Busqueda Avanzada
Buscar en:
Título
Autor
Relato
Ordenar por:
Mas reciente
Menos reciente
Título
Categoría:
Relato
Categoría: Varios

Amigos con Derechos

En esta época en que las relaciones humanas funcionan cuando se deja bien claro lo que cada quien necesita para que todo trabaje bien, quisiera hondar en un tema tan moderno como antiguo: el de los amigos con derechos, no propiamente amantes, sino sólo instrumentos para las épocas de sequía sexual.

Hagan este experimento: Tomen al hombre más próximo (que no sea su pariente sanguíneo en primer grado, por favor) y pregúntenle: ¿te gustaría ser mi amigo con derechos, es decir, que nos acostemos de vez en cuando sin compromiso de ningún tipo?

Lo que va a acontecer es una constipación total del individuo: se le va a desnivelar el cuajo y se le romperán las agarraderas de la voluntad. Con buena suerte dirá que sí a la primera, pero quizás tarde en aceptar, no por falta de ganas, sino por la sorpresa. Todos dicen que sí, los hombres son
las criaturas más pajuelas del planeta.

Esta figura de sexo extracurricular se llama sex buddy, fuck pal, amigo con derechos ("derecho a roce", dicen en España), movida, detalle: las denominaciones son variadas y pueden llegar a ser expresiones floridas como "la nalga". Se le atribuye generalmente a las mujeres, pero como la
diversidad y tolerancia ya ha trascendido los géneros, queda decretado desde hoy que a los hombres que sirvan sólo para el fornicio ocasional, se les llame también así.

Conseguirse un amigo con derechos no es el descubrimiento del agua tibia: es una práctica antigua. (No confundir con el amante, que ese requiere más trabajo, dinero y más explicaciones.)

En Venecia, durante el siglo XVIII, cuando todo mundo se la vivía fornicando impunemente y con singular alegría carnavalesca, existía la figura del cicisbeo (se pronuncia chichisbeo, que me parece una palabra que da origen al término chichifo, del cual hablaremos en otra ocasión).

La cosa funcionaba así: una mujer se casaba y a la semana se conseguía a un amigo que le daba batería durante un tiempo. Nadie se encelaba y el marido tan tranquilo, porque él a su vez también andaba cicisbeando cerca del fuego de otro hogar.

Venecia era un lugar tan divertido, que los cicisbeos no solamente se convertían en amigos con derechos de cuanta mujer aguantaran, sino que todavía se daban sus vueltas a los bordellos de aquella época para aventarse un round con las cortesanas. ¿Qué les darían de comer a los hombres en aquella época que andaban desatados? (Nota: Casanova, de ese tiempo más o menos, decía que él desayunaba 50 ostras, por ello ostentaba tanto pene power.)

Los amigos con derechos no son amantes en el sentido estricto del término, sino una especie de instrumentos para las épocas de sequía sexual (novio de viaje, esposo sebo, pareja letárgica, etcétera).

En estos tiempos, cuando las relaciones humanas funcionan al dejarse bien claro lo que uno necesita para que todo marche bien, es preciso ponerle reglas al futuro prospecto de amigo con derechos.

La primera es: llegar a un acuerdo. Plantearle al individuo que solamente fornicarán cuando los dos tengan necesidad y sus agendas lo permitan. Se deben respetar las normas de privacidad de los involucrados. La comunicación se llevará a cabo estrictamente para ponerse de acuerdo en dónde y a qué horas. Después de haber concluido el acto cada quien se va a su casa: tranquilo y desflemado.

La segunda: prohibido amor y celos. Éste es el aspecto más peligroso, porque luego los amigos con derechos terminan enamorándose y es un fastidio decirles que se vayan a proseguir con su existencia. Esto es porque todos los seres humanos desarrollamos un sentido de la posesión: como si el otro
nos perteneciera. Es fundamental que los involucrados gocen de una autoestima alta y no anden restregando sus conflictos existenciales en la otra persona (eso lo resuelve mejor un psiquiatra). El amigo con derechos es necesario para satisfacción personal, como cuando una se come un chocolate,
se compra una bolsa nueva o se masturba.

Tercera: el amigo obviamente tiene derechos y obligaciones, que empiezan y terminan en el colchón del cuarto del motel o del lugar cómodo en donde se vaya a hacer el amor. A menor información que se comparta, mejor es el funcionamiento de este intercambio de carnes.

La cuarta: rarísimas veces los acuerdos de los amigos con derechos derivan en relaciones amorosas de éxito. Una cosa es verse cada quince días en condiciones idílicas y otra despertar con el bulto multiforme cada mañana. Se debe tener bien claro la naturaleza del intercambio: es de puras ganas y
diversión.

Quinta: no se vale cobrar ni que te cobren. Ninguno de los dos se dedica a eso profesionalmente y es un acuerdo entre cuates.

Los beneficios que se obtienen con esta practica carnal extracurricular son diversos: es ejercicio aeróbico, incrementa la autoestima, y mejora la vida sexual de quienes tienen una pareja fija.
Así todos contentos...

PD: Coman ostras y verduras.
Datos del Relato
  • Autor: Laila
  • Código: 3013
  • Fecha: 12-06-2003
  • Categoría: Varios
  • Media: 4.54
  • Votos: 52
  • Envios: 12
  • Lecturas: 5276
  • Valoración:
  •  
Comentarios


Al añadir datos, entiendes y Aceptas las Condiciones de uso del Web y la Política de Privacidad para el uso del Web. Tu Ip es : 3.145.85.233

3 comentarios. Página 1 de 1
Angel F. Félix
invitado-Angel F. Félix 19-10-2003 00:00:00

Caila pretende convencernos, y para ello formula un pentálogo, que amigos con derechos son los buenos, olvidando que el hombre es monógamo. ("Amigo con derechos")

Joaquín Ledo
invitado-Joaquín Ledo 03-10-2003 00:00:00

Laila: Si lo que escribiste es en broma... bueno solamente se te reclama el mal gusto. Si eso es lo que piensas... eres pobre de alma (si tienes una) Tú planteas esa relación de "amigos con derechos" como si ese amigo fuese algo así como tu muñeco de goma. Es cierto que los hombres estamos "siempre listos" así es nuestra naturaleza, pero siempre la orientamos a un mujer que amamos. Si me propusieras ser tu amigo "con derechos" no aceptaría porque necesitaría ser tan egoista como tú. Hacer el amor es una unión de almas y no me parece que tengas una. Si encuentras a alguien que acepte ser tu "amigo con derechos"... no te fies de él...es igual que tú.

Lorna
invitado-Lorna 16-06-2003 00:00:00

Ahí está la cuestión... Realmente somos capaces de no sentirnos con derechos sobre nadie? De todas maneras, si se consigue, es estupendo tener un amigo que además de AMIGO te permite desfogarte con él. Yo también lo recomiendo. Jejeeje

Tu cuenta
Boletin
Estadísticas
»Total Relatos: 38.525
»Autores Activos: 2.283
»Total Comentarios: 11.907
»Total Votos: 512.106
»Total Envios 21.927
»Total Lecturas 106.079.833