Tengo 33 años, trabajo en el área de la salud, soy casada, tengo 2 preciosos hijos, vivo feliz en mi matrimonio, nunca se me había pasado por mi mente ser infiel, un día iba en el colectivo hacia mi trabajo, y cerca de mí se sentó un hombre muy atractivo, de 36 años, su cabello muy organizado, acuerpado, vestía muy atractivamente, se veía un pecho muy belludo y sexy, desde que se subió fué muy cortés conmigo, empezamos a dialogar, me contó detalles de su trabajo y de su vida, fué el viaje mas corto y delicioso de las idas a mi trabajo, yo estaba deleitada con él, al llegar al terminal de transportes me preguntó si me podía llevar a mi trabajo, obviamente acepté, él pagó un taxi, y antes de llegar al trabajo, me invitó a comer una deliciosa ensalada de frutas, me pidió el número de mi teléfono y por lógico me negué a dárselo, luego se despidió de un beso muy insinuante, que me dejó temblando.
Pensé que esto era pasajero y me tranquilicé, pero a los 3 días regresé a hacer turno, y al terminar iba saliendo cuando ¡ohh sorpresa! estaba esperándome en su auto, muy especial con unas lindas flores, dijo que como no podía llamarme a mi casa, tenía el teléfono de mi trabajo, y que él quería disfrutar un ratico mas ameno conmigo, me dió mucho susto, pero me decidí a estar con él un momentico, fuimos a una taberna muy romántica, y luego dijo que me llevaría cerca de mi casa, al pasar por un motel entró sin avisarme, yo me asusté, pero él me relajó con un dulce beso, no podía creerlo, entramos a la cabaña, me tenía una cena muy romántica, bajó las luces, puso unas suaves baladitas me invitó a bailar, ohhh que delicia, sus manos comenzaron a desnudarme, yo temblaba, él empezó a dejar ver ese hermoso cuerpo, yo ya ardía, mi vagina estaba super húmeda, me invitó al jacuzzi, nos dimos un relajante baño, empezó a besarme mis pezones, luego mi hombliguito, introducía sus dedos en mi vagina y en mi ano apasionadamente, luego me metió su lengua en mi vagina, ummm yo gemía de placer, luego me introdujo su enorme pene en mi boca y yo lo chupaba, y él se derretía y gemía y gritaba, luego me sentó sobre su penezote, y me lo metió, sentí como si hubiera sido mi primer vez, casi no me penetra, yo estaba en un extasis de placer el cual nunca me imaginé sentir, luego me volteo y me lo introdujo por mi ano, ahhh se mezcló el dolor y el placer, volví a chupárselo y se vino sobre mi boca, me chupé toda su calientica lechita, ahhhh el estaba feliz, satisfecho y yo ni decirlo, sin pensarlo se pasó el tiempo, y me tocó llamar a mi esposo a decirle que no podía ir, ya que le ibamos a celebrar el cumpleaños a una compañera, les juro que no podía creer lo que había hecho, pero no me arrepiento porque lo disfruté muchooo, y siempre el hombre le dice a uno sus mentiras, y uno les perdona todo, ahora que lo hice, estoy segura que es la única manera de perdonar las infidelidades del esposo.