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Amigos y amigas cosas que pasan

~~Quién no ha vivido en sus propias carnes algo vibrante y emocionante como lo acontecido en este relato.

¡Carpe diem!

Me llamo Jorge y voy a contaros una historia real que me ocurrió la semana pasada mientras estaba en un concierto con mis amigos.
 Era sábado por la noche y los amigos y amigas estábamos reunidos en una zona de playa que hay en nuestra ciudad, y que la adaptan en verano para hacer conciertos.

sexo mientras bailamos, erótico total.

La amistad una de las cosas más bellas de la vida...

Tanto la gente como todos mis amigos, bebíamos, reíamos, bailábamos desenfrenadamente.
 El grupo que actuaba ese día ya estaba tocando y las luces estaban apagadas por lo que no se veía nada prácticamente, salvo las siluetas de las personas que rodeaban a uno.

Desde hacía bastante rato mientras bailaba no paraba de rozarme con las manos, el cuerpo en general con la chica que estaba delante de mí.
 Al estar tan apretujados todos de tanta gente que había, en más de una ocasión mi paquete rozaba la minifalda de la chica bailona de delante.

Cada vez eran más continúos los toqueteos entre los dos y los roces y parecía gustarnos esa sensación porque ninguno nos inmutábamos.
 Tal era la situación que en un momento de la música ella se giró y divisé una sonrisa picarona de su cara pero no conseguí apreciarla bien, sin embrago me aventuré a rodearla por la cintura con mis manos y a besarla en su cuello para luego llegar hasta sus labios prominentes.

mi amiga me hizo perder la cabeza

El baile un arte de seducción...

Ella me siguió el juego y continuamos bailando, besándonos y restregándonos nuestros cuerpos sin parar.
 Yo cada vez estaba más cachondo y empalmado y ella se arrimaba más a mi cuerpo super excitado.
 Como ya estaba fuera de mi, me atreví a introducir mis manos por el interior de su blusa para sobar sus enormes pechos juguetones y ella gemía de placer y se retorcía excitada.

Como había tanta gente bailando, medio borracha y a lo suyo nadie se percató de la escena.
 Yo que quería guerra no quise desaprovechar la ocasión y conseguí levantar un poco la minifalda, lo justo para meter cuidadosamente mis dedos entre su tanga y acariciar su pubis lubricado durante un buen rato mientras seguíamos bailando y disfrutando del concierto.


Notaba que estaba a punto de correrse cuando en un momento del concierto pararon la música y encendieron las luces, automáticamente aparte mis manos de donde estaban y mi amante secreta se giró hacia mi.


¡Qué sorpresa Dios!

Era mi amiga Pili, una chica preciosa de 23 años que conocía desde la infancia.

¿Quién iba a pensarlo?

Pili tenía el típico cuerpo para volver loco a los hombres, pelo largo moreno, ojos verdes, tetas enormes y un culazo digno de admirar.
 Nos miramos y sin apenas dirigir palabra, me agarró de la mano y me llevó hacía los baños de mujeres que casualmente estaban abiertos y vacíos.
 Aprovechamos que nuestros amigos habían ido a la barra a por más bebida y nos aventuramos a nuestra fugaz relación.
 Yo la seguí como un esclavo sometido y por el camino me dijo:

qué morbo follar y bailar a la vez


¡Tranquilo que es todo para ti, sígueme!

Una vez dentro del baño pasamos el pestillo, y allí ardió Troya.
 Nos besamos alocadamente, nuestras lenguas se entrelazaban y mordisqueábamos nuestras bocas mientras nos desnudábamos lentamente lo justo para sentir nuestros cuerpos desnudos, nuestra piel...
 Como ya íbamos calientes de antes y era un lugar público, no perdimos el tiempo en preámbulos, coloqué a Pili encima del lavabo del baño, subí su minifalda y aparté con cuidado su tanguita negro mojado con sus fluidos corporales fruto de la excitación...

Bajé rápido mis pantalones, mis shorts y saqué mi pene duro que deseaba penetrar aquel cuerpo escultural.
 Me follé a mi amiga durante un buen rato, mis embestidas eran tan fuertes que sus gritos raro sería que no se escucharan fuera de no ser por el jaleo de la multitud y el concierto.
 Pili me pedía que la follará duro porque me deseaba y yo que soy un caballero no dudé en hacerlo.

Después de bastantes minutos en los que nuestros cuerpos se fundieron en uno, no aguantamos más y nos corrimos a la vez, yo me corrí dentro de ella porque así me lo suplicó.
 Nos quedamos relajados después de eyacular durante un par de minutos, nos abrazamos fuertemente y nos miramos, en esa mirada descubrí el amor, me enamoré locamente de ella.

Volvimos al concierto como si no hubiera pasado nada, ya había comenzado después del descanso y las luces volvieron a apagarse, continuamos la noche con los amigos.

A día de hoy después de una semana salimos juntos y felices, quién lo iba a decir que en un concierto de música aparecería el amor...

Datos del Relato
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