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Categoría: Incestos

Amor en el cementerio

Mi prima Hera una morocha infartante de largo pelo y pechos con grandes pezones, en la adolescencia jugábamos hasta casi quedar desnudos ya sea a las cosquillas o daños besos en todo el cuerpo.



Vivimos aun hoy a unos 500 km de distancia y solo nos visitamos en vacaciones. Una vez ella estaba juntada con un hombre muy celoso que incluso la trataba mal y la insultaba de la peor manera, donde ella iba él la acompañaba, una tarde decidimos ir al cementerio donde están mis abuelos y otros parientes, al llegar a la puerta del cementerio él dijo que no entraría y que en unas dos horas regresaría a buscarnos, al entrar al cementerio fuimos ver a varios familiares difuntos y dejamos para el final a mi abuelo quien estaba en un segundo sub suelo el cual estaba muy mal iluminado y había historias de gente que se había quedado encerradas en ese lugar.



Al bajar al primer sub suelo ya comenzaba la oscuridad aun con la luz de la puerta que daba a un jardín , al llegar al segundo subsuelo se podía ver muchos carteles de la oficina del cementerio que pedía a los familiares que pasen por las oficinas, algunos de esos carteles eran de ya varios años, mi abuelo está en el final de un pasillo y al fondo de todo donde solo se iluminaba pobremente con un foquito de luz, luego de dar nuestros respetos mi prima comenzó a hablar mal de su pareja y yo comencé a consolarla, ella mientras me contaba sobre el maltrato que recibía apoyaba su cabeza en mi hombro y pegaba sus pechos a mi pecho provocando que mi pene se endureciera cada vez más, luego de unos minutos le dije que recorriéramos los otros pasillos del piso y fuimos a una esquina casi oscura, mientras seguía contándome sobre sus penas comenzamos a darnos besos de cariño y de primos, pero poco a poco nuestros labios se acercaron y se unieron en un jugoso y tímido beso el cual fue seguido por otro y otro y otro cada vez más profundos, sus manos parecían querer tocarme pero no se atrevían, coloque mis manos en las suyas y las levante por encima de su cabeza hasta apretárselas contra los nichos que estaban encima de ella, empuje mi cintura contra su cintura y apoye mi miembro contra su entrepierna, y ella me dijo:



-¡Noo somos primos no podemos!, metí mi lengua en su boca y me soltó las manos y me comenzó a abrazar, mis manos bajaron a sus pechos que se hincharon repentinamente, su respiración se cortó y cerro sus ojos mientras le desprendía su camisa, levante su corpiño y comencé a chuparle sus negros pezones a la vez que apretaba sus piernas y colocaba su rodilla sobre mi pene, le subí su falda y le metí mi mano en su vagina y comencé a frotársela delicada pero frenéticamente, sorprendentemente me empujo contra los nichos de la otra pared y metiendo su mano dentro de mi pantalón me apretó fuertemente los testículos y se arrodillo bajando el pantalón y comenzando a chuparme la pija mandándose el miembro hasta los huevos sin ningún problema, apretando sus labios en la base del pene y moviendo la cabeza dándome un hermoso placer. Luego de unos segundos se paró y dándome la espalda subió su pollera, sin perder tiempo le baje la tanga, que termino en el piso, me baje más el pantalón y mientras ella se agachaba le mande la pija que sin querer se la metí en el ano, ella la saco y me dijo:



-¡No en el culo no! Le pedí perdón por que no fue mi intención y se la mande en su calibre concha que comenzó a gemir mientras se mordía y apretaba los dientes para no llamar la atención, en un momento saque mi pija y sin querer se la metí en el ano sin que ella pusiera ninguna resistencia comencé a cogerla, ella comenzó a tomar la iniciativa y sacaba mi pija de su culo y la metía en su concha por un buen ratito para luego sacarla y metérsela en el culo nuevamente nuestros sexos chapoteaban en líquidos femeninos hasta que largo un prolongado sonido de relajación, saque mi pija de su vagina y la metí en su culo, ella se inclinó un poco para que entrara toda, la tome del pelo y sacudiéndola unos instantes largue toda mi leche en su culo.



Estábamos muy transpirados, nos acomodamos la ropa y subimos a planta baja donde nos lavamos antes de salir en donde se lavan los frascos y floreros, luego salimos del cementerio y su pareja estaba más transpirado que nosotros así que no sospecho absolutamente nada.


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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