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Categoría: Lésbicos

Aquellos ojos de miel

Estaba cansada de los celos de Estela a pesar de que la amaba y de que nunca le di motivos para dudar de mí, su baja autoestima no le permitían creer en sí misma, ella era una chica de piel muy oscura, cabello cortísimo, utilizaba gafas de gran medida (sus ojitos saltones me causaban ternura) además de ser muy gordita pero a pesar de que le había explicado innumerables veces que el físico no me importaba, que estaba enamorada de su forma de ser, no terminaba de creerme porque jamás había estado tanto tiempo en una relación, normalmente a la semana la terminaban o era víctima de infidelidades.



Llevábamos 2 años juntas y la situación se volvió insoportable para mí, no podía tener vida social con absolutamente nadie que no fuesen ella o mi familia. Si salía a jugar futbol con unas amigas ella siempre debía estar presente vigilándome hasta que ya no pude más, cuando peleábamos nos decíamos cosas horribles y solo había reconciliación con sexo, empezó por querer hacer el amor cada día que ella quería y cuando yo quería pues simplemente no quería sabe nada de mí, me sentí como objeto sexual, la complacía como un robot, dejé de disfrutarlo y poco a poco herida y desilusionada pensé en vengarme de Estela.



La idea surgió durante una de las clásicas discusiones de celos que siempre teníamos, me reclamaba el hecho de una de las chicas Marcela siempre estaba más cerca de mí, decía que la veía suspirar por mí, que le dirigía miradas de odio y que yo le daba por dónde. Para Estela darle alas a Marce era ser cortes y educada, en fin, después de discutir con Estela, en la soledad de mi habitación comencé a fijarme en Marce en sus atractivos y me di cuenta que era una niña a sus 18 años, tenía unos ojitos claros lindos además de sus senos provocadores, me parecía una chica sensata y así pensando y pensando me dormí con el firme propósito de darle chance a Marce esperando que su amor me sanara.



Habíamos terminado de jugar y aproveche que Estela no llego a verme así que me fui con Marce, eran ya casi las 7pm y le pregunte que a donde iba mientras la abrazaba complaciéndome interiormente porque la sentí vibrar, ella me respondió que, a su casa, que tenía prisa porque vivía lejos y ya se hacía tarde por lo que le ofrecí acompañarla. Íbamos caminando abrazadas y le pregunte cosas de su vida personal por lo que me contaba que nunca había besado a nadie ni mucho menos estado con nadie, me excito mucho escucharla a lo que en broma le dije que si quería le podía enseñar que se siente besar y ella me dijo que le parecía bien que le gustaría muchísimo probar así que en el camino encontramos una casa en construcción así que le dije que no estaría mal probar ahí, un poco asustadas nos  adentramos en la casa que estaba oscura buscando el rincón mas apartado la acomode contra la pared y me acerque suavemente a sus labios, ella respiraba muy agitada presa de los nervios, acaricie sus labios con los míos y poco a poco los fui abriendo succionando los suyos, ella abrió su boca demasiado haciendo que sus dientes chocaran con los míos.



Parecía que se ahogaba en la desesperación, me separé un poco y reí, se nota que nunca has besado le dije, calmate y deja que te enseñe, nuevamente la bese ella simplemente abrió sus labios un poco y después de un momento empezó a seguirme el ritmo, suavemente me correspondía y fue aumentando el nivel de los besos, le pregunte si quería saber qué tal se sentía tener sexo y me dijo que si quería, la seguí besando con más pasión que antes la sentía morderme suavemente y luego me devoraba ansiosamente, con dificultad me separe de su boca y fui bajando por su cuello, ella me acariciaba locamente, devore su cuello a besos mientras que mis manos ansiosas acariciaban uno de sus senos y otra su vagina, sentía en mis dedos sus fluidos invitándome a jugar con su clítoris, ella se movía por instinto pidiéndome mas, quise devorar primero sus senos y le saque la blusa y el brasier, me detuve a mirar lo bonitos que eran, no muy grandes pero muy bien formados, lentamente mis labios los besaron uno a uno hasta llegar a sus pezones los cuales acaricie con la lengua, los succionaba y lamia ni muy rápido ni muy lento ella se pegaba más y más a mí, cuando sentí que no podía mas fui bajando a su pantalón, lo desabroche y se lo baje junto con su trusa, metí la puntita de mi lengua en su clítoris y ella simplemente gozaba enloquecida se movía.



Estábamos en el frenesí de la pasión, sin darnos cuenta nos acostamos y abrí sus piernas para saborearla mejor, recorría con mi lengua su clítoris, sus labios, su vagina, la penetraba y subía a su clítoris a succionarlo, la sentía arder por lo que me enfoque en su clítoris mientras su cuerpo se arqueaba de placer y le introduje un dedo en su cosita y me pidió mas, empecé a penetrarla con más fuerza entraba y salía cuidando de no herirla pero ella quería más y más por lo que le metí dos dedos a la vez que disfrutaba de su clítoris hasta que sentí que llegaba al orgasmo y ella me dijo ya no puedo más, nos levantamos y me beso apasionadamente devorando mi boca me mordió dejándome huellas de su pasión...


Datos del Relato
  • Categoría: Lésbicos
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