puerta del conductor sea cerca un hombre extraño para pedirle una limosna por cuidarle su automóvil mientras estaba adentro del mismo mall; con todo gusto saca un par de monedas que le entrega en sus manos a ese hombre extraño. Reacciona furioso hablándole que esto es lo que me dará como paga por cuidar su automóvil, la amenaza que le va hacer daño aterrorizada la guapísima señorita ante el hombre extraño le exige y la obliga a desprenderse de su collar, aretes y su reloj de pulso dejándola en paz y antes que desaparezca este hombre aprovechándose del susto que tiene la guapísima mujer le toca sus glúteos, muslos, vientre finalmente sus exquisitos senos huyendo bajo la oscuridad de la noche que se suscita en la noche en los estacionamientos del mismo mall. Vestida con el conjunto de traje chocolate galleta luciendo modeladamente sus medias claras con sus zapatos de cierre atrás de sus pies, con su chaqueta de manga corta del mismo color del conjunto de traje maquillada sencilla y con su cabello largo peinado.

Atrapada: Por circunstancias ajenas a su agenda del día la guapísima señorita tuvo una emergencia en su residencia porque debía salir antes de las seis y cuarenta de la mañana hacia su trabajo, producto de que se le daño la plomería del fregador de la cocina llamando con suma desesperación al plomero para que le repare el fregador. Llega inmediatamente para atender el problema en que se encontraba la grifería como la tubería del mismo fregador, entonces lo ayuda la guapísima señorita sin darse de cuenta el plomero le roza y lea caricia inocentemente sus contornos anatómicos agachada junto al plomero al pasarle las herramientas debajo del mueble donde esta instalando el fregador en su cocina. Finalizando con la ardua labor de la reparación totalizada de la grifería y sobre todo la plomería del mismo fregador incluso trapea el piso ya que al sacar la tubería dañada con fuga salpico de agua su alrededor de los píes de ambos, le paga sus honorarios al plomero dándole gentilmente las gracias por su eficiente trabajo este se despide nuevamente rozándole y acariciándole paulatinamente sus glúteos, muslos, vientre femenino como sus delicados y exquisitos senos.

Agasajada: Cumpliendo años la guapísima señorita es felicitada por tus sus estimados compañeros de trabajo luciendo y engalanada con su atuendo de uniforme azul oscuro de trabajo con medias azules transparentadas con zapatos de cierre trasero en los tobillos. Unos de sus compañeros de trabajo al estar sola la felicita con un beso en su mejilla en ese lapso acrecenta su abrazo con un sutil roce y acariciándole todos sus glúteos, muslos y ponderando finalmente manoseándola en su vientre femenino divinamente por lo ajustado y la firmeza que le da el efecto de las pantimedias puestas.

Acosada: Cuando acude a su cita periódica de profilaxis dental la guapísima señoritas e incomoda cuando el dentista le hace la limpieza además le saca radiografías de sus dientes, después de la limpieza le acaricia puntualizando con una sonrisa picarona y enigmática no la deja tranquila con su mirada que quiere acostarse con ella ni lar espeta por ser solamente su paciente y nada más. Para tapar y disimular el dentista odontólogo le regala un cepillo dental como un estuche de hilo para la limpieza dental de sus hermosísimos dientes que le encajan a las mil maravillas con su natural sonrisa majestuosa.

Aclamada: Definitivamente la característica que realza genuinamente la belleza generalizada de una mujer se describe por la conducta demostrada tanto en el aspecto profesional como personal sin olvidarnos de la pureza que escenifica por sus sentimientos y la honestidad igualmente la franqueza al atender y sobre todo al relacionarse con las personas que la rodean y la quieren por lo que es de corazón y al preocuparse como una verdadera amiga y compañera por el mismo bienestar físico y salud de estos siempre. También debemos valorizar por losa tributos enriquecedores de su intelecto como intereses por el aprendizaje de otros tópicos que engrandecen su profesión y por supuesto as u vida en general.