Era bastante tarde, se me acumuló trabajo en la oficina y cuando salí de trabajar ya había anochecido. Llovía, así que busqué un taxi para llegar a casa lo mas pronto posible, estaba cansada despúes de todo un día frente al ordenador. Tardé casi una hora en parar un taxi, siempre sucede cuando llueve. Me recosté en el asiento trasero, me quité las gafas, y cerré los ojos, pues me escocían bastante. Bajé un poco la ventanilla y el olor a tierra mojada hizo que me relajara. Deseaba llegar pronto a casa para darme una ducha y dormir hasta el día siguiente. El taxi circulaba algo lento, pero no le dí importancia, estaba demasiado cansada para hablar con aquel hombre. De pronto, entre el aroma a tierra mojada y los olores típicos de una gran ciudad, localicé un olor característico que no procedía del exterior del auto, aspiré profundamente y... no podía creerlo, era olor a sexo masculino. El taxista, aprobechó que yo tenía los ojos cerrados para desabrocharse la bragueta y sacarse la verga. Yo sentí miedo. Apenas había coches a nuestro alrededor. Las calles estaban vacías por culpa de la lluvia y Yó estaba montada en un taxi con un hombre que se hacía una paja delante de mí. No sé como sucedió, pero solo con pensarlo empecé a excitarme.
Miré al retrovisor y vi la cara del taxista, no me había fijado antes, pero era un hombre bastante joven y por sus rasgos debía ser árabe. Separé las piernas, y con un suave movimiento me aparté las bragas. Noté como me mojaba a medida que veía el movimiento del brazo de aquel hombre. Era evidente que se estaba haciento una paja.
Separé más las piernas para que pudiera verme la concha por el retrovisor, y comencé a masturbarme, primero con un dedo... luego con dos. El taxista paró en un callejón sin salida, se giró y sin dejar de mirarme, me introdujo un dedo en mi concha y luego se lo llevo a la boca.
Sin decir nada, abrió la puerta del acompañante invitandome a que me sentara delante, y sin pensarlo dos veces, me quité las bragas y me pasé al asiento delantero. Tenía una verga descomunal, y pensé que no podría untroducirmela entera, pero estaba equivocada. Con un rápido y experto movimiento me sentó encima de el. Era un hombre grande por lo que no tubo problemas en moverme a su antojo. Me desabrochó la camisa y de un tirón me arrancó el sujetador. Con una mano me pellizcaba un pezón, con la otra, introducía un dedo dentro de mi culo y con la boca, me mordía el otro pezón mientras con su verga me penetraba hasta donde nunca antes me había penetrado nadie.
Me dió la vuelta y me colocó de espaldas. El seguía sentado, me colocó encina de el y entonces hizo algo que me volvió loca de placer, me la introdujo por el culo de un solo empujón, sentí tanto dolor que creí que iva a morirme, pero cuando empezó a moverse y a cavalgarme, solo sentía placer. Con una mano me pellizcaba el clítoris y con la otra un pezón, era impresionante.
Nunca antes había gritado haciendo el amor, pero ese hombre sacó de mí todo la lujuria que tenía acumulada después de tanto tiempo. Perdí la cuenta de los orgasmos que tube. Cuando pensé que me iba a desmallar de tanto placer, aquel hombre empezó a gritar como yo había gritado antes, y entonces sentí como llenaba mi culo con su leche caliente mientras apretaba mis tetas con sus fuertes manos. Cuando terminó de correrse, abrió la puerta del taxí y con una señal me indicó que me sentara en el asiento de atrás. Sin decir nada, me llevó hasta la puerta de mi casa. Bajé del auto y noté como la leche salía por ol orificio de mi culo y resbalava por mis muslos. Fué fantástico masturbarme en la ducha pensando en aquel hombre.
No volví a verle nunca más, pero todabía me masturbo pensando en aquella noche.
Me parece muy bueno tu relato y muy cachondo....realmente imagine conforme leia todo lo sucedido......te felicito..y espero leer mas de tu repertorio. ATTE Victoria Rochat