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SEGUNDA PARTE
"EL RELATO"
Por la mañana, el timbre de mi teléfono nos despertó, Frank me pidió no contestar, pero era mucha la insistencia, así que opté por hacerlo, como estaba entre dormida y despierta no reconocí el número del que me marcaban. -Para mi sorpresa era la dulce Katy-. Me llamo para invitarme a desayunar. -Pretexto perfecto para poder conocer los detalles de su cita-, se escuchaba muy contenta, así que acepte, acordamos vernos en mi casa. Emocionada por conocer los detalles íntimos de su aventura, frenéticamente termine de despertar a Frank para que me llevará a casa. Él no muy conforme acepto, estaba descontento, pues tenía toda la intención de fornicarme todo el día. -Lo que me hubiera fascinado, pero en esos momentos era más el deseo de ver a mi Katy-.
Mientras me vestía prometí recompensarlo por lo bueno que se había portado. -Su primer premio fue dejarle mi tanguita rosita para recordarle la maravillosa noche de amor, sexo y lujuria-. Poco tiempo después, estábamos en casa. -Katy me esperaba ansiosa en la puerta-. En cuando me vio descender del carro, corrió para arrojarse a mis brazos, me dio muchos besos, moría de ganas por contarme sobre su aventura. -Y desde luego yo de escucharla-. Ya en casa y lejos de cualquier mirada o comentario mal intencionado, se me abalanzó encima con otro efusivo abrazo, besándome la mejilla. -Se encontraba ansiosa, nerviosa, no sabía por dónde comenzar su relato-.
A fin de aminorar su ansiedad, le propuse pasar el resto del día en casa, degustar un suculento desayuno, tomar un largo y delicioso baño en la tina, mirar pelis y comer palomitas. -De mil amores aceptó-, preparé un aromático café, jugo fresco de naranjas, pan recién tostado, huevos a la mexicana acompañados con frijoles refritos. Poco después del desayuno, realicé los preparativos para el baño en la tina. -Soy una mujer muy perfeccionista y detallista, me gusta que todo este ordenado, limpio, cuidando hasta el más mínimo detalle-, decoré el cuarto de baño con más de veinte velas, todas ellas con esencias de lavanda, coloqué una botella de champagne a enfriar en un vikingo, busqué en mi iPad música de meditación y relajación, llenando la tina con agua caliente y sales aromáticas, coloqué jabones y shampoo de lavanda, preparé toallas, batas que fueron rociadas con un delicado aceite de lavanda, sandalias y todo listo para degustar un estimulante baño de tina.
Una vez terminados los preparativos, conduje a Katy hasta el cuarto de baño, -Ella, irradiaba felicidad, aquella alegría era contagiosa pues, al igual que ella me sentía súper feliz-. Destapé la botella, serví dos copas de cristal cortado brindando por nuestra amistad y felicidad. -Es un deleite para el paladar degustar el suave y dulce elixir del champagne, el sin fin de estimulantes burbujas recorrer la garganta, simplemente es algo delicioso-. El vapor que emanaba de la tina y el peculiar sonido del agua anunciaba el punto exacto para sumergirse.
El hecho de tenerla a mi lado, aunado a la mezcla de ternura y amor que destilaba mi cuerpo, hicieron divagar mi mente, -Por unos momentos me sustraje de todo, permitiendo que mis sentimientos dejarán despertar emociones no comunes a los ojos de los demás, en esos instantes afloró el deseo por esa mujer, no sabía si era normal o no, simplemente la deseaba con todas las fuerzas de mi corazón-. Para cuando reaccione, me percate que a ella le sucedió algo similar, para poder matizar un poco la situación, lo primero que se me vino a mi mente, fue nuevamente invitarla a sumergirse en el agua.
Sin más preámbulos, Katy comenzó sutilmente a desvestirse, con la plena intensión de provocarme. -Mi cuerpo se paralizó por completo, simplemente observé el espectáculo que me ofrecía-, en cuanto terminó de desvestirse, sutilmente comenzó a desvestirme con la misma parsimonia con que ella lo había hecho instantes antes, al término, tomo mi mano caminado hasta la orilla de la tina, invitándome a compartirla, haciendo una pausa para observar mi cuerpo. -Soy más alta que Katy, complexión delgada, tez blanca, ojos azules, pelo castaño claro y más largo que el de ella, senos medianos y redondos, cintura estrecha y glúteos espectaculares-.
El silencio que se produjo en aquellos minutos fueron nuestros mutuos aliados, simplemente nos estábamos dejando llevar por el momento y las emociones, mi excitación era demasiada, mi cosita se encontraba completamente húmeda y mi cuerpo temblaba de la emoción, Katy se dio cuenta de ello, abrazándome tiernamente, susurrándome al oído. -Sophie, mi amada Sophie, el amor mutuo que sentimos, no es malo, el amor siempre es bueno, generoso y por amor hacemos muchas cosas y perdonamos otras tantas. Te he amado desde siempre-, con esas dulces palabras ingresamos a la tina, dejando que nuestros cuerpos se fundieran entre las burbujas, el sutil aroma que provenía de las velas y el vapor del agua, su espalda se recargó sobre mi pecho, permitiéndome acariciar libremente su cuello, hombros y brazos, su oído rosaba mis labios deseosos de mordisquearlo, la sutil música permitió relajarnos aunado al maravilloso elixir del champagne, dando pauta al relato de Katy.
-Sophie, espero no cambiar el concepto que tienes de mi persona por lo que te voy a contar, se trata de mi lado obscuro por decirlo de alguna manera. Soy una mujer con un alto temperamento sexual, deseosa de ser acariciada, de ser el centro de las miradas, de ser penetrada una y otra vez. Al despertar en mi sexualidad conocí esos placeres, al principio no sabía si era bueno o malo, me documente sobre el tema, consulte con expertos y digamos que soy una mujer especial y diferente al resto. No me atrevía a comentarte nada por temor a que no me entendieras, a ser juzgada, pero sobre todo al miedo de sentirme rechaza. Bajo ese precepto, siempre trate de respetarte y ocultártelo-.
-Durante mis estudios en el norte del país, por azares del destino, en una fiesta súper reventada, conocí a Wendy, de inmediato hicimos clic, luego de esa fiesta me propuso trabajar para ella en su agencia de modelos, ella tiene muchos contactos a grandes niveles y es socia de un club nocturno aquí en la capital. Su propuesta era tentadora, el saciar mis deseos sexuales y además de ello, me retribuyeran generosamente motivaron mi decisión de aceptarla-.
-Al principio no fue fácil, ya que siempre soy yo quien decide con quien tener sexo, en este negocio las cosas son a la inversa, eres un objeto con el que los clientes sacian sus más bajos instintos sexuales, no todos los clientes son lindos o buenas personas, pero en el círculo en el que me desenvuelvo, la mayoría son educados y hasta cierto punto amables, he tenido buenas experiencias como la de anoche. Carlos es un cliente frecuente, busca regularmente a Wendy para ofrecernos como premio o motivación para cerrar algún negocio con sus clientes, es dueño de una gran empresa en el norte del país, fue ahí en donde lo conocí, el acostumbra celebrar sus éxitos comerciales ofreciendo a sus clientes una noche con alguna de las chicas de la firma. Al parecer cerró un importante negocio y como de costumbre la buscó-.
-Carlos es un hombre interesante, tiene 40 años, su socio Víctor tendrá unos 38 años, esperaban nuestra llegada en el lujoso hotel donde se hospedaron, para sorpresa nuestra, nos llevaron a una cena que ofrecían unos amigos de Víctor, derivado del trato cerrado con Carlos. Wendy se encargó a atender a Víctor, mientras que yo hice lo propio con Carlos. Durante la cena intercambiamos un par de besos inocentes y alguna que otra caricia, nada relevante, las acciones comenzaron al interior de su habitación justo en la terraza, la noche era templada, la vista de la ciudad inigualable, mientras observábamos la ciudad, me tomo por mi cintura diciéndome al oído lo mucho que deseaba tenerme, sus manos recorrían mis piernas, sutilmente las separó para sentir el calor que despedían mis muslos y entrepierna, con una de sus manos rozaba mi cosita por encima de la diminuta tanga, restregando rítmicamente su miembro completamente tieso entre mis glúteos, en busca del interior de mi vagina, poco a poco sus manos subieron mi vestido hasta que mis glúteos quedaron a merced de aquel miembro que no dejaba de restregarlo. Mi vestido se encontraba levantado hasta mi cintura, su mano izquierda frotaba mi cosita, presionando mi clítoris, mientras con la derecha sobaba uno de mis pechos-.
-Involuntariamente, mis caderas acompañaban sus movimientos, con gran habilidad separó mi tanga metiendo sus dedos en mi vagina, Ufff, el contacto del viento con mis flujos me hizo estremecer, al sentir aquel espasmo, Carlos me giró para besarnos, su lengua recorría el interior de mi boca, mi mano correspondió restregando su miembro erguido con la plena intensión de libéralo. Orgulloso de su gran erección, me apartó para que pudiera observar su tieso y gordo miembro, mi mirada quedo clavada en tremendo instrumento, mientras mis manos no dejaban de masturbarlo-.
-Me dirigió a un sofá enorme, se colocó justo enfrente de mí, ordenándome desvestirme lentamente, como fiel sumisa obedecí, de manera muy provocativa, comencé a mover las caderas mientras mis manos recorrían todo mi cuerpo, despojándome prenda por prenda mi indumentaria hasta quedarme únicamente en tanga, con los ojos inyectados de lujuria Carlos observaba todos mis movimientos mientras parsimoniosamente se masturbaba. Camine lánguidamente, posicionándome frente de él. Dándole la espalda, con la misma parsimonia desprendí mi tanga dejando mi vagina al descubierto, en cuanto la tuve en mis manos, giré sobre mi eje, simulando la acción de levantarla del suelo, arrojándosela directamente a su cara. Haciendo gala de buenos reflejos Carlos la atrapó en el aire, olfateándola como si fuese un animal de caza-.
-Me encontraba a merced de aquel apuesto hombre, dispuesta a cumplirle sus más sucias perversiones. Sus ojos se desorbitaban con cada inhalación que hacía a mi tanga impregnada del aroma de mi vagina. He tenido un sinfín de encuentros sexuales con aquel hombre, al grado de pensar, que en realidad el siente algo por mí, conozco sus preferencias, sabía que era el momento idóneo para ser penetrada, así que, sin mayor preámbulo, saqué un preservativo de mi bolsa, colocándolo en mi boca para enfundar aquel hermoso y gordo miembro, hecho esto, comencé a succionarlo efusivamente-.
-Minutos más tarde, me tomo por la cintura girándome para quedar a cuatro, con una de sus manos sostenía mi tanga que continuaba olfateando, mientras con la otra dirigía su miembro para introducirlo, poco a poco lo fue encajando con movimientos suaves y rítmicos, me inclino de tal manera que mi cara se recostó en el sofá, arqueándome la espalda al máximo, lo que ayudó a elevar mi cintura y por ende mis nalgas, de vez en vez, dejaba de penetrarme para recorrer con su lengua mis orificios, haciendo hincapié en mi culito, su lengua se rebosaba en los pliegues de mi ano, provocándome sensaciones indescriptibles, que fueron secundadas por las tremendas frotaciones que yo misma me producía en mi clítoris. Fricciones que en poco tiempo provocaron una convulsión que anunciaba el primer orgasmo de la noche-.
-Involuntariamente mis piernas temblaban, mi vagina segregaba gran cantidad de flujos producto de mi eyaculación, traté de incorporarme, pero Carlos me lo impidió. Con una fuerte nalgada me ordenó quedarme en la misma posición. Sacó su miembro, recorriendo con su lengua el interior de mi vagina para recolectar sus mieles, sus caricias linguales produjeron una temporal relajación de mi cuerpo. De repente y sin miramientos de un solo golpe me penetró brutalmente, llegando hasta lo más profundo de mi ser. Un grito de dolor se escapó de mi garganta, mismo que fue sofocado por otra severa nalgada, sus embestidas acrecentaban su intensidad, mientras bombeaba, sus dedos se apoderaron de mi culito, para dilatarlo, la fricción que sentía en mi interior, provocaron un repentino orgasmo que me sacudió por completo, sentí como la presión sanguínea recorría a gran velocidad todo mi torrente, alojándose en mi columna vertebral-.
-Aquellas sensaciones ayudaron a penetrarme analmente, mis flujos escurrían por mis muslos interiores y fueron delicadamente recolectados y depositados en mi cavidad anal, permitiendo la penetración, misma que con el paso de los minutos se transformó en un dulce placer. Una vez que mi esfínter se acopló por completo al miembro de mi amado, sus embates fueron muy fuertes. De vez en vez, sacaba por completo su miembro para observar lo dilatado que tenía mi ano, volviéndolo a meter con gran efusividad. Para esos momentos Carlos era una máquina me embestía si tregua alguna-.
-Carlos tiene una fijación por eyacular en mi cara, eso le encanta, así que instantes antes de terminar, me ordeno hincarme, colocando su miembro entre el inicio de mi nariz y mis ojos, arrojando gran cantidad de semen caliente que brotaba y rebotaban en mis parpados, en mi cara, restregando su lefa por todo mi rostro, al tiempo que me pegaba fuertemente con su glande en mis mejillas. Mi semblante quedo completamente impregnado de su espeso y cálido semen, dejándome completamente inerte-.
-Me di una ducha, el agua tibia y el refrescante aroma que desprendía el shampoo renovaron mi ser, dándome nuevos bríos. Mientras el agua recorría mi cuerpo, mi pensar era que Carlos estaría exhausto por la gran cantidad de semen que había expulsado, situación que no fue así, pues, cuando regrese se encontraba con su miembro erecto y gallardo como si no hubiese ocurrido nada, indicándome que acudiera a su lado, sin pensarlo dos veces deje caer de forma provocativa la toalla, caminando a su lado. Mientras caminaba instintivamente mi mirada se centró en aquel erecto falo, acción que fue secunda por mis manos que se apoderaron de él para masturbarlo-.
-Carlos me ordenó darle la espalda sin dejar de masturbarlo, arqueándome para que pudiera verme al momento de masturbarlo con mis glúteos, girando mi cara por encima de mi hombro para ver su expresión de placer desdibujarse en su rostro. Carlos al mirar mi pícara sonrisa, me jaló de tal forma que mi vagina quedo a merced de su boca, succionando mis labios vaginales, introduciendo sus dedos, estimulando mi punto “G” maravillosamente, habría de par en par mi vagina para observarla, mientras me decía que le encantaba, volviendo a meter su lengua en mi interior. Aquel hombre sabía cómo complacerme, me volvió loca de placer, mis piernas comenzaron de nueva cuenta a temblar, preludio de un nuevo orgasmo. Le pedí, le rogué que no parará que estaba a punto de terminar, una descarga de electricidad recorrió todo mi ser produciendo que mi vagina explotará inundando su interior con gran cantidad de flujos, prácticamente desmallándome sobre su pecho-.
-Al ver que ya no podía más, me tomo entre sus brazos con gran dulzura, depositándome en la orilla de la cama, separándome las piernas, colocándolas en sus hombros, penetrándome mientras nos fundíamos en tiernos y apasionados besos, con sus manos apretaba mis tetas y de vez en vez las mordía y succionaba, mi cuerpo no respondía, mi respiración era entre cortada y me encontraba bañada en sudor, simplemente estaba en éxtasis. En esa misma posición y con gran maestría Carlos logro arquearme de tal forma que prácticamente mis rodillas pegaban con mi barbilla y sus embates incrementaron de intensidad y velocidad, al grado que en pocos minutos impresionantes chorros de semen brotaron por mi dorso llegando hasta mi cara, cuello y pechos-.
-Quedamos exhaustos por aquella batalla sexual, no podía moverme, aún me encontraba en trance por el maravillo orgasmo que me había producido, nuestros cuerpos se encontraban laxos, minutos más tarde un revitalizante baño nos dio nuevos bríos, él es un verdadero semental, sólo bastaron unos minutos para que su lívido inundará de nueva cuenta su ser. Simplemente quería más y como en esta profesión el que paga manda, quería volverme a penetrarme analmente, el agua corría por nuestros cuerpos lo que permitió facilitar su intento, me levanto una pierna a la altura de su hombro, penetrándome a contrario sensus como lo había hecho, esta vez lo hizo sutilmente dejando que mi culito se acoplará poco a poco a su miembro, fue introduciéndolo hasta llegar al fondo dilatándolo por completo, sus manos sujetaban fuertemente mis glúteos y su penetración incremento su intensidad. Yo me mordía el antebrazo para no gritar del placer que me daba, de repente interrumpió su comitiva, para sacarme del baño, llevándome al gran sofá, tirándome boca abajo, penetrándome de nueva cuenta con gran furia. Como te había comentado, le encanta ver como mi ano se dilata, me ordenó abrir mis glúteos al máximo, situación que así lo hice, mientras él se masturbaba a gran velocidad, en cuanto sintió su eyaculación me penetró profundamente inundado por completo mi esfínter de semen, que por la gran cantidad escurría de mi ano por mis muslos, las piernas no dejaban de temblarme, no me respondían y simplemente me quedé en esa posición-.
-El cansancio se apodero de nosotros, profundamente dormidos hasta que los primeros rallos del sol hicieron su aparición y con ellos la alarma del despertador indicado que hora de levantarse. Lo primero que vieron mis ojos al abrirse fue su tremendo miembro completamente erecto, simplemente quería correrse en mi cara de nueva cuenta-.
-Practicar el sexo oral me encanta, y creo que lo hago bien, incluso algunos clientes prefieren que le practique una felación a penetrarme, Así que le realice la más agresiva y descomunal chupada de miembro que he dado en mi vida. Mi boca se transformó en mi vagina, mi saliva en mis flujos vaginales, de vez en vez pedía que lo masturbará con mis senos y de nueva cuenta con mi boca y manos, aquella sesión duro mucho tiempo, hasta que su exclamación anunció su culminación, sujetándome fuertemente por la cabeza, aprisionando su miembro en lo más profundo de mi boca, con cada embestida rosaba mis amígdalas provocándome nauseas, que tuve que contener para no vomitar, mientras un descomunal chorro de semen híper caliente inundó mi garganta, no tenía opción, tuve que degustar por completo su semen-.
-Carlos tenía un compromiso con su nuevo socio Víctor, quien fue atendido por Wendy, el tiempo apremiaba, mientras terminaba de vestirme, sacó de la caja fuerte de la habitación un fajo de billetes de la más alta denominación, como recompensa por mi sumisión y gran labor. Detalle que agradecí con un profundo beso, mientras me sujetaba con gran fuerza los glúteos. Sin ser codiciosa, tome el dinero, salimos al lobby del hotel donde nos esperaban Víctor y Wendy-.
Durante todo el tiempo que duro su narración, no dejé de acariciarle el cuello, oídos, mejillas, hombros y espalda. -Ella quería devolverme el favor-. Hicimos una pausa para servir más champagne, agregar más sales aromáticas a la tina y llenarla un poco más. Hábilmente decidí invertir la posición que ocupábamos, ahora era yo quien me recosté en su pecho. Ahora el interrogatorio sería sobre mi novio Frank. Mientras comencé con mi relato, Katy se concentró en darme un delicado masaje de cuello, enjabonándome la espalda, continuando con los brazos, de una manera muy sutil rosaba mis tetas, sus carnosos labios se encontraban a milímetros de mi oído, deslizando su lengua por el contorno de mi lóbulo, sus manos eran tan suaves, sutiles y sugerentes, que hacían estremecer mi ser, dificultando continuar con mi relato, fingiendo inocencia dejó caer el jabón que fue interceptado por mis redondos pechos, tomando la iniciativa para recuperarlo con toda la intención de acariciar descaradamente mis tetas, el contacto de sus manos contra mis pechos hicieron que mis pezones se erizaran, hecho del que se percató de inmediato, pero continuaba con su papel de inocencia.
El ambiente se tornó perfecto para nuestro encuentro amoroso, las confesiones sexuales que estábamos teniendo, aunado con el calor que despedía el agua al caer en la tina producía un rico vapor y el inminente efecto de las botellas que habíamos tomado, dieron pie para liberarnos reconociendo los sentimientos de amor y deseo que sentíamos.
Sin temor a ser rechazada, tomé sus manos colocándolas entre mis senos, recostándome en su regazo, permitiéndole que pudiera disfrutar de mis tetas, sus manos las masajeaban estrujaban e incluso las pellizcaban, su lengua recorría el interior de mi oído simulando una penetración, mientras una de mis manos buscaba su vagina para acariciarla, cuando logré mi objetivo ella dejó salir un lindo gemido de placer, como aprobando mis caricias.
De manera sincronizada nuestras bocas se buscaron para fundirse en el más tierno y dulce beso, me tomo la mano, invitándome a salir de la tina, con una de las toallas me envolvió y secó delicadamente mi cuerpo, llevándome hasta la recamara para continuar con nuestro encuentro. Toda ella era mía, no podía creer lo que estaba ocurriendo, mientras aquella delicada toalla absorbía la humedad de mi cuerpo, su mano se apoderó de mi vagina, sus dedos con la más dulce ternura recorrían mis labios vaginales llegando a mi clítoris, involuntariamente mis piernas se abrieron para que pudiera hacer su labor, mientras que yo buscaba sus labios para besarla, sus labios carnosos se entrelazaron con los míos mientras la rodeaba con mis brazos.
Katy no dejaba de frotar mi clítoris, yo quería devolverle el favor, así que nos tumbamos en la cama, nuestros cuerpos se amoldaron magistralmente, tanto su lengua, como la mía, recorrían palmo a palmo el interior de nuestras respectivas bocas, nuestras manos intercambiaban caricias vaginales, la excitación que teníamos era intensa y en pocos segundos nuestras vaginas eran lubricadas por abundantes flujos, que degustamos minutos más tarde. Nos recostamos una encima de otra para darnos placer oralmente, recorriendo al unísono nuestras vaginas y clítoris.
Alternábamos caricias, de las manos con las de la legua, en pocos minutos nuestros dedos se encontraban hurgando nuestros interiores, simulando una penetración, entraban y salían con delicadeza y ritmo buscando llegar a la culminación. -Yo fui la primera en venirme, mi espina dorsal recibió una descarga eléctrica, mis piernas se contraían conforme se acercaba el orgasmo-. Katy no dejaba de succionarme el clítoris y sus dedos continuaban penetrándome. Gemidos de placer anunciaron mi eyaculación, mi vagina se contrajo con espasmos que sacudían todo mi ser. -Generando una sensación similar a querer orinar-. Sintiendo una gran descarga de flujos, un tremendo Squirt me estaba ocurriendo, algo nunca imaginado, aquella sensación fue maravillosa. Por varios minutos me sustraje de la realidad, únicamente me concentré en aquel inmenso placer que me provocó Katy.
Una vez recuperada, literalmente me abalancé en contra de ella, a fin de ser recíproca, intentando culminar con un orgasmo similar al que tuve, mi lengua se convirtió en mi principal herramienta, recorrí centímetro a centímetro su vulva, concentrándome en su delicado clítoris, que frotaba con la punta de la lengua formando círculos para después lamer los labios interiores y exteriores, mientras mis dedos rosaban la entrada de su cavidad.
Las caricias linguales propinadas produjeron el arqueamiento de la espalda de Katherine, lo que hizo subir una de sus piernas en mi espalda, apoyándose con la otra en la cama. Todos los poros de su cuerpo destilaban pasión y lujuria, sus manos jugaba mi cabello, mientras yo continuaba con mi tarea lingual. Sin dejar de repetir mis movimientos, minutos más tarde comenzó a convulsionar, preludio de su orgasmo, me sujeto fuertemente con sus piernas dejando mi cara aprisionada contra su hermosa vagina que se inundaba de flujo. Se retorcía de placer síntoma inequívoco de que mi labor fue de su agrado, por lo que decidí no dejarlo de hacer para intentar arrancarle otro orgasmo, sus gemidos eran cada vez más frecuentes y su respiración aumentaba, con gritos me decía que no dejara de succionar su clítoris, su cuerpo comenzó a convulsionar como si le estuviera dando un ataque. Katy estaba eyaculando de nueva cuenta, mi boca degustó su espeso flujo que mitigaba la sed de amor, sexo y lujuria que tenía por ella.
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