Este relato es real y me ocurrió cuando era niño. Viviamos en unos departamentos de clase media, en frente del nuestro vivía una señora llamada Amparo. Era de unos 40 años, siempre bien arreglada y aunque tenía hijos mas o menos de mi edad, tenía un cuerpo sensual. Lo que a mi mellamaba la atención eran sus pechos, si lo recuerdo como si los estuviera viendo ahora mismo, grandes, firmes, ella sabía lo mucho que me gustaba verlos. Tenía un amante pues recuerdo que un tipo llegaba y pasaba la noche con ella,luego se iba y llegaba casi un mes después...fue en una de esas ausencias que me ocurrió.Los hijos de Amparo no estaban, y mi madre tampoco, ese día no entré a la escuela por llegar tarde. Recuerdo que eran como las doce del día cuando me llamó, desde la ventana de su casa gritó mi nombre y me pidió que fuera a su casa. Lleno de nervios toque su puerta, ella abrió y pude contemplar esas exquisitese de pechos frente a mi, traía puesta una blusa tejida de color rojo, asi es que entre los hoyos del estambre pude ver un sosten negro que realzaba mas su piel blanca y tersa. Necesito que me ayudes a mover unos muebles-me dijo-te voy a dar un peso (que era mucho en aquel tiempo)yo acepté y no por el peso, sino por esta junto a aquella mujer que me provocaba tanto.Entre a su apartamento y comenzamos a mover muebles, primero la sala, ella se agachaba para jalar los sillones y yo contemplaba sus senos, de pronto no pudemas y experimente una erección, ella se dió cuenta pero no dijo nada, Luegome pidió que movieramos un ropero grande, pero como yo no podía,ella se puso junto a mi y lo jalamos; fue alli cuando sin querer toque con mi brazo sus pechos, eran como me los imaginaba,durosy firmes a pesar de su tamaño...y nuevamente la erección, solo que ahora ella me dijo-niño, estás muy chico para esas cosas-, se asomó a la ventana y cerro las cortinas. Acuéstate-me ordenó-yo me tendí en la cama lleno de temor pero recuerdo que mi pene seguia firme, ella me desabrochó el pantalón y lentamente comenzó a bajarme el calzón, recuerdo que miró mi pene con una mezcla de ternura y pasión y comenzo a masajearlo muy suavemente,con sus grandes manos apretaba y jalaba, oprimía y sobaba, pene, testículos, entrepierna, era una mezcla de fuerza y suavidad en perfecto equilibrio, recuerdo que yo no me movía siquiera, cerré los ojos y disfruté mi experiencia de niño-hombre como si supiera que ese momento no se repetiría jamás. Luego se acercó a mi y me besó con su boca pintada de rojo que tanto llamaba la atención de los vecinos...fué un beso tierno, mordisqueo mis labios suavemente,chupaba mi barbilla, besaba mi cuello...era increible, lo recuerdo ahora, yola sentía como la amante-mamá mostrandome un mundo nuevo de sensualidad que quizá nadie de mi edad conocería jamás...instintivamente tomé sus senos con mis manos y los estrujé..-cuidado nene-me dijo, esto es delicado...se arrodilló junto a mi y se quitóla blusa y el sostén...recuerdo que casi me daba un infarto...por fin mi sueño hecho realidad,sus senos mios,blancos, hermosos, sus pezones de un rosa encendido se erguían triunfantes ante mi...se acostó junto a mi y yo comenzé a besarlos frenetico...tome con la boca esos pezones y los succioné lo mas suave que pude. Tenía miedo de fallar como amante en ese primer encuentro, pero cuando oí que gimió como gatita comprobé que lo estaba haciendo bien,que yo era capaz de provocar placer a una mujer como esa. Mientras todo pasaba, ella en ningún momento dejo de acariciarme el pene...cuando de repente llegó el primer climax de mi vida (aunque aún no salió semen) yo quería gritar pero ella me tapo la boca con sus labios...cuando vió que mi pene perdió su textura, ella se levanto, se puso la blusa y me dió las gracias porla ayuda prestada. Tienes que irte ahora,no tardan en llegar mis hijos de la escuela-me dijo-otro día te llamaré ¿está bien?
Si Amparo, lo que tu digas, aqui esta tu hombre que te hará feliz cuantas veces quieras (pensé) pero recuerdo que solo atiné a decir un leve "hajá"
y sali corriendo a mi departamento lleno de emoción. A partir de ese día y todos los días yo esperaba oirla pronunciar mi nombre para acudir a su llamado,pero nunca ocurrió...creo que los recuerdos de ese día se borraron de su memoria, aunque de la mía jamás...
Ronald