Luis era un buen hombre. Honrado y trabajador como el que más que se desvivía por dar lo mejor a los suyos. Era albañil, carpintero, electricista.., incluso guardacostas. Pues vivía en un pequeño pueblo costero al Norte de España. No había trabajo que no pudiera desempeñar.

Su mujer, Blanca, era muy bella. Pero no tan honrada como él. Era más bien un poco "casco ligero". Luis y Blanca se casaron muy jóvenes (casi niños) y Blanca era casi 10 años más joven que su esposo. Tal vez esto, haría que su amor por él no sería tan intenso y recíproco.

Luis un día regresó más pronto de lo acostumbrado a casa, pues tenía un fuerte dolor de cabeza. Y al ver a todos sus hijos en la calle jugando, no le dio mucha importancia. Aquel día Luis pensó que si los niños jugaban en la calle, tomaría una buena aspirina y haría el amor con su esposa. Hacía tanto tiemo que no se acordaba ya de la última vez.. ¡Cómo se equivocaba!.

La puerta de la calle estaba atrancada con llave por dentro y ésto aparte de "olerle a chamusquina" a Luis, no le daba buena espina. Luis llamó a la puerta. Ella no contestó. Pero si la puerta estaba atrancada de esa manera y ella no contestaba ¡¿qué demonios pasaría!?, pensó. Así que la llamó al celular, pero seguía sin respuesta positiva. Luis llamó a los bomberos asustado por si podría haber pasado algo fatídico.

El espectáculo no podía ser menos bochornoso. Luis encontró a su esposa completamente desnuda haciendo el amor con el vecino de arriba. Estaban los dos completamente bebidos y desnudos y en su propia cama. Cómo se lo estaban pasando.

Luis, desde ese día ya no podría confiar nunca más en Blanca, su esposa. Así que inició los papeles del divorcio. Vendió su piso y compró para él y sus pequeños una casita, aunque más pequeña más confortable. Cambió incluso de coche, y quitó todos los recuerdos de aquella mujer que sólo le había puesto los "cuernos" durante todo su matrimonio.

Luis luego conoció una muchacha más joven con la que contrajo matrimonio y entre los dos criaron su familia.

Blanca, en cambio, tuvo que cambiar no de domicilio, sino de pueblo pues el espectáculo había sido tan bochornoso y el pueblo tan pequeño que era el hazmereir del mismo. Ya no volvió a dar más señales de vida.